Me dirigí hacía él gran árbol, en mí mano llevaba mi bolsa llena de mis ; Lápices, goma de borrar ,pinceles ,Recipiente para colocar agua para aclarar los pinceles, Trapo para secar los pinceles ,bloc o papel para pintura acrílica temperas o pinturas acrílicas de colores básicos: magenta, cian, amarillo y blanco por último mi caballete y lienzo.
Tenía mis manos llenas.
Ubiqué mi caballete y mis pinturas para comenzar a trabajar, me concentré lo máximo para poder lograr al menos un boceto.
Al otro lado sentado en la banca de descanso, Sergio él chico nuevo descansaba después de su pequeño accidente, él enfermero le hizo una curación en su frente ya que tuvo un pequeño raspón.
-¿Necesitas algo más, joven?
Pregunto con respecto.
–¡ Es todo! Puedes retirarte...
Él se quedó sólo observando el juego de sus compañeros de equipo.
De pronto algo llamó su atención, era esa chica del accidente.
-¿Qué estará haciendo?
Se preguntó curioso.
Continuó mirando hacia la chica que estaba distraída midiendo cada parte de ese árbol,
–¿Qué tendrá de especial ese árbol?
Siguió con la mirada atenta, hacia esa chica con ropa alborotada algo en ella se veía especial ante sus ojos, no solo su pelo rizado color rojizo que hacia una combinación perfecta con ese árbol de arce,
Unas horas antes, cuando la extendió su mano pudo ver unos ojos verdes cristales que no la hacía pasar totalmente desaparecida, a pesar de que no se vestía como las demás chicas del campus, eso no disminuía su belleza.
Era interesante ver una persona diferente a las otras.
La primera chica que no le había tirado onda y lo ignoró sin darle importancia, a pesar de que la haya tratado bien.
-¡ Debería conocerla!...
Ya eran las 11 y 40 a.m.
Karim salió a prisas para dirigirse a su trabajo, por el camino se hizo una coleta recogiendo por completo su pelo, se quito su enorme sudadera y solo quedó con su básica blanca, no quería llegar tan desarreglada porqué él gerente le llamaba la atención.
No hacia mucho calor, la brisa soplaba suavemente,
En la esquina parada esperando él bus del mediodía, ella estaba tan concentrada mirando la dirección , y no escuchó que alguien la seguía en él trayecto y que ahora estaba parado detrás de ella, solo sintió que alguien tocó su hombro.
Volteo rápidamente a ver quien era, grande fue su sorpresa al ver a Sergio él chico nuevo.
–¡Hola! Sonriendo
-¡Ahhh. Hola!
Me sorprendió verlo ahí parado.
Estaba vestido con un atuendo deportivo y con su pelo negro mojado unos ojos azules como el cielo.
No era raro que todas las chicas lo siguieran.
Para completar el paquete de papi-guapo, como yo los nombró en secreto, tenía una altura de unos 1,80 y su figura atlética llamaba mucha atención de la gente que circulaba alrededor.
Mire a mi alrededor y la gente me devolvía la mirada con asombró.
-¡Te ves bastante bien!! Interrumpió mi pensamiento
Señalando mi frente.
-Ahhh... Eso!! Ya no duele.
Le respondí algo desanimada.
Voltee a mirar el bus, que venía a mi dirección y extendí mi mano para pararlo.
Muchos también lo hicieron para que él conductor no se desvíe al otro lado.
Por fin él bus paró, los otro subieron a toda prisa, yo también me dispongo a subir.
-¿Cómo ya te vas?
Me dijo algo sorprendido.
-¡Obvio, no ves que estoy con prisa!
Me subí y el bus parte en dirección al centro.
Cuando voltee a ver donde se había quedado, él seguía parado mirando hacia dónde se dirigía él bus.
-¿Qué quería? ¿ No creo que tenga necesidad de usar un transporte público...
-¡¡¡Bueno, seguro sólo quería ser amable!!