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De pronto el día no le parecía tan hermoso como había pensado al salir de su apartamento. Suspiro, y decidió que tendría que llamar a su mejor amiga y asistente personal de su hermano para que la rescatara. Después de sonar dos veces su amiga respondió el teléfono, la conocía desde el jardín de niños, y desde que tenía memoria estaba enamorada de su hermano, pero el muy idiota la ignoraba la mayor parte del tiempo y cuando le daba su atención, la trataba como si fuera su hermana.
-Hola Isa, ¿por qué llamas tan temprano?, sabía que lo harías, pero esperaba que no fuera tan rápido –Soltó Ariana de inmediato. -Ah, con que ya lo sabias –Dijo Isabella irritada- Que amiga me gasto, ¿Dónde está tu lealtad? –Escucho a Ariana reprimiendo la risa. - Llamo para saber si asistirás a la fiesta
-Por supuesto que asistiré, olvidas que soy la asistente personal de Antonio de la Ross, no podría faltar ni, aunque lo deseara. -Eso me hace muy feliz –Le dijo Isabella –Porque no querría que faltaras. - ¿Qué harás hoy en la tarde?, bueno en realidad no importa, infórmale a mi hermano que te tomaras la tarde libre. - ¿Qué dices? Estás loca, con la llegada del señor Sandoval hay más trabajo que nunca en la oficina, no puedo simplemente irme y ya. -De hecho, si puedes mi querida Ariana, te espero a las 2:00 pm en la librería, iremos de compra. -No necesito ir de compras –Isabella colgó, dejándola hablando sola, lo que la irrito más si cabía esperar. Después pensó que con todo lo que estaba pasando en la oficina, lo mejor que le podía pasar era tener una tarde con su amiga, aunque fuera para hacer compras, así no tendría que ver la irritante cara de Adela. En ese mismo momento, sonó su teléfono sacándola de sus pensamientos, era Isa de nuevo, contesto de inmediato. - ¿Qué quieres ahora? –Isabella ignoro el tono enojoso de su amiga y le pregunto: -Había olvidado que te llamaba para algo más que un horroroso día de compras. ¿Quién es Adela Scott? Ariana hiso un extraño sonido con la boca y después le dijo –Es la nueva eficiente y molesta secretaria de tu hermano, personalmente he desarrollado una alergia crónica a su entrometida personalidad. Isabella se rio, pero decidió no juzgar a la mujer por los juicios de su amiga, ya que sabía que no serían del todo imparciales, en cambio comento –Su nombre me suena de algo, pero no logro identificar de dónde. -Qué curioso, cuando la vi en la empresa por primera vez, le dije que su rostro me resultaba familiar, pero me dijo que no nos conocíamos e insistió en ello. No le di importancia después que la conocí mejor, ahora creo que si la hubiera conocido antes no la abría olvidado, es demasiado molesta para hacerlo. -Bueno, a mi si me interesa saber porque nos resulta familiar. Hasta la tarde Ari. –Se despidió Isabella y se dispuso a llamar de inmediato al detective Collins. -Adam, tengo un encargo para ti. -Buenos días señorita de la Ross ¿De qué se trata? Conocía a Adam desde hace mucho tiempo, su padre era uno de los políticos más influyentes del país, fue una gran decepción para su familia que Adam no siguiera los pasos de su padre, en cambio creo una compañía de seguridad e investigación. Con el tiempo se convirtió en el orgullo de su familia, y su hermano menor, había seguido el camino al que él se resistió. Fue su primer amor y era el mejor amigo de su hermano; de hecho, fueron juntos a China en su año sabático, ahí perfeccionaron algo más que las artes marciales, en ese viaje decidieron el rumbo de sus vidas -Adam, necesito que me investigues a una mujer llamada Adela Scott, quiero un informe detallado. - ¿Alguna pista de por dónde debería empezar? –Le pregunto Adam a su amiga. -Es la nueva secretaria de mi hermano, parte la investigación de ahí. - ¿Hay alguna razón particular por lo que desees investigarla Isa? –Conocía el instinto de sabueso de Isabella lo suficiente como para saber que si mandaba a investigar a alguien era por una razón. -La verdad es que aún no lo sé, pero desde que escuche su nombre se me hizo familiar, no quiero dejarlo pasar por alto. Tú investígala cuanto antes, la conoceré el sábado, y antes de hacerlo quiero saber quién es. -A sus órdenes señorita de la Ross –Sabia que a Isabella le incordiaba que la llamara a si, por eso lo hacía. Isabella entorno los ojos y dijo –Tu y mi hermano sois un fastidio, y gracias, me encanta que estéis a mis órdenes. Adam lanzo una carcajada y colgó. Se dio cuenta que ya había llegado a la librería, así que suspiro y se dijo, hora de trabajar.