Capítulo 2 capitulo 2

En ese momento trague grueso, respire profundo y sentí un gran alivio al saber que al menos no lo había matado.

Extendí mi mano para que se levante, el rechazó mí ayuda, y con mucho esfuerzo logro ponerse de pie.

Al levantarse sobre sus pies el no retira su casco por lo que no pude visualizar su rostro

-Estas ciega te has pasado el semáforo en rojo. -expresó el motociclista. - ¿Que te pasa? ¡estás loca!, casi me matas. -

–Yo.... Yo... yo...no no quise hacer eso, que hice si no que yo, este no no, fue mi intención.

- conteste balbuceando con mucha vergüenza.

El notó que estaba muy nerviosa por lo que disminuyó su temperamento.

–No puede ser, mi motocicleta ha quedado arruinada.

-¿Ahora usted se hará responsable?

-Diga gracias que solo fue mi motocicleta y no haya sido yo quien haya quedado afectado.

-Señor motociclista yo me haré cargo de todos los gastos, le pido disculpas por todo este suceso, yo realmente lo lamento.

El observa mi auto y me inspeccionaba de pie a cabeza, y finalmente me dijo:

-Dame tu móvil.

-¿Para qué?

-¿Como que para qué? Para que pagues los gastos del daño de la motocicleta.

-¿Quiere mi móvil para cubrir los gastos de su motocicleta?

-No, lo quiero para guardar mi número en su móvil al marcar.

Me apresuró a mi auto y saco el teléfono, el marca su número y guarda el mío en el suyo.

Posteriormente me toma una fotografía desde su celular sin mi consentimiento.

-¿Pero ¿qué haces? Respondí a la defensiva.

-¿Como qué hago?

No creas que soy un fotógrafo y me gusta tú estilo y quiero tomarte fotografías, ni que fueras modelo, lo hago por que si no me pagas te denunciare a la policía.

Que hombre mas atrevido es este.

Murmure para mí misma.

-Mi nombre es Leonardo Rinaldi, hoy mismo tenía una entrevista de trabajo, iba justamente ahora, ¿ve lo que ha provocado? solo espero no perder esta oportunidad por ser un impuntual por su culpa.

Me sentía tan avergonzada y apenada que no logré responderle absolutamente nada.

En ese momento tomó sus cosas y dijo que me llamaría en horas de la tarde para buscarme y que le pagará los gastos del accidente.

posteriormente, cada uno tomó su rumbo.

Llegando a la empresa me bajo del carro y me dirijo hacia dentro, corriendo prácticamente para poder llegar a tiempo, pero bendita hora ya son los 8 y 19 minutos, definitivamente la hora pasa volando.

Me dirijo hacia mi oficina, pero mientras camino veo dos chicas bellas esbeltas con rostros fino casi angelicales, cuerpo perfecto, ellas dos por igual me seguían con su mirada una de ellas giro la mejía y sus labios hacia la derecha con una mueca de desprecio, el otro giro sus ojos hacia arriba al solo verme lo que me veían de pie a cabeza, lo único que logré escuchar mientras caminaba es que una le decía a la otra susurrando ¿quien es ella? Y contestó la otra, ni idea, realmente viste fatal, no puede ser que ella trabaje aquí en una empresa de moda, debe ser una rica, que viene en busca de asesoría para cambio de apariencia y look.

Yo tampoco tenia idea de quiénes eran, seguramente son modelos nuevas, hice caso omiso a lo que ellas habían opinado de mí, estoy tan acostumbrada a esos comentarios, que ahora solo pasa desapercibido.

Al llegar a la oficina pregunto a Sara mi secretaria.

-Buenos días, Sara

- Buenos días, señorita Merely, ¿la veo algo agitada se encuentra bien?

–Creo que no me siento lo suficientemente bien hoy como para estar presente en la reunión con los asiáticos.

-Es imposible señorita Merely que pueda cancelarlo ellos viajan hoy a las 8: 15 pm hacia Nueva York.

Me senté a la silla y respire profundo y dirigí mi cabeza hacia atrás y estire los brazos hacia arriba toque mi cuello y estaba totalmente duro y di pequeños masajes me sentía tan estresada, aún me temblaba las manos y los pies.

Mientras Sara solo me observaba, bajé mi rostro y pregunté que quienes serían las dos jóvenes que están esperando en la sala.

Sara se encuentra asustada por mi reacción y agitación, ya que no acostumbro a comportarme de esa forma.

Rápidamente me contesta diciendo:

-Son modelos una es italiana y la otra es española han sido citadas el día de hoy para la entrevista que se hará a partir de la 1 de la tarde con todos y todas las modelos, ya que se aproxima el día del desfile más importante en traje de baño.

Han dicho que quieren conocer a la dueña de la empresa más famosa de toda Italia.

Yo me suspendo de la silla y giro la cabeza de derecha a izquierda, y me molesto en ese momento por todo lo que ellas comentaron de mi.

–Señorita Merely, discúlpeme si hice mal en decirles que la esperen, creí que no se molestaría por eso.

–Sara tranquila, no pasa nada, pero usted sabe que yo no me presento en público, en revistas ni en la televisión me he mantenido conservada y en anonimato, no me gusta mostrar mi figura ante los demás, la gente solo tiene conocimiento de la existencia de una mujer que continúa con la empresa y es la heredera de la fortuna Bianchi.

Mis reuniones son completamente discretas solo veo a personas específicas no me rodeo con muchas personas tan solo organizo todo, pero no voy ni a los desfiles, ustedes son los encargados de la recepción de modelos yo solo decido con el historial quien tendrá el trabajo.

Con mi rostro enfadado y mis cejas fruncidas dije a Sara que les diga a esas niñas consentidas que tengo una reunión importante y no puedo atenderlas en ese momento.

Justamente al terminar de hablar, escucho que tocan la puerta de mi oficina, Sara se dirige a abrirla, y escuche la voz de una de las modelos que se encontraba afuera diciendo:

-¿A qué hora vendrá la dueña de empresa?

Sara me voltea a ver asustada al escuchar eso y le hago seña que las haga pasar.

– La señorita Merely ya ha llegado a su oficina. -expresó Sara.

-¿Podemos pasar?

preguntó una de las modelos.

–Pasen adelante señoritas.

Al pasar ellas todas coquetas con sus cabellos sueltos y con una vestimenta sensual una de ellas con una corta Minifalda y la otra un pantalón largo, unos largos tacones, capaces de dejar a muchos sin aliento.

Entran con seguridad y empoderadas una de ellas con la ceja izquierda hacia arriba.

Sara muy amablemente le ofrece que se sienten, ellas asustadas y muy nerviosa inmediatamente se voltean a ver la una con la otra, entreabrió la boca una de ellas y el otro parpadeo más profundamente al verme sentada en la silla de presidencia.

-¿Sucede algo? -Pregunte.

-Queremos hablar con la dueña de la empresa. -expresó una de ellas.

-Están frente a la Dueña de la empresa. -exclamó Sara.

            
            

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