Apartada Para El Alpha (II libro)
img img Apartada Para El Alpha (II libro) img Capítulo 4 Capitulo 3: vamos tu puedes (parte uno)
4
Capítulo 6 Capitulo 5: lo habia olvidado (parte uno) img
Capítulo 7 Capitulo 6; lo habia olvidado (parte dos) img
Capítulo 8 Capitulo 7 : esto es dificil... (parte uno) img
Capítulo 9 Capitulo 8: esto es dificil... (parte Dos) img
Capítulo 10 Capitulo 9: esto es dificil... (parte tres) img
Capítulo 11 Capitulo 10: me quiero morir (parte uno) img
Capítulo 12 Capitulo 11: me quiero morir (parte dos) img
Capítulo 13 Capitulo 12: debe ser una maldita broma (parte uno) img
Capítulo 14 Capitulo 13: debe ser una maldita broma (parte dos) img
Capítulo 15 Capitulo 14: lo prometo (parte uno) img
Capítulo 16 Capitulo 15: lo prometo (parte dos) img
Capítulo 17 Capitulo 16: el engendro... img
Capítulo 18 Capitulo 17: solo di mi nombre y estare ahi (parte uno) img
Capítulo 19 Capitulo 18: solo di mi nombre y estare ahi (parte dos) img
Capítulo 20 Capitulo 19: Garret tenia razon... (parte uno) img
Capítulo 21 Capitulo 20: Garret tenia razon... (parte Dos) img
Capítulo 22 Capitulo 21: no se que es lo que pasa (parte uno) img
Capítulo 23 Capitulo 22: no se que es lo que pasa (parte dos) img
Capítulo 24 Capitulo 23: no se que es lo que pasa (parte tres) img
Capítulo 25 Capitulo 24: primera batalla (parte uno) img
Capítulo 26 Capitulo 25: primera batalla (parte dos) img
Capítulo 27 Capitulo 26: no estoy interesda (parte uno) img
Capítulo 28 Capitulo 27: no estoy interesda (parte dos) img
Capítulo 29 Capitulo 28: solo puedo pensar en ti... (parte uno) img
Capítulo 30 Capitulo 29: solo puedo pensar en ti... (parte dos) img
Capítulo 31 Capitulo 30: solo puedo pensar en ti... (parte tres) img
Capítulo 32 Capitulo 31: te extraño, solo vuelve (parte uno) img
Capítulo 33 Capitulo 32: te extraño, solo vuelve (parte Dos) img
Capítulo 34 Capitulo 33: te extraño, solo vuelve (parte tres) img
Capítulo 35 Capitulo 34: un segundo reencuentro (parte uno) img
Capítulo 36 Capitulo 35: un segundo reencuentro (parte Dos) img
Capítulo 37 Capitulo 36: quiero que seas egoista (parte uno) img
Capítulo 38 Capitulo 37: quiero que seas egoista (parte Dos) img
Capítulo 39 Capitulo 38: me encanta tenerte aqui (parte uno) img
Capítulo 40 Capitulo 39: me encanta tenerte aqui (parte Dos) img
Capítulo 41 Capitulo 40: ahora si lo saben todos (parte uno) img
Capítulo 42 Capitulo 41: ahora si lo saben todos (parte Dos) img
Capítulo 43 Capitulo 42: no me decepciones más (parte uno) img
Capítulo 44 Capitulo 43: no me decepciones más (parte Dos) img
Capítulo 45 Capitulo 44: perderme... (parte uno) img
Capítulo 46 Capitulo 45: no puedo... (parte Dos) img
Capítulo 47 Capitulo 46: no puedo... (parte tres) img
Capítulo 48 Capitulo 47; no queria aceptarlo.. (parte uno) img
Capítulo 49 Capitulo 48; no queria aceptarlo.. (parte Dos) img
Capítulo 50 Capitulo 49: solo tengo que saber como img
Capítulo 51 Capitulo 50: irrompible promesa img
Capítulo 52 Capitulo 51: ...no es nada img
Capítulo 53 Capuitulo 52: los gemelos del inframundo img
Capítulo 54 Capitulo 53: un deseo (parte uno) img
Capítulo 55 Capitulo 54: un deseo (parte dos) img
Capítulo 56 Capitulo 55: ¿un lindo moreno img
Capítulo 57 Capitulo 56: puedo hacer eso (parte uno) img
Capítulo 58 Capitulo 57: puedo hacer eso (parte dos) img
Capítulo 59 Capitulo 58: antes de la tormenta, calma (parte uno) img
Capítulo 60 Caputulo 59: antes de la tormenta, calma (parte Dos) img
Capítulo 61 Capitulo 60: ¿q-qui-quie-quieres se-... (parte uno) img
Capítulo 62 Capitulo 61: ¿q-qui-quie-quieres se-... (parte Dos) img
Capítulo 63 Capitulo 62: un sueño del cual me haran despertar (parte uno) img
Capítulo 64 Capitulo 63: un sueño del cual me haran despertar (parte Dos) img
Capítulo 65 Capitulo 64: no ahora (parte uno) img
Capítulo 66 Capitulo 65: no ahora (parte dos) img
Capítulo 67 Capitulo 66: gitana congelada (parte uno) img
Capítulo 68 Capitulo 67: gitana congelada (parte Dos) img
Capítulo 69 Capitulo 68: gitana congelada (parte tres) img
Capítulo 70 Capitulo 69: todo me trae al inicio img
Capítulo 71 Capitulo 70: algo mucho peor (parte uno) img
Capítulo 72 Capitulo 71: algo mucho peor (parte Dos) img
Capítulo 73 Capitulo 72: ¿el libro negro (parte uno) img
Capítulo 74 Capitulo 73: ¿el libro negro (parte dos) img
Capítulo 75 Capitulo 74: jamas debí juntarlas (parte uno) img
Capítulo 76 Capitulo 75: jamas debí juntarlas (parte Dos) img
Capítulo 77 Capitulo 76: no hagas esto img
Capítulo 78 Capitulo 77: maldita molestia (parte uno) img
Capítulo 79 Capitulo 78: maldita molestia (parte Dos) img
Capítulo 80 Capitulo 79: ...un paso en falso (parte uno) img
Capítulo 81 Capitulo 80: ...un paso en falso (parte Dos) img
Capítulo 82 Capitulo 81: ...un paso en falso (parte tres) img
Capítulo 83 Capitulo 82: bum... (parte uno) img
Capítulo 84 Capitulo 83: bum... (parte Dos) img
Capítulo 85 Capitulo 84: todo acaba (parte uno) img
Capítulo 86 Capitulo 85: todo acaba (parte dos) img
Capítulo 87 Capitulo 86: todo acaba (parte tres) img
Capítulo 88 Capitulo 87: ...enterrar mi dolor (parte uno) img
Capítulo 89 Capitulo 88: ...enterrar mi dolor (parte Dos) img
Capítulo 90 Capitulo 89: ...enterrar mi dolor (parte tres) img
Capítulo 91 Capitulo 90: el cambio (parte uno) img
Capítulo 92 Capitulo 91: el cambio (parte dos) img
Capítulo 93 Capitulo 92: el cambio (parte tres) img
Capítulo 94 Capitulo 93: el cambio (parte cuatro) img
Capítulo 95 Epílogo (parte uno) img
Capítulo 96 Epílogo (parte Dos) img
img
  /  1
img

Capítulo 4 Capitulo 3: vamos tu puedes (parte uno)

"Les pedi que me salvaran y los vi salvar su culo

Huyendo de los problemas dejándome enfrentarlos a mi...

¿Esto era mi destino o sólo era un juego más?"

Fumiko Ibars

Una gota de agua cayó en mi rostro, mojándome y sacándome de mi sueño. Abrí los ojos con pesadez, sin poder evitar que mi mente se llenara de confusión.

-Oshi, tu cuarto tiene goteras -dije en voz baja, mientras me sentaba en la madera fría de la cabaña y restregaba mis ojos. Mis pequeños segundos de olvido me abandonaron y suspiré con pesadez-. No estoy en casa... -murmuré con tristeza. Froté mi rostro, limpiando el agua de él, mientras la lluvia seguía cayendo sin cesar.

Miré mejor a mi alrededor y, al fin, me di cuenta de que no estaba en mi casa ni cerca de ella. Estaba en una cabaña, aislada en medio de la nada, rodeada por el lago de agua cristalina que parecía envolverla por completo. El agua era tan clara que podía ver cada reflejo, cada movimiento. A diez metros de cada lado, altas paredes se alzaban, adornadas con símbolos que representaban los elementos, las razas y otros más, como si de alguna manera estuvieran protegiendo este lugar sagrado, manteniendo todo fuera de alcance.

Me levanté de la madera que hacía las veces de suelo, y miré hacia el cielo, ahora claro, pero empapado por la lluvia constante que caía, mojando todo a su paso. Connor estaba jugando cerca de mí, ajeno a la tormenta, creando copos de nieve con las gotas de lluvia que tocaba con su nariz. Cuando las gotas caían, se transformaban en escarcha celeste antes de regresar hacia el cielo, como si estuvieran obedeciendo a algún tipo de magia. Cada vez que tocaba el agua, las gotas caían con mayor intensidad, salpicando violentamente el lugar, creando pequeños remolinos de agua y nieve. La visión me dejó anonadada, maravillada por lo que un simple animal podía hacer, y por lo que el mismo Connor parecía generar sin esfuerzo alguno. Esa magia en sus movimientos... era algo que jamás había presenciado.

Reí suavemente al ver cómo se sentaba sobre sus patas traseras en el hielo, observando con fascinación cómo se concentraba en lo que hacía. Sin embargo, cuando una gota de lluvia le cayó directamente sobre la nariz, Connor estornudó, lanzando un chorro de aire que formó una nube de vapor en el aire frío. Me acerqué, empapándome bajo la lluvia que parecía no querer cesar. Connor me miró con esos ojos llenos de alegría y movió su cola de un lado a otro, como si me invitara a unirme a él en su pequeño juego. Le sonreí, pero lo que sucedió a continuación fue aún más raro: la lluvia, de repente, se detuvo por completo.

Me extrañó, pero no le di mucha importancia, sólo me acerqué más a Connor. Me senté junto a él, dejando que el hielo me congelara el trasero, riendo por lo absurda de la situación.

-¿Cómo aguantas este hielo? -bromeé, con una risa nerviosa, mientras me acurrucaba junto a él, buscando algo de calor.

Connor, como si entendiera mi pregunta, se lanzó hacia mí y lamió mi cara con entusiasmo. Reí a carcajadas, quitándomelo de encima, antes de acariciar su cabeza en agradecimiento. Sentí que el tiempo había pasado volando, demasiado rápido para mi gusto, y la noche ya había comenzado a caer. Estaba tarde, aunque no sabía cuántas horas había dormido en esa cabaña. Sólo sentía el cansancio profundo que recorría cada músculo de mi cuerpo.

-Vamos adentro, no quiero resfriarme -le dije, con una sonrisa cansada.

Connor se levantó de inmediato, saltando hacia la casa, pero al hacerlo, el hielo que cubría su cuerpo se derritió rápidamente, y terminó cayendo al fondo del lago. El golpe fue tan brusco que me quejé de dolor al ver cómo unas rocas me lastimaban el trasero. Connor, por supuesto, parecía disfrutarlo, porque lo vi reír a lo lejos.

-¡Carajo! -me quejé, frotándome el trasero, sin poder evitar soltar una carcajada-. Aja, búrlate, desgraciado.

Me levanté del agua helada y regresé a la cabaña. El viento fresco me alcanzó, pero el refugio estaba cálido en comparación con el exterior. Tomé mis mochilas y saqué mi teléfono de una de ellas, mirando la pantalla. Eran las cinco y treinta y dos de la tarde. Habían pasado dos días desde que huí de casa. Me sorprendió lo rápido que pasó el tiempo. Suspire, guardando el teléfono de nuevo en la mochila, antes de recoger el libro que había caído al suelo. No quería pensar en eso ahora. No quería saber nada de la "portadora" ni de ese maldito destino que me estaba tocando vivir.

Miré el teléfono una vez más: no tenía señal. Literalmente estaba muerto, aunque la batería estaba al 100%. Algo irónico, como si el mundo aquí no estuviera dispuesto a darme acceso a nadie más. No podía contactar a nadie, ni siquiera para compartir mi miedo, mi ansiedad. Estaba completamente sola en este lugar, con más preguntas que respuestas.

-¿Qué se supone que hago ahora? -murmuré para mí misma, guardando el teléfono de nuevo.

El viento afuera seguía soplando, pero aquí dentro de la cabaña, el silencio era absoluto, roto únicamente por el suave crujido de la madera que se movía con el viento. Me senté en el suelo de la cabaña, observando el agua caer suavemente contra las ventanas. No sabía qué me esperaba, pero sentía que este lugar tenía algo que me estaba diciendo, algo que no podía ignorar. Solo esperaba poder entenderlo a tiempo.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022