-Tenemos que hablar -me dice David como si me importara una mierda lo que él quiera.
-Estoy muy cansada de follar, no me apetece hablar ahora.
Sigo hasta mis jeans y me pongo unos blancos, bajo su hambrienta mirada. Se recuesta en la entrada del vestidor con las manos en los bolsillos.
-No me digas eso cariño, yo no quería...
-Pues ahora tendrás que querer -explico mientras me subo la cremallera - El tío quiere follarme de nuevo. Así que te toca mirar, lo que otro va a disfrutar.
Reconozco que a veces soy muy intempestiva y decirle esto es un error, pero me da igual. Me ha jodido y ahora le toca a él.
Lo escucho proferir rugidos a toda voz y sigo a lo mío, no pienso consolar a un asqueroso que va de prometido enamorado y resulta que me empuja encima de la polla de otro. Ahora que se joda.
-¡No vas a ir! -grita mientras se tira un poco del pelo.
-Ya estoy yendo, David. ¿No era eso lo que querías? -le pincho mientras me abrocho las botas negras anudadas por detrás hasta por encima de la rodilla.
-A ver Erika, estás sacando las cosas de quicio -explica intentando parecer calmado...como si me importara.
-Te equivocas David, estoy poniendo al descubierto todas las manipulaciones que me enviaron a ese cuarto de hotel en la cama de semejante tipo.
-¡Es un jodido Dios para tu padre. No pude hacer nada! -sigue gritando y ya estoy a punto de asestarle un puñetazo en la boca -lo necesitamos para que abra el maldito estrecho y el jodido convicto deje de putear el tráfico. Estamos perdiendo dinero. Entiéndelo.
-Si yo lo entiendo -contesto con sorna en el mismo segundo en que me coloco el suéter negro de cuello alto -mientras yo follo, ustedes trafican con mi amante. ¡Oye,igual es un negocio redondo !Dos ventas en una.
-Ya basta Erika, hostias. Casi lo mato cuando dijo lo que dijo allá abajo, pero ya viste que no es nada fácil el tema.
-No me interesa nada de lo que estás diciendo. Mientras a mí me prostituyen, ustedes ganan dinero. Ahora son proxenetas también. Vuestros currículos van en aumento. ¡Enhorabuena!... -hago una pausa antes de escupir -ah, que sepas, que me ha exigido fidelidad -su cara se distorsiona y lo disfruto -no quiere que nadie más que él me toque mientras dure el negocio. Así que ya sabes, sal de mi habitación o mi amante se puede enfadar y papá perderá dinero.
-Voy a matarlo cariño, te lo prometo. Solo dame tiempo, no es tan fácil.
Lo observo marcar algo en su móvil y me atuso el pelo frente al espejo como si nada de lo que decíamos allí, me importara. Soy buena actriz cuando quiero.
-¡Vete de aquí!...
Igual de frío que sus mal gestionadas promesas, es mi tono al referirme a él, a mi padre y al echarlo de mi habitación.
Ya no hay manera de volver a perdonar aquello y a pesar de todo lo que está por delante, yo ya no quiero tener nada más con él.
Nunca lo he amado, y sé que él solo quiere de mí, el poder que mi apellido y estatus le ofrecen, además de meterse entre mis muslos; pero antes yo tenía más que aceptada la situación, sin embargo ahora, tengo más claro que nunca que lo dejaré.
Usaré al francés para mantener a mi prometido lejos de mí y viendo lo que me ha confesado, le pondré en contra de aquel al que me tengo que tirar, y yo misma lo mataré en su momento provocando una guerra interna entre todos para lograr salvar mi negocio y demostrarle a mi padre que no necesita casarme con ningún imbécil para que pueda ser la reina de la mafia.
Y para eso, necesito negociar con el convicto, empezando por sacarlo de la cárcel. Con la ayuda de mi hermana.
(...)
-Yo no ejerzo mi carrera y lo sabes -decreta Sami apoyada en mi cómoda mientras me maquillo -y de hacerlo... seguro que para defender a un narcotraficante que son los seres a los que más desprecio, no va a ser.
Mi hermana nunca ha aprobado a lo que nos dedicamos.
Yo no tuve opción y con el tiempo me acostumbré a este mundo y al poder que supone la mafia, pero ella no lo acepta y odia a papá con toda su alma. Ni siquiera le habla cuando viene a casa. Le culpa de la muerte de mamá y de tener a sus hijas, metidas a este mundo... de cierta manera tiene razón.
-Y, ¿Si te digo que sería para sacar a la familia de todo esto?
Me dolía mentirle porque yo no pensaba salirme del mundo de la mafia, solo que sí del tráfico y alguna cosa más. Pero mi hermana era muy buena en su trabajo y podría confiarle mi vida, ella sería la persona en la que lo dejaría todo.
-No te creo. Te gusta demasiado el poder y va a arrastrarte al pozo de las miserias como no asumas que este mundo no es para tí, además de ser muy, muy, muuuuy asqueroso todo.
-¿Cómo puedo convencerte? -gimo frustrada y me perfumo un poco -necesito ayuda y sabes que no confío en nadie.
-Es que no puedes Erika, sabes que no procede conmigo nada que puedas triquiñuelar, soy perro viejo -suspiro y ella tira de una silla para acercarse a mi y tomarme de las manos -simplemente no hagas lo que te piden, déjame que te saque del país, finge un secuestro y cuando todo se haya desmoronado, te libero y ya está.
Lo pone demasiado fácil y es más complicado que eso.
Hundo mi rostro entre mis manos unidas a las suyas y aspiro todos el au te e que pueda hasta que lo dejo salir de golpe y concreto...
-No es así de simple y sabes que me buscaría más de una persona. No puedo poner en riesgo tu vida y no te atrevas a tomar decisiones a solas. Te conozco.
Me suelta las manos y sé que esta enfadada. Se levanta y camina por la habitación mientra yo meto cosas a mi bolso antes de salir. Tengo una reunión importante con los capos del norte y me deben dinero. Luego me esperan para negociar entre sábanas de placer. Un placer que desconozco.
-En el fondo pones excusas para no dejarlo -me acusa -no sé como puede gustarte esta basura.
-No me gusta -expongo serena y a punto de irme -simplemente es todo lo que sé hacer y algo de lo que no puedo escapar...¿Para que querías verme, en realidad?
-¡Nada! -protesta haciendo amago de restarle importancia a todo, después de lo que ha pasado -ya no tiene sentido. ¿Cenamos el viernes con Claud?
Sonrío y asiento. Adoro a su marido y a mi sobrina de cinco meses. Ellos son la parte inocente de la familia Montalvan, justamente porque los mantienen como si no fueran parte de ella. Y yo, apoyo esa moción. No quiero a mi cuñado ni a mi sobrina bebiendo en la mesa del delito.
...Bajamos juntas y veo como su pelo oscuro juega entre las tiras de su vestido elegante de mamá feliz, y pienso que ella es la que más se parece a mi madre y la única que lleva mis ojos verdes. Sarah es de ojos negros como papá y la menor de las tres.
Samy tiene veintiocho años, yo veintiséis y mi pequeña hermana solo veintiuno. Ella es rubia como papá y con sus ojos sin embargo nosotras morenas, altas y de curvas molestas y grandes pechos como mamá y unas luces verdes en los ojos que sellan nuestra genética.
-Te veo el viernes -me da dos besos en el final de la escalera -no lleves a ese tipo.
-Siempre me dices lo mismo y siempre he ido sin él. ¿No te cansas?
Ella niega y yo sonrío.
-En mi casa no entra escoria más que mis hermanas.
-Vete a la mierda -le doy una nalgada y un beso en la frente. La adoro.
-En ella estoy ahora mismo...mejor me voy.
-¡Que si!...que plasta eres.
Veo como su rostro hace una mueca de asco y se da la vuelta para irse a ver a Sarah, y cuando me doy la vuelta, entiendo todo.
-¡¿Dónde te crees que vas?!