Capítulo 10 Castigo

Charles miró su mano en la cabeza de Bella con un toque de crueldad en sus ojos.

La gente detrás de Charles agachó la cabeza, sin atreverse a respirar con dificultad. Los demás en el pasillo ya habían visto esto y se fueron. En este momento, solo ellos quedaron aquí.

El más miserable fue el que vino a discutir la cooperación con Charles. Pensó para sí mismo: 'No es bueno salir hoy. ¿Por qué me encontré con esto? El calendario no decía que no fuera apropiado hablar de negocios hoy.

Sin embargo, cuando Francis caminó hacia la puerta, de repente recordó algo. Se volvió hacia Bella y le dijo gentilmente: "Cuídate bien. No dañe su cuerpo por perder peso. Alguien sentirá lástima por ti ".

Después de decir eso, independientemente de la expresión en el rostro de Charles, salió con gracia.

Quizás fue porque había recibido la educación de etiqueta de la familia real desde que era un niño, todos sus movimientos eran tan elegantes como una pintura, como si estuvieran grabados en sus huesos.

Tan pronto como se fue, Charles levantó a Bella de la silla.

La vajilla de la mesa cayó inmediatamente al suelo, haciendo un sonido áspero.

"Hola, ¿qué pasó aquí? Oh! Es el Sr. Si. ¡Continúe con su trabajo! "

El gerente vino a preguntar qué estaba pasando. Tan pronto como vio a Charles, inmediatamente se fue con la cabeza gacha.

Como gerente, ¡no podía permitirse el lujo de ofenderlo!

"¡Charles, déjame ir!" Bella se sintió extremadamente incómoda siendo tirada por él. Además, había tanta gente a su alrededor. Ella no quería que se rieran de ella.

"¿Dejarte ir? ¡Cómo te atreves! ¿Entonces que? ¿Crees que no tienes nada que temer después de subirte a la cama de Francis? Charles maldijo maliciosamente.

Los camareros escondidos a un lado en secreto miraron a Bella. Obviamente. No esperaban que ella fuera una persona así.

Estaban celosos y envidiosos de ella, que era tan excelente para seducir a los hombres.

Bella se sonrojó de vergüenza y dijo en voz baja, "¿De qué tonterías estás hablando? YO... Regresemos y hablemos de ello ".

"¡Eh! Bella, eres solo una perra. Deja de hacerte el inocente. Pretendes ser más inocente que nadie, pero de hecho has seducido a muchos hombres ".

"¡Aplaudir!" Bella abofeteó a Charles. El pasillo estaba tan silencioso que todos podían escuchar claramente sus respiraciones.

"¡Mierda!"

Charles miró a Bella con ojos rojos, como si fuera a tragarla.

Bella se mordió los labios y miró a Charles tercamente.

Sabía claramente que ella valoraba su autoestima, pero aún así la humilló deliberadamente delante de todos. Los ojos de los camareros estaban a punto de traspasarla.

Bella sintió que su dignidad estaba totalmente pisoteada en el suelo.

"¡Bueno! ¡Muy bien!" Charles miró a Bella y de repente la agarró por la muñeca y la arrastró rápidamente.

El asistente lo siguió con cara amarga, "Sr. ¡Si, el contrato! ¡Contrato!"

El hombre que vino a hablar de negocios con Charles inmediatamente sacó al asistente y se secó el sudor de la cabeza. Su rostro gordo estaba lleno de vergüenza. Él dijo: "Olvídalo. señor. Si parece tener algo más importante con lo que lidiar. Será mejor que retrasemos el contrato. De todos modos, no tiene prisa ".

La asistente enarcó las cejas y pensó: '¿No tenía prisa antes? Me seguía instando antes. Incluso dijo que no promoverían la cooperación si no firmamos el contrato lo antes posible.

El hombre parecía haber leído la mente del asistente y su rostro gordo estaba aún más avergonzado.

El asistente entendió.

En los últimos años, bajo el liderazgo del CEO, su empresa se había vuelto cada vez más avanzada y floreciente. También fueron generosos y muchas empresas se apresuraron a buscar cooperación con ellos.

Por supuesto, no descartó a aquellos que deliberadamente se daban aires y querían obtener más beneficios. Este gordo debería pertenecer a este tipo de personas.

Sin embargo...

"¡Humph! Entonces puedes volver y esperar ". Dijo el asistente y se fue.

Sin embargo, ¡aquellos que querían engañarlos nunca habían tenido un buen final!

Al mismo tiempo, Charles arrastró a Bella hasta el estacionamiento y se detuvo frente a un Rolls-Royce.

Con un rostro sombrío, Charles abrió la puerta y arrojó a Bella dentro.

Bella fue tomada con la guardia baja. Se golpeó la cabeza con la puerta del coche con un ruido sordo. Sin embargo, antes de que Bella se sentara, el agresivo beso de Charles recorrió su cuerpo.

"Dejar... Déjame ir..."

Bella siguió luchando. Alguien vendría al estacionamiento en cualquier momento, sin mencionar que Charles ni siquiera cerró la puerta. Agarró su ropa presa del pánico y no quería que la violaran así.

Sin embargo, Charles parecía estar loco. Él agarró su ropa con frenesí. Bella agarró su cuello con fuerza y no quería soltarlo. Se rompieron varias uñas y la sangre brotó instantáneamente de las yemas de sus dedos.

Sin embargo, Charles, que estaba furioso, no se preocupaba por ella.

Con los movimientos cada vez más intensos del rostro de Charles Bella se puso pálido.

¿Qué pensaba él de ella?

Las dos líneas de lágrimas corrieron por su cabello y pronto desaparecieron.

Un rastro de determinación cruzó por el rostro de Bella, como si hubiera tomado una decisión.

Después de mucho tiempo, Charles se detuvo lentamente. Afortunadamente, nadie apareció en el estacionamiento.

Tan pronto como Charles se apartó del cuerpo de Bella, un toque de determinación brilló en sus ojos. Apretó los dientes y se estrelló contra la puerta del otro lado.

¡Charles no lo notó y Bella chocó contra la puerta e hizo un sonido fuerte!

La sangre brotó de la frente clara de Bella y su frente estaba roja e hinchada.

El rostro de Charles se puso pálido. Inmediatamente tomó a Bella en sus brazos, solo para descubrir que la mujer en sus brazos se había desmayado. Sus labios apretados mostraban un rastro de terquedad.

Charles sintió como si su corazón fuera agarrado por una mano, tan doloroso que no podía respirar.

"¡Bella! ¿Es usted un tonto?" Charles golpeó la puerta del auto con el puño, rápidamente vistió a Bella y luego hizo una llamada telefónica.

"¡Baja! ¡Ir al hospital!"

Los guardaespaldas que vigilaban fuera del estacionamiento no sabían lo que había sucedido. Cuando escucharon el tono nervioso de Charles, inmediatamente salieron corriendo. Los conductores que fueron detenidos afuera parecían enojados, pero refrenaron su enojo y luego fueron al estacionamiento a recoger sus autos.