No se que ha hecho conmigo esa niña, solo ha pasado una semana y ya no puedo dejar de pensar en ella, pero bueno, mientras ella no lo note todo estará bien.
Me levanto de la cama con la intención de salir a correr, pero está haciendo demasiado frío por lo que decido quedarme a hacer ejercicio en el pequeño gimnasio que tengo en una de las habitaciones. Al terminar mi rutina estoy lleno de sudor por lo que me doy una ducha caliente para relajar los músculos, al salir del baño me dirijo al armario para buscar que ponerme pero el sonido del timbre me detiene. Que raro no esperaba a nadie tan temprano ¿Quién será? Mientras pienso en las opciones de quien pueda ser abro la puerta sin detenerme en preguntar quien es pero me arrepiento de inmediato al verla.
- Violeta, ¿Qué haces aquí? ¿Como supiste donde vivo? - le pregunto preocupado, pero ella no responde solo la veo sonrojarse mientras me mira de pies a cabeza
Sigo su mirada y me doy cuenta de que estoy casi desnudo sólo me cubre una toalla atada a la cadera.
- Aah, yo... -
Violeta trata de decir algo pero antes de que lo haga le azotó la puerta en la cara y me doy la vuelta para ir a cambiarme. Sin embargo me percato de lo que hice y me vuelvo a arrepentir, regreso a la puerta y esta vez la abro son un poco, lo suficiente para asomar la cabeza y poder hablar.
- Dame un momento sí, ya te atiendo - ella asiente sin decir nada yo vuelvo a cerrar la puerta y corro al cuarto para ponerme decente.
- No puedo creer que me haya visto así, debe pensar que soy un pervertido - me regañó en voz baja
"Si eso crees ahora, imagínate lo que pensaría si supiera todo lo que le haces en tus sueños"
Se burla de mi subconsciente y yo mejor la callo, no quiero pensar en esas cosas mientras ella está en mi departamento. Me visto con un pantalón azul rey y una camisa negra ato mis zapatos quién sabe cómo y mientras bajó por las escaleras me peino lo mejor posible, al llegar a la puerta aviento el cepillo a uno de los sillones y trato de verme lo más tranquilo posible, pero al abrir la puerta ella ya no está ¿Tanto me tarde?
- ¡¡¡Buuuuuuuuuu!!! -
- ¡¡¡¡Aaaaaahhhhhhh!!!! -
Ese fue mi grito de terror al ver a Violeta salir de golpe detrás de una planta artificial que estaba en el pasillo dónde estaba escondida. Su grito inesperado me provocó un susto de muerte.
- ¡¡Violeta que pasa contigo, casi me da un infarto!! - le gritó mientras pongo una de mis manos a la altura de mi pecho
- Eso le pasa por cerrarme la puerta en la cara - me responde divertida
- Pero eso fue accidente - me defiendo nervioso
- Pues su infarto también hubiera sido un accidente - contesta entre risas
Dejo salir una ligera risa ante su respuesta, en verdad que esta chica no tiene remedio, y si sigue así yo tampoco lo tendré. Al dejar de reir nos quedamos mirandonos a los ojos por unos segundos o tal vez minutos, no sé, si por mí fuera la miraría todos los segundos de mi vida, pero como sé que eso no es posible prefiero romper el silencio y empezar a hablar.
- Lamento lo de hace un momento estuve haciendo ejercicio y termine llenó de sudor cuando llegaste acababa de salir de bañarme - le explicó nervioso, pero ahora que lo pienso no sé porque le dije eso - pero ¿en qué puedo ayudarte? -
Ella agacha la mirada y me dice dudosa, lo cual es bastante raro en ella, ya que siempre se ha mostrado segura con lo que dirá, sobre todo si está frente antes mi.
- Es que hay algo que quiero hablar con usted y no podía hacerlo en la escuela - dice evitando mi mirada
- De acuerdo, pasa puedes sentarte en uno de los sillones si gustas - ella entra sin decir nada y se sienta en el sillón de tres piezas
Yo cierro la puerta y me siento frente a ella, ahora que la puedo ver mejor noto que su cabello está peinado en una coleta alta, algo que la hace lucir muy bien, está usando un vestido gris que le llega a las rodillas con un abrigo negro ajustado a la cintura y una botas largas del mismo color. Mientras yo la descifraba sin pudor, ella parece escanear todo a su alrededor haciendo pequeños gestos con su rostro, haciéndome ver que en su mente está razonando el porqué de todo. A los pocos segundos parece haber terminado de memorizar cada rincón de la sala, por lo que vuelve a centrar su atención en mí. Al hacerlo se da cuenta de que la estoy mirando con mucho detenimiento. De inmediato desvió mi mirada para evitar que se sienta más incómoda de lo que ya estaba.
- Dime ¿cómo supiste dónde vivo? - preguntó para tratar de llenar el silencio
- Una de las compañeras me dijo - me dice mientras juega con sus manos
- ¿Bueno y qué era lo que querías decirme? - le pregunto con curiosidad
De inmediato la veo sonrojarse, lo que me hace pensar que no es nada bueno lo que me dirá.
- Es que, me quería disculpar con usted - dice con rapidez
- Disculparte, ¿Por qué? - le pregunto confundido
- Por todo, por la patada, por hablar en clase, por llegar tarde al salón, por lo de la silla y por... ¿Usar minifalda? - me responde tímida y yo sonrió al recordar todas las discusiones que tuvimos durante la última semana
- No te preocupes, no hay nada de qué disculparse para ser sincero yo tampoco me he comportado muy bien, supongo que yo también debo disculparme - le digo con sinceridad
- Pues si usted me perdona yo también lo perdono ¿Vale? - sugiere con una sonrisa
- Suena bien - respondo
- Entonces ¿Tregua? - me dice estrechando la mano
- Tregua - le digo acercándome a ella para tomar su mano
Mantenemos nuestras manos unidas sin dejar de sonreír y esa sensación que sentí al tocar su piel el día que la conocí, se vuelve a hacer presente.
Ya no quiero soltarla.
Pero para mí desgracia, es ella la que termina con el contacto, aunque al hacerlo se nota ruborizada y eso me hace pensar que tal vez, sólo tal vez, ella también sintió algo.
- Genial, supongo que entonces ya debería irme - comenta mientras intenta levantarse pero el rugir de su estómago la detiene
- Déjame adivinar no has desayunado - le digo divertido
- No, es que quise venir primero aquí - contesta apenada
- Pues si te sirve de consuelo, yo tampoco he desayunado ¿Te gustaría acompañarme? - le pregunto mientras me levanto del sillón
- ¿Quiere que coma con usted? - pregunta sorprendida
- Por qué no, ya estás aquí y ambos tenemos hambre, además hace mucho que no desayuno acompañado - le digo restándole importancia
- Ok - responde para luego levantarse y seguirme a la cocina
Juntos picamos la fruta mientras reímos y conversamos de todo un poco, algo que me hace recordar a cuando vivía con mi familia, en mi hogar. De alguna forma hemos dejado a un lado el hecho de que somos maestro y alumna y nos tratamos como si fuéramos amigos de toda la vida. Y por un momento me siento feliz, pleno. Al terminar de preparar todo nos sentamos en el mesón que está en medio de la cocina y le doy a Violeta una taza de café mientras come de su fruta con mucha miel.
- Si tomas café ¿Verdad? - le pregunto por preguntar mientras le curvo cae en una taza
- Pues mis papás solo me dan descafeinado en una pequeña taza y no muy seguido, pero nunca he sabido porque - responde tomando un sorbo del café
Yo me quedo pensando en la razón que tendrán sus padres para hacer eso, bueno si ella misma no sabe no debe ser importante.
(15 minutos después)
Ya sé porque le dan descafeinado. Apenas se tomó el café enloqueció, en este momento esta dando vueltas en la silla giratoria y diciendo una sarta de tonterías, habla tan rápido que apenas le entiendo.
- Yustedporquesehizoprofesoraquienseleocurre estudiarparaenseñaresonotienesentidoyesaburrido muyaburrido¿Ustednoseaburre?¿Yosimeaburriria?imaginesepasartodoeldiasoportandoaunabolade estudiantesquenisiquierateescuchayonoaguantarianononononoesetrabajonoesparamiporesoyovoyaser fotografayvoyatomarmuchasfotosHoo!yaselevoya tomarunafoto - dice tomando su celular
- No me gustan las fotos - le digo incómodo pero ella solo me saca la lengua y empieza a tomarme fotos...
- Vamossonriaquelecuesta - me dice por quinta ves
- Creo que ya son suficientes fotos - comento después de escuchar el flash del teléfono como 30 veces y aún que ella me hace caso y se sienta sigue hablando
- Oigatieneunabonitacasamegusta¿Porquevivesolo? ¿Notienefamilia?¿Vivenlejos?¿Nosellevabienconello?¿Sesientesolo?deberiacomprarseunamascota ¿Porquenosecompraunamascota?noseunperroungato unaiguanauncotorrounaserpienteyoquese -
- No me gustan los animales - respondo fastidiado
- PuesamisiyotengounaperrasellamaBluelaquiero muchoperoestaloca - me comenta riéndose
- Todo se parece a su dueño - digo más para mí que para ella
- Cuandolleguémedijoquehabiahechoejercicio¿Tiene algunaparatoparahacereso?¿Comoes? ¿Dondelotiene? - me pregunta
- Está en unos de los cuartos de arriba - le respondo
Y hagan de cuenta que le dije que fuera a verlo por qué en ese momento se fue directo a las escaleras. Yo la alcanzó en la segunda planta y abro la puerta del gimnasio antes de que ella se ponga a buscarlo en todas las habitaciones.
- Vahaquelindomegustatodoesrojoconnegro ¿Porquedeesecolor?¿Nohabiadeotro?¿Sololegustaese?... ¿Paraqueesesto?...¿Estacosaquees?... ¿Esteparaquesirve? - después después de tocar casi todo lo que tiene enfrente la veo jalar una de las ligas con fuerza para después soltarla, por lo que terminó cayéndose al suelo
Al principio me preocupé, pero creo que no le pasó nada porque se está riendo a carcajadas.
- Yupyyyy!!!Quedivertidootravez - dice mientras se levanta
- No ya no habrá otra vez - sentenció con seriedad
- Asshqueaburridonoseatanaguafiestassinodejadeser tanamargadonuncaconsegiranovia - me dice apretándome las mejillas y sin más sale de la habitación
Por un momento me quedo pensando en su comentario pero después me concentro en lo que sea que esté haciendo. Cuando salgo a buscarla la encuentro en la cocina sirviéndose ¡¡Otra taza de café!! Si esto hace con una taza con dos va a querer volar, así que mejor la detengo.
- ¡¡¡No Violeta!!! - le grito, pero ella se asusta y avienta la taza rompiéndola en pedazos
- Ayperdonperdonperdonfueunaccidentelosiento - se disculpa girandose con torpeza y al hacerlo tira el recipiente dónde estaba la fruta regandola toda
- Aynoquemalperdonnoquisehacerloahoritalolimpio - me dice queriendo agacharse
Pero antes de que rompa otra cosa, yo la detengo abrazándola por la espalda juntando sus brazos y pegándola a mi cuerpo.
Nos quedamos así por un momento, ninguno de los dos habla o se mueve. Aunque al principio se tensa poco a poco se va calmando y su respiración se empieza a regular, yo por mi parte es todo lo contrario. Tenerla de esta manera tan cerca inhalando su aroma que tanto me enloquece, hace que mi corazón se acelere y sin darme cuenta la aprieto más a mi pecho como si quisiera tatuarla en mi piel. Y aunque quisiera quedarme así por mucho más tiempo sé que no puedo por lo que muy a mi pesar me aparto solo un poco de ella y la giro lentamente hacia mi para poder hablarle.
- No hagas nada ok, solo quédate quieta en el sillón mientras yo limpio ¿De acuerdo? - le habló despacio
Ella solo asiente y se deja llevar por mi al sillón, yo regreso a la cocina y le preparo una taza de té con leche para que se relaje, cuando se lo llevó la encuentro sentada mirando por todos lados, sus piernas tiemblan al igual que sus manos y su respiración se oye entrecortada.
- ¿Estás bien? - le pregunto preocupado mientras tomo sus manos para que deje de temblar
Violeta se relaja un poco y asienta con la cabeza.
- Toma esto te ayudará con la ansiedad - le digo dándole la taza de té, ella la empieza a tomar y yo me voy a limpiar la cocina
Cuando por fin termino y veo todo limpio y ordenado como a mí me gusta regreso a la sala, me preocupa que Violeta no haya hecho ningún ruido hasta ahora, eso no es normal en ella ni cuando está en sus cabales, solo espero que no se haya aventado por el balcón. Pero para mi sorpresa la encuentro profundamente dormida, tal vez porque se levantó más temprano de lo que acostumbra y aunque el café le dió mucha energía la gastó toda con sus locuras.
Me siento en la mesita de centro para estar frente a ella, se ve tan tranquila y serena, todo lo contrario a lo que es cuando está despierta. Sin poder evitarlo empiezo a acariciar su rostro con mi mano, paso por sus ojos, su nariz, sus mejillas y sus labios. Donde me detengo más del tiempo debido.
- Que voy a hacer contigo niña, cada vez estoy más loco por ti y eso me asusta porque no sé hasta dónde podrá llegar esto que estoy sintiendo. Lo que más me pesa es que nunca podré decírtelo y mucho menos demostrártelo - le susurro para no despertarla y sin pensarlo le doy un beso en la sien
Ella se remueve un poco ante mi tacto, yo me alejo mientras abre sus ojos y me asustó al pensar que escuchó lo que dije pero parece que no fue así porque se ve soñolienta y apenada.
- Lo siento no sé en qué momento me quede dormida - comenta mientras se acomoda
- No te preocupes, ¿Te sientes mejor? - le pregunto
- Si si gracias - responde con una sonrisa
- Ok entonces creo que es hora de que nos vayamos - le digo viendo el reloj de mi muñeca
- Si es verdad - me dice
Ambos tomamos nuestras cosas y salimos del departamento al entrar al elevador nos quedamos en un silencio incómodo y me preguntó si tiene algo que ver con lo que pasó mientras dormía. Al llegar al estacionamiento Violeta me ve confundida pero no dice nada hasta que llegamos a mi auto.
- Bien, sube - le digo abriéndole la puerta del copiloto
- Cómo ¿Quiere que vaya con usted? - pregunta extrañada
- Pues si - contesto con obviedad - no voy a dejarte ir sola a la escuela, hace frío y ya es tarde, además no creo que a tu profesor le guste que llegues tarde hoy - bromeó
Ella se ríe mientras sube al auto y después de cerrar su puerta entro del otro lado para encender el auto. El camino es silencioso pero sin tensión y mientras nos dirigimos a la escuela yo repaso todo lo que ha pasado en menos de 2 horas. Y es ahí cuando reaccionó, Violeta me vio prácticamente desnudo, casi la drogo con el café, la besé mientras dormía y ahora vamos juntos a la escuela, en mi auto. Se que eso no se verá bien, pero no puedo bajarla así sin más. Mientras yo me debato en lo que debo hacer Violeta toma la iniciativa.
- Puede dejarme aquí por favor, creo que sería mejor que me baje antes y lleguemos aparte para que no malinterpreten las cosas - comenta con seguridad
Yo me orillo sin decir nada pero en el fondo le agradezco que haya tomado ella la decisión.
- Gracias por todo y perdón por el alborotó que causé - me dice apenada
- No te preocupes, al menos ahora ya sabemos porque no te dejan tomar café - le digo divertido y ella se ríe mientras baja del auto, yo retomo mi camino y al llegar a la escuela me siento de muy buen humor
Al sonar la campana todos entran al salón entre ellos Violeta quien al notar que la estoy mirando me sonríe con alegría. Empiezo la clase y mientras el día avanza yo me cuestionó si fue buena idea hacer una tregua con Violeta. Solo espero poder tener bajo control la situación sobre todo mis sentimientos.
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Creo que a todos nos quedó clara la lección, no tomes café frente al chico que te gusta. Sobre todo si este te deja loco loquito loco.
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