Adicta al placer
img img Adicta al placer img Capítulo 4 Estrenando mi regalo de cumpleaños
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Capítulo 6 Una noche de aventuras (Parte 2) img
Capítulo 7 Mi hermano Rubén (Parte 1) img
Capítulo 8 Mi hermano Rubén (Parte 2) img
Capítulo 9 Mi hermano Rubén (Parte 3) img
Capítulo 10 Mi hermano Rubén (Parte 4) img
Capítulo 11 Mi hermano Rubén (Parte 5) img
Capítulo 12 Una video llamada muy divertida img
Capítulo 13 Encantos ocultos img
Capítulo 14 Después del colegio img
Capítulo 15 La noche del concierto (Parte 1) img
Capítulo 16 La noche del concierto (Parte 2) img
Capítulo 17 La noche del concierto (Parte 3) img
Capítulo 18 El viaje en el autobús img
Capítulo 19 La almohada img
Capítulo 20 Mi querido tío (Parte 1) img
Capítulo 21 Mi querido tío (Parte 2) img
Capítulo 22 Mi querido tío (Parte 3) img
Capítulo 23 Dos para una (Parte1) img
Capítulo 24 Dos para una (Parte 2) img
Capítulo 25 La palanca de cambios img
Capítulo 26 Mi profesor de Matemáticas img
Capítulo 27 La pijamada con Elena img
Capítulo 28 Lecciones extra después de clases img
Capítulo 29 Peligro en casa (Parte 1) img
Capítulo 30 Peligro en casa (Parte 2) img
Capítulo 31 Peligro en casa (Parte 3) img
Capítulo 32 Peligro en casa (Parte 4) img
Capítulo 33 El masaje relajante (Parte 1) img
Capítulo 34 El masaje relajante (Parte 2) img
Capítulo 35 Solo un sillón y un pepino img
Capítulo 36 Los chicos del bar img
Capítulo 37 El chico negro de la cafetería img
Capítulo 38 La tarde de estudio con mis dos amigas img
Capítulo 39 El tipo del autobús (Parte 1) img
Capítulo 40 El tipo del autobús (Parte 2) img
Capítulo 41 El reencuentro con mi tío (Parte 1) img
Capítulo 42 El reencuentro con mi tío (Parte 2) img
Capítulo 43 Escapada al hotel en la playa img
Capítulo 44 El juego de billar img
Capítulo 45 Los celos de mi hermano img
Capítulo 46 La aventura en la cabaña (Parte 1) img
Capítulo 47 La aventura en la cabaña (Parte 2) img
Capítulo 48 La aventura en la cabaña (Parte 3) img
Capítulo 49 Diversión colectiva en la fiesta de cumpleaños (Parte 1) img
Capítulo 50 Diversión colectiva en la fiesta de cumpleaños (Parte 2) img
Capítulo 51 En la consulta del ginecólogo img
Capítulo 52 El castigo por zorra (Parte 1) img
Capítulo 53 El castigo por zorra (Parte 2) img
Capítulo 54 La cena de compromiso de mi hermana img
Capítulo 55 Un despertar dulce img
Capítulo 56 Sorpresa en la biblioteca escolar (Parte 1) img
Capítulo 57 Sorpresa en la biblioteca escolar (Parte 2) img
Capítulo 58 El baño de espuma img
Capítulo 59 El taller del mecánico (Parte 1) img
Capítulo 60 El taller del mecánico (Parte 2) img
Capítulo 61 El taller del mecánico (Parte 3) img
Capítulo 62 La despedida de soltera (Parte 1) img
Capítulo 63 La despedida de soltera (Parte 2) img
Capítulo 64 La despedida de soltera (Parte 3) img
Capítulo 65 Después de la boda img
Capítulo 66 A escondidas en la cocina (Parte 1) img
Capítulo 67 A escondidas en la cocina (Parte 2) img
Capítulo 68 Reparaciones en casa (Parte 1) img
Capítulo 69 Reparaciones en casa (Parte 2) img
Capítulo 70 Reparaciones en casa (Parte 3) img
Capítulo 71 El regalo de cumpleaños img
Capítulo 72 Antes de la cena img
Capítulo 73 Vacaciones de verano (Parte 1) img
Capítulo 74 Vacaciones de verano (Parte 2) img
Capítulo 75 Vacaciones de verano (Parte 3) img
Capítulo 76 Vacaciones de verano (Parte 4) img
Capítulo 77 Una equivocación deliciosa (Parte 1) img
Capítulo 78 Una equivocación deliciosa (Parte 2) img
Capítulo 79 Fingida inocencia (Parte 1) img
Capítulo 80 Fingida inocencia (Parte 2) img
Capítulo 81 Fingida inocencia (Parte 3) img
Capítulo 82 Fingida inocencia (Parte 4) img
Capítulo 83 Fingida inocencia (Parte 5) img
Capítulo 84 El osito de peluche img
Capítulo 85 El olor del placer img
Capítulo 86 Donas y leche para el desayuno img
Capítulo 87 Un masaje para mí tía (Parte 1) img
Capítulo 88 Un masaje para mi tía (Parte 2) img
Capítulo 89 Un masaje para mí tía (Parte 3) img
Capítulo 90 La despedida en el parque img
Capítulo 91 El regreso en el tren (Parte 1) img
Capítulo 92 El regreso en el tren (Parte 2) img
Capítulo 93 Fuera de los planes img
Capítulo 94 El cumpelaños de Brian (Parte 1) img
Capítulo 95 El cumpleaños de Brian (Parte 2) img
Capítulo 96 El cumpleaños de Brian (Parte 3) img
Capítulo 97 El examen de Física (Parte 1) img
Capítulo 98 El examen de Física (Parte 2) img
Capítulo 99 El examen de Física (Parte 3) img
Capítulo 100 El amigo de papá (Parte 1) img
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Capítulo 4 Estrenando mi regalo de cumpleaños

A la mañana siguiente me levanté muy temprano y, luego de llevar a cabo mi rutina de todos los días y estar casi lista para el colegio, me encerré en mi cuarto. Apenas había logrado conciliar el sueño la noche anterior con la emoción que tenía por lo que estaba a punto de hacer.

Pasé el seguro de la puerta y busqué en el fondo de mi armario la caja del regalo de Elena y su hermana. Lo había escondido bien en caso de que mi madre entrara al cuarto.

Saqué las bolas chinas de la caja con delicadeza y me senté en el borde de la cama. Me subí la falda del uniforme y me bajé las bragas blancas de algodón que llevaba. Luego comencé a fantasear con todo lo que Elena y yo habíamos hecho, y también con lo maravilloso que sería ser penetrada por un pene real. Muy despacio, comencé a frotarme el coñito con los dedos, haciendo énfasis en el clítoris. Después, cuando comencé a sentir la humedad, me penetré suavemente con uno. De ese modo sería mucho más sencillo ponerme las bolas.

Cuando creí estar lo suficientemente húmeda, cogí la primera bola y la metí dentro de mí con mucha lentitud. Fue una sensación muy extraña, diferente a mí dedos, pero muy excitante a la vez. Luego metí la segunda y me sentí mucho más llena. Como eran pequeñas, no me lastimaban en lo absoluto. Ni tampoco creía que un juguetito tan inocente fuera a quitarme la virginidad.

Eran apenas las siete y media de la mañana y ya estaba así de caliente. ¿Cómo se suponía que iba a resistir toda la mañana?

Dios, estaba perdiendo la cabeza, pero no podía resistirme a la tentación y al morbo. Había visto algo similar en un video en internet, y no podía sacar esa idea de mi cabeza.

Lo siguiente que hice fue subirme las bragas y acomodar mi falda del instituto. Me levanté de la cama.

Al principio era un poco incómodo tenerlas dentro, pero después de que me acostumbré a la sensación, no hacía más que excitarme. Terminé de prepararme y salí de casa. ¿Cómo se suponía que iba a andar por la calle con eso haciéndome sentir tan mojada? ¿Cómo iba a mirar al resto de las personas a la cara? No tenía ni idea, pero estaba decidida a descubrirlo.

Al subirme al autobús, un chico se quedó mirándome un buen rato. ¿Me había descubierto? Eso solo hizo que me pusiese más y más roja, así que solo me dediqué a mirar por la ventana. Eso solo se me podía ocurrir a mí, y lo peor es que estaba muy caliente.

Al llegar al instituto, fui corriendo al baño de chicas. Aún quedaban unos diez minutos antes de la entrada al salón de clases, tiempo suficiente para tocarme un poco. Me encerré en un cubículo y me saqué una de las bolas. Me estremecí por completo al hacerlo. Era puro placer.

Me saqué la segunda y las sustituí por uno de mis dedos. Comencé a penetrarme con fuerza mientras sostenía las bolas chinas con la otra mano. El placer iba en aumento, tanto que casi se me escapa un gemido. Me mordí los labios para evitarlo. Sentía mis pezones muy duros y estaba empapada. Una sensación familiar comenzó a inundar me, ¿realmente iba a tener un orgasmo en el baño del colegio?

Escuché que la puerta se abrió, alguien estaba a pocos metros de mí y yo estaba a punto de correrme. Pero no podía parar, quería más, quería terminar. Necesitaba terminar. Así que seguí tocándome y ahogando mis suspiros para que esa persona no se enterara, hasta que lo logré. ¡Tuve una corrida intensa!

El timbre sonó y me sobresalté un poco. Volví a meterme las dos bolitas rojas de inmediato, me limpié y salí para ir a clase. No sabía hasta dónde llevaría esa locura.

Una vez ahí, me senté en el pupitre esperando que nadie viniese a hablar conmigo, pero me equivoqué. Fue la misma Elena la que se me acercó.

-¡Ali! -exclamó y se sentó a mi lado-. ¡Pensé que no vendrías hoy!

Se veía como siempre, igual de risueña y animada que todos los días. Como si no nos hubiéramos tocado y lamido como posesas el día antes. Traté de saludarla y de comportarme normal, no quería que supiera lo que estaba haciendo, se azoraría. Ella comenzó a hablarme sobre un par de tonterías, de un chico que le gustaba a su hermana y de que comenzarían a salir. Yo no le prestaba demasiada atención, solo podía pensar en lo que tenía dentro y en lo mucho que me excitaba.

De pronto, se me acercó al oído y supe por su expresión de picardía exactamente qué iba a decirme.

-¿Abriste tu regalo? -susurró y soltó una risilla.

¡Oh, mi querida Elena, si tú supieras la verdad!

-Sí -le respondí en voz muy baja y desvié la mirada. Estaba comenzando a sonrojarme-. Ustedes dos están muy locas.

Elena volvió a reírse e intentó replicar, pero en eso llegó el profesor. Nunca había estado tan feliz de verle la cara a ese tipo.

Cuando comenzó su clase, recordé por qué lo detestaba. Las horas parecían no pasar ahí dentro, todavía quedaba un largo rato antes del recreo y yo apenas podía aguantar. Quería que alguien me tocara, me quitara las bolas una a una y que me penetrase duro, muy duro. No podía seguir pensando en eso o me iba a correr ahí mismo en el pupitre.

¿Qué estaba haciendo? Cada tictac del reloj era un sufrimiento, no podía ni ver al profesor a la cara. Dios, no podía resistirlo, solo podía pensar en tener a alguien encima y en cómo iba a gemir con cada embestida que me diera. Nunca había deseado con tantas ganas tener un novio.

El profesor se acercó a mi mesa.

-Joven, ¿se encuentra bien? -me preguntó.

No, me encontraba muy mal. Quería sexo y lo quería con urgencia. No obstante, él no podía saber eso.

-S-sí -traté de responder con naturalidad-, me siento perfectamente, profesor.

Mierda, estaba cerca, muy cerca. Podía sentirlo, y las bolas, al mover un poco las piernas, se habían movido también. Estaba nerviosa y muy caliente. Tenía el rostro sonrojado. Mientras más quieta quería estar, más me movía inconscientemente.

El tipo no parecía muy convencido, pero finalmente dio la vuelta y se marchó a su escritorio. Y yo, contra todo pronóstico, sentí que una oleada de placer me recorrió desde la punta de los pies hasta la cabeza. Me mordí los labios para aguantar un gemido que amenazaba con salir de lo más profundo de mi garganta.

Dios Santo. No, no podía creerlo, ¿acababa de correrme en clase delante de todos de verdad?

Había sido tan bueno, tan placentero, pero al mismo tiempo me sentía muy avergonzada. Me aterraba la idea de que alguien se hubiera dado cuenta de mis espasmo.

Sabía perfectamente que estaba jugando con fuego, pero sentir esa adrenalina, esa posibilidad de ser pillada, ese morbo, lo compensaba con creces.

El timbre sonó y eso fue mi salvación. Todos salían a toda prisa de clase, y yo no dejaba de pensar en lo que acababa de hacer. Iba a terminar perdiendo la cabeza, estaba segura, porque lo peor es que mis deseos no habían hecho más que aumentar después de esa corrida. Necesitaba a un chico con urgencia, y estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para conseguirlo.

            
            

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