Rendida A Tus Pies
img img Rendida A Tus Pies img Capítulo 2 La llegada de Esteban
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Capítulo 16 Sal de aquí img
Capítulo 17 Mujer estúpida img
Capítulo 18 Amor propio img
Capítulo 19 No puedes casarte con mi hijo img
Capítulo 20 Coraje img
Capítulo 21 Mucha gente quiere matarte img
Capítulo 22 Este hombre tiene agallas img
Capítulo 23 Un accidente img
Capítulo 24 Fotos img
Capítulo 25 Mi barbilla no es una roca img
Capítulo 26 Zara Lan img
Capítulo 27 Vigila a tu mujer img
Capítulo 28 Dejar el Grupo ST img
Capítulo 29 Venganza img
Capítulo 30 Un documento urgente img
Capítulo 31 Caspar es su hijo img
Capítulo 32 Arrebatado img
Capítulo 33 No me abandones img
Capítulo 34 Estás expuesta img
Capítulo 35 No podemos permitirnos ofenderla img
Capítulo 36 Los titulares img
Capítulo 37 Un rostro bonito img
Capítulo 38 Préstamo de pinturas img
Capítulo 39 Te demandaré img
Capítulo 40 ¿Eres un perro img
Capítulo 41 ¿Tú qué piensas img
Capítulo 42 Un hombre de corazón frío img
Capítulo 43 ¿Ya no me quieres img
Capítulo 44 Un trato img
Capítulo 45 ¿Está él contigo img
Capítulo 46 La secretaria de Nathan img
Capítulo 47 Qué diablos le pasa img
Capítulo 48 Ábreme la puerta img
Capítulo 49 Ayúdame a ponerme de pie img
Capítulo 50 ¿Qué estás viendo img
Capítulo 51 El rapto de Margaret img
Capítulo 52 Terribles consecuencias img
Capítulo 53 Estás cometiendo un crimen img
Capítulo 54 El rescate img
Capítulo 55 Él la malinterpretó img
Capítulo 56 Ofreciéndole una disculpa img
Capítulo 57 Una mujer obstinada img
Capítulo 58 ¿Preferirías un ladrillo img
Capítulo 59 Lárgate de aquí img
Capítulo 60 Vete a la cama img
Capítulo 61 La mente maestra detrás del secuestro img
Capítulo 62 Nunca pediría piedad img
Capítulo 63 Las reglas del negocio img
Capítulo 64 Te echaré personalmente img
Capítulo 65 Maldito seas img
Capítulo 66 Átenla img
Capítulo 67 Lo haré yo mismo img
Capítulo 68 Pórtate bien img
Capítulo 69 ¿Michelle sería capaz de matarme img
Capítulo 70 Robaré la pintura y me iré img
Capítulo 71 Debí haberlo envenenado img
Capítulo 72 Acorralada img
Capítulo 73 Tendrás que enterrarme primero img
Capítulo 74 Estás cortejando a la muerte img
Capítulo 75 Pienso torturarte img
Capítulo 76 La devolución de las acciones img
Capítulo 77 Pórtate bien img
Capítulo 78 Una charla de corazón a corazón img
Capítulo 79 ¿Dónde está la pintura img
Capítulo 80 Esta vez estoy condenada img
Capítulo 81 El precio a pagar img
Capítulo 82 Prometiste darme la pintura img
Capítulo 83 Detente img
Capítulo 84 Dile que se vaya img
Capítulo 85 Me enfermas img
Capítulo 86 La verificación img
Capítulo 87 ¿Quién es ese hombre img
Capítulo 88 ¿Acaso Michelle ya no te quiere img
Capítulo 89 ¿Acaso te importa lo que me pase img
Capítulo 90 ¡Me vuelves furiosa! img
Capítulo 91 Maldito bastardo img
Capítulo 92 Sigue provocándome img
Capítulo 93 Ropa nueva img
Capítulo 94 Debía tratarse de un ataque planificado img
Capítulo 95 Debe ser otra persona img
Capítulo 96 Vigílenla img
Capítulo 97 ¡Maldita bruja despiadada! img
Capítulo 98 El lavado de cerebro de Leonel img
Capítulo 99 Desátala img
Capítulo 100 Un peón img
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Capítulo 2 La llegada de Esteban

Los niños eran fáciles de engañar. Entonces, Caspar asintió firmemente con la cabeza, como si estuviera dispuesto a arriesgar su propia vida para completar la tarea.

"No te preocupes, mami. Cuando entremos a la casa de los Pei, yo te ayudaré a conseguir esa pintura", dijo él.

"¡Muy bien! ¡Ese es mi campeón!", dijo la mujer, mientras sostenía al niño en sus brazos y acariciaba ligeramente su suave cabello. La expresión de su rostro era tan pacífica como la de la Virgen María, pero una mirada más de cerca revelaba una sonrisa fría dibujada en sus labios.

Margaret pasó algunos días en su casa planificando el robo de la pintura al óleo que perpetraría junto con Caspar. Estaba convencida de que con su ayuda podría completar la tarea antes de la fecha límite.

El día del compromiso de Esteban, ella decidió llevar al niño al Hotel TJ, donde se celebraría el evento. Sin embargo, la multitud alrededor de la entrada los asustó mucho a los dos.

Ese era el hotel más grande de la ciudad y cuyo dueño era el Grupo TJ, el cual se había posicionado como líder en la industria desde que Esteban asumió su presidencia. Todos sus negocios, incluyendo hotelería, catering y bienes raíces, ocupaban los primeros lugares en sus respectivas industrias.

Sin duda, ese hombre había hecho de la empresa una leyenda y el resto solo podía admirar sus logros, intentar imitarlos, pero no competir contra eso.

Debido a la gran influencia del conglomerado, los periodistas de muchos medios de comunicación se habían amontonado en la entrada del hotel intentando obtener todos los detalles de la fiesta de compromiso para incluirlos en sus reportes. Parecían estar dispuestos a hacer lo que sea con tal de conseguir una primicia.

Todos los invitados al evento eran ricos y poderosos, la élite de la sociedad, incluyendo celebridades famosas, funcionarios públicos y dignatarios del gobierno. Por eso, para evitar accidentes, el personal del hotel no solo había colocado guardias para bloquear la entrada de los reporteros u otros intrusos fuera del cordón de seguridad, sino que también había puesto en alerta máxima a todo el personal de servicio dentro del lugar.

A las ocho de la mañana, los exteriores del hotel ya estaban completamente abarrotados de gente. Había unos cientos de metros de alfombra roja desplegados desde la entrada, alrededor de la cual muchos agentes de seguridad se habían alineado para resguardarla. Así, tras ser escoltados por guardaespaldas vestidos de negro, los invitados que habían llegado al evento pudieron entrar sin problemas.

Todos llegaron a tiempo a la ansiada fiesta de compromiso, todos menos Esteban, quien aún brillaba por su ausencia.

Parada en medio del escenario, Janiya lucía glamurosa, pero también apagada por la expresión sombría en su rostro, así que otros intentaban consolarla de vez en cuando. Era entendible que ella estuviera bastante descontenta por la tardanza de su prometido.

¿Cómo una fiesta de compromiso podría continuar sin uno de sus protagonistas? Pronto, todo el mundo comenzó a murmurar sobre lo que pasaba, a la vez que le lanzaban miradas reprochadoras a la novia.

Mientras las personas dentro del salón de banquetes hacían sus propias suposiciones, los reporteros que esperaban impacientes en la entrada del hotel empezaron a inquietarse.

"¿El señor Pei no vendrá?", gritó alguien.

"La señorita Mo ha llegado hace mucho tiempo, pero el señor Pei aún no se presenta. ¿Será que él ya se arrepintió del compromiso?", preguntó una reportera

"¿Será que él nunca quiso comprometerse con la señorita Mo desde un principio?", cuestionó otro reportero.

"¿Acaso esto es una especie de truco publicitario del Grupo TJ?", preguntó otro colega.

De pronto, se oyó un largo chirrido de los frenos de un auto.

Los ruidosos periodistas se callaran en seguida.

Cuando todos voltearon, vieron que se trataba de un lujoso auto deportivo Lamborghini de edición limitada haciendo una hermosa acrobacia hasta estacionarse frente al hotel. En ese instante, volvieron a escuchar otro chirrido de frenos y cuatro limusinas se detuvieron atrás del primer coche.

Tan pronto como esos cuatro autos de lujo abrieron casi simultáneamente sus puertas, una docena de fornidos guardaespaldas salieron y se dirigieron hacia el Lamborghini, intentando aislarlo por completo de la multitud.

Uno de los guardaespaldas abrió respetuosamente la puerta trasera del Lamborghini y el hombre sentado adentro salió. Sus largas piernas y esbelta figura se destacaban aún más con el traje negro de Armani que llevaba puesto. El hermoso rostro del hombre brillaba bajo la luz del sol y, aunque llevaba gafas de sol, sus ojos eran incomparablemente penetrantes. Mientras barría con la mirada a la multitud sin emoción alguna, él apretaba sus delgados labios con fuerza. Sus expresiones parecían revelar la infelicidad que sentía en ese momento.

La fría aura que emanaba de su cuerpo hizo que todos los reporteros presentes se quedaran mudos de la emoción y su innato carácter soberbio, digno de la realeza, hizo que ellos retrocedieran inconscientemente.

Quizás, incluso bajo los lentes de sol, los ojos de Esteban eran tan intimidantes que los periodistas no podían evitar retraerse e inclinar sus cabezas, como si estuvieran frente a un rey y sintieran la necesidad de expresar su admiración con una reverencia.

No muy lejos de la puerta de entrada, Margaret y Caspar también lo vieron caminar hacia el hotel como todo un emperador.

"Mami, ¿estás segura de que quieres fingir ser inocente frente a él?", preguntó el niño, parpadeando sus ojitos, mientras miraba a la mujer a su lado. En su mente, su padre se veía como el indiscutible rey de las bestias. Si su madre continuaba fingiendo ser frágil, ¿acaso no terminaría siendo una presa fácil de devorar?

"Cariño, la inocencia ayuda a que la gente no nos vea como una amenaza y relajen su vigilancia", respondió Margaret. A pesar de lo que dijo su mamá, el pequeño hizo pucheros y frunció el ceño, siguiendo con la mirada al hombre alto de espaldas hasta que entró al hotel rodeado por una multitud. Su instinto le decía que el hombre era demasiado peligroso.

"¿Estás segura de que así no harás que papá se interese más en ti? Recuerdo que hace tiempo vi un programa de televisión, donde decían que las mujeres que fingen actuar puras e inocentes para ganar simpatía suelen despertar, en los hombres, deseos por protegerlas", dijo el inteligente y travieso niño, en un intento por darle amables recordatorios a su madre.

'¡Rayos!

¡Este diablillo es demasiado maduro para su edad!', exclamó Margaret para sus adentros, sin saber cómo responder.

Finalmente, ella dijo: "Ah... Eso podemos discutirlo luego. Hoy día, vinimos aquí para causar problemas, ¿no es así? Recuerda hacer tu mejor esfuerzo en tu actuación de más tarde, ¿está bien?".

"No te preocupes, mami. Incluso a Michelle la puedo manejar, y en cuanto a esto, es pan comido", respondió su hijo con confianza.

Michelle Su era la presidenta del Grupo ST y no le tenía miedo a nada, excepto por los niños. Para ella, los niños eran como bolas de carne y odiaba tratar con ellos.

Caspar aplaudió y soltó unas risitas nerviosas. Su hermosa carita se veía muy adorable cuando sonreía.

Al ver a un niño tan lindo, Margaret, como su progenitora, no pudo evitar reír también, pero la sonrisa en su rostro se veía algo complicada.

Después de esperar media hora, madre e hijo aprovecharon la oportunidad para entrar al hotel cuando todos los reporteros estaban distraídos. La mujer sacó una tarjeta de acceso y se coló por la puerta lateral del establecimiento junto con su niño. Al entrar, vio que los invitados al evento estaban glamurosamente vestidos para la ocasión, mientras que ella, en cambio, vestía ropas comunes y corrientes. La gente que pasaba por el pasillo incluso la había confundido varias veces con una empleada de limpieza, lo que era de esperarse estando dentro del Hotel TJ. Sin embargo, ¿cómo una empleada de limpieza del hotel más prestigioso de Ciudad A podría estar vestida como ella? La mujer obviamente se veía más andrajosa que una empleada del hotel.

Entonces, Margaret y Caspar fueron a sentarse en un discreto rincón, desde donde se podía ver a los protagonistas del evento, un guapo hombre y una hermosa mujer, parados en medio del escenario.

Al pensar que pronto arruinaría una gran fiesta de compromiso, ella no pudo evitar frotar sus manos con entusiasmo. La expresión expectante y ansiosa en el rostro de su mamá dejó a Caspar sin palabras.

'Mami tonta, otra vez te vas a burlar de los demás', pensó para sí mismo.

"Distinguidos invitados, me gustaría darles a todos la bienvenida a la fiesta de compromiso de...", resonó la voz magnética del presentador por todo el pasillo.

"¡Me opongo!", gritó y objetó inesperadamente alguien del público.

El maestro de ceremonias apenas iniciaba su discurso introductorio cuando fue interrumpido, y se quedó tan aturdido y avergonzado que no supo qué hacer para continuar.

Un silencio incómodo inundó todo el salón, pues nadie pensó que alguien se atrevería a estropear semejante evento social.

Pero, luego, algunas mujeres que estaban secretamente enamoradas de Esteban comenzaron a reír con regocijo. "¡Ja, ja, ja! Janiya Mo, hoy te han dado lo que te mereces", murmuró una mujer.

Todos volvieron la cabeza hacia atrás, siguiendo la dirección de esa voz femenina. Entonces, vieron a una mujer de cabello largo, vestida con una camiseta blanca y unos jeans azules, caminando directamente hacia ellos.

Aunque lucía ordinaria, la mujer tenía una apariencia limpia y ordenada. Al mirarla caminar de forma tan audaz, la gente no pudo evitar quedar boquiabierta y lanzar suspiros de admiración. Después de todo, era la única mujer que se había atrevido a venir a la fiesta de compromiso más importante de la ciudad sin usar maquillaje ni ningún traje ostentoso.

            
            

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