Capítulo 5 Andy

La semana pasa rápido, la nota no fue tan mala como esperaba, al menos no para mi, el Sr. Fieldman quedó como un degenerado en público y dio de que hablar toda la semana en los medios, aunque en la empresa todos sabíamos como es, para nosotros no fue una sorpresa.

Las mujeres de la oficina me miraban mal por dejarlo en ridículo pero no importó, desde el viernes que no veo a Sara por aquí, es raro, ella nunca falta, recuerdo que hace aproximadamente dos meses se enfermó de gripe y vino a trabajar igual, por supuesto que le pidieron que volviera a su casa, pero ese es mi punto.

Tampoco volví a ver a Andrew, hablamos por teléfono algunas veces pero se que algo muy extraño está sucediendo, nunca se ha comportado así. Las llamadas solían durar horas y ahora veinte minutos a lo mucho. Me replanteé en cada momento que hablamos si dije o hice algo que pudiese molestarle.

Pude reparar la ventana y no llegaron mas rosas ni notas, no sé que fue eso tampoco. Hoy, pienso anotarme en un gimnasio privado. Mis días sin Andy son aburridos y eternos, no me gusta esto.

Por mi duro pasado nunca he sido de tener muchos amigos o relaciones, mucho menos novio o algo así. No confío en la gente y no me gustan las fiestas o asistir a lugares donde se que habré una multitud, mucho menos si estoy sola.

Ya en la recepción del gimnasio completo los formularios y paso a la enfermería para que puedan tomar mi peso y talla para la ficha médica. Una vez terminados los papeles, abono la suscripción mensual y me retiro. Mañana será mi primera clase. Conseguí el turno más temprano que tenían así podré ir antes del trabajo.

Mi jefe no volvió a dirigirme la palabra. Toda la semana se limitó a solo decir "Buenos días" o "Adiós". Prefiero ésta relación con él, al menos así no se comporta como un capullo cada vez que puede.

-¿Andrew?- lo veo observando por la ventana hacia mi cuarto

-Lo siento, quería saber si estabas en casa- dice nervioso

-¿Qué sucede?- es muy raro su comportamiento ¿Qué hace espiando mi casa?

-Oh, nada, no te preocupes, ¿Quieres cenar conmigo esta noche?- sonríe nervioso como escondiendo algo

-Claro, ¿mi casa o la tuya?

-No, ¡hay que salir!- se nota exaltado- hay un restaurante nuevo fuera de la ciudad- ¿fuera de la ciudad? Andrew nunca ha sido fan de ir tan lejos, menos por algo de comer

-¿Seguro?- entrecierro los ojos tratando de descifrar lo que pasa- ¿No es muy lejos?

-No, un amigo me lo recomendó y me gustaría que me acompañes, se que es lejos, pero quiero ir- dice tratando de convencerme, es muy extraño

-Está bien- no sé que trama pero lo voy a averiguar- ¿A qué hora nos vamos?

-A las ocho en punto prometo estar en tu puerta- mira de reojo hacia adentro antes de marcharse

Eso fue realmente extraño. Me surgen mil preguntas en la mente, esta noche voy a aclarar todo, no voy a dejar pasar la oportunidad de tenerlo frente a mi para preguntarle que sucede o por qué se comporta así conmigo.

Hacen al menos 13 años que somos mejores amigos y nunca se ha portado de esta manera, sin dudas algo le pasa. También lo necesito en mi vida como antes, sin él me siento nada.

Más tarde, suena el timbre, aún falta una hora para las ocho. Me acerco a la entrada y siento como golpean la puerta con desesperación. Me detengo frente a la puerta, no sé si abrirla. Otra vez golpean, cada vez se siente más fuerte.

Cuando me decido por abrir no hay nadie. Salgo al jardín delantero y me encuentro otra rosa negra tirada en el césped con una nota que dice:

"Se lo advertí"