Allarik, la venganza del jeque
img img Allarik, la venganza del jeque img Capítulo 6 Encuentros desafortunados
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Capítulo 8 Mi nuevo objetivo img
Capítulo 9 Me rehuso a dormir contigo parte 1 img
Capítulo 10 Me rehuso a dormir contigo parte 2 img
Capítulo 11 Serás mía img
Capítulo 12 ¡Qué comience el juego! img
Capítulo 13 Ojalá no te vuelva a ver img
Capítulo 14 Sí te casaras img
Capítulo 15 Esto no me puede estar pasando img
Capítulo 16 Esto es una pésima idea img
Capítulo 17 El jamás será tuyo img
Capítulo 18 Eres mia img
Capítulo 19 Soy suyo img
Capítulo 20 No puedo ser tuya parte 1 img
Capítulo 21 No puedo ser tuya parte 2 img
Capítulo 22 No me amenaces img
Capítulo 23 Me casaré pronto. img
Capítulo 24 Los problemas se avecinan img
Capítulo 25 Los problemas vienen XL parte 1 img
Capítulo 26 Los problemas vienen XL parte 2 img
Capítulo 27 No usaré eso img
Capítulo 28 Recordaras que eres mía img
Capítulo 29 La fiesta img
Capítulo 30 Celos y lujuria img
Capítulo 31 Tu eres mía y que se jodan los demás img
Capítulo 32 ¡Tu, no me mandas...! img
Capítulo 33 Castigo parte 1 img
Capítulo 34 Castigo parte 2 img
Capítulo 35 Dímelo... img
Capítulo 36 Prometelo img
Capítulo 37 Pronto iré por ti img
Capítulo 38 ¿Vendrás conmigo img
Capítulo 39 Decisiones parte 1 img
Capítulo 40 Decisiones parte 2 img
Capítulo 41 No me puedes abandonar img
Capítulo 42 Hogar... dulce hogar img
Capítulo 43 La invitación img
Capítulo 44 Acercamientos parte 1 img
Capítulo 45 Acercamientos parte 2 img
Capítulo 46 Quiero que te atrevas a ser mía img
Capítulo 47 Adelantaremos la boda img
Capítulo 48 El día ha llegado img
Capítulo 49 Tu regalo de cumpleaños img
Capítulo 50 ¿Qué estarías dispuesto a apostar por mi img
Capítulo 51 ¡Ya me resigne! img
Capítulo 52 Pronto se acerca el momento img
Capítulo 53 ¡Qué comience el circo...! img
Capítulo 54 El destino me odia img
Capítulo 55 Enfrentamiento img
Capítulo 56 Frustración img
Capítulo 57 El rapto img
Capítulo 58 ¿En dónde rayos está mi hija img
Capítulo 59 Búsqueda interminable parte 1 img
Capítulo 60 Búsqueda interminable parte 2 img
Capítulo 61 Verdades img
Capítulo 62 Nadie impedirá que seas mía img
Capítulo 63 No quiero una boda img
Capítulo 64 Al fin eres mía img
Capítulo 65 La venganza está pronta a venir img
Capítulo 66 Noche de bodas parte 1 img
Capítulo 67 Noche de bodas parte 2 img
Capítulo 68 Pasión img
Capítulo 69 Castigame img
Capítulo 70 Tu también eres mío img
Capítulo 71 Los problemas apenas empiezan img
Capítulo 72 Quiero conocerla img
Capítulo 73 Espero que encuentres la felicidad que buscas img
Capítulo 74 Déjame ir parte 1 img
Capítulo 75 Déjame ir parte 2 img
Capítulo 76 A las malas aprenderás img
Capítulo 77 Amenaza img
Capítulo 78 Amenazas parte 2 img
Capítulo 79 Falsa modestia img
Capítulo 80 Me casé con el enemigo y qué parte 1 img
Capítulo 81 Me casé con el enemigo y qué parte 2 img
Capítulo 82 Me casé con el enemigo y qué parte 3 img
Capítulo 83 Buscando una salida img
Capítulo 84 Confesiones parte 1 img
Capítulo 85 Confesiones parte 2 img
Capítulo 86 Confesiones parte 3 img
Capítulo 87 Hagamos un trato img
Capítulo 88 Me quedaré img
Capítulo 89 Tu eres mi adicción img
Capítulo 90 Bajos instintos parte 1 img
Capítulo 91 Bajos instintos parte 2 img
Capítulo 92 Culpable parte 1 img
Capítulo 93 Culpable parte 2 img
Capítulo 94 Culpable parte 3 img
Capítulo 95 Sanatorio mental parte 1 img
Capítulo 96 Sanatorio mental parte 2 img
Capítulo 97 Sanatorio mental parte 3 img
Capítulo 98 Advertencia img
Capítulo 99 Al enemigo hay que tenerlo más cerca img
Capítulo 100 Dudas img
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Capítulo 6 Encuentros desafortunados

-Cassy. ¿Estás segura que no me veo muy vulgar? -le cuestiono a mi hermana no muy segura mientras me veo al espejo, ella coloca sus ojos en blanco y niega con su cabeza como si yo no tuviera remedio.

Estuve pensando toda la mañana en lo que mi hermana me dijo y decidí ir a la galería, por lo menos si voy a estar aquí tengo que buscar una forma de distraerme.

El vestido negro de colgantes que tengo puesto es muy hermoso, pero no es para nada mi estilo, tiene una abertura que viaja desde poco más abajo de mi cadera hasta los tobillos, dejando mi pierna derecha al descubierto y ni hablar del escote que da a relucir los senos que jamás me había reparado a ver que tenía.

Niego con mi cabeza y cuando estoy a punto de cambiarmelo, mi hermana aparece por la puerta del walk-in clóset con una joya que se utiliza para decorar las piernas, la miro algo curiosa y aunque aún no estoy muy convencida de llevarme el vestido me encantaría ver como me vería con esa magnífica y brillante prenda.

-Toma Zayi, estoy segura que esto complementará tu atuendo -Cassy me extiende la joya y yo la tomo casi arrebatandosela de las manos.

-Es hermosa -murmuro palpando los pequeños diamantes que la componen.

-Sabia que te iba a gustar, la escogí para ti el mismo día que me pediste que te comprara el vestido que utilizarás en la celebración de los Grimaldi.

-Hablando de eso, tengo que ver que me compraste, si me estas haciendo usar este que hace que se me vea todo, no me puedo ni imaginar como será el otro -me quejo mientras termino de instalar la lujosa joya en la pierna que sobresale del vestido.

-Ay...ya cállate Zahira y termina de vestirte rápido, créeme, ese vestido te quedará mil veces mejor que el que llevas puesto -pronuncia mientras me da pequeñas palmadas en el hombro y después se encamina a la puerta para dejarme sola.

Aprecio en el espejo lo hermosa que luce la joya en mi pierna a pesar de que el vestido aún me siga pareciendo vulgar, pero debo reconocer que la prenda me da un toque de elegancia, retoco los últimos detalles de mi maquillaje y recojo mi cabello en una coleta alta, cuando ya estoy lista salgo en busca de mi hermana que me debe de estar esperando en el auto y me siento algo incómoda por las miradas que me dan algunos trabajadores del servicio, no deberían colocar sus ojos en mi sabiendo que soy hija de un rey árabe, pero solo por hoy lo dejaré pasar.

-Vaya...si es que te demoras para todo -se queja Cassy colocando los ojos en blanco en cuanto entro y me siento en el auto del lado del copiloto.

-Ya deja de quejarte y conduce de una buena vez, porque si vamos a hablar de quien se demora más, tu te llevas la Corona -bromeo y las dos sonreímos.

-¿Te encuentras mejor? -inquiere ella mirándome de soslayo mientras conduce y su pregunta me hace sentir incómoda.

Puede que tengamos confianza, pero hay algunas cosas que es mejor mantener en silencio.

-Si. -respondo después de soltar un suspiro largo.

-Zayi sabes que...

-Tenias razón -le digo y nunca en mi vida unas palabras me habían dejado un sabor tan amargo en la boca al pronunciarlas.

Mi hermana quita por un momento la vista de la carretera para mirarme sorprendida.

-Si, Cassy -confirmo-. Es cierto que debo seguir adelante con mi vida y no echarme a morir por un desgraciado que ni en sus pensamientos debo de estar -agrego con la voz un poco quebrada.

Parpadeo varias veces para no echarme a llorar y clavo mi vista en la ventanilla para que mi hermana no vea lo afectada que aún estoy por todo este tema de Edward.

-Ese hombre no merece que sufras por él -pronuncia con suavidad mi hermana y siento como posa por un momento su mano sobre la mía brindandome calidez.

-Lo sé, pero no lo puedo evitar -susurro.

-Solo el tiempo se encargará de curar las heridas que ese maldito le hizo a tu corazón -dice para mi consuelo, pero eso solo lo que hace es hacerme sentir peor.

-Eso espero -zanjo el tema.

El resto del camino permanecemos en silencio y mi buen humor comienza a retornar cuando veo el gran letrero colorido que indica que ya llegamos al lugar, hay una fila para el ingreso que da la vuelta a la esquina del lugar, no me tengo que preocupar por formarme porque mi pase es VIP, pero por el largo de la fila me imagino lo lleno que debe estar.

Mi hermana se estaciona en todo el frente del sitio y me hace salir.

-Ve adelantándote, voy a estacionar mi auto -me informa.

-¿Acaso no hay quien haga ese trabajo? -le cuestiono.

-Si, pero resulta que la última vez que dejé que el valet parking estacionara mi auto, el muy imbecil le hizo un rayón a mi Aston Martin DBS -se queja y la verdad es entendible, yo en su lugar lo hubiese estrangulado con mis propias manos por arruinar tan maravillosa máquina.

-Está bien -asiento ante sus palabras y camino hacia la mole de piel blanca y cabeza rapada de dos metros de altura que está plantado en la puerta como guardia de seguridad.

-Invitación -exige y yo comienzo a esculcar en el pequeño bolso que traígo colgado en el hombro, el himno re coloca sus ojos en blanco y a mi me nerva su actitud-. Mira rubia, si no tienes la invitación a la mano es mejor que te formes y hagas la fila como los demás -agrega el hombre con impaciencia.

Lo miro de mala gana y cuando ya encuentro el pase VIP se lo enseño y él se aparta para dejarme entrar.

-Le diré a Daniel lo grosero que son los de seguridad -le digo antes de irme y el hombre suelta una pequeña risa-, soy la hermana de su novia Cassy contreras Monroe -agrego y veo como la sonrisa del rostro del hombre desaparece.

-Lo siento señorita, yo...

-No tienes por que disculparte, guárdate tus tontas excusas -lo miro con desdén-. No le diré nada, solo si prometes que la próxima vez trataras mejor a las mujeres -agrego hastiada-, párese que Mónaco a pesar de ser un lugar repleto de lujo y gente adinerada a los hombres les falta mucha educación -puntualizo y el episodio que pasó en la playa se reproduce en mi mente.

Ojalá jamás en mi vida me vuelva a cruzar con ese desagradable tipo.

El hombre asiente pidiéndome otra vez disculpas y yo retomo mi camino.

Le doy mi bolso a la chica que recibe y guarda los abrigos, camino por todo el lugar extasiada por lo que veo, esculturas de toda clase lucen grandiosas en el lugar dándole vida, cuadros de todos los estilos y pintados con las más exquisitas técnicas cuelgan en las paredes de color blanco, los pisos de madera lustrada le dan al sitio un toque distinguido y delicado que hace que me encante por completo, la música instrumental que resuena por todos lados brindan paz y serenidad, un mesero se acerca a mi con una bandeja redonda y me ofrece una copa de vino blanco, la tomo dándole las gracias y camino adentrandome más al sitio.

La galería está que revienta por la aglomeración de personas que han asistido al evento, me paro frente a una escultura de una chica desnuda que me recuerda mucho a la que está en medio de la piscina en la Villa que mi madre tiene en Dubái, me concentro en observar cada centímetro de la escultura deleitandome con cada detalle bien pulido que mantiene esta, de repente alguien sujeta mi cabello desde la parte de atrás y aunque solo ha sido un ligero toque me ha incomodado, miro con rapidez por encima de mi hombro, pero no observo a nadie detrás de mi, un ligero olor a perfume de hombre que se me hace ligeramente conocido pero no logro recordar de donde inundan mis fosas nasales y rápido se pierde el rastro de la fragancia entre las mezclas de las otras que inundan todo el lugar.

No le doy importancia al asunto porque tal vez alguien me rozó por accidente al pasar, pero coloco mi cabello a uno de los lados de mi cara porque no me gusta que ningún desconocido lo toque, me muevo por toda la estancia mirando y contemplando la posibilidad de comprar alguna que otra escultura para instalarla en el pent-house que tengo en Londres, cuando dos brazos fuertes me rodean desde la parte de atrás y el sonido de esa voz que reconocería a kilómetros me paraliza.

-Zahira -pronuncia una voz varonil que conozco a la perfección petrificandome por completo-. Cuanto tiempo sin verte. ¿Cómo unos qué? ¿Seis meses? -susurra a mi oído y trago duro intentando disipar el nudo que se ha formado en mi garganta.

Mis ojos se inundan por las lágrimas, pero parpadeo varias veces negandome a la posibilidad de llorar por él, no le daré el gusto de ver lo rota que estoy por su culpa.

-Edward...-pronuncio en un hilo de voz para que no note cuán afectada estoy mientras me giro con toda la elegancia que me compone, para encararlo.

            
            

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