Capítulo 4 MILEY

Nunca quise hacer esto, de hecho, me muero de la vergüenza al hacerlo. Me gustas mucho y quiero que seas mi novia tan pronto posible, te dejo este ramo de flores por aquella vez que se me cayó uno de tus vinilos a el suelo, de verdad lo siento :(

Pd: te dejo tu chocolate favorito ;)

Julian.

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Cierro el casillero leyendo una y otra ves la carta.

¿Era idiota o que?

La arroje bruscamente a la basura y me fui a el salón de clases tan pronto posible antes que el timbre toque.

El maldito chico de la noche anterior no salía de mi cabeza, el como se preocupó por mi y me entregó las pastillas fue un acto tan caballeroso que me maravillo de una manera muy gigante.

-Por Dios Miley, te ves terrible-susurra mi mejor amiga mirándome de arriba a abajo- no es cierto, siempre estás linda.

Ella soltó una carcajada y yo le sonreí normal. Me senté al lado de ella y acomodé mi carpeta a un lado para luego ver entrar a el profesor por la puerta del salón.

-Buenos días alumnos-se limpia el asiento con un trapo y se sienta de forma extraña con las piernas cruzadas-Creo que ya saben lo que tenían pendiente.

Un colega levantó la mano y todos lo miramos con el ceño fruncido.

Sabíamos lo que iba a decir.

-Era para hoy profe-confesó-necesito que usted lo vea por su cuenta-el salón se alboroto de gritos y el pobre chico miro a el suelo apenado y arrepentido.

-¡Venga, quiero a todos en silencio!-soltó un grito, el profesor se acercó a la mesa de el chico y le quito bruscamente la hoja de las manos.

-Tenias que abrir tu puta boca, Adam-dice un compañero del fondo. El profesor gira su cabeza a la dirección de el y su dedo apuntó a la puerta.

-Ve con el director-murmuró-¡ahora!

El chico enseguida y con todas sus cosas se abalanzó a la puerta y salió.

El profesor se quedó analizando la situación unos segundos y luego miro a Adam.

-Tarde horas en hacerlo...

-¿Tu piensas qué haciendo un trabajo te aprobaré el trimestre después de dibujar un pene en mi carpeta de asistencias?-lo miro seriamente, intentando intimidarlo.- Sigues siendo el mismo alumno desastroso de siempre.

Arrugo la hoja con su puño, y se acercó lentamente a la basura, para luego tirar el trabajo.

De repente, la puerta del salón de clases se abrió a cámara lenta, todos giramos la cabeza como si estuviéramos en una película de la típica escena de chicos populares caminando triunfantes por los pasillos de la escuela. La canción de AC/DC "Back in Black" sonaba en mi cabeza.

Pero de verdad, madre mía, no podía creer lo que estaba viendo con mis benditos ojos.

El pelirrojo apareció en la puerta, mientras lentamente se quitaba las gafas, dejando al descubierto esos ojos verde agua. Su cabello era como el cielo, rizado y despeinado. Su típica chaqueta de cuero con su rosario en el cuello significa una sola cosa.

Era el puto amor de mi vida.

Acababa de llegar de su viaje a Londres. Nuestra escuela era privada así que gente muy especial, como él, tenía acceso. Uno de los actores más conocidos hasta el momento. Había participado en varios clásicos que se estrenaron hace 2 años. Y he estado loca por él desde el maldito momento en que tuvimos esa aventura en el baño de la escuela el año pasado.

Pero vuelve a verlo. Fue aún más emocionante.

Era una persona aún más sexy e incluso más sensual que nunca.

Pero lo malo era que sí, lo amaba.

Pero no existía.

Después de que el maestro tiró el trabajo a la basura, simplemente se sentó e hizo su trabajo. Solo imaginé cómo el actor más sexy de todos los tiempos apareció en esa puerta y modeló. Los escenarios falsos que armaba en mi cabeza siempre pasaban en las clases de filosofía, no solo porque me aburrían y siempre pasaba lo mismo, sino porque como era la primera hora mi cerebro procesaba solo cosas hormonales como estas.

***

La clases habían terminado muy rápido, entre imaginación tras escenarios fue bastante entrentenido.

Mientras me dirigía a la puerta de mi casa, pude ver la silueta de alguien parada en la puerta, con un pie que no dejaba de moverse nerviosamente y el pelo alborotado como si hubiera salido de un torneo de pelea.

Me escondí atrás de un arbusto mirando por un costado de que se trataba esa visita. El chico llevaba algo en sus manos, una especie de caja pequeña y tenía una capucha, lo cual se me hacía muy sospechoso.

Por un momento giró su cabeza y rápidamente yo me incliné hacia atrás para que no me viera.

Acerque mi cabeza de nuevo y tenía su vista en mi. Hay mierda santa, sáquenme de aquí, no quiero existir.

El chico sonrió y se acercó a mi, yo estaba temblando de los nervios y mis ojos estaban tan abiertos que no se dieron cuenta que estaba el al frente mío.

Se agachó y me hice bolita, el agarro algo del pasto y se levantó de nuevo.

Al ver mejor pude ver que era mi gato al que tenía en sus manos, no me había visto a mi.

Que alivio.

Me acomode mejor en el pasto para disimular, pero escuché una voz que creí haber reconocido. Era la voz de mi madre hablando con él tranquilamente. Como si se conocieran de toda la vida.

El le devolvió mi gato y se despidieron con la mano.

Al instante en que se dio vuelta otra vez me metí en los arbustos. Caminó por las baldosas de cemento que llevaba a la salida de mi casa, hasta que frenó por un momento.

Quería respirar pero no podía. Era imposible.

Me mordí las uñas nerviosa esperando a que mueva al menos un paso adelante.

Pero en menos de dos segundos, cuando el sol le dio en el rostro y lo movió para a el lado izquierdo.

Supe que estaba en la mierda.

-Otra cosa que podría haber salido mal si llegaba a manos equivocadas.

Hijo de la gran puta.