Capítulo 2 Aceptar la propuesta.

Mel Gardner.

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Muchas personas enfermas piensan que padecer una enfermedad es el fin, y viven aterradas a que pronto morirán. Ese no es para nada mi caso. Tengo una hermosa familia de la cual me siento tan agradecida y feliz. Mi madre, una mujer preciosa de risos color miel en su cabello, piel blanca y ojos ámbar de 36 años de edad. Su nombre es Sol Muller.

Mi padre, un hombre muy guapo de buen porte y de buenos modales, cabello negro y piel trigueña, 37 años de edad. Su nombre es Gael Gardner.

Mi hermana gemela, Rosa Ángela Gardner, piel blanca y ojos marrón como los de mi padre y cabello rizado como mi madre. Yo no hace falta que me describa, pues somos idénticas hasta el punto que mi madre no podía diferenciarnos, pero ahora por supuesto que puede. Rosa ha bajado mucho de peso y se ve muy demacrada, y yo me veo como si no tuviera una enfermedad que me lleva los días contados.

Mi hermana y yo tenemos el mismo segundo nombre, mi madre así lo quiso, soy Mel Ángela Gardner Muller.

Y es porque mi hermana está muy enferma, mucho más que yo. Nacimos con una enfermedad rara en la piel que afecto nuestro corazón, pero mi hermana es la más afectada. Ella está muy enferma y necesita urgente el trasplante de corazón más que yo.

Yo también lo necesito, pero me siento un poco mejor que ella. Nuestra enfermedad al principio se notaba en nuestra piel, pero después con el tratamiento y demás, ahora no se nota, pero la infección es como si se hubiera mudado a nuestro corazón, perjudicándolo, aún más a mi pobre Rosa.

Mamá trabaja en una florería muy hermosa y prestigiosa y mi padre es un contador empresarial en las empresas de un muy conocido empresario.

La empresa de productos para caballeros D' Amelio. Perfumería, ropa y muchas cosas más para el género masculino.

Me siento preocupada por papá, pues desde que el señor D' Amelio padre dejó la empresa en manos de su hijo, mi padre está muy estresado. Si algún día lo veo le diré todo lo que se merece.

Le gritaré que es un hijo de su...

-¡Hermana! Gracias, eres la mejor del mundo.

Rosa me agradece por el jardín, ayer no dormí por sembrar todos los tallos de las rosas, como su nombre lo dice, esas son sus flores favoritas.

-Por ti, mi hermosa Rosa, viajaría al polo norte, voy y regreso solo por ti.

-¿Cómo lo lograste tu sola, Mel? Eran más de 150 tallos de rosas.

-No lo hice sola, mamá y papá se desvelaron conmigo, solo para que tú seas feliz, porque te amamos.

Deposito un beso en su frente y después en sus mejillas.

Tenemos 18 años, pero desde pequeña me ha tocado cuidar a Rosa, por eso he tenido que ocupar el lugar de papá y mamá mientras ellos trabajan y eso no me molesta.

-Termina de ver la película y yo haré la cena, si quieres algo me llamas, preciosa.

Salgo de su habitación y bajo por las escaleras hacia la cocina. Ya son las cinco, estoy a tiempo para preparar la cena.

Después de una hora la cena está casi lista y escucho el auto de mi padre, salto de la felicidad como una niña pequeña y salgo a recibirlos.

Abro la puerta y mamá entra junto con papá y me dan un fuerte abrazo.

-Que bien huele, Mel -dice mamá.

-Nuestra pequeña tiene un don para la cocina -dice papá.

-Vayan y pónganse cómodos, pondré la mesa y después subiré a visarles cuando la cena esté servida.

-Tenemos a las mejores hijas del mundo -exclama papá.

Ellos suben para saludar a mi hermana y cambiarse de ropa.

Acomodo los platos y cubiertos sobre la mesa. Cuando la cena ya está lista subo para decirles a todos que bajen a cenar.

Estoy a punto de tocar la puerta de la alcoba de mis padres, pero escucho a papá hablar y mencionan mi nombre.

-¡Sol, solo es una niña! No puedo hacerle eso, además, ¿qué pasará con Mel? Son hermanas y las dos necesitan el trasplante.

-Lo sé, Gael, no quiero que Mel se sienta mal y piense que preferimos a Rosa. ¿Y si hacemos lo que te dije de camino a casa?

-¡Por supuesto que no, Sol! No quiero ser egoísta, pero no quiero perderte.

-Gael, entiende, si yo le dono mi corazón a Mel y la esposa de tu jefe le dona su corazón a Rosa, nuestras hijas podrán vivir.

-Sol, ese maldito quiere que a cambio Rosa se case con él.

-¿Por qué quiere a Rosa? Él sabe que son gemelas -pregunta mi madre.

-No. No me dio ni tiempo para decirlo, vio las fotos que le mostré al explicarle porque tomé ese dinero y él al ver las fotografías pensó que eran la misma, estuve a punto de decirle, pero él me corto en seco y me hizo la propuesta.

-¿Cuánto tiempo te dio ese imbécil para pensarlo?

-Hasta las 8:35 de la noche, si no le llevo una respuesta y por supuesto, positiva, me va a despedir y no sé que más me hará.

Ya escuché todo lo que tenía que escuchar. Me dirijo rápidamente a mi habitación y me cambio de ropa, después me coloco mis tenis y una chaqueta.

Tomo mi móvil y dinero para el taxi.

Salgo de casa sin que se den cuenta y tomo un taxi, sé la dirección de ese tipo, pues mi padre la tiene anotada en su agenda, y yo ordeno la oficina que tiene en casa y reviso todas sus cosas, pensé que estaba mal lo que hacía, pero ahora me doy cuenta de que sirve de algo ser entrometida.

Llego a ese lugar y le pago al taxista.

La mansión es enorme, no es que me deje llevar por lujos, pues mi casa es de clase media, pero eso no me importa en lo más mínimo.

Dos hombres están cuidando la entrada.

-Buenas noches, quiero hablar con el señor D' Amelio.

-¿Quién eres tú? Dime tu nombre.

-Soy Mel Gardner, hija de uno de los empleados de la empresa del señor Sebastián.

El hombre le llama a ese idiota y solo me toca esperar. Un hombre misterioso llega y me da una sonrisa cálida.

-Buenas noches, soy Rafael, el mayordomo del señor Sebastián y te llevaré con él, acompáñame.

Asiento un poco nerviosa. ¿En qué me metí? A lo largo del camino veo a más hombres. Entramos y está mansión es un sueño, pero obviamente no se espera menos de un hombre joven y rico que nació en cuna de oro.

Subimos por las escaleras y el mayordomo me lleva por un pequeño pasillo hasta una puerta y eso me hace sentir peor.

-No te preocupes, entra el señor te espera -me dice al notar lo nerviosa que estoy.

Mi móvil no para de timbrar, mis padres se dieron cuenta de que no estoy en casa, tengo que darme prisa.

Entro y todo es oscuridad, «¿a caso este loco es un vampiro?».

-Bue... Noches.

Mis palabras se cortan.

-Tienes tres minutos, sé que eres la hija de ese ladrón, tiempo corre -me dice.

Su voz me hace temblar más.

-Quiero saber sobre la propuesta que le hizo a mi padre, por favor necesito que me explique.

Él se levanta y aplaude.

Las luces se encienden y puedo verlo.

Ahora entiendo el escándalo de este hombre, físicamente es el sueño de toda mujer. Cuerpo musculoso y perfecto de Dios griego y un rostro de muñeco y nariz respingada, sus labios son pequeños, pero carnosos y rojos, que combina perfectamente con su piel pálida, podría detallarlo toda la noche.

Él también me observa sin bajar su mirada, mientras camina hacia mí.

-Seré breve, te daré el corazón de mi esposa para que puedas vivir, pero a cambio quiero que tú la reemplaces, te casaras conmigo y harás todo lo que yo te pida, te educaré y serás mi mano derecha.

Como mi padre lo dijo, él no sabe que somos dos. Rosa solo le quedan tres meses antes de que su corazón deje de funcionar, en mi caso el doctor dijo que a mí me queda año y medio, no dejaré que mi hermana muera, y no le diré a este hombre que somos dos, es mejor así. No dejaré que Rosa se case con este hombre, lo haré yo.

-Acepto, pero necesito la operación lo antes posible.

-Veo que eres inteligente, espera a que mi esposa muera y prepararemos todo, creo que no pasa de esta noche o mañana.

«¡No puedo creer la forma en la que lo dijo!».

-Señor, es su esposa, ¿a caso no la ama?

El da otros pasos más hacia mí y eso me hace retroceder hasta tocar la pared con mi espalda. Sus ojos fríos como nunca vi ningunos otros me observan más de cerca.

Toma mi mentón y me hace mirarlo a los ojos.

-Te diré las reglas, pequeña. No tendremos sexo, no dormiremos juntos, solo serás alguien que estará a mi lado cuando lo necesite y nada más, así que no te hagas ilusiones y no hagas preguntas estúpidas que no son de tu incumbencia.

Nunca en mi vida había visto a alguien con la mirada tan gélida y perdida en sí.

-Está bien -me limito a decir.

Llama al hombre que es el mayordomo y le pide que me lleve a casa, llamándome su futura esposa. Eso se escucha extraño.

Perderé mi vida entera, pero lo haría una y otra vez por mi hermana, mi hermosa Rosa.

El hombre me lleva a casa y le doy las gracias. Antes de abrir la puerta de mi casa me siento nerviosa.

¿Cómo les diré a mis padres que acepte esto? Sé que ya tengo 18 años, pero soy una buena hija y mis padres ya tienen suficiente con nosotras.

Sebastián.

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Bajo a la sala y encuentro a Rafael, acaba de llagar.

-Listo, señor, sana y salva -me dice-. Su futura esposa es incluso más hermosa que la señora María, pero es un poco joven, ¿no?

Lo observo y el baja la cabeza.

-Lo siento, señor.

Rafael se va y me dejo caer sobre el sofá de mi sala.

Ella es... Ella es... Su olor es único, un olor a vainilla que inundaron mis fosas nasales. Tengo una condición y no puedo... Ella se asustó y sé que al final solo hará esto para salvar su vida. Ninguna mujer estaría conmigo por voluntad propia, a excepción de María.

No siento placer al tener sexo, por eso no lo hago, soy un maldito robot. Ella es diferente, creo que quizás ella pudo haber provocado esto en mí, y talvez sea curiosidad hacia ella.

Solo son ideas estúpidas yo no... Puedo sentir.

-¡Señor! Lo siento tanto, su suegra me llamó y me dijo que su esposa acaba de perder la vida.

-¿Firmo antes? -pregunto.

-Sí, lo hizo.

María firmó unos documentos en los que daba la autorización para que su corazón fuese donado.

-No iré a su entierro, llama a esa mujer que será mi futura esposa y dile a Marcos que preparé todo en el hospital para la cirugía lo antes posible.

-Sí, señor. ¡Espere! ¿Qué le digo a su suegra si llama de nuevo?

-Dile a Marcos que hable con ella y le explique lo del corazón y después no sé lo que hará su madre, que queme el cuerpo lo arroje al mar o donde le plazca.

-Está bien, señor.

Al menos talvez pueda aliviar un poco mi Karma, ya que esa chica podrá vivir y sé que no será feliz conmigo, pero tendrá todo lo que su padre no podrá darle.

                         

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