Capítulo 3 Sin entender

A la mañana siguiente, un sentimiento de culpabilidad me invadió, vi como tenía ojeras muy marcadas, su olor no desaparecía, me di el tiempo de soltarla, aunque no podía hacer nada por la irritación, le dije que se diera un baño pues no olía muy bien, pero realmente era para que se relajara un poco, tomé las llaves puse seguro a la puerta y salí de la casa.

Con la idea de despejar la mente, fui a uno de los bares que visito cuando deseo tener placer, una de las chicas que le gusta complacerme fue a mi encuentro, lastimosamente, no había lugar donde pudiéramos seguir la fiesta, así que le dije que fuéramos a mi casa, casi no soy de los que lleva mujeres a la casa, muy pocas en sí, pero ahora se me dio.

Aunque era una puta barata, sabía darme lo que siempre necesitaba para relajarme, ya en casa, fuimos a mi habitación, Michelle yacía acostada en la cama durmiendo, la moví para que se despertara, y se moviera y me diera espacio, claro que quizo saber quién era mi acompañante:

- ¿Quién es ella? – preguntó

-De tu incumbencia no es, así que no preguntes y muévete – contesté.

Le ordene a la castaña que había llevado, que me esperara sin ropa, pues debía buscar unos preservativos, que tenía en mi despacho.

Cuando estaba de regreso, escuche que la castaña le decía a Michelle, que ella se veía que no sabía nada del sexo, porque si ese hubiera sido el caso, no la habría llevado a ella.

Me quite la ropa y le indique que empezara con su trabajo, pero antes me pregunto que hacia esa chica allí (Michelle)solo me limite a decirle que era mi contenedor de semen, y además un pago por una apuesta.

No sé de dónde salió mi idea de hacer que Michelle me viera cuando cogía a la castaña, le dije que debía saber como complacerme. La mujer no me causaba nada más que repulsión, lo sentí cuando estuve dentro de ella, pero no podía dar mi brazo a torcer en ese momento, tuve que mirar a Michelle para poder correrme, luego de eso salí de la castaña, y le indiqué el camino al baño, le puse los billetes en el bolso de mano que llevaba, y luego se marchó.

Cuando me sentí calmado, me puse a ver algunos programas de Tv, ninguno me llamaba la atención, así que decidí recostarme un momento, pero antes me daría una ducha, me sorprendí al no verla en la cama, pero escuche la ducha, al cabo de unos minutos, el sonido era el mismo, así que sin más decidí entrar, sus pies salían de la bañera, me acerque un poco más y ella estaba ahogándose, me dio escalofríos ver esa escena, la saque como pude, pues su cuerpo estaba poniéndose pesado, había aprendido RCP, y fue lo primero que hice, los segundos pasaban lento, y no había nada que hiciera que reaccionara, después de algunos intentos, logre que tosiera y sacara el agua que había entrada en ella.

Solo se limitó a preguntar, por qué no la había dejado allí, si evidentemente ella quería morir, yo le indique que era mi pago, y pues no lo quería perder, o si deseaba que matara a su papá, pero su respuesta me sorprendió, me dijo que ella no tenía padre, y que podía hacer con él lo que deseara, además que, si esta vez no lo había conseguido, en algún momento lo lograría, porque razones para seguir con vida no tenía.

Mis alarmas se encendieron, luego caí en cuenta que no había probado bocado de comida, seguramente tenía hambre, y justamente un sonido de su estómago, algo que le causó vergüenza pues se sonrojo, me lo reveló.

Algo que nunca había dejado a un lado y que además me gustaba era cocinar, así que acudí al refrigerador, tome algo de pollo, papas unas verduras y prepare un guiso. Minutos después, y con la comida lista, le subí a la habitación, cuando estuve dentro, vi que no tenia ropa interior, y mi cuerpo reacciono, pero también sabía que debía dejarla comer, así que deje la comida en la mesita indicándole a ella que comiera mientras me daba una ducha.

Cuando salí de la ducha, Michelle, ya había terminado su comida, noté que no había comido casi nada, le pregunté por que no lo había hecho, y solo me dijo que no le apetecía alimentarse, la amenace con tomarla, ella no se inmuto, más bien me dijo que era lo que yo mencione que haría cada vez que quisiera.

Sin más me puse entre sus piernas, ella estaba mojada, y como no tenía bragas pues las únicas que trajo las rompí el primer días que estuvimos juntos, metí mi mano y anduve en su clítoris, ella no decía nada, pero su interior me decía mucho, no utilice preservativo pues ella me pertenece, y si llega a ver algún embarazo, le doy una buena suma de dinero y la dejo libre, de ser el caso, aunque no se que pase después, entre en ella, su interior estaba exquisito, no me dio por ser brusco, más bien lo hice lento, de pronto sentí como si lo estuviera disfrutando, pues sus paredes se contrajeron, como si se acercaba su liberación, la bese suavemente, luego escuche que dijo mi nombre en un gemido, eso me prendió en gran manera, tome sus pechos, los chupe, mordisquee despacio sus erectos pezones, ella gemía y me encantaba escucharla, no podía controlarse, decía mi nombre por momentos, justamente cuando estaba por correrme en ella, sentí que sus paredes volvieron a apretar mi miembro de una manera deliciosa, y en ese momento ella se volvió a correr, y luego le di un par de estocadas más y me corrí dentro de ella, llenándola, ella se arqueó cuando sintió que dejaba todo en su interior.

De manera suave, salí de ella, me recosté a su lado, ella se giro un poco y me dio la espalda, en mis adentros sonreí, definitivamente, esto no fue sexo duro como estoy acostumbrado a tenerlo con mis amantes, pues a ninguna suelo besar, fue como si hubiera sido algo más que sexo. Fui al baño, llené la tina, quería relajarme un poco más con un buen baño.

                         

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