Capítulo 4 Verdad o reto

Esta vez, James le respondió a John con un mensaje que decía, "No quiero saber nada de Maria". Lo que fuera que estuviera tramando esa mujer, no quería saberlo.

Después de regresar del cementerio al hotel, Maria estaba cansada y se metió en la cama. A la mañana siguiente, fue a HM Group para su entrevista de trabajo. Todo era parte de su plan.

El regreso de Maria a casa puso nerviosa a la mayor parte de quienes la conocían en la ciudad.

En su tercer día allí, Alina la llamó. "Maria, una amiga mía que vive en América acaba de regresar y voy a dar una fiesta para celebrarlo. ¿Quieres venir?".

"No, gracias. No me quedaré aquí mucho más tiempo. De hecho, me iré esta misma noche", dijo Maria en voz baja, aunque no había ni rastro de emoción en su rostro.

Ella solía pensar en Alina como una mujer intrigante, pero parecía que no era tan paciente como había pensado ella. '¿Qué? ¿Acaso tienes miedo de que pueda ir a la policía y denunciar tu crimen? No te preocupes, Alina. No lo haré, al menos no ahora. El juego ni siquiera ha comenzado', pensó Maria.

¡Quería que supiera que ella, Maria, tenía la última palabra sobre cómo su prima iba a pasar el resto de su vida!

"¿Te vas ya, tan pronto? ¡Pero si acabas de llegar! ¿Por qué tanta prisa? ¡Al menos quédate para que puedas venir a la fiesta!", insistió Alina. Si Maria se iba ahora, Alina no podría meterse con ella. No solo eso, tenía que dejarle claro a Maria que James era su futuro prometido y era intocable.

Solo cuando le hubiera dejado eso claro, si Maria no se iba, ella misma se encargaría de que alguien la echara. Después de todo, Maria era la exmujer de James. Era posible que aún sintiera algo por él.

"Bueno... está bien. Entonces te veré en la fiesta", aceptó Maria.

Después de colgar el teléfono, las dos se pusieron a pensar en sus propios planes.

Maria estaba bastante segura de que James también iría a la fiesta. De otro modo, su prima no habría tenido ninguna otra razón para invitarla. Alina no necesitaba presumir de su riqueza. Solo quería presumir de su futuro prometido, James, y restregárselo por la cara a Maria.

Resultó que su suposición era correcta. Como era de esperar, James estaba allí.

Alguien abrió la puerta de la habitación privada que habían reservado para la fiesta, y luego entraron James y Alina.

Él vestía un traje azul oscuro, sin corbata, y llevaba los tres botones superiores de su camisa desabrochados. No tenía un aspecto tan serio como en el trabajo, así vestido con ropa informal de negocios. Pero su porte no dejaba dudas sobre su elegancia.

Junto a él estaba Alina, con un vestido de color marrón claro. Y llevaba todo el maquillaje que era posible llevar. Pestañas postizas, las cejas dibujadas, unos labios seductores. Y no dejaba de sonreír en ningún momento, tal vez por James.

Al verlos entrar, todos los asistentes a la fiesta se pusieron de pie y comenzaron a saludar a la pareja, cuya llegada provocó una momentánea conmoción.

Maria se retiró unos pasos y se sentó en silencio en un rincón, viendo cómo todo el mundo intercambiaba saludos.

Un momento después, Alina miró alrededor en la habitación y fijó sus ojos en su prima, que estaba jugando con su teléfono. Entonces dijo en voz alta, "¡Maria, estás aquí!".

Maria lucía una camisa roja con los botones superiores desabrochados, revelando la camisola negra que llevaba debajo. Remataba el conjunto con una falda larga negra de cintura alta, que realzaba su ya de por sí perfecta figura.

Al oír el saludo de Alina, Maria inmediatamente guardó su teléfono, se puso de pie y se dirigió a la mujer sonriente. "¡Hola, Alina! Hola, señor Xi".

Al ver a Maria vestida así, Alina creyó que se proponía seducir a James. Luego miró al hombre a su lado y descubrió que James ni siquiera le dirigió la mirada a su ex esposa, lo cual alegró bastante a Alina.

Entonces se acercó a Maria, le tomó la mano y dijo amablemente, "Me alegra que pudieras venir esta noche. Antes de la fiesta de la otra noche, ni siquiera nos habíamos visto en años. Y quiero que eso cambie".

Entonces, respondiendo a la actuación de Alina, Maria respondió, "¡Me parece bien! ¡Yo también lo deseo!".

Pero Stella, que también estaba presente en la fiesta, nunca olvidaría lo que aquella mujer le había hecho. De modo que aprovechó la oportunidad y comenzó a insultar a Maria. "Fue demasiado amable por tu parte invitarla aquí, Alina. La tratas como a tu propia hermana, ¡pero probablemente ella no lo aprecia! La familia Song la ha expulsado ya, ¿no sé ni por qué la tratas tan bien?".

Stella quería llamarla "asesina" también, pero temía que eso pudiera recordarle a James un pasado muy desagradable. De modo que se tragó la palabra que más deseaba decir para evitar enojarlo.

Pero Alina se colocó el pelo detrás de la oreja y regañó a Stella. "Dejalo. Que lo pasado sea pasado. Sea como sea, Maria es mi prima".

Su comportamiento la hacía parecer una dama generosa y noble, como una santa, y una vez más se ganó el corazón de todos los hombres de la fiesta.

Stella negó con la cabeza impotente. Luego miró a James, que se había mantenido en silencio hasta el momento. "Señor Xi, oí decir que te vas a comprometer. Trátala bien. Alina es una buena chica".

Mientras, James jugaba con el mechero en la mano, lo abría, miraba fijamente la llama y lo volvía a cerrar. Cuando escuchó que Stella se dirigía a él, la miró y dijo, "¿Me estás diciendo qué tengo que hacer?".

Su voz era fría y despiadada, y la habitación cayó en un tenso silencio después de que hablara.

Los invitados apenas se atrevían a respirar ahora. Debido a su amistad con Alina, Stella a menudo se burlaba de las personas y se comportaba con arrogancia, pero las palabras de James la humillaron delante de todos.

Stella se sonrojó y rápidamente explicó, "No, señor Xi. No quise decir eso".

Si hubiera sido otra persona, Stella lo habría despedazado allí mismo. Su temperamento era legendario. Pero se trataba de James y aquello era una historia diferente.

Alina temía que James se enojara y se fuera, así que no le dijo nada por faltarle el respeto a su amiga. Simplemente, intentó cambiar de tema. "¡Bueno, es hora de comenzar la fiesta! ¡Tú, abre el vino!".

"Está bien, Alina".

Y Alina logró darle la vuelta a todos esos ceños fruncidos.

Observando todo atentamente, Maria se sentó en la esquina y esperó a que Alina hiciera un movimiento.

Después de levantar sus copas y brindar por la amiga de Alina que había regresado del extranjero, chocaron las copas y bebieron el vino.

James había ido a la fiesta solo para acompañar a Alina. Se sentó en el sofá y se puso a mirar su celular, su actitud distante contrastaba con el ambiente de fiesta.

Emitía un aura tan intimidatoria que era imposible ignorarlo. A los demás no les quedaron más remedio que ignorarlo y relajarse en la fiesta.

Alina estaba más inquieta de lo que Maria esperaba. Tan pronto como todos tuvieron una copa de vino en la mano, ella puso su plan en acción.

Mientras, Maria observaba en silencio todo lo que estaba pasando. Había venido preparada y estaba esperando su momento cuando vio a Alina guiñarle un ojo a Stella.

Era la señal que estaba esperando Stella. En el acto, dejó su vaso y miró a Maria sonriendo inocentemente. "Oye, Maria, ¿no estabas enamorada de alguien cuando ibas a la escuela? Aunque jamás lo admitiste, ni siquiera durante el juego de 'Verdad o Reto'. Ahora que tus días de escuela han quedado atrás, ¿quién era ese hombre?".

Una vez más, los invitados a la fiesta guardaron silencio. Todos esperaron ansiosos por la respuesta de Maria. ¿Stella se refería a James?, era la pregunta que estaba en la mente de todos.