Yo también lo pasé muy bien con vos hermosa. Le tengo una consulta antes de irse por favor. -Dijo el hombre.
Si claro. Díganme. -Contestó Carla Elizabeth Torres Wentgof.
¿ A usted no le gustaría saber mi nombre? Dado que lo hemos pasado tan bien. Yo quisiera ir conociéndola más. Usted se ve tan interesante. -Dijo el hombre.
No creo que sea una buena idea. No me gusta tener tantas conversaciones con mis clientes. Lo único que me importa es hacer mi trabajo y punto.
No quiero problemas. No quiero mezclar nada, tampoco estoy buscando aventuras o enamorarme.-Dijo Carla Elizabeth Torres Wentgof.
-¿ Y quien le habló de aventuras? Creo que podemos ir conociéndonos de poco a poco.-Dijo el hombre.
Como le dije anteriormente, no creo que sea una buena idea. Así que vamos a quedarnos acá. Buenas noches señor. -Dijo Carla Elizabeth Torres Wentgof al hombre.
Ella está sonriendo al irse. Ya está muy contenta de ver ya tiene el control de este joven rico.
Cuando un cliente está buscando de conocerte más, es porque tu persona le agrada, así el estará dispuesto para pagar lo que sea por tenerte para él solo.
Ya Carla Elisabeth Torres Wentgof es una mujer muy inteligente. Ella sabe todo esto; Y esta dispuesta para jugar a la mujer dura.
El le está mirando ir, y se está sonriendo solo.
-Ven acá Carla Elizabeth. Dime por favor como te fue con este hombre rico.-Dijo doña María.
Ya le tengo en mis manos querida María. Mira todo este dinero que el me pagó. Y lo mejor de todo es que el me quiere ver de nuevo.
-Dijo Carla Elizabeth Torres Wentgof sonriendo.
¿ En serio querida? Esto es muy bien bella, así vamos a ganar más plata con este hombre. Estoy muy orgullosa de ti cariño, quiero que lo sepas. -Dijo doña María.
Si yo se que estas orgullosa de mi querida, porque ya soy la que más plata te doy en este club. -Contestó Carla Elizabeth Torres Wentgof sonriendo.
Ya ya Carla, no te hace la pesada por favor mujer. No solamente por el dinero, de verdad estoy muy orgullosa de ti. -Dijo de nuevo doña María a Carla Elizabeth Torres Wentgof.
Ya veo querida, ya veo. Ahora me tengo que ir. Buenas noches. -Dijo Carla Elizabeth Torres Wentgof a doña María.
Muchas gracias preciosa. Tu también buenas noches. -Contestó doña María.
Gracias querida. -Dijo a su vez Carla Elizabeth Torres Wentgof.
- Ella se va caminando a su casa en la oscuridad de la noche. Carla Elizabeth Torres Wentgof, ya es una mujer de la calle, ella no tiene miedo de caminar sola tan tarde de la noche.
Ella aprendió a sobrevivir, dado que creció con su tía Maribel, pero por su comportamiento de niña rebelde, la tía la echó de su casa.
Desde este día, ella encontró a doña María que le dio un lugar para vivir y un trabajo para ganar dinero; Así que desde pequeña Carla Elizabeth Torres Wentgof, es la que se está cuidando a sí misma.
Ella sabe que doña María no la quiere de verdad, doña María no quiere a nadie. Lo único que le importa es ganar dinero con las chicas.
Es por ello que Carla Elizabeth nunca hizo caso a doña María cada vez que ella la dijo que la quería.
Por otra parte en el mundo de los lobos...
- Vamos a la sala de reuniones Leonardo. El rey te está esperando. -Dijo Óscar a Leonardo que está ingresando en el palacio.
Que pasó con el rey querido Óscar. Yo no tengo nada de que hablar con el.-Contestó Leonardo.
Ya Leonardo, puedes dejar esto por favor. Ya sabes que el rey nos puede matar ahora mismo sin pensarlo dos veces.-Dijo Óscar.
Y esto que me importa. A mi el rey no me asusta tampoco tus palabras frustradas. -Dijo Leonardo sonriendo.
Ya vamos, deja de decir tonterías por favor. -Contestó Óscar.
Permiso rey Héctor, aquí está Leonardo. -Dijo Óscar.
Gracias Óscar. ¿ Leonardo, dónde estuviste todo estos tiempos? Hace mucho que yo estaba preguntando por ti.-Dijo el rey con una voz de enojo.
Estuve allí rey Gayro. No tan lejos del palacio. Estuve buscando cosas que nos podrían ser útiles. -Dijo Leonardo con una sonrisa entre sus dientes.
El rey sabe que Leonardo solamente está borrando de él. Este pequeño rebelde solamente porque hace parte de la familia del rey, hace lo que le da las ganas.
Ya cállate pequeño insolente, puedes dejar de mentirme. Y no quiero escuchar jamás que tú dejarás el palacio para ir en el mundo de los humanos.
Ya piensas que yo no lo voy a saber. Entonces quiero que sepas que lo supe; Así que cuidado mucho pequeño. Porque te puedo encerrar para siempre. -Dijo rey.
Pero majestad...-Dijo Leonardo.
Pero nada, ándate lejos de mi vista. Ya no te quiero ver, solo quiero que tengas claro esto en tu cabeza, en tu mente; Me da lo mismo que seas el hijo de mi tía, porque te puedo encerrar, a ver que si vas a entender quien eres.
Si vas a entender que eres un hombre lobo, y no un humano normal. -Dijo el rey.
Esta bien majestad. Con permiso. -Dijo Leonardo mientras que esta saliendo del palacio.
Leonardo, espera... ¿ Que te pasó? ¿ Que tienes con padre? -Preguntó la princesa Carlista.
No pasa nada princesa. Muchas gracias por preguntar. -Dijo Leonardo mientras que se fue muy rápido y muy enojado.
La princesa se quedó quieta mirándole ir.