Por su parte la salud de mi padre había decaído y el grupo de médicos dirigidos por el hombre con quien me casé continuaron el tratamiento con la medicina alternativa, lo habían inducido a un sueño profundo para soportar la ola de mortandad que suscitaba dicho envenenamiento.
Yo no podía hacer mucho, entraba tan solo para verlo dormir, así era como parecía, él dormía y su rostro mostraba una tranquilidad plena y satisfecha.
Los malhechores quienes habían hecho el daño a mi Padre empezaron a presionarme, eran los más exigentes en pedir la presencia de mi papá en las juntas, sabían que con lo que le habían hecho el no podría pararse frente a ellos, si no que quizás ya estaba muerto o al menos incapacitado para dirigir los negocios.
Cómo hasta el último día de mi boda, mi padre apareció fuerte y saludable, ellos no pudieron afirmar tal situación por lo tanto solo pedían la presencia de él.
El hecho de que él estuviera así en estado vegetativo, lo mantenía así en secreto, mi papá siendo un hombre sabio, supo que yo iba a necesitar la ayuda desinteresada de alguien, ahora me di cuenta que por qué hizo lo que hizo.
Por supuesto, cuando me presenté ante la junta como la presidente interina todos pegaron el grito al cielo.
No estaban a favor de que una mujer ocupara el puesto que siempre había ocupado un hombre.
Y allí estaba el rugiendo ante mí, él fue una especie de comodín que mi papá puso a mi lado para ayudarme.
En estos días tan adversos, él seguía a mi lado, este era León, sin importar qué comentario dijeran los demás, él seguía allí junto a mi. Sentí calor en mi corazón al mirarlo dormitar sentado. Si tan solo supiera que me amara un poco, estaría dispuesta a darme una oportunidad con él.
De no saber mi historia con él, diría que era un esposo abnegado y que me amaba.
Que quizás yo era la mujer más afortunada del planeta, ya que tenía a un perro fiel por marido.
Su carácter era tranquilo, nada de lo que se dijera de él lo conmovía, aunque yo seguía aún con rencor hacia él, la dureza en mi se iba disipando, ese día en particular me sorprendió mucho.
Mi tío Bob había llegado con la espada desenvainada, estaba listo a volar mi cabeza, pero entonces salió él en mi defensa.
Ante la sala de juntas, mi tío Bob acompañado de sus dos hijos llegó con una imposición absurda.
Dijo que como hermano de mi Padre, siendo conocedor de todos los negocios, también siendo un accionista mayoritario, él era la persona más adecuada para dirigir la Empresa.
Mi Padre es accionista mayoritario con un 40 porciento, lo mío era del 8 porciento, sumando así un 48 porciento, pero si mi tío convencía a los restantes accionistas, sumaría a un 52 porciento, lo que me sacaría de la jugada con facilidad.
Mi tío Bob tenía a su favor 11 porciento de acciones, sus hijos sumados Zoe llegaba a 26 porciento, lo cual estaba lejos de igualar a mi padre y a mi juntos.
Mi tío Bob siempre quiso la administración de los negocios familiares, sin embargo el abuelo no le cedió ese deseo.
Hace unos años murió mi abuelo, sus acciones se la cedió a una persona que al día de hoy no sé quién es y nunca se ha presentado ante nosotros, solo ante mi Padre lo hizo una vez, esa persona confió su parte a mi Padre. Si contamos con esas acciones, automáticamente nadie podría discutir mi silla presidencial. Sin embargo, ¿Sería que esa persona estaría de acuerdo?
Mi tío Bob había logrado poner de su parte a los restantes accionistas quienes entre ellos sumaban un 20 porciento, sumando lo de mi tío y sus hijos un 46 porciento, era claro que mi tío nunca pudo contactar al dueño del 6 porciento, si tan solo esa persona me apoyara con sus seis porcientos, ni estaría en este dilema actual.
Ese día en particular, tanto el grupo a favor de mi tío como yo y mi queridísimo esposo habíamos logrado encontrar al misterioso accionista, estábamos esperando la llegada de esa persona, pero en su lugar llegó un emisario, este dijo ir de parte de ese accionista, traía un sobre sellado, dentro de esta se hayaba su desición escrita.
La quijada de mi tío se retorció, sabía que si él no había logrado contactarlo para convencerlo, esa carta no significaría su apoyo, así que molesto se puso de pies y gritó a León.
__¿Que haces aquí? __Leon había hecho pasar al mensajero, así que mi tío se ensañó con él.
Mi tío Bob interceptó el sobre de las manos del señor Camil y la rompió en mil pedazos.
Quería alargar las cosas a como pudiera, no estaba dispuesto a ceder.
__Tio Bob, creo que deberías mostrar ejemplo aquí, ya que eres mayor. __Dije con un desdeño en mi rostro.
__¿Ahora le hablas así a tus mayores eh? __Se quejó rechinando sus dientes.
El me miró con saña y en un dos por tres dijo:
__Tu padre lidió conmigo, se lo permití, pero tú no lo harás. __Sus ojos parecían querer salir de sus cuencos.
__Tio Bob, ya lo hice. __Dije mirándolo fijamente.
El se acercó a mí como perro rabioso, ya quería darme un golpe, yo no le había apartado la vista al ver venir su golpe, solo parpadié y en el siguiente segundo creí que sería golpeada, pero unas manos fuertes bloquearon su golpe.
__¡Eres un idiota, muchacho! __Gritó mi tío empecinado en darme una lección, yo, a estas alturas golpeada, cuando ni mi padre se había atrevido, viene mi tío siendo violento conmigo.
Cuando se abalanzó por segunda vez, esta vez la voz magnética y grave de León lo intimidó, yo lo volví a ver para fijarme en la postura de León, se veía super dominante. Un hombre atractivo y se veía como un hombre con liderazgo, si no fuera que a lo largo de estas semanas verlo y convivir, diría que es más que lo que aparenta.
__Deberias tener algo de dignidad masculina. __Le grita mi tío a León, era él que había bloqueado aquel golpe otra vez.
__¿Que se supone que haría un hombre a quien en su cara quieren intimidar a su esposa? __Dijo León.
__Definitivamente no me llamaría hombre si dejo que un parlanchín se hace llamar su mayor, pero incita a agredirla.
Ahora es cuando su actitud y su temple me confunden. Escucho de nuevo la voz aguda e inescrupulosa de mi tío Bob.
__¡Eres su perro faldero! No pasas de eso, ¿Sabías? __A este punto, estoy odiando a mi tío.
El no ha sabido agradecer que todo este tiempo sin trabajar un solo día, ha vivido como un Millonario. Es verdad que la gente aprende a vivir de manera lujosa, pero también sabe trabajar y ganar ese estatus, pero mi tío, si se le permitiera, acabaría con el negocio familiar.
Había escuchado rumores que mi tío con tal de llevar la presidencia había prometido jugosas ofertas al resto de accionistas, de ellos me encargaré pronto, por malagradecidos con todo lo logrado junto a mi padre y en no tener integridad, no quiero que sigan dentro.
Los insultos en contra de León continuaron, a él parecía no afectarlo, pero cualquiera con sangre en la cara se ofendería con todo lo que estaban diciendo y riendo.
Yo me enojé, ofenderlo a él es ofenderme a mi, a mi Padre, después de todo, él lo eligió, y algo tiene mi padre, buena intuición.
__¡Basta! son hombres de negocios, pero parecen niñas malcriadas. __Dije con el rostro ensombrecido.
__Si alguien más ofende a mi esposo, perderá más que su dignidad. __Dije en tono desafiante.
Aún se oía sus balbuceos cuando salimos de la sala de juntas, me declaré la directora interina, hasta que volviera mi Padre, punto.
__ Es su perro sabueso.
__Un tonto, lo veo así.
__Un Idiota es lo que es.
__Anda tras los huesos de la compañía, si supiera que no agarrará nada.
__Tonto, tonto.
__Ella camina pavoneándose, y está casado con un idiota.
__Ni todo el dinero del mundo la ayudó a tener a un hombre exitoso a su altura. Si no un don nadie como ese aprovechado.
León sintió una breve vibración en su cuerpo al oír esa última frase, incluso se arrepintió un poco de no mostrar su verdadera cara.
Llegaría el día en que se mostrara tal cual era, un magnate en los negocios, fiel a sus principios y a su familia.
A veces la opinión de otros, nisiquiera debería ser tomado en cuenta, si no como nos sentimos internamente.