LA CASA AL FINAL DEL EMPEDRADO
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Capítulo 2 Parte Dos

Capítulo 2

-Así que Alameda se llama la ingrata mi lic - dijo el gordo Ramón secando con un trapo un vaso en la barra.

El hombre sólo guardó silencio dando el último sorbo a su bebida.

-¿Y por onde empezará a buscarla?

-Creo que huyó al estado de Querétaro.

-Pues le deseo toda la suerte... Uste se merece ser feliz... Aunque aquí no sé como se pongan las cosas con la niña Alissa.

- No me importa lo que ella piense... Ella sabe bien que nunca la quise. Todo lo de nuestro matrimonio fue arreglado desde que... Mira de cualquier manera ella también se merece buscar la felicidad con quien desee.

Aunque Vidal no tenía idea por cual pueblo comenzar a buscarla, tenía la esperanza que Lazara - amiga de Alameda-, le podría dar un indicio por donde iniciar su búsqueda.

-Oiga mi lic... - dijo el gordo Ramón -... cree uste que todo lo que está a punto de hacer ¿si valga la pena?

-¿Qué es lo que quieres decir? - dijo el abogado furioso tomándolo del paliacate que el gordo traía anudado alrededor de su cuello -. ¿Estás sugiriendo acaso que ella carece de valor? ¿Qué no vale la pena?

- ¡No mi licenciao! ¡Ni dios lo quera no...! ¡Lo que yo quería decile es...! - dijo el gordo con dificultad por sentirse comprometido - ¡...que uste pues sabe lo que siente por la señorita Gómezn pero, ¿está muy seguro de que ella siente lo mesmo por uste?

Al escuchar el alegato del cantinero, Vidal se derrumbó; mientras Ramón pudo sentirse a salvo por un instante.

-Creo que tienes razón gordo... -¿Cómo? ¿Cómo dice licenciao? - dijo el cantinero todavía temeroso.

-Yo la usé... Yo la ofendí... La obligué a... cosas que...

-¿Pos a qué cosas mi lic? - preguntó el gordo con cierta precaución.

- No supe en su momento como tratarla...

-Pero no todo está perdido mi licenciao... - dijo el cantinero un poco más sereno-. Si ella no lo quere pos uste puede... conquistala.

-¿Conquistarla dices?

-Seguro. Anímese hombre.

-Pero no sé por dónde comenzar amigo.

-¿Sabe con quién pudo juir? ¿Algún pariente?

- Si. Se fue con un hombre que... conoció en este mismo pueblo.

-¿Entonces ella se fue juyendo de todo esto? o de... ¿uste?

-Supongo que de todo... De ellos, de mí... La fortuna le sonrió y ella... sólo aprovechó el momento de salir de todo esto.

Entonces Vidal totalmente desencajado fue hasta donde los músicos, y les pidió cantar. Pensó que tal vez así mitigaría aunque fuera un poco todo ese mal que llevaba por dentro, y que por momentos parecía acabar con él, o con lo que quedaba de él.

Ya entrada la noche, Vidal terminó totalmente inconsciente debido al alcohol. Y como cada vez, el carruaje de su esposa se detuvo a la entrada de la cantina. Al poco tiempo dos hombres descendieron del vehículo y se llevaron al abogado.

-A que mi licenciao - dijo el gordo Ramón viendo como los planes de Vidal de ir tras la joven Alameda, se esfumaban como cada noche.

            
            

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