Capítulo 4 No Existe Lugar

No hay sitio en el que pueda apoyar la sombra de mis pies sobre ti y del que no brote sangre coagulada de todo lo que esta noche anhelo por realizar, esqueletos del aire abrazados al limo, de muerte y barro antiguo aliento que lo quiero gastar contigo teniendo mucha intimidad y donde la lujuria sea nuestra escapatoria.

Cuando toco tu torso con mucha dulzura, siento que hay algo que se quiebra con facilidad y estrecho tu dulce mano para sentir como crujen. Eres una aquitecturas de cristal y hielo que sin ropa pareciera que necesita estar en el museo más prestigioso del mundo y pareciera que nunca se podrá romper. Sabiendo que esta se encuentra helada te beso con una alevosía tan descriptiva que tus fresas ya sabían de que se trataba todo y seguiste el juego de mi lengua para congeniar un plan que iba a tener un final uniendo nuestros corazones.

Esta será una noche donde ni el insomnio podrá detener lo que sienten nuestras almas y empiezas dejando toda tu esencia en mi besando lentamente el anchor de mi cuerpo y procedo a hacer lo mismo pero sin miedo a morir mañana ni a que pueda suceder con el hecho de que dentro de tu alma y la mía no existe lugar para tristezas o depresiones que nos vuelvan almas impuras.

            
            

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