![ALEJANDRA - [La Venganza tiene sabor a Placer]](https://cos-spres.cdreader.com/site-375(new)/0/5248/coverbig.jpg?v=28578722f7dab9a3625c52428ebcff7c)
CON GUILLERMO...
-No es posible que tantos niños sean de su familia, tal vez da fondos a algún orfanato o refugio? Podría ser...
-¡Señorita Alejandra! ¿Cómo está?
-El saludo de Ajeannys a Alejandra me ha hecho despojarme de todo lo que estaba pensando para centrarme de nuevo en el mundo real y ver como Ale se percataba de nuestra presencia y se agachaba para decirle algo a una de las niñas que le tenía la mano tomada para luego soltarla y dirigirse hacia nosotros. Iba con las manos guardadas en los bolsillos de su chaqueta larga hasta acercarse por completo y sonreírle a Ajeannys.
Estaba claro...No estaba tan convencida de verme.
-Buenas tardes, ¿Eres Ajeannys no?
-Sí, ¿Cómo sabe mi nombre?
-Soy observadora, nada se me olvida.
¿Cómo no se le va a olvidar? Si dijo que iba a recordar su nombre por el resto de su vida por casi interrumpirnos cuando follamos.
-Es un gusto conocerla Señorita Alejandra.
-Sin formalidades cariño, no estamos en hora de trabajo...Puedes llamarme Alejandra nada más.
-Claro, Alejandra.
-Ambas sonríen hasta que Alejandra fija un poco la vista en Cayetana que jugaba en los columpios, pero eran vistazos rápidos antes de volver a posar su mirada en Ajeannys.
-¿Ha recibido la propuesta del señor Guillermo?
-Em...Bueno, si la he recibido.
-Ella voltea a verme y al no estar acostumbrado al contacto visual a no ser que sea para otro motivo sexual o de trabajo, cruzo los brazos y volteo a mirar a otro sitio revisando mi celular.
-¿Y qué piensa?
-Pues la verdad...
-Antes de que todos nos diéramos cuenta, Cayetana llega abrazada de una niña con mucha felicidad, abrazándola como si fuera un peluche, Alejandra también se percató de esto, parecía conocer a la niña que abrazaba Cayetana.
-¡Hermanito mira! ¡Tengo una nueva amiga, me ha regalado un gancho de mariposa muy bonito!
-Cayetana me señala el gancho de mariposa que tiene en el cabello, es bastante ostentoso y caro para ser de una niña de refugio.
-¿Esta niña es tu hermana?
-Alejandra me pregunta, en todo este rato ahora es que me dirige la palabra. Abrazo a Cayetana para cargarla y mirar una vez más a esos ojos azules fuertes y devoradores.
-Sí, es una de mis hermanas menores.
-Hermanito, hermanita...¿Quién es la señorita bonita?
-Desvío la mirada un momento frunciendo el ceño por la inocencia de Cayetana a semejante pregunta, Ajeannys hizo intentos para no reírse y Alejandra se acercó a Cayetana para acariciar su cabello rubio acaramelado.
-Mi nombre es Alejandra, ¿Cuál es tu nombre pequeñita?
-Yo me llamo Cayetana de Alba Rasquin Gamboa, y tengo seis años, cumpliré siete años en cinco meses.
-Vaya, esa es una presentación muy formal.
-Lleva contando los días para su cumpleaños y aún faltan cinco meses.-Diría yo con semblante aburrido.
-De pronto veo como la otra niña pequeña con ojos absolutamente idénticos a los de Alejandra le jala de la chaqueta mientras hacía un puchero realmente adorable, pero lo que salió de su boca me dejo absolutamente perplejo.
-Mami, ¿Quiénes son los señores?
-Tanto Ajeannys como yo hemos abierto los ojos como platos, Alejandra cambio a un semblante muy serio al darse cuenta de nuestra expresión, tomo a la niña en brazos y luego ella comenzó a mirarnos a los dos con su gran curiosidad de niñez.
-Son amigos del trabajo de mamá.
-La niña escucha a Alejandra y luego vuelve a mirarnos a nosotros...¿De verdad está pasando? ¿Alejandra es madre? ¿Tiene una hija?.
-Me alegra conocer a los amigos de mamá, un gusto...Soy Lily.
-Lily...¿Así que por eso el nombre de su marca y su empresa? Tiene una hija y le puso el nombre de su hija a su trabajo, sigo sin creérmelo. Cayetana se inquieta en mis brazos para hablar.
-Lily es mi amiga hermanito, es muy calmada jugando y es linda conmigo.
-¿Así? ¿Y qué dice Lily?
-Lily dice que eres un príncipe azul hermanito.
-¿Eh?
-Volteo a ver a Alejandra que inmediatamente voltea a ver a Lily. La niña junta los dedos y un sonrojo se posa en sus mejillas blancas.
-Es que se parece mucho al Príncipe de los cuentos que me cuenta mamá.
-Me he sorprendido de nuevo, ¿Qué está pasando? He visto como un sonrojo exagerado ha aparecido en las mejillas de Alejandra, seguramente por la vergüenza.
-Lily, ese tipo de cosas no se dicen...Tu sinceridad es hermosa pero a veces hay cosas que deben de silenciarse.
-Si mami.
-Decido armarme de valor y hablarle sin usar a las niñas de por medio.
-Así que...
-Sí, soy madre...Lily es mi hija.
-No me ha dejado terminar de formular la pregunta, ¿Esta mujer me lee la mente o qué?
-Es una verdadera sorpresa, de verdad que no me lo esperaba.
-La mayoría no se lo esperan, no se piensan que una mujer joven como yo ya tenga una hija de por medio, pero a pesar de eso...Lily es una verdadera bendición.
-Ya lo creo.
-Le doy a Cayetana a mi hermana para que la cargue y me acerco a Lily, le extiendo la mano y ella la toma, luego me mira con esos ojos grandes y tiernos del mismo color intenso de su madre.
-Si yo soy un príncipe, entonces tu eres una verdadera Princesita.
-A las Princesas no les duele el corazón.
-¿Eh?
-Alejandra rápidamente toma con fuerza a Lily y su mirada se vuelve triste.
-Ya es momento de irme, tengo que volver a la empresa.
-¿Aceptarás mi oferta?
-¿Qué?
-Si mami, acepta! Acepta que tu amigo príncipe trabaje contigo.
-Em...Lily, yo...
-Alejandra mira como Lily le hace pucheros hasta que al fin suelta un suspiro de pesadez.
-Está bien, acepto...haré el contrato y mañana se firmará, con plazo de seis meses y no más, ¿De acuerdo?
-De acuerdo.
-Hasta luego Guillermo, hasta luego Ajeannys.
-Alejandra le da una caricia en el cabello de Cayetana.
-Hasta luego chiquitina.
-Quiero despedirme de Lily!
-Y yo quiero despedirme de Cayetana mami!
-Vale vale, está bien...Despídanse.
-Alejandra baja a Lily al suelo y Ajeannys baja a Cayetana y ambas se dan un enorme abrazo, que a nuestros ojos era una verdadera ternura, luego Ale vuelve a tomar a Lily en brazos y se despiden para luego darle señas a los demás niños para que se fueran con ella, después de que ya los habíamos perdido de vista fue que me tire sobre la banca de nuevo y tome una bocanada de aire.
-¿Todo bien Guille?
-Me imagine muchas cosas, pero que fuera madre de una niña de cinco años no era una de ellas.
-¿Y a ti que más te da? Habías dicho que era tu competencia, ¿No es así?
-Sí, pero cambian las cosas si todo lo que tiene lo obtuvo por su hija, no soy tan hijo de puta para arrebatarle todo y dejarla con una niña sin nada...No soy Bruno Rasquin.
-No deberías hablar así de papá.
-Le hablo como me da la gana...Se jodió conmigo con lo que hizo hace tres años, no lo perdonaré nunca.
-Deja de torturarte.
-Volvamos a la empresa, no me apetece hablar más de esto...Pasaremos dejando a Cayetana en casa.
-Vale...
-Luego de que dejamos a Cayetana en casa de nuestros padres volvemos a la empresa, pronto se acercaría la celebración de primavera y las temáticas de mis propiedades tenían que ser definidas de una buena vez para terminar a tiempo, además me servía como excusa para dejar de pensar en todo lo que paso en el parque...¿Por qué nunca habla de su hija? ¿Por qué la oculta? Son tantas preguntas sin respuesta, Alejandra Núñez es un verdadero enigma...
CON ALEJANDRA...
-Deje a Lily en el área para niños de la empresa para que se entretuviera un poco ya que no pude pasar por casa a dejarla con tía Clarice, además me era más fácil estar vigilándola mientras trabajo...Me encerré en mi oficina y me puse a pensar y reflexionar en todo lo que había pasado en el parque...Resulta que ahora una de las hijas menores de Bruno Rasquin era amiga de mi hija, ellas no tienen la culpa de lo hijo de puta que es su padre, pero no me desvía por completo mi mirada en el objetivo...Además son niñas aún, no lo entenderán...
-Terminé de pensar y me puse manos a la obra al trabajo, poniendo en modo On mi papel de jefa controladora hasta terminar los contratos con Rasquin y la hacienda Mendoza, llame a Olivia y a Víctor para que se encargaran de enviar los correos de aceptación y llevar personalmente los contratos a las empresas y que fueran firmados lo más pronto posible.
CON LOS MENDOZA...
-Vemos a Mónica Mendoza en su despacho terminando de ordenar varios contratos de ventas, gestiones empresariales y estadísticas sobre el control de la hacienda, luego de eso llega Rafael Mendoza, el hermano de Mónica...
-Hola musa, ¿Cómo va todo?
-No me llames así idiota, y todo bien...Por cierto, he enviado varias invitaciones de unión de empresas de forma temporal.
-Vale, ¿Y de quienes estamos hablando?
-Pues Gofu, Rasquin, The Lily, Stirling...Corporación Mareole
-Parece que le sacaras mucho beneficio al puesto que te ha dado mamá.
-Si, al menos dos empresas ya han aceptado, solo falta que Rasquin y The Lily acepten, he pasado casi todo el día esperando sus correos de aceptación.
-Eres la dueña de la hacienda extranjera transportadora de oro más grande que tiene Madrid, si no aceptan tus invitaciones, entonces son unos imbéciles.
-¿Le estás diciendo imbécil a Alejandra Núñez?
-¿Eh?
-Ay hermanito, que distraído eres...Alejandra Núñez es la dueña de la empresa "The Lily"...¿No lo sabías?
-Me la presentaste, pero no me dijiste que era la dueña de la nueva empresa que estaba arrasando con el mercado español.
-No pensé que fuera necesario decirlo...¿Por qué? ¿Te interesa?
-Es hermosa nada más, no tengo mucho que decir.
-Claro, y yo vendo tamales en la esquina...No se te dan bien las mentiras hermano.
-No estoy obligado a decírtelo hermanita, ya tengo que irme...¿Quieres que haga algo por ti?
-¿Qué te parece si le entregas estos documentos a The Lily cuando salgas? Es una buena oportunidad para que te encuentres de nuevo con Alejandra Núñez.
-¿Por qué tan interesada en esto?
-No sé, solo quiero divertirme...¿Lo harás?
-No sé cuándo te tomarás enserio este trabajo.
-Lo tomo enserio, pero un poco de humor en la labor nunca está de más, no quiero llegar a ser una vieja malhumorada.
-¿Cómo la abuela?
-¡Exacto!
-Vale, me encargaré de entregarle esto a The Lily, y no más juegos Mónica.
-No prometo nada, buena suerte hermanito.
-Rafael sale de la hacienda y se monta en su camioneta en dirección a The Lily, la famosa empresa dirigida por Alejandra Núñez, la verdad es que le hace mucha curiosidad como ha surgido así de rápido la empresa en tan solo cuatro meses, es un verdadero dilema que muchos han querido descifrar, ¿Será que el podrá descubrirlo? ¿O será un completo misterio?
CON ALEJANDRA...
-Traía mi cabeza enterrada en el monitor de mi computadora coordinando horarios, realizando estadísticas de pago y terminando los contratos con Rasquin y los Mendoza, tenía la cabeza en muchos asuntos pendientes, mis piernas al descubierto por el vestido azul oscuro que llevaba y mis tacones a un lado con mis pies al aire ya que era insoportable llevarlos todo el tiempo, decidí que pediría unas tortitas con miel ya que no saldría de mi oficina en un buen rato, Olivia no estaba para atenderme ya que estaba en una conferencia en representación de mi persona en la empresa Rasquin, y Víctor estaba en camino a la hacienda Mendoza por lo mismo, de cualquier manera había quedado en llamarme por si pasaba algo. Le pedí a Jessica que me trajera mis tortitas y de una vez llevará los contratos terminados a secretaría para que Olivia y Víctor los fueran buscando por ahí, Jessica me asintió en el teléfono y luego colgué para seguir con el resto de mis trabajos.
-Pronto escucho el tocar de la puerta, no desvió la mirada del ordenador y simplemente digo que pase adelante, después de unos segundos es que decido dirigir la mirada a la puerta y lo que veo no me lo creo, aun así mantengo mi semblante de seriedad y modo profesional intacto pero no sin antes levantar una ceja con un poco de incredulidad pero teniendo mis ojos en total misterio.
-¿Quién te ha dejado entrar?
-Pues, dije que venía personalmente a entregarte las planillas de eventos próximos a la temporada y dejaron que pasará, una chica me dejo pasar.
-Jessica...En fin, no interesa. Pues gracias por traerlos personalmente, me ahorras el trabajo de ir yo a la hacienda.
-Me levanto de mi silla poniéndome los tacones para caminar unos pasos y recostarme del escritorio en la parte de adelante para detallarlo mejor.
Rafael Mendoza...
-Llevaba un pantalón casual de color negro con una camisa blanca que hacía resaltar su tez morena clara y sus ojos café, su corpulencia mezclada en delgadez moderada y cuerpo trabajado encajaba a la perfección, soy de esas personas que analiza demasiado a las personas, además su colonia de hombre inundaba toda la oficina...No mentiré, era divino. Me acerqué a él con lentitud y aun teniendo mi posición profesional presente, extendí mis manos y al parecer no era capaz de entender al completo lo que estaba pasando, ya que lo único que hacía era mirarme directamente a mis ojos.
-Em...Señor Rafael, las planillas por favor.
-Se percató de inmediato en cuanto termine de hablar y con un poco de vergüenza me entrega la carpeta con las planillas.
-Discúlpame, estoy un poco distraído el día de hoy.
-Entonces no lo estés, no es una condición buena para los negocios.
-Te concentras mucho en tu trabajo, ¿No?
-Algo por el estilo, no dejo que lo personal se mezcle con el trabajo, eso nunca sale bien...Por eso la forma en la que te trato en este momento, no me tomes a mal.
-Tranquila, lo entiendo...Si yo fuera jefe de una empresa, haría lo mismo.
-Me alegra que lo entienda, y parece que a partir de una semana comenzaremos a trabajar juntos.
-¿Y eso es algo malo?
-¿Me está respondiendo con ironía? Me sorprende...Pensé que era un pringado.
-Para nada, será un beneficio financiero muy productivo para todos nosotros.
-Esperamos poder contar con usted, Señorita Núñez.
-También lo espero Señor Mendoza.
-Ambos nos estrechamos las manos y luego el deja el plato con mis tortitas en mi escritorio...Ni siquiera me había percatado de eso, se voltea para dirigirse a la puerta, la abre y antes de irse se voltea un momento y dirige su mirada hacia mí, yo mantengo mi rostro imperturbable para que todo se fuera a la mierda con su gesto.
-Me sonríe y me guiña un ojo para luego hacer una señal con su mano derecha en forma de despedida y sale cerrando la puerta de mi oficina, y ahí he quedado yo...Absolutamente anonadada, ese gesto por más pequeño que fuera había generado en mi mucha curiosidad pero aun así no por completo, ya que no me estaba permitiendo estar con cualquiera hasta concluir mi objetivo. Vuelvo a mis negocios hasta que Olivia regresa entrando en mi oficina con una gran sonrisa en su rostro pero algo perturbada también, conocía ese tipo de expresiones...Al pie de la letra.
Había follado.
-En mi mente se hicieron miles de preguntas, ¿A donde debió de haber ido luego de la conferencia con Rasquin? Le preguntaría luego de ir a lo importante.
-¿Qué noticias me tienes Olivia?
-Todo salió muy bien, The Lily encabezando como siempre.
-Así me gusta, sabía que podía confiar en ti Olivia...Ahora otra pregunta...
-¿Si dime?
-Ella toda sonriente se sienta en la silla que hay del otro lado de mi escritorio y yo la analizo cuidadosamente, era más que obvio que había follado, y yo como su amiga incondicional siempre tenía que preguntarle ya que si fuera por ella haría todo con total irresponsabilidad.
-Follaste, ¿Verdad?
-¿Se nota mucho?
-No, pero yo si lo noto.
-No se te escapa nada Ale.
-Lo sé, ¿Con quién y que utilizaste?
-Utilice sombrerito así que relájate, y con quien lo hice...No me lo vas a creer.
-De ti puedo creer muchas cosas, dime quien es.
-Ella se acerca un poco a mí para susurrarme el nombre del tipo, en cuanto lo escuche todo parecía que fuera a descompensarse.
-Me folle a Guillermo Rasquin.
-Trate en lo posible que no se me notará pero la rabia que traía en mi cuerpo era compararse con las más grandes llamas del infierno, estaba hecha una furia pero siempre sin hacer ver como realmente me sentía.
-Vale, no te ilusiones y siempre usa protección, sé a qué grado puede llegar tu locura.
-Lo que digas, aun así fue un poco vergonzoso ya que no pude seguirle el ritmo por completo.
-¿Y eso?
-Parece tener un hambre insaciable, no paraba ni un segundo y no pude soportarlo tanto como me gustaría, pero fue muy intenso...Al final tuve que hacerle un oral para que no se fuera refunfuñando tanto.
-Ten mucho cuidado
-Ya lo sé, bueno...¿A quien debo llevar el contrato?
-Eh...
-Me lo pensé un momento y llegué a la conclusión más tonta que pude haber tomado en toda mi puta vida.
-Tu lleva el contrato a la hacienda Mendoza y yo llevaré personalmente este contrato a Rasquin.
-Lo que diga la jefa, ya me voy entonces.
-Me da un beso en la mejilla y luego se despide para salir de la oficina, cuando hace eso me recuesto en la silla y pareciera que la rabia fuera a tragarme, busqué el número de su contacto con el que me había llamado anteriormente al teléfono de mi oficina y lo añadí a WhatsApp, luego de eso me monté en mi auto para ir en dirección a la empresa Rasquin, durante el camino puse mi celular en el porta celular del auto y marque su número conectando por conexión inalámbrica las cornetas del celular a las internas del auto y así poder concentrarme en conducir, luego de unos segundos se escucha como toman la llamada.
-¿Si diga? ¿Quién habla?
-Guillermo Rasquin...
-No me digas que...Oh, ¿Alejandra Núñez llamándome? Eso sí que es una verdadera sorpresa.
-No estoy para juegos, ¿Vale? Estoy cabreada.
-Eso no es noticia nueva.
-De verdad que voy a golpear a ese hijo de puta.
-Quiero que me respondas una pregunta ya.
-Vale, dime.
-¿Te acostaste con una mujer hoy?
-Se ha quedado en silencio un momento para luego contestarme.
-¿Cómo coño lo sabes?
-La mujer con la que te enrollaste es mi mejor amiga imbécil.
-Aun así no entiendo, ¿A ti que más te da?
-No me interesa una mierda con quien se acuesta Olivia, lo que no quiero es que vaya a meter la pata contigo, ella se ilusiona muy rápido y si llegas a lastimarla de algún tipo ahí sí que eres hombre muerto.
Ya de por si es hombre muerto desde que entro en tu vida Alejandra.
Cierto.
-Vale, basta de amenazas porque en algún momento si me las tomaré enserio, además ella no fue capaz de seguirme el ritmo y cuando se fue le deje bien en claro que no se repetiría más, no soy de repetir polvos.
En eso estábamos de acuerdo.
-Muy bien, espero sea así...Cambiando de tema, en estos momentos estoy en camino a tu empresa para entregarte el contrato y lo firmes de una vez y empezaríamos las actividades en una semana.
-Está bien, le diré a mis trabajadores entonces.
-Nos vemos allá.
-Cuelgo de inmediato, así que si dijo algo no lo escuche y me dispongo a seguir conduciendo hasta llegar a la empresa, aparque mi auto en el estacionamiento y me retoque el cabello, debía de hacer una diligencia por recortarlo, estaba sano pero lo tenía muy largo, ya daba más allá de mis nalgas y tanto cabello podía ser molesto...Lo tenía recogido en una cola de cabello alta así que no había problema, habían unos trabajadores bajando por ahí, salí de mi auto y dirigí una mirada rápida a aquellos trabajadores, uno de ellos se quedó mirándome y por andar de distraído casi tropieza con su compañero. Hice intentos de no reírme y tome mi bolso con la carpeta que tenía el contrato y camine hacia la puerta, nada más entrar uno de los trabajadores se presentó y me estaba enseñando el camino a la oficina del jefe, cuando llegué a la puerta el joven se retiró...Al parecer no todo el mundo tenía permitido entrar a la oficina a no ser que fuera por trabajo, respire profundo y abrí la puerta sin tocar ni nada, no era mi estilo. Guillermo yacía sentado en su escritorio, tenía los botones de su chaqueta abiertos y solo se veía su camisa blanca prensada por lo esbelto que era.
¡Sálvame Dios!
-Dirigió su mirada hacia mí y parecía analizarme de pies a cabeza, algo que en mi cabeza genero una cierta incomodidad que me hizo cruzar las piernas, él se percató de mi gesto porque sonrío con esa mirada peligrosa.
¿No era que ibas a enterrarle mil metros bajo tierra?
¡Cállate maldita subconsciente!
-Se levantó de la silla y se dirigió hacia mí, yo si estaba al corriente de la situación y con mi cara de póquer le entregué la carpeta que contenía el contrato, el tomo la carpeta y se sentó en un sillón que había en su oficina, al lado de este había una pequeña estantería de la cual saco una cajetilla de Morley's.
Cigarrillos...
-Tomo uno y con un encendedor prendió el cigarrillo para luego comenzar a leer el contrato, esto me da un poco de curiosidad...No me imaginaba a Guillermo Rasquin fumando, ¿Lo hará a menudo? No tiene imagen de fumador compulsivo, no está de más preguntar, ¿No?
-¿Lo haces a menudo?
-Mi pregunta le ha tomado desprevenido porque bajo la carpeta con el contrato y desvió su mirada del papel para mirarme con confusión.
-¿Qué cosa?
-Fumar.-Le señale el cigarrillo.
-El inmediatamente suelta una media sonrisa para luego volver a ponerse el cigarrillo en los labios ocasionando una bocanada de humo...No podía quejarme ya que yo tuve mis momentos de fumadora hace unos años pero lo deje cuando quedé embarazada de Lily, ahora lo hago por ocasiones y siempre vigilando que Lily no esté cerca para mirarme.
-La verdad no, solo lo hago como distracción cuando tengo que pensar una decisión importante, del resto casi nunca.
-Ya veo.
-Tengo la estúpida mala costumbre de al estar en un sitio diferente y no conocido por mí, no soy capaz siquiera de sentarme. Así que ahí estaba yo, recostada de la pared de la oficina a una distancia considerable de el mientras miraba mi celular esperando que terminará de leer el puto papel de una vez y saber si estaba de acuerdo con las condiciones.
-Se nota que fue hecho por ti.
-¿Ah?
-No es nada.
-Se levanta del sillón para tomar una pluma de su escritorio y así firmar en el área designada en el contrato para la firma de las empresas, ya mi firma estaba plasmada ahí, solo faltaba la de Guillermo, cuando termino me entrego de nuevo el papel mirándome con absoluta profundidad con esos ojos color castaño verdáceo que me hacían sentir un no sé qué.
-¿Cuándo se repite lo de hace un mes?
-Su pregunta me ha caído desprevenida, pero sabía exactamente que responderle, usaría sus armas en su contra.
¡Tú demuestra quien manda coño!
Exacto.
-Le doy una sonrisa falsa y con un toque de cínica para luego decirle.
-Tu no repites polvos y yo tampoco cariño, nos vemos.
-Esta última sonrisa si fue de verdad, fue una sonrisa de superioridad, amaba sentirme así, en conjunto con mi sonrisa lo mire a los ojos entrando en contacto con los de él, si había un momento intenso y devorador era ese, solo nosotros en una conexión devastadora de miradas cargadas de sensaciones ocultas y perversas, sensaciones que no tenía ninguna intención de sacar a la luz y mucho menos con el...No podía permitírmelo.
Pero si te permitiste follar con él al estilo conejo en un lugar tan indecente como un baño, ¿No?
¡Joder! ¡Pepito Grillo deja de reventarme los cojones!
-Luego de ese encuentro de miradas me volteo para dirigirme a la puerta de salida de su oficina cuando su voz ronca me hace retroceder de mi acción.
-Espera, te acompaño.-Se abrocha uno de los botones de su chaqueta, pobre botón luchando para aguantar a semejante hombre, y luego se arremanga las mangas de la chaqueta hasta los codos.
-No soy una niña pequeña.
-Lo se bastante bien pero, la empresa es muy grande y sé que si te dejo sola te puedes perder, son muchísimos pasillos nada más en este piso.
-Puedo pedirle a uno de los trabajadores que me guié.
-Estamos en hora del almuerzo, por favor Alejandra...Solo di que sí y punto.
-Vi en su ceño levemente fruncido y en el tono de su voz que estaba comenzando a frustrarse, ahogue una pequeña risita, la verdad era que me divertía verle de esa manera.
-Vale vale, vamos de una vez entonces.
-Al fin.-Vi como rondaba los ojos, sé que soy un grano en el culo...Lo sé.
-Salimos de la oficina mientras le seguía el paso hasta el ascensor, esperamos unos segundos para que llegará a nuestro piso, cuando llego algunos trabajadores salieron de este para luego nosotros entrar, Guillermo marco el piso...La verdad no sé cuál era ya que toda la empresa era desconocida para mí, solo pensaba en llegar temprano para pasar el resto de lo que quedaba del tiempo con mi hija.
-Me recosté de la pared del ascensor con mis brazos cruzados, mire mi bolso y vi que mi celular estaba vibrando, tome mi celular para ver si había mensajes, tenía muchos WhatsApp, era más que obvio que Lily se estaba tomando fotos y me las estaba mandando, abrí el chat de mensajería de Lily en WhatsApp y al ver todas las fotos que se había tomado una sonrisa sincera se escapó de mis labios, creo que Guillermo se percató de mi gesto porque se acercó a mí a una distancia a mi parecer peligrosa, levante mi mirada a la suya...Esta vez no era fría y distante era...
Cálida...Llena de bondad.
-Lo seguí mirando, no podía desviar mis ojos de los suyos, algo me lo impedía, luego el también sonrío y se puso de mi lado viendo una de las fotos que Lily me había mandado.
-Es preciosa...Tienes mucha suerte.
-Así es, es lo más valioso que tengo, no sé qué haría sin ella.
-Ojala pudiera experimentar ese sentimiento.
-¿Cómo? ¿Qué no era que le tenías miedo a la paternidad?
-Ser padre es uno de mis más grandes objetivos, ¿Vale? Solo que...
-Note como su mirada se nublaba, sus ojos se entristecían, había algo que lo perturbaba, ¿Qué era?
-¿Qué te ocurre Guillermo? No te he visto bajar tanto la guardia así.
-Se sorprendió ante mi comentario, me miro unos segundos que parecían eternos, cuando todo el tiempo a mi alrededor se distorsiono, lo siguiente que vi fue los grandes brazos de Guillermo tomarme de los hombros para retenerme contra la pared del ascensor, sus ojos posados sobre los míos, su respiración sobre mi rostro y sus labios a escasos centímetros de los míos.
-Es verdad, no suelo bajar la guardia con nadie...No sé cómo haces que me sincere contigo pero no me gusta, me desagrada.
-Eh...Pues yo...
Las palabras no me salen, ¿Qué coño me pasa?
-¿Tu qué? ¿Me vas a mirar con ojos de lastima y me dirás que todo estará bien para ganarte puntos conmigo? No soy imbécil.
-Pongo mis manos en su pechos tratando de empujarlo para que me deje en paz pero es imposible, es como un maldito muro de cemento y piedra, toma mis manos y las quita de su pecho para ponerlas a ambos lados de mi cabeza, incapacitándome por completo. Estaba perdida, si ese hombre fuera a hacer algo no tendría que hacer. Pero sé que nunca me rindo, y así sea con palabras siempre logro algo.
-No tengo ninguna puta intensión de ganar puntos contigo, pero sé cuándo algo duele, y por alguna puta razón nunca puedo quedarme de brazos cruzados, pero no soy tan gilipollas para mirarte con ojos de cachorro y lastima para ligar contigo, si quiero algo soy breve y lo consigo...Ya me gane un polvo contigo así que no quiero más nada de ti que no sea beneficio para nuestras empresas, no eres el puto culo del mundo y yo tampoco soy una zorra arrastrada, así que suéltame antes de que te patee en los huevos.
-Se ha quedado perplejo, mientras decía todo lo miraba con rabia pero sabía que no duraba mucho, mis ojos ven más con intensidad que con rabia, el parecía notar eso pero se le veía ofendido al haber dicho que no era el puto culo del mundo porque claramente no lo era, mi discursito había salido perfecto. Pero en vez de soltarme se acercó más a mí y sus labios rozaron peligrosamente los míos, mi respiración se estaba volviendo una mierda, sus manos no dejaban de sujetar mis muñecas con fuerza, miro mis ojos y vi como los suyos destilaban brillo, podía reflejarme en ellos...Me veía patética, acorralada y sin salida, me sonrío rozando mis labios color carmesí de nacimiento y me susurro.
-Todo lo que has dicho, me acabas de poner cachondo como nunca.
-Me sorprendí por lo que había dicho, abrí mi boca para decirle algo pero no me dejo ya que me cayó con un beso, mi mundo se había ido con ese beso, era destilar fuego en aquella guerra de nuestros labios, soltó mis muñecas para tomar mi rostro con fuerza e intensificar más el beso, más de lo que ya era...Mis manos pasaron a su gran espalda, me pegaba a su cuerpo con deseo, éramos dos almas queriendo ser unidas con un simple pero fogoso beso, obviamente no podíamos pasarnos porque en cualquiera momento podía abrirse el ascensor y nos pillarían, pero con un solo beso de nuestra parte era necesario para encenderlo todo en nuestra piel e interior, sentí como Guillermo comenzaba a moverse contra mi sexo...Quería provocarme, no podía hacer eso.
¿Qué no está viendo el lugar en el que estamos? ¡Joder! Estoy por volverme loca.
-Seguía y seguía, moviéndose como si nada a su alrededor le importará, yo solo podía tratar de callar mis jadeos con sus besos, pero sé que no duraría mucho.