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Maia Emily.
_Despierto sobresaltada, con las mejillas un poco húmedas, llamando a mis padres, enrollada en los brazos de mi nana, una y otra vez el mismo sueño, sueño ver cómo me alejan de mis padres.
Mi nana sabe sobre mi sueño y cada noche tiene que salir de su habitación a calmarme, _me dice que solo es una pesadilla pero siento que fue algo que me tocó vivir cuando era pequeña, es como si el día que mis padres murieran yo hubiera estado ahí.
No logro recordar nada de mis primeros años, pues según mi nana tuve una caída y olvide esa parte de mi infancia.
_ Me quedo dormida en los brazos de mi nana, ella siempre ha sido mi mayor refugio.
Despierto y veo la hora, me levantó para meterme a bañar, salgo de bañarme y me dirijo a mi armario, agarro un pantalón y una blusa, alistó mi cabello en una cola y lista para ir a la universidad, estoy estudiando finanzas y contaduría, pero tengo un técnico en Química, farmacéutica, y varios más. Sii me gusta bastante estudiar , estudio esto ya que me haré cargo de la empresa que dejaron mis padres , sé que está a cargo de mis tíos y pronto quiero tomar las riendas de estás.
Como toda mañana procuro bajar pronto a desayunar, y me encuentro con Keila y con mi nana discutiendo .
–¿Que pasa?
–Pasa lo mismo de siempre, que para ti siempre está mi mamá, pero para mí nunca los esta.–Responde Keila.
–No digas eso, siempre estoy y estaré para las dos.–Dice mi nana.
Me quedó callada y tomo el desayuno, estoy harta de Keila y de su inmadurez.
–Te espero en el auto Keila, no tardes– le digo sin voltear a verle, salgo en dirección al auto y me subo para esperarla. Pasa más de dos minutos y no sale, me desespera estar esperandola y al parecer lo hace para molestarme porque sabe que odio esperar , le tocó la bocina y la veo salir y subirse. Emprendo el viaje a la universidad para así comenzar el día.
El clima en Praga aveces no resulta ser muy agradable ya que se caracteriza por tener inviernos muy fríos y secos, pero también por tener veranos absolutamente calurosos. Es un clima bastante similar al de España, Praga se caracteriza por tener las cuatro estaciones bien definidas: invierno, primavera, verano y otoño, mis favoritos son otoño y la primavera, otoño porque me encanta el follaje otoñal, y primavera porque me gusta estar al aire libre recostada en la hierba verde ya sea leyendo, escuchando música o simplemente estar con los ojos cerrados pensando en la vida.
Soy de España, pero no recuerdo haber vivido en dicho país, ya que al morir mis padres, mi nana nos trajo a Keila y a mí a vivir a este país.
Llegó y me adentro a la Universidad Carolina, este fue un palacio y que en 1383 fue ocupada por la universidad, la universidad se encuentra en Opletalova Staré Město.
Me dirijo a mi salón encontrándome con mi amiga, así que tomo asiento junto a ella.
–Hola Lexa– ella es de estatura mediana, el color de sus ojos son café con verde, su cabello es ondulado y corto, y de un bellísimo color rojizo, al igual que yo ella es extrajera aunque desde pequeña vive en Praga.
–Hola Mai– mientras tanto yo soy más alta, mis son ojos de color café miel, mi cabello es largo y de color castaño.
–¿Qué tal estuvo tu fin de semana?– me pregunta mi amiga.
–Pues bien, ya sabes...
–Estudiando como siempre– termina por mi.–Pensé que saldrías con tu novio, últimamente están muy separados, ¿Está todo bien entre ustedes?
–Si todo está bien, solo que tuvo problemas con su familia ya sabes ese tipo de cosas, pero nos vamos a ver hoy –eso esperó–.
Llega el maestro y con eso da inicio a mis clases, da la hora de ir a comer y en el comedor me encuentro con mi novio, ¡Dios mío! siempre está tan guapo, nunca me cansaría de verlo, él es alto, su cabello es rizado, es indio, ese peculiar color ni claro ni oscuro, un término medio y sus ojos son azules, pero son unos azules que te hipnotizan, me ve y se levanta y como siempre me da una sonrisa divina.
–Hola bella– me da un beso, un beso lleno de amor, no se ni como explicarlo.
–Hola guapo– me siento a su lado,– ¿qué tal te fue con tu familia?, te veo cansado.
–Pues aún no resolvimos nada, me iré en el próximo fin de semana otra vez–dice un tanto desanimado–no he podido dormir, pero estar bien, tranquila bella–me vuelve a dar un beso, jamás me cansaré de besarlo.