Era una chica linda. Tenía el cabello muy rubio, los ojos azules y vestía de una camiseta roja y un pantalón blanco. Ella me miró muy preocupada.
"¿Está bien?", me preguntó, ayudándome a levantar.
"Sí, estoy bien. Muchas gracias", le respondí brevemente mientras me enjugaba las lágrimas.
"Pero... ¿Por qué llora? ¿Qué la pasó?", me preguntó, sosteniéndome con sus brazos.
Yo comencé a llorar como un bebé recordando lo que había sucedido antes.
Sin pensarlo, ella me abrazó de una manera sobreprotectora y acarició mi cabeza suavemente.
"Tranquila, todo va a estar bien. No llore", me dijo con dulzura.
La verdad, yo estaba hecha un mar de lágrimas. Y de alguna manera, las palabras de esa chica desconocida ayudaron a calmarme un poco.
"Ven, lavemos su cara y luego me cuenta qué le pasó", dijo y, con eso, me llevó directo al baño.
Inmediatamente, me limpié la cara y ella siempre permaneció a mi lado, ayudándome. Luego, me miré en el espejo y estaba verdaderamente hecha un desastre. Por un lado, mi nariz estaba desgraciadamente roja y mis ojos estaban muy hinchados. Por el otro, mi cabello estaba todo desordenado.
Al verme en ese estado, puse mala cara al instante.
Ella percibió mi malestar y sacó un peine de su bolso y me lo entregó.
"Tome, arréglese el cabello", dijo con una ligera sonrisa.
"Gracias", le respondí un poco avergonzada.
Después de peinarme, le devolví el peine. Ya tenía un mejor semblante.
"¿Es nueva aquí? ¿Cómo se llama?", me preguntó, sonriendo.
"Sí, soy nueva. Mi nombre es Sofía Black", le respondí devolviéndole la sonrisa.
"Yo soy Jennie Williams", se presentó cordialmente.
"Entonces... ¿Amigas?", me preguntó ella, con voz esperanzada y ofreciéndome un apretón de manos.
"¡Amigas!", le dije y le di un abrazo. Ella me abrazó con mucha más fuerza.
Me reí por ese gesto.
"Ahora sí, dime ¿por qué llorabas?", me preguntó, rompiendo el abrazo delicadamente.
"Bueno... un chico... un tal Jack... me trató muy mal", le respondí con tristeza.
"¿Qué te hizo Jack?", me interrogó y, por lo visto, ella parecía conocerlo. Bueno... ¿Quién no conocería a un imbécil como ese?
Le conté a Jennie todo lo sucedido con detalles. Ella resopló decepcionada y me aconsejó que lo ignorara por completo.
Ella parecía muy sorprendida cuando le dije lo de la bofetada. Luego, cambió de tema rápidamente, y me contó muchas cosas sobre ella y yo también algunas de las mías.
Su padre era Robert Williams, un político muy importante. Me contó casi todos los detalles de su vida. La verdad, era una persona amigable y, obviamente, tenía buen pico. Estuvimos conversando durante más de quince minutos seguidos.
Luego, me dijo de repente, "Muéstrame tu horario de clases".
Enseguida abrí mi mochila y se lo mostré. Jennie lo echó un vistazo y unas cuantas veces saltó de emoción.
Yo tenía mucha curiosidad por saber cuál era la razón de tanto entusiasmo. Ella pareció darse cuenta de mi inquietud por la expresión en mi rostro.
A continuación me dijo, "¡No puedo creerlo! Estamos casi en todas las clases juntas. Ven, a partir de hoy te sentarás conmigo". Rápidamente me arrastró con ella a un salón.
El lugar estaba bastante lleno y todo era muy caótico. Los chicos y las chicas hablaban sin parar. Algunos coqueteaban entre ellos y, sorprendentemente, otros hasta se besaban descaradamente.
"¡Qué asco!", dije disgustada y Jennie se rio de mí.
"Supongo que tendrás que acostumbrarte a esto", me dijo.
Después, tomamos asiento en la segunda fila. Los salones de clases eran definitivamente enormes y también estaba bien amoblados. Las ventanas eran muy grandes y el suelo relucía de brillo. Honestamente, era mucho mejor que mi escuela anterior, exceptuando a los estudiantes, porque estos eran unos mal educados.
"Hola, Jennie", dijo una chica con el pelo rizado que estaba sentada a nuestro lado.
Llevaba puesto unos vaqueros de cintura alta y un top corto. Se veía muy linda.
"¿Quién es esta chica?", escuché que le preguntó a Jennie, en voz baja.
"Ella es Sofía, mi nueva amiga. Acaba de llegar aquí. Sofía, esta es Violeta", dijo y nos presentó.
"Hola", respondí algo incómoda y un poco nerviosa, porque no sabía si yo le agradaría o no.
"Hola, linda. Supongo que ahora yo también tengo una nueva amiga" me dijo Violeta amablemente y me estrechó su mano.
"Gracias. Eres muy adorable", le respondí sonriendo.
Violeta se sonrojó y Jennie se echó a reír de inmediato.
"¡Vaya! Violeta se pone tímida cuando recibe cumplidos", dijo sin parar de reír.
La otra chica le dio una palmada juguetona en los hombros y se cubrió la cara con ambas manos. Después, nos reímos todas juntas. Sin duda, Violeta era encantadora.
Repentinamente, toda la clase se quedó en un silencio sepulcral; yo pensé que era porque el profesor de la clase había hecho acto de presencia, pero luego me di cuenta de que no había sido por eso. Era por ese imbécil de Jack y sus amigos otra vez.
Ese idiota tenía su mano apretada en la cintura de una rubia bastante provocadora. De repente, él me vio y yo le aparté la mirada. No quería encontrarme con esos ojos maliciosos.
Esa chica se estaba aferrando literalmente al cuerpo de él. Y sus demás amigos también estaban agarrados de otras chicas igual de desagradables que la rubia. Por lo visto, todos parecían ser de la misma especie.
Enseguida, Jennie notó mi incomodidad y me dijo, "Tranquila, no tengas miedo. Él no te dirá nada". Yo asentí, nerviosa.
Mientras, ella lo miraba con furia, pero él solo sonrió; simplemente besó a la rubia en la boca y luego tomó asiento en la fila opuesta a la nuestra. Supuse que mi nueva amiga también había tenido problemas con ese idiota.
Sus demás amigos eran tan petulantes como él, pero no se estaban besando con las otras chicas. De repente, me di cuenta de que uno de ellos no estaba acompañado de ninguna muchacha, y me intrigó mucho saber cuál podría ser la razón. Quizás su personalidad era un poco mejor que la de los otros.
"¿Qué ocurre Sofía?", preguntó Violeta, de repente.
"Ese imbécil se metió con ella en frente de todos" respondió Jennie por mí, reprimiendo su ira hacia Jack.
"¿Qué hizo esta vez?". Violeta estaba realmente enojada y preocupada.
Luego, yo misma le conté toda la historia. La reacción de ella fue la misma que la de Jennie. También me dijo que lo ignorara, que no valía la pena. Pero, a diferencia de Jennie, ella sí usó insultos para referirse a él.
Supuse que Violeta tenía la costumbre de maldecir todo el tiempo.
Minutos después, vi de nuevo a la rubia y a ese estúpido besándose desvergonzadamente y eso me disgustó. ¡Maldito idiota!
La chica era tan desagradable, que sus pechos colgaban vulgarmente de su vestido.
Sin embargo, ignoré eso y solo me quedé pensando en por qué todos se paralizaron y se callaron justo después de que Jack entró al salón.
"Jennie", dije en voz baja.
"¿Qué?", preguntó y me miró.
"¿Por qué todos se quedaron tan tranquilos después de que ese idiota entró?".
"Porque esa maldita basura y sus estúpidos amigos siempre se meten y atemorizan a todos", respondió Violeta, impulsivamente.
De inmediato, pude notar la decepción que había en los ojos de Jennie mientras miraba a Jack. '¿Por qué lo mira así?', reflexionaba para mí.
"¿Tú lo conoces, Jennie?", pregunté finalmente.
"Sí... Él es...".
Ella estaba a punto de decir algo cuando Violeta la interrumpió y dijo, "Un cerdo". Yo me reí burlonamente y Jennie se rio, pero algo nerviosa. Quizás había algo que ellas no querían revelarme en ese momento. Estaba segura de que lo harían cuando estuvieran listas. No era mi intención forzarlas.
Entonces, el profesor esta vez sí entró al salón y me di cuenta enseguida de que Violeta era una chica brillante y que Jennie y yo en cambio éramos unas estudiantes normales.
Por otra parte, y quizás la más vergonzosa, fue que el imbécil de Jack se seguía besando frente al profesor y este ni se molestó en decirle nada, literalmente lo ignoró. Era probable que por todo el poder que poseía su padre, los profesores no le decían nada sobre su comportamiento.
Más tarde, luego de que terminamos esa clase, pasamos a la siguiente y allí estaba de nuevo ese idiota, pero esta vez con otra chica.
"¡Dios mío! ¿Cómo puede alguien ser tan descarado y mujeriego?", exclamé irritada.
"Alguien como él, sí", dijo Violeta con la misma carga de odio.
Yo estaba feliz de que mis nuevas amigas lo odiaran tanto como yo. Sin embargo, Jennie no decía mucho acerca de Jack.
En casi todas las clases nos quedamos juntas las tres y hablamos muchísimo, pero luego llegó una en la que teníamos que separarnos. Nuestros horarios esta vez no coincidían. Yo sentía miedo de que ese imbécil me encontrara sola y de que nuevamente me pusiera en una situación incómoda. Ambas vieron mi preocupación en el rostro y me animaron a ser valiente.
"Si se mete contigo, solo dale una patada en los testículos", me aconsejó Violeta haciéndome reír.
'Tengo que ser fuerte. No puedo ser tan cobarde', me dije.
'Tú puedes, Sofía', repetía en mi mente.
Con eso en mi cabeza, las tres nos marchamos en diferentes direcciones. Inmediatamente, llegué a la clase llena de confianza.
Y toda esa seguridad desapareció en un segundo cuando vi a Jack sentado en la segunda fila. La primera fila estaba llena y el salón no era tan grande como la clase anterior. Su mirada sobre mí estaba haciendo que todo mi cuerpo ardiera.
Entré al salón y vi a algunas chicas mirándome con celos, sus amigos estaban riéndose y yo temblaba, pero de alguna manera intenté controlarme. Su aura era muy fuerte y dominante. Yo quería sentarme en la parte de atrás, pero uno de sus compañeros, a propósito, lo ocupó de repente. Fui a sentarme en otro lugar lejos de él, pero otros chicos también lo ocuparon. Luego me miraron como si estuvieran inocentes. Enseguida comprendí que seguramente él los había amenazado a todos.
Sin más opciones, resoplé decepcionada y caminé lentamente hacia la segunda fila donde estaba él. Mis piernas temblaban a causa del miedo.
No obstante, logré caminar sin tropezar y tomé uno de los asientos que estaba lejos de ese tonto.
De repente, Jack se puso de pie y me estremecí. Él sonrió con malicia al verme temblar.
Si no fuera porque era un agresor sin escrúpulos, definitivamente me habría enamorado de esa sonrisa tan intimidante. Era tan desafiante, que estaba segura de que cualquier chica caería rendida ante ella.
Rápidamente, me abofeteé mentalmente por adular la apariencia de mi propio agresor.
Él se sentó a mi lado. Yo estaba agarrando el costado de mi falda y rezaba para que alguien me ayudara, mis manos evidentemente temblaban.
Luego se inclinó más cerca y pude sentir su cálido aliento en mi cuello. Un fuerte escalofrío recorrió toda mi espalda. Después, puso su fuerte mano en mi muslo y comenzó a dibujar círculos en él. Inesperadamente, experimenté una extraña sensación en todo mi cuerpo. Su solo roce comenzó a provocar descargas eléctricas en cada fibra de mí, especialmente en mi parte baja.
Traté de quitarme su mano de encima y él agarró mi muslo con fuerza haciéndome jadear fuertemente. Entonces, una sonrisa malvada se formó en sus labios.
"Pagarás por lo que hiciste hoy, Sofía Black. Te haré sentir desesperada. Me pedirás misericordia, pero no la tendrás. Te lo juro. Haré de tu vida un maldito infierno", me dijo en voz baja y amenazadora. Y se alejó.