Capítulo 2 LA CIUDAD SE VISTE DE FUEGO I PARTE

LA CIUDAD SE VISTE DE FUEGO

I

Me dirijo a su casa tal vez la matare, pero no creo por que la quiero mucho.

La madrugada tenebrosa, el aire te golpea la nariz, tiene una esencia de escalofrió, a esta hora toda la gente duerme, así que no hay de qué preocuparse a no ser que me encuentre con el espanto de que la gente tanto habla pero que yo nunca he visto, aunque temo más encontrarme un monstro que quiera mis billetes o mi sangre por diversión u otra raza que si me los encuentro me golpearan y me encerraran por andar a esta hora con un cuchillo de 30 centímetros.

Al fin llegue a su cuadra, todos los perros ladran, como si vieran que llevo al demonio adentro, miro al cielo la luna tan grande y redonda, hoy ni siquiera ella me tranquiliza.

Golpeo repetidamente, hasta que sale ella por su ventana diciéndome:-¡lárgate¡; tan linda hasta brava se ve linda;-sal un momento o ábreme, le contesto. Muchas veces estuve con ella toda la noche pero entraba a amarla, hoy vengo a matarla.

No me quiere abrir, entonces cojo mi cuchillo para romper con el los vidrios, todos los vecinos miran por sus ventanas, ¿mencione que cogí los portones a patadas?, bueno lo hice estoy enceguecido de odio; bien pienso romper cada inocente cristal, sin ningún motivo pero lo hare, de pronto que siento una corriente fría me sacude, miro hacia la terraza y esta ella con un balde, la muy maldita me ha rociado agua fría, lamentablemente no le digo nada es más me alegro, ese líquido divino me alejo ese Mefistófeles ya calmado le exijo:-amor por favor hablemos; mirando su linda cara . Su rostro jugaba con tres expresiones una de mal humor, otra maliciosa por haberme mojado y otra que me confunde como de alegría, tal vez porque ve que me vuelvo loco por ella, porque ve que por ella hago lo que sea.

Me siento tonto, ¿acaso veo gigantes guerreros a desbaratados molinos?, si es lo mismo, más bien idealizo a una campesina con aires malignos como mi princesa hermosa, pero puede ser, de pronto yo no soy el glorioso caballero o el legendario príncipe azul, soy tal vez el mago negro con disturbio de personalidad.

Finalmente me voy, empeorando más las cosas, vaya feo escándalo.

¿Creíste que la iba a matar?, no, aunque lo haya contemplado, no lo haría porque yo la amo, yo tengo la culpa de que no quiera estar conmigo, si escucha yo soy el culpable, durante años he tenido la miserable costumbre de la gran mayoría de la gente el de echarle la culpa a otros. Es cierto la culpa es como un enjambre de abejas que vienen a picarte, sin embargo tu colocas gente en medio para que te salven, pero las abejas te picaran, pero tu podrías aceptarlas y hasta colocar una fábrica de miel, está bien quizá no sea el mejor ejemplo pero es como en un grupo de ayuda a algo anónimo que dicen que el primer paso para dejar una adicción es aceptándolo por eso durante los siguientes meses me dedique a des a dictarme de ella, pero nadie dijo que sería fácil y no ha sido fácil.

            
            

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