UN ÁNGEL EN EL INFIERNO
img img UN ÁNGEL EN EL INFIERNO img Capítulo 5 ¿Quién eres tú
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Capítulo 6 Paimon img
Capítulo 7 Suplicas img
Capítulo 8 Confesión img
Capítulo 9 Cacería img
Capítulo 10 Desaparecida img
Capítulo 11 Emboscada img
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Capítulo 5 ¿Quién eres tú

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-"Despierta", "despierta." -Destellos de luces ardientes sobre el cielo se consumen.

Esto es solo un terreno baldío mi único refugio con el cielo sobre ti. -"El infierno a mi alrededor" está muy cerca -comienza a arder en llamas el color rojo vivo se expande desde orilla de la existencia de la humanidad hasta dejar cenizas de sus sublimes almas.

-Todos quieren ir al cielo, pero nadie quiere morir. -Morir es para despertar -gritaba aquel hombre del tiempo perdido gozando de su máximo poder de corromper almas una tras otra. -Los ejércitos celestiales pelaran en esta guerra contra el mal, arrastro a un ejército de un solo hombre, capaz de destruir a cada uno de sus seres celestiales sin piedad alguna.

Las sombras resurgían una a una de lo más profundo del valle del mismísimo infierno. Las tropas arden. Y una espada atraviesa mi abdomen lo cual me hizo volver.

-«Solo fue un sueño»-pensé.

Bendito cielo, solo fue un sueño un maullido me hizo recordar al pequeño felino que tenía que alimentar, se acercaba lentamente para que acariciara su pequeña cabeza.

-Eres demasiado caprichoso-andando iremos a desayunar debes estar hambriento y como no.

-Estoy hablando sola, de nuevo.

El pequeño felino opto por mi orden se levantó de la cama mientras estiraba las cuatro patas. Me doy prisa a vestirme para, ir al instituto. Mi madre no tuvo que despertarme esta vez a prisa pues me he levantado super temprano, baje por el desayuno.

-Buen día Ashley- mi madre me saludaba muy sonriente. Al parecer aquí no ha sucedido nada aquí-«me dije a en mis adentros»-.

-¡Que rayos es eso! -exclamo gritando mi madre, observando al pequeño monstro que tenia de invitado.

-Por favor mamá es solo un pequeño felino, -sonreí malévolamente.

-Sé que detestas a los animales, pero, has una excepción el pequeño esta solo además no podemos dejarle por ahí para, arreglárselas por sí mismo.

-Es horroroso -de nuevo la mujer no dejaba de hacerle muecas al pequeño.

-Es espantoso ni parece un gato -volvió a exclamar.

-El pequeño estaba perdido anoche -¿puede quedarse?, -es muy tranquilo, no te preocupes por él, yo me hare cargo no tendrás una queja.

-Ashley, ya hemos hablado sobre las mascotas -además esa cosa me da un mal presentimiento.

-Madre deja de juzgar al pobre felino, se va a quedar y es lo último que diré al respecto.

El gato mostro una sonrisa más que malévola, dejando verse sus enormes colmillos, -«¡consiguió quedarse!»- murmure gozando por mi triunfo.

-Está bien, pero no quiero verle dentro de la casa.

-Me gustaría seguir discutiendo contigo, pero, es tarde y tengo que llegar al instituto, nos vemos por la tarde.

Me alejo no si antes tomar el desayuno para llevarlo conmigo, me aleje de la cocina.

-Por cierto -¡esa cosa!, cómo lo llamas, aún no tiene un nombre, ya pensare en uno. -Adiós.

Sali por aquella puerta el pequeño me despedía desde la ventana observando cómo me alejaba.

-«Tengo la cabeza hecha trizas»- me dije a mi misma, aun me duele el golpe, de esa noche, lo peor de todo es que no entiendo cómo es que llegue a casa. -Mi quejido me delataba.

-Ashley, ¿te encuentras bien? -Pregunto Aron, acercándose para saber que me ocurría.

Me examina con la vista detenidamente intentando tener una conversación, estoy tratando de alejarlo, pero no me resulta para nada.

-¿Qué te sucedió? -volvió a preguntar inquietante.

-Estoy bien, descuida solo es un dolor ligero-le dije, pero el dolor me estaba delatando. Aun me duele la cabeza.

-Camino a casa tuve un pequeño accidente, tropecé con alguna piedra y me golpee la cabeza, descuida ya estoy mejor. -Ahora si me disculpas tengo que entrar a clases, ya mucho me he ausentado y no olvido que tenemos una plática pendiente.

-Ashley, nunca dudare de ti -eres nuestra salvación. -Mi fin está por llegar.

Aron se retira de la entrada para darme pase al aula, me es imposible concentrarme y mantenerme cuerda es mi única opción.

Anhelo desde lo más profundo de esta patética vida terminar con esta absurda vida.

-Debes ser demasiado ingenua para desear tu propia muerte -una voz murmurante me estaba estallando la cabeza en cientos de pedazos.

-Nada como una probadita de la muerte para apreciar por más mínimo la vida mortal -¡puedes correr, pero, nunca escapar!

-«Este es mi pase directo al psiquiatra, malditas voces»-"cállense", "cállense" -gritaba desenfrenadamente como una maldita psicópata, sin percatarme que aún estaba dentro del aula. La señorita Stevenson postro sus manos sobre mis hombros para calmarme, verdaderamente estoy enloqueciendo.

-¡Tráeme de vuelta! -las voces se alejaron de mi cabeza.

¡Malditas voces, malditas voces!, -«Hay una diferencia entre rendirse y saber que ya fue suficiente»- el pensamiento me asecha.

-Ashley, Ashley ¿te encuentras bien? -la señorita Stevenson preocupada por mi estado demente. Pronto puse en orden el desastre que ya había causado.

-Ashley, responde.

-Estoy bien -grite, estaba soñando despierta.

-Lo siento no fue mi intensión, llamar la atención de mis espectadores. -Continuemos aquí no ha pasado nada -dije muy sarcásticamente.

-Ashley en verdad me preocupas, ¿te sucede algo? -podemos hablar de ello si gustas -susurro a mi oído mientras me daba un cálido abrazo.

Pronto la aleje de mi para no hacer otra escenita que me costara mi postura y la poca gordura que me queda. Sin pensármelo cogí mis cosas para, salir del aula.

- ¡Señorita Morgan!, a donde cree que va -grito llamando la atención de todos los espectadores.

-"Ahora se marcha la loca"-los chicos estaban burlándose de mis alucinaciones. -Por favor solo mírenla luce como una verdadera psicópata demente.

Asentí a no mirara atrás y del lio en que estaba ahora, defender mi postura ya no podía, -«en verdad estoy enloqueciendo»- me inundaban los pensamientos negativos de mi ser.

Las lágrimas corrían de mis mejillas, el sabor salado por mi rostro formaba un camino vertical sobre mis pómulos-Sabor a desdicha.

-¡Morgan!, ¿Qué haces aquí? -unos ojos me cuestionaban y una mirada resignada me saco de mis pensamientos.

Aron

Amarga ironía, estoy tan cerca de la muerte como nunca antes, si tan solo pudiera contar la verdad, la perdición me llevaría consigo. -«Es ahora o nunca»- ...

Ella tiene que comprender que su mundo paranoico no es más que un espejismo de su verdadera identidad, pero, nadie se atreve a saltarse un par de reglas. La conciencia no me pesara más, después de todo solo tengo un camino y mi fin esta tan cerca que puedo olfatear la muerte. Lo único que voy a extrañar será el sonido del viento golpear mi espalda.

........

-Maldición, deberías dejar de acercarte de esa forma -grite, Aron me tiro de un brazo.

- ¡Suéltame que me estas lastimando! -Rayos no te basta con sabotearme todos los días. -Su tirón me hizo resbalar y caer sobre sobre el pasto seco.

-Lo lamento de verdad Morgan -simulaba parecer preocupado por mi incidencia.

-Me disculpo necesitamos hablar. -Dijo pensativo llevándose su mano para pasárselo sobre su cabellera, se inclinó y me ofrecido una mano de apoyo.

-Por un momento seamos racionales mi comportamiento nunca fue el adecuado, sin embargo, estoy aquí para enmendar mis errores del pasado.

Asentí a tomar su mano y ponerme de pie. -Gracias, pero la conversación ya está terminada no hay nada mas de que hablar. -Le recalque.

-Tenemos una plática pendiente, ¡lo olvidas! -aléjate, no hay de qué hablar. -tratando de quitármelo del camino.

-Se de tus alucinaciones, yo si te creo. -Hay un ente muy cercano a ti esperando su resurrección, pero, solo son paranoias. - ¡olvídalo!, tengo cosas mejores que hacer, me retiro.

Su reacción, de verla quería reírme, pobrecita está más confundía que nunca, pero me causa gracia.

Por un momento estuve a punto de caer en su juego, -¿Qué quieres de mí? -ya te lo dije no nada de qué hablar.

-Nada en absoluto, solo hacerte ver la realidad. -Respondió a mi pregunta.

-«Es ahora o nunca», «" Díselo"», «" Díselo"»- mis demonios gritan por ser escuchados. «¡Eres un cobarde!», -¡Demonios cállense!, estuve a punto de gritar desenfrenadamente.

-Perfecto no hay más que decir. -Solo no vengas a rogarme.

-¿Porque lo haría?, eres un idiota. -Realmente no lo soporto, maldito tipo, me hace querer estrangularlo con mis propias manos hasta despedazarlo por completo.

-Ten cuidado con lo que dices no te vayas a morder la lengua querida -lejos de ser típica acepta mi consejo antes de jugar con fuego, -piénsalo dos veces, ¡si te quemas!, bueno no te sorprendas.

¡Demonios!, me es inevitable maldecirlo, lo aparte a un lado de un empujón.

Seguí caminando, a prisa... -«"regresa"» «"regresa"»-, una y otra vez esas voces se repetían como una canción distorsionada. Por favor Ashley mantén la calma, el fin no ha llegado aún. Ese maldito de Aron solo quiere lavarme el cerebro con sus mentiras, he mordido más de lo que puedo masticar cuanto más cerca estoy de él, - ¡ahora he perdido la maldita cabeza!

-No lo has hecho -«pensé»- ¿Por qué quieres hacerte daño? -Me cuestione, no dejes que tu conciencia se meta en tu camino. -Solo es otro día más, la misma pesadilla sistemática al despertar.

¡Debo dejar descansar mi mente!, quiero pensar que desaparecer de este repugnante cuerpo se sentirá bien. Un momento más de silencio y la soledad me atormenta, no estoy bien. Ninguna cantidad de palabras congruentes podrían darle sentido al destino.

Nada tiene sentido, las malas decisiones podrían ser buena opción en estos momentos, me siento enferma de tantas mentiras, ¡no hay salvación alguna!, ¡no hay ninguna escalera que conduzca a un cielo!, ¡no hay reverencia alguna!

Rebecca, ¿Dónde estás?, todo es más sencillo cuando ella está presente, cada paso que doy me pesa, estoy parada en el borde sin ningún lugar donde ir, es como un agujero negro en el alma.

Caminado por horas sin rumbo alguno en medio de la nada a punto de caer sobre el cielo, y terminar de una vez por todas, es el momento que, he esperado durante mucho tiempo, cuando la esperanza se ha ido, nadie recordara más mi nombre, es un adiós nos vemos en otra vida. A tres pasos de la perdición absoluta, el viento a mi favor, mi cuerpo se balancea antes de caer y cierro los ojos. La brisa del viento golpea mi cuerpo flojo cayendo desde lo alto del borde, "hasta la muerte".

-¡Es hora de despertar! -El sonido apenas y era entendible.

Mi cuerpo sobre el suelo, el ardor me aquejaba, el dolor de cabeza era insoportable apenas y tenía una vista borrosa, pude sentarme, maldita miseria existencial.

-Te escuche -dijo con un tono muy elevado y aterrador.

Desde lo lejos un animal se revelaba, con la neblina era difícil poderle ver, se acercaba cada vez tomando una apariencia casi indistinguible, era una cosa extraña, como una masa obscura, sin forma alguna, unos ojos huecos grises, sus dientes afilados y enormes.

-Se supone que debo ser amable, -maliciosamente me parecía gracioso.

Antes de tenerle cerca mi piel comenzó a erizarse se supone que es normal, estoy muerta acaso esto es el infierno, no está nada mal, para un alma retorcida como la mía.

-¿Qué estabas pensando? -estas muy lejos de estar en el infierno. -Soltó una carcajeada malévola mostrando sus dientes horribles. -La temperatura de mi cuerpo comenzó a elevarse, una fiebre parecía brotar de mí, el tener cerca a esa cosa era un tanto macabra, parecía una completa distorsión.

-Solo estabas en un estado de inconciencia. -El infierno no te tendrá. -El hombre podría cavar cientos de tumbas que no sabrías en cual parar.

-¿Cómo termine de esta manera?, ¿Quién eres tú? -¡Aléjate!, ¡Aléjate! -Gritaba aterrorizada por un ente sin forma algún, giraba en círculos sobre mí, es como el típico fantasma que te saluda.

-He estado atrapado en un bucle por una eternidad, pero, tú me has invocado estoy aquí para servirte. -Como un siervo.

-¿Qué haces?, -saco una pluma negra de alguna parte de su cuerpo.

-Dame tu mano, ¿Qué haces? -Espera me estas asustando.

-Tranquila no voy a hacerte daño, debo protegerte con toda mi lujuria, esta es una pluma única para regresar del inframundo, guárdala como un tesoro, nunca sabrás cuando podrás hacer uso de ella.

-¿cómo funciona?

-Por ahora solo guárdala. -Atendí a tus imploras desde la cumbre del infierno. -Me enviaron.

Esa cosa horrible se transformó de la nada en aquel felino que he recogido.

-¿Cómo te llamas? -Pregunte a ese monstruo, de cabeza rodante y cuerpo deforme, pronto se había transformado de nuevo.

-Paimon.

                         

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