Querida Jess:
No me conocés... Bueno, si me conocés, pero no sabes quién soy. Y de momento prefiero mantenerlo así. Por ahora solo quiero ser tu admirador secreto.
Tal vez mientras leés esto pensás que soy un tonto que no tiene nada mejor que hacer. Y sí, no tengo nada mejor que decirte algo que me está volviendo loco hace tiempo: Me gustás Jess.
Aunque solo te veo de lejos descubrí que hay muchas cosas que me gustan de vos. Decírtelo de frente me da vergüenza, por eso me escondo tras esta carta. Tengo miedo a que me rechaces sin darme una oportunidad.
Sé que no sos una mala chica y que no buscarías lastimarme, pero aun así prefiero esperar para decirte quién soy.
Si querés podés preguntarme cosas para conocernos mejor. Yo haré lo mismo. Eso si te interesa seguir escribiéndome. Espero que así sea porque realmente me importás.
Eso es todo lo que quería decirte. Solo me queda agregar que no quisiera que te rías de mí por escribirte. Mis intenciones son buenas y sinceras.
Atte. Tu admirador secreto
P.D.: Si decidís contestarme dejá la carta sobre el armario del salón. Esta la puse en tu bolso porque es la primera pero no me quiero arriesgar a que no veas las otras o se caigan por accidente.