Capítulo 3 LA RECTA FINAL

Todo empieza con el temor de equivocarse y perder la batalla que estamos próximos a dirigir,

pero nunca sabes cuál será el veredicto final de ese pequeño paso que estas dando, y durante toda la carrera esperas siempre sacar ventaja de los problemas que enfrentas, pero hay aquellos que solo llegan para debilitar esa fuerza con la que empezaste, se llevan poco a poco las ganas de continuar con el sendero y llegar a la recta final.

Enfrentas lluvias, enfrentas soles, sonríes colores y lloras traiciones, ves como cada participante decide cambiar de ruta y no correr más a tu lado, te despides de ellos esperando verlos en la próxima vuelta, pero al llegar no los ves y te encuentras con nuevas experiencias que te cambian y te dan nuevas formas de llegar a la meta.

Te distraes de tu objetivo y te dejas llevar por la felicidad de cada momento, crees que podrías vivir en ese fragmento de tiempo durante muchos pasos, pero llega el golpe que te devuelve a la realidad y cargas con el peso de poder terminar con la competencia, es entonces cuando llegas a la recta final y no sabes si lo lograrás, corres unos metros más y es en ese momento que te das cuenta que en realidad no importa ganar, no importa cruzar esa línea que divide la carrera del final.

Lo que te importa es cada instante que compartiste con los personajes que descubriste, importa la persona que amaste, la persona con la que lloraste, y la persona con la que pudiste salir de ese momento depresivo que te distrajo del principal objetivo, sabes que todo eso se perderá al cruzar, sientes como se frena tu caminar, miras el final y te das cuenta que nadie lo a podido terminar, regresas a tus recuerdos y haces más lenta la despedida.

Crees que sin ellos no podrás emprender una nueva carrera, pero conoces la historia que cada uno intenta escribir y te percatas de lo valioso que fue recorrer el sendero a su lado. Llega el momento de despedida, los miras, sueltas todas las lágrimas que guardaste y les compartes un abrazo, les dices adiós y te aproximas a la línea de salida, vuelves la mirada hacia atrás, miras por última vez a tus recuerdos y los dejas libres de volver a cruzarse en tu camino.

Cruzas la meta, observas el panorama y sientes de nuevo ese miedo de batallar, pero sabes que necesitas crear nuevos momentos a los que añorar.

            
            

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