Llegamos a recepción y pregunto por Ellie Becker y me informan que está en la segunda planta, sala número cinco, antes de girarme para dirigirme hacia la segunda planta miro a Zack que está agarrando mi mano, no sé en que momento lo hizo, solo sé que se siente bien. Él no dice nada y yo solo asiento y empezamos a caminar.
Al llegar veo a mi mami sentada en una de las sillas que hay en la habitación y a mi bebé dormidita, en cuanto mami me ve se levanta para abrazarme y yo rápidamente suelto la mano de Zack para devolverle el abrazo con más fuerza. Pasados unos segundos nos separamos y ella mira a el muchacho que está recostado del marco de la puerta pero no dice nada.
-Mami es grave, ¿qué tiene?- pregunto algo nerviosa y mordiéndome las uñas.
-Cielo gracias a Dios solo fue un susto, el médico dijo que es una infección viral que va a desaparecer sola en unos pocos días.
-Joder que susto, creo que nunca me había sentido tan ansiosa y nerviosa en mi vida.
-Que podría decir yo. Por cierto, ¿ y ese chico tan guapo quién es?
-Ahh!- me rasco la nuca y lo miro- Mamá él es Zack, Zack ella es Helen mi madre.
Zack estira su mano y dice:
-Un gusto señora Helen- mi madre también la estira y le da un apretón.
-El gusto es todo mío muchacho y por favor, nada de señora, me hace sentir muy vieja y no lo soy- dice y ríe- Mejor dime Helen o Hel, o como gustes. Pero señora no eh?.
Él sonríe y me quedo embobada con su hermosa y deslumbrante sonrisa.
-Nena ve a casa, yo paso la noche con Ellie no te preocupes, ya mañana le dan el alta, solo estará en observación por esta noche.
-¿Estás segura mami?- pregunto algo dudosa- puedo cuidar de ella esta noche mientras tú vas a descansar.
-Lo sé cielo, pero mejor ve y descansa ¿si?
-Vale mami- la abrazo y camino hacia la camilla donde está ricitos de oro y le doy un beso en la frente.
Mamá se despide de Zack y salimos de la habitación. Caminamos en silencio, quiero romper el hielo pero no sé que decir.
-Hey chica grosera no fácil- dice Zack llamando mi atención- Toma mi chaqueta hace algo de frío y no me gustaría que te resfríaras.
-Gracias- sonrío algo tímida y la tomo de inmediato.
-No hay de que- mira al suelo y luego me mira- ¿Te puedo llevar a casa?
-Hombre pensé que desde un principio lo ibas a hacer, digo yo, no sé- él ríe y niega con la cabeza.
-Claro que lo iba a hacer chica grosera no fácil, soy todo un caballero, es más un hermoso y maravilloso caballero.
-Wow cuanto ego veo por aquí, esto no es muy normal, creo que me superas.
-Creo que sí te supero- dice y nos miramos fijamente. Siento ganas de besarlo, de tocarlo y de muchas cosas, pero no es el momento, ni el lugar. Control Sascha control. Me alejo un poco y le digo:
-Eso habría que verlo querido ególatra atrevido.
[~~~]
Cuando estoy por abrir la puerta de casa Zack me detiene.
-Oye, ¿ ni un besito de despedida a este humilde mortal algo ególatra, que cayó rendido ante tus pies en esta hermosa y larga noche?
-Ohh!!, con que a parte de ególatra atrevido saliste poeta- digo y ríe levantando las cejas- Decirte quiero humilde mortal, que esta hermosa diosa no repartirá besos hoy.
Hace un puchero bien tierno y se lleva una mano directo al corazón.
-Eso ha dolido chica grosera, ¿pero sí me darás tu número cierto?
-¿De verdad lo quieres?- me le acerco y poso mis manos en su pecho.
-Todo lo que venga de ti lo quiero.
No me alejo, me gusta esta sensación, me gusta escuchar latir su corazón y sentirlo tan cerca.
-Pues anota humilde mortal.- le dicto el número y veo que me agrega como "Chica grosera no fácil(Diosa)" y río fuertemente.
-Este humilde mortal se irá a dormir más que feliz- pasa una mano por mi cabello y respira profundo.
-Buenas noches humilde mortal- digo y no le doy tiempo a responderme ya que me separo rápidamente para entrar en casa y cierro la puerta.
Subo a mi habitación silenciosamente, me quito la ropa, acomodo la cama, me cepillo y cuando estoy por acostarme siento que mi celular vibra, cuando reviso veo que es un mensaje:
-Buenas noches diosa, cuida de mi chaqueta, es mi favorita - sonrío porque no recordaba que la tenía conmigo y además recuerdo lo que pasó en la fiesta y niego con la cabeza.
Antes de apagar la luz busco la chaqueta de mi hermoso ególatra, me la pongo y en cuanto me acuesto caigo rendida.