Capítulo 7 Oportunidad de la vida...

Adela estaba muy estresada en esos días, apenas había tenido tiempo para nada, desde que interrumpió la conversación del señor de la Ross con la mustia, había tenido que esforzarse mucho para no ser regañada de nuevo. Jamás se había imaginado que la familia de Ariana fueran los del Monte que salían en los periódicos, y menos aún que el todopoderoso Jefe estuviera dispuesto a tolerar sus insolencias. Se preguntaba cómo era posible que Ariana no hubiera exigido un puesto más importante, con todos los años que parecía tener como asistente y no era como si no fuera excesivamente competente.

Sonrió para sus adentros y pensó maliciosamente que saltaba a la vista que ella estaba colada por el señor Antonio, y aunque él parecía tratarla como con una especie de cortesía reservada solo para ella, había también cierta frialdad. Ahora podía comprenderlo mejor, siendo la señorita del Monte de una familia tan importante, seguramente él no deseaba ofenderla de ningún modo. El celular de Adela sonó, sacándola de sus cavilaciones. Era su novio, al ver su número en la pantalla se sintió muy feliz, al fin Santiago se preocupaba por ella y la llamaba con frecuencia. Creía que él había empezado a valorarla después de ver todos los esfuerzos que ella estaba dispuesta a hacer por él. Cogió el teléfono rápidamente, no deseaba hacerlo esperar. Al colgar el teléfono se sintió decepcionada, pues la mayor parte de lo que hablaron fue de otras personas, no le pregunto acerca de sus cosas, y cuando le pidió que cenaran esa noche, se excusó diciendo que tenía mucho trabajo. Todo cuanto hablaron fue acerca de la fusión de las empresas que pronto tendría lugar, sin embargo, no pudo darle mucha información al respecto, pues estaban siendo muy estricto con el manejo de la información, para evitar filtraciones. Se prometió a si misma que la próxima vez que hablaran con él le tendría información valiosa. Con ese pensamiento en mente se dispuso a repasar la lista de los invitados de la fiesta, al día siguiente seria la fiesta, no podía permitirse cometer errores, de esa noche dependían muchas cosas, principalmente ganarse la confianza de su jefe. Al repasar la lista, reparo en un nombre que estaba dentro de los invitados más importantes del evento, Isabella Conte, al leerlo se preguntó si sería posible que se tratara de la misma Isabella que estudiaba con Ariana en la escuela, de ser así la vida le estaría dando una oportunidad para cobrarse todas las humillaciones que había pasado de niña por su culpa. No solo Ariana pagaría, las haría sentir a las dos lo que era ser rechazada por todo el mundo sin tener el apoyo de nadie, tal y como lo había sentido ella por su culpa. El día siguiente de Adela transcurrió sin mucho que hacer, incluso tuvo la tarde libre, pues la mustia de Ariana se hizo cargo de todo y le dijo que solo debía mantener una bella sonrisa para recibir a los invitados y asegurarse de informar a tiempo sobre la llegada de la familia Sandoval, pues sería recibido por Antonio, acompañado por su Abuelo en persona. Esa noche, se veía hermosa, había escogido un vestido rojo que captaría la atención de todos. Mirándose en el espejo se dijo que lejos quedaron los tiempos en el que era una persona fea de ver. Ahora era una mujer hermosa por la que los hombres competían por su atención, ninguna mujer podría opacarla y esa noche lo demostraría.

                         

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