En esos minutos que Aukan les concedió al final también terminó sirviéndole a él, ya que se le hizo más cómodo darle la medicina y un poco de comida a Lyssca sin que nadie se diera cuenta de ello o eso es lo que cree porque para Naji no pasa desapercibido. Sin embargo, no quiere pensar que su amigo cayó tan fácilmente por una metamorfa que es igual de débil que un humano o un cachorro, pero tampoco le sorprendería.
Para Aukan sus acciones hacia la chica también le provocan varias dudas, inseguridades, curiosidad, excitación y otros sentimientos que son imposibles de comprender o de describir para él. Y es que, Aukan siente "ese" algo al mirarla, siente "ese" sentimiento al sentir su aroma que poco a poco se va mezclando con el suyo y que a su parecer calzan bastante bien.
Él, que es un metamorfo criado especialmente para que el miedo no esté en vocabulario, teme no poder comprender como funciona todo lo que la pequeña y débil metamorfa puede provocar cosas aun cuando se encuentra posiblemente al borde de la muerte.
Aukan teme no poder comprender esos sentimientos que nunca ha experimentado y que ahora sabe que tiene, pero a su vez le da miedo saber cómo es que esos sentimientos funcionan.
[...]
A lo lejos todos empiezan a ver la capital del imperio del norte, algo que a muchos tranquiliza, ya que la idea de no seguir pasando hambre y poder descansar como merecen después de un largo viaje junto con otra victoria sobre sus hombros es satisfactoria. En su llegada la multitud no se hizo esperar, en tan solo unos segundos los soldados fueron rodeados de metamorfos que viven en la capital del imperio.
Aukan no le gusta demasiado esa sensación de estar rodeado por temas de su espacio personal y el ruido que cree que es completamente innecesario, y es una de las razones del porqué vive un poco para no decir bastante alejado de todo el bullicio del lugar.
Los metamorfos alaban su nueva victoria contra la guerra que han tenido con el imperio del sur, aún no está totalmente ganada, ya que falta penetrar el castillo, pero Briccio quien es el emperador del norte quiere y desea que el emperador del sur se rinda. En especial ahora que este no tiene nada en que apoyarse de forma económica. Su poder ya ha caído.
-¿Iremos al castillo o celebraremos? -Pregunta Naji posicionándose a su par.
-Castillo, después pueden hacer lo que os guste.
[...]
Los guardias del castillo les abren el portón principal cuando os ven cerca del sitio, y al momento de cerrarlas detrás de ellos Aukan se separa de sus soldados y se adelanta hasta llegar frente del castillo que es en donde se encuentra su hermano menor, Briccio.
-Me traes una victoria y a su vez una mujer. -Dice con bastante gracia el emperador del imperio del norte, que es un metamorfo de 29 años, piel morena, pelo castaño corto, pero con un mechón que deja largo en su lado derecho para hacerse una trenza y su contextura es medianamente delgada. -No quiero decepcionarte, pero ya sabes, estoy casado y no porque sea un matrimonio político significa que engañaré a mi esposa.
-Al parecer tu humor de mierda sigue siendo el mismo. -Responde un poco irritado Aukan al escuchar las estupideces que dice su hermano menor. -Solo vengo a decirte que vendré por la tarde, tengo que ir a mi casa. Puedes decirle a los soldados que pueden irse a hacer cualquier cosa.
-Ya, pero ¿Quién es esa señorita que se encuentra entre tus brazos? -Aukan sin saber muy bien que contestarle le responde lo que es más obvio para él en esos momentos.
-Mi esclava. -Briccio únicamente le da una pequeña sonrisa de burla al verlo, ya que no cree lo que le está diciendo. -Cambia esa cara, que seas el emperador no impedirá que te dé la paliza de tu vida.
-Eso es un insulto a la familia real y al imperio, pero como soy un emperador que ama a su querido hermano mayor te lo dejaré pasar. Ve con cuidado hacia tu hogar, y espero que me visites mañana con tu querida esclava.
Aukan al escuchar a su hermano menor decir lo último pudo darse cuenta de las intenciones de este, y es que para Briccio esconder sus deseos o emociones es algo que nunca se le ha dado bien. Aukan ante lo que dijo su hermano le da una respuesta simple, una afirmación con su cabeza, después de aquello se va montando hasta la puerta trasera del castillo que es uno de los caminos más directos y rápidos que hay para llegar a su pequeña cabaña escondida o "perdida". Que es como lo describiría su hermano.
En el camino mientras va montando a una velocidad media se queda pensando en su pequeña "mentira", ya que teóricamente le dijo la verdad a su hermano, Lyssca es su esclava. Pero, una parte de él se siente un poco inseguro ante esa respuesta porque viendo las condiciones físicas de la metamorfa duda que pueda hacer algo sin enfermar.
Al no sentir más el bullicio de la capital siente que por fin puede relajar su cuerpo, sus músculos y sentidos que siempre se encuentran alerta se relajan al escuchar el tranquilo sonido del arroyo en el que suele pescar, y el canto de algunas aves.
Para Aukan sin duda vivir en un lugar lleno de vida, pero a su vez que le da una paz a su bestia escondida es lo mejor que pueda existir para seres como él.
Al llegar a su pequeña cabaña escondida dentro de lo más profundo del bosque se siente más tranquilo al ver que nada ha cambiado desde que se fue, sigue siendo un sitio pequeño y lúgubre, pero a su vez lleno de esa vida que le gusta apreciar. Antes de bajarse del caballo estira a la mujer que tiene sobre sus brazos hacia adelante para que no se caiga mientras él baje.
Abre la puerta de madera que tiene su hogar, revisa que todo este tal y como lo dejo, Aukan no sintió ningún aroma extraño que le haya dicho que alguien estuvo en el sitio. Abre las ventanas para que el polvo acumulado salga. Al volver con la mujer trata de bajarla con bastante cuidado, sabe que si ella fuera uno de sus soldados posiblemente lo habría tirado al suelo para que despertara y caminara, pero Lyssca no es un soldado, es una metamorfa igual de débil que un humano. Tiene que tener sumo cuidado con ella.
Cuando de nuevo la tiene entre sus brazos no puede evitar pensar que está sosteniendo un cristal a punto de hacerse trizas, y es que Lyssca es alguien de una contextura delgada a tal punto que a simple vista pareciera que se encuentra en los huesos. Algo que se puede confirma una vez que la tocas, Aukan entiende que es debido a su mala condición física que le impide comer como cualquier otro cambia formas. El metamorfo trata de no pensar en eso, siente que si sigue haciéndolo posiblemente se enoje con la familia de la joven por tenerla en tal estado.
Entran a la cabaña que se encuentra aún llena de polvo, y se dirigen a la única habitación que hay en el lugar que es la de Aukan, ya que siempre creyó que estaría solo en aquel lugar al que muchos se niegan a ir gracias a su presencia.
Al recostarla sobre la cama no puede evitar pasar su mano áspera y con algunos cayos por el delicado rostro de la joven, las ganas que tiene de ser poseedor de aquellos labios medianamente secos, pero que siguen teniendo ese jugoso color provocan emociones en su interior. Aukan decide dejarla descansar, no sin antes tomar un mechón de cabello de la joven y olerlo.
-Eres una Ninfa muy mala... -Le susurra tratando de que el aroma de la joven queda impregnado en su mente.
Cuando abandona la habitación se queda inspeccionando todo el sitio por segunda vez, tenía la pequeña esperanza de que Lyssca pudiera despertar en el viaje para ayudarle a mantener todo limpio, pero al verla en aquel estado tendrá que hacerlo sin ayuda.
-Sin duda es una esclava mimada.