Esas vocecita molesta es mi subconsciente burlándose de mí, y tal vez sea cierto pero lo último que haré será aceptarlo. Con toda la pereza del mundo mundial me levanto y voy hacia el baño para lavarme la cara, al volver me siento en la cama y enciendo mi celular para ver la hora.
- ¡¿7:20 am? No puede ser, llegaré tarde a la escuela! - "como siempre" vuelve a decir mi subconsciente
Sin ganas de hacerle caso regreso al baño, está vez para ducharme, me baño a velocidad de la luz y al salir me dirijo al armario para ver qué encuentro para ponerme y no porque no tenga ropa, en realidad tengo mucha, pero está toda desordenada y amontonada en montañas. A pero eso sí, cada una está organizada, una montaña es de ropa sucia, la otra de ropa limpia y una más de dudosa procedencia. Diría mi abuela, junta pero no revuelta.
- Un día voy a acomodar todo esto - digo en voz baja
"Si claro, si te pagarán por cada vez que has dicho lo mismo ya serías millonaria"
¿Alguien sabe cómo se apaga esa vocecita de la cabeza que solo sirve para joderte?
En fin, milagrosamente logro arreglarme con rapidez solo me falta encontrar mi tenis izquierdo, así que con solo un zapato empiezo a buscar el otro con desesperación por todo mi cuarto. Buscó en el armario, la cómoda, el baño, entre las sábanas y hasta dentro de la caja del excusado. Por suerte no lo encontré ahí. Por fin, después de casi 20 minutos lo encuentro dentro de una bolsa de mano que estaba bajo la cama no sé qué hacía ahí pero no importa. Me veo por última vez en el espejo y aunque no tengo la belleza de una Miss Universo no estoy nada mal.
Estoy vestida con un pantalón de mezclilla azul celeste y un top rosa pálido de manga larga que le favorece muy bien a mi cuerpo de manzana (osea mucho de arriba y poco de abajo) mi piel no es ni blanca ni morena más bien es tipo leche con chocolate, lo que hace resaltar mis ojos tornasol que hoy se ven más azules que verdes y como toque final mi cabello lacio que me llega un poco más abajo de la cintura es de un tono castaño rojizo pero con las puntas de color violeta. El único detalle que no es muy de mi agrado es mi estatura de 1.60 pero tengo la esperanza de crecer un poco más en los próximos par de años.
Al llegar al comedor veo desayunar a mi familia formada por mi papá Roberto, mi mamá Lucía y mis 3 hermanos mayores. Si si, como leyeron soy la menor de 4 y la única mujer. Realmente no sé cómo le hicieron mis padres para coordinarse en cada embarazo pues en todos hay una diferencia de 3 años. Noah, el mayor, tiene 25, Erick tiene 22, Miguel 19 y yo con 16 pero no crean que ellos son indiferentes conmigo solo por ser mayores o porque yo sea mujer, en realidad me quieren y miman mucho, además que son bastante celosos.
- Buenos días - los saludo dándoles un beso a todos
- Buenos días Lila - saludan todos
(un dato interesante es que mi familia siempre me llama Lila solo porque según ellos es un diminutivo de Violeta)
- ¿No vas a desayunar? - pregunta mi mamá al ver que tomo una manzana y una barra de cereal
- No puedo debo irme... -
- ¿Y piensas salir así? - me interrumpe Erick
- Claro ¿Por qué no? - pregunto con obviedad
- Porque no dejas nada a la imaginación - responde Miguel con desaprobación
- Vamos no es para tanto - refutó fastidiada
- Claro que lo es, tienes 16 años, no puedes salir así a la calle - esta vez es Noah el que habla
- Tus hermanos tienen razón, será mejor que vayas a cambiarte - condena mi papá
¿Ya les había dicho que los hombres de esta casa son excesivamente celosos?
- Lo siento pero ya voy tarde, además tengo una chaqueta en la mochila - contesto para luego salir de casa antes de que digan otra cosa
Lo de la chaqueta es una vil mentira pero era necesario. Reviso mi celular y veo que solo tengo 20 minutos para llegar por lo que empiezo a correr como loca por la acera. Paso junto al Hyde Park que al menos de este lado del lago tiene una rosaleda de muchos colores y la fuente dedicada a la princesa Diana que lo hace ver mucho más romántico. Después de correr por casi 15 minutos logro ver la escuela a un par de cuadras por lo que me siento más tranquila. Al ver el semáforo en rojo cruzo la calle pero antes de llegar a la otra acera el claxon de un auto junto con el chillido de las llantas me hacen frenar en seco veo un auto blanco perla venir hacia mi y en un acto reflejo doy un brinco a un costado, pero pierdo el equilibrio y caigo al suelo golpeándome la frente, el dolor me obliga a cerrar los ojos. Creo que hasta puedo ver la luz al final del túnel.
¿Abuelita, eres tú?...
Ok tal vez estoy exagerando.
- Señorita ¿estás bien? - escucho que me pregunta una voz masculina, muy sexy por cierto, pero yo no doy para responder
¿Será que ya estoy muerta y un ángel me ha recibido?
- Señorita, por favor responde ¿estás bien? - vuelvo a escuchar la voz y al ver que no contesto me levanta por la espalda recostando mi cabeza en su hombro permitiéndome inhalar su colonia que me hace suspirar
No sabía que en cielo hiciera tanto calor, siento que me quemó.. ¡Hay dios! ¿Tan mal me porte en vida que me mandaron al infierno?
En un momento siento su mano en la parte desnuda de mi cintura, la electricidad que me recorre por su contacto me hace reaccionar abriendo los ojos y lo primero que veo es un par de ojos grises que me miran profundamente con preocupación y ¿Sorpresa?
¡Si este es el infierno, que me torturen eternamente!
- Estoy bien - respondo algo nerviosa
Me separó del hombre para intentar levantarme pero el mareo me hace trastabillar, el hombre al notarlo vuelve a sujetarme de la cintura y me pega a su pecho provocando otra corriente eléctrica en mi cuerpo. Eso solo confirma que aún estoy viva y yo que ya me había emocionado. Volteó a ver al hombre de ojitos ciegos y ahora que lo observo mejor noto que es bastante alto, capaz y llega al 1.80, tiene piel apiñonada, cabello negro carbón y carnosos labios de un tono rosado.
Si este no es un ángel entonces no sé que es.
- ¿Segura que estás bien necesitas que te lleve al hospital? - pregunta el hombre en un tono ronco que estoy segura no tenía hace un momento
- No, estoy bien, no es necesario - le digo casi en un susurro
Ambos nos quedamos mirándonos por segundos que parecen eternos. Y de pronto el hombre me suelta como si le hubiera dicho que tenía lepra y busca centrar su mirada en otra parte que no sea yo.
- En ese caso deberías tener más cuidado, no puedes ser tan imprudente al cruzar la calle - habla molesto
¿Fue mi imaginación o me está culpando de que casi me atropella?
- ¿Imprudente yo? Fuiste tú quien se pasó el alto y casi me deja como calcomanía - lo enfrento
- Vamos ni siquiera te toque, además no me pasé el alto, para tu información estaba dando la vuelta - me dice esta vez mirándome de frente
- No bueno, eso me hace sentir mejor ¡¿Osea que solo porque tienes derecho a dar la vuelta en un semáforo puedes atropellar a la gente?! - le digo casi gritando
Veo al hombre presionar los puños y dando un paso hacia mí.
- Yo nunca dije eso, no... -
- Bueno y no pudiste al menos mirar a los lados para ver si alguien intentaba cruzar - lo interrumpo acercándome más a él
- Claro que lo hice pero no estoy acostumbrado a ver cosas tan... insignificantes - me dice viéndome de pies a cabeza
¿Que, que, what? A no eso sí que no, yo podré ser todo menos insignificante, llena de coraje le doy una patada en la espinilla y lo empujó contra el cofre de su auto.
- ¡¡A MI NADIE ME HABLA ASÍ IMBÉCIL...!! - estoy por decirle un par de cosas que una damita como yo no debería decir cuando un policía nos interrumpe
- ¿Qué está pasando aquí, por qué tanto alboroto? - pregunta el oficial con firmeza
Y es ahí cuando me doy cuenta de que estábamos discutiendo a mitad de la calle provocando que cuan más se acercará a ver lo que pasaba.
"Gente metiche"
- Pierda cuidado oficial, aquí no está pasando nada, es más yo ya me iba - le digo alejándome del ciego con bonitos ojos, tomo mi mochila y sin más me alejo
Al llegar a la escuela, tarde por cierto, me dirijo al baño para arreglarme un poco, sacudo mi ropa y aplicó un poco de maquillaje en el moretón que se está formando en mi frente. Al salir voy al salón que me corresponde y me siento en la butaca que está a lado de mi mejor amiga Brisa, hace rato que sonó la campana y ya están aquí todos los compañeros pero extrañamente el profesor no ha llegado.
¿Qué habrá pasado?...
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Si quieren saber cómo es Violeta o ver la fuente dedicada a la princesa Diana entren a mi cuenta de Instagram... escritoradeluna.