Rendida A Tus Pies
img img Rendida A Tus Pies img Capítulo 5 Una vergüenza
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Capítulo 16 Sal de aquí img
Capítulo 17 Mujer estúpida img
Capítulo 18 Amor propio img
Capítulo 19 No puedes casarte con mi hijo img
Capítulo 20 Coraje img
Capítulo 21 Mucha gente quiere matarte img
Capítulo 22 Este hombre tiene agallas img
Capítulo 23 Un accidente img
Capítulo 24 Fotos img
Capítulo 25 Mi barbilla no es una roca img
Capítulo 26 Zara Lan img
Capítulo 27 Vigila a tu mujer img
Capítulo 28 Dejar el Grupo ST img
Capítulo 29 Venganza img
Capítulo 30 Un documento urgente img
Capítulo 31 Caspar es su hijo img
Capítulo 32 Arrebatado img
Capítulo 33 No me abandones img
Capítulo 34 Estás expuesta img
Capítulo 35 No podemos permitirnos ofenderla img
Capítulo 36 Los titulares img
Capítulo 37 Un rostro bonito img
Capítulo 38 Préstamo de pinturas img
Capítulo 39 Te demandaré img
Capítulo 40 ¿Eres un perro img
Capítulo 41 ¿Tú qué piensas img
Capítulo 42 Un hombre de corazón frío img
Capítulo 43 ¿Ya no me quieres img
Capítulo 44 Un trato img
Capítulo 45 ¿Está él contigo img
Capítulo 46 La secretaria de Nathan img
Capítulo 47 Qué diablos le pasa img
Capítulo 48 Ábreme la puerta img
Capítulo 49 Ayúdame a ponerme de pie img
Capítulo 50 ¿Qué estás viendo img
Capítulo 51 El rapto de Margaret img
Capítulo 52 Terribles consecuencias img
Capítulo 53 Estás cometiendo un crimen img
Capítulo 54 El rescate img
Capítulo 55 Él la malinterpretó img
Capítulo 56 Ofreciéndole una disculpa img
Capítulo 57 Una mujer obstinada img
Capítulo 58 ¿Preferirías un ladrillo img
Capítulo 59 Lárgate de aquí img
Capítulo 60 Vete a la cama img
Capítulo 61 La mente maestra detrás del secuestro img
Capítulo 62 Nunca pediría piedad img
Capítulo 63 Las reglas del negocio img
Capítulo 64 Te echaré personalmente img
Capítulo 65 Maldito seas img
Capítulo 66 Átenla img
Capítulo 67 Lo haré yo mismo img
Capítulo 68 Pórtate bien img
Capítulo 69 ¿Michelle sería capaz de matarme img
Capítulo 70 Robaré la pintura y me iré img
Capítulo 71 Debí haberlo envenenado img
Capítulo 72 Acorralada img
Capítulo 73 Tendrás que enterrarme primero img
Capítulo 74 Estás cortejando a la muerte img
Capítulo 75 Pienso torturarte img
Capítulo 76 La devolución de las acciones img
Capítulo 77 Pórtate bien img
Capítulo 78 Una charla de corazón a corazón img
Capítulo 79 ¿Dónde está la pintura img
Capítulo 80 Esta vez estoy condenada img
Capítulo 81 El precio a pagar img
Capítulo 82 Prometiste darme la pintura img
Capítulo 83 Detente img
Capítulo 84 Dile que se vaya img
Capítulo 85 Me enfermas img
Capítulo 86 La verificación img
Capítulo 87 ¿Quién es ese hombre img
Capítulo 88 ¿Acaso Michelle ya no te quiere img
Capítulo 89 ¿Acaso te importa lo que me pase img
Capítulo 90 ¡Me vuelves furiosa! img
Capítulo 91 Maldito bastardo img
Capítulo 92 Sigue provocándome img
Capítulo 93 Ropa nueva img
Capítulo 94 Debía tratarse de un ataque planificado img
Capítulo 95 Debe ser otra persona img
Capítulo 96 Vigílenla img
Capítulo 97 ¡Maldita bruja despiadada! img
Capítulo 98 El lavado de cerebro de Leonel img
Capítulo 99 Desátala img
Capítulo 100 Un peón img
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Capítulo 5 Una vergüenza

A juzgar por su apariencia, Caspar era innegablemente el hijo de Esteban, pero Monique solo dijo esas palabras a propósito para desahogar su disgusto y coraje sobre la madre del niño.

Ella no estaba enfurecida por la actitud de su enemiga, sino por el hecho de que esta había engendrado al hijo del hombre que amaba. Si hubiera sabido quién era el padre del bebé que la otra esperaba en ese entonces, la habría obligado a abortar antes de echarla de la familia.

Según ella, la única mujer calificada para ser la madre de los herederos de Esteban era sí misma y nadie más.

Monique lo había amado durante varios años y, de hecho, planeaba encontrar la manera de destruir su compromiso con Janiya. Pero jamás esperó que su hermana, quien había desaparecido hace mucho tiempo, apareciera inesperadamente en la fiesta de compromiso con un niño.

"Hija, cuida tu lenguaje", le pidió su padre.

Ahora que Margaret había dado a luz al hijo del hombre más importante de la ciudad, Morris no podía evitar fingir frente a ella que era un papá preocupado y que corregía a su hija cuando se portaba demasiado malcriada, aunque era obvio que solo lo hacía para asegurar el próspero futuro de la familia An. Sin embargo, si esto fuera como en el pasado, sin importar quién hubiese iniciado la pelea, al final ella siempre sería la única en sufrir las consecuencias de todo.

Esta vez, Margaret se limitó a empujar a su enemiga, quien la sujetaba de la mano, y se quedó allí parada sin decir nada, mordiéndose el labio inferior en un intento por contenerse.

"Papá, ¡mírala! ¿No ves su actitud hacia nosotros? ¿Por qué incluso tenemos que traerla a casa? Solo dejémosla morir afuera. De todos modos, ya ha estado viviendo afuera todos estos años. No sabemos cómo ha vivido todo este tiempo, no sabemos si ese niño es realmente suyo e, incluso si lo fuera, no significa necesariamente que sea de Esteban", protestó Monique.

"¡Cállate!", espetó Morris. Al notar que la expresión en el rostro de Margaret se había oscurecido, no tuvo más remedio que detener a su hija para no provocar a la otra mujer. Luego, se dio la vuelta para mirarla directamente a los ojos y le dijo en un tono suave: "Hija, vuelve a casa con tu padre. No has estado aquí durante muchos años y no sabes cuánto te he echado de menos, tontuela. Has estado lejos por demasiado tiempo. ¿Por qué no viniste ni un solo día a visitarnos?".

Margaret encontró divertidas las palabras del señor, pues había sido él quien la había echado de la familia, como a un perro callejero. ¿Y ahora se atrevía a decirle esas palabras?

Ella todavía recordaba claramente cómo él la sacó de su casa cuando tenía dos meses de embarazo y estuvo por morir allá afuera. De hecho, quería olvidar por completo ese miserable recuerdo de su vida pasada, pero esa gente siempre la obligaba a recordarlo.

Durante todo el tiempo que vivió afuera, ella no se vengó porque todavía le importaba un poco mantener los lazos familiares con ellos.

Sin embargo, estas personas, que la habían lastimado mucho, seguían recordándole lo lamentable y patética que había sido en el pasado.

Margaret estaba tan enojada que quería darse la vuelta e irse, pero se detuvo y, en un tono burlón, le dijo:

"Señor An, debe haber malentendido todo. Usted fue quien me echó de la familia An hace siete años. Usted fue quien dijo que quería romper toda relación de padre e hija conmigo y que, de hecho, yo no era su hija y no volvería a serlo jamás. Si mal no recuerdo, también me dijo que yo era la hija bastarda de su compañero de clase. ¿No le parece gracioso, señor? El hecho de que, ahora, usted sea quien me esté rogando que vuelva. Lástima que es demasiado tarde. Tendré su apellido, pero yo ya no tengo nada que ver con la familia An, así que no venga a decirme que me reconoce como parte de la familia porque no me voy a comer ese cuento".

"Cómo te...", dijo Morris con la cara roja de ira. No pudo decir ni una palabra más porque sabía que todo lo que ella había dicho era cierto. Solo permaneció en silencio, pues no podía refutar sus declaraciones en absoluto.

Sin embargo, pensó que, en el fondo, seguía siendo la misma mujer dócil e ingenua de antes. Entonces, creía que si hacía alguna concesión, ella volvería obedientemente a casa con él. Lo que no sabía era que, en los últimos siete años, ella se había transformado por completo de un blando conejo a una fiera tigresa.

Cuando Monique vio que su padre estaba comenzando a enojarse, ella también se enfureció y jaló a su hermana para, en seguida, lanzarle una bofetada.

Instintivamente, la mujer quiso levantar la mano para bloquear el golpe, pero luego vio por el rabillo del ojo cómo Esteban y otros salían del hotel, así que decidió no hacer ninguna resistencia.

"¡Paf!". Tras ese nítido sonido de la bofetada, los cinco dedos de Monique quedaron grabados en el blanco rostro de su enemiga.

'Eso dolió', se quejó Margaret para sus adentros. Puso su mano en la cara en un intento de contener el dolor, pues el golpe realmente había sido implacable.

"Oye, sin vergüenza, tú fuiste la que se quedó embarazada de la nada. ¿Crees que papá no tuvo ninguna razón para echarte? Maldita perra, ¡arruinaste la reputación de toda la familia An! ¡Te lo merecías! ¡Ay!", exclamó Monique, cuando al final algo le causó un dolor inesperado.

Margaret se quedó atónita por un momento, pero entonces vio que su hijo estaba mordiéndole la mano a su enemiga con ferocidad. Las comisuras de sus labios se elevaron imperceptiblemente, como una leve sonrisa.

"¡Mujer malvada! ¡Cómo te atreves a intimidar a mi mami! ¡Te mataré a mordiscos!", dijo Caspar, y le mordió la mano una vez más.

La mujer sintió tanto dolor que su rostro se distorsionó. Entonces, intentó sacudir su mano con fuerza, pero aun así no pudo deshacerse de los dientes del niño.

"¡Ahhh! ¡Duele!", gritó ella.

De pronto, notó que el niño era el que había traído su hermana. Al mirar su carita, vio que era exactamente como la versión pequeña de Esteban y se enojó aún más, tanto que apretó los dientes y le gritó:

"¡Pequeño desgraciado! ¿Quieres morir? ¡Te mataré a golpes!".

Después, ella levantó su otra mano, pues pretendía lanzarle un golpe al pequeño.

"¡Suelta!", gritó una voz seria detrás.

Su mano se congeló en el aire al oírla. No se atrevió a moverse ni un solo centímetro.

Sin temor a equivocarse, ella supuso que esa voz era del hombre al que había amado desde hacía muchos años.

Entonces, volteó y vio que estaba en lo correcto. Al ver que él la miraba con frialdad, como de costumbre, ella bajó la mano con firmeza.

"Mi querido nieto, ¿estás bien?", preguntó Melody, mientras se apresuraba a abrazar a Caspar. Ella lo revisó para ver si estaba herido y se sintió aliviada cuando descubrió que estaba bien. Luego, volvió la mirada hacia la mujer que pretendía golpear a su nieto y la miró con una expresión sombría en el rostro. La señora sabía que ella siempre había querido casarse con su hijo. Pero, ahora, esa mujer incluso estaba intentando pegarle a su nieto. No lo podía permitir.

Después de darle a Monique una mirada feroz, se volvió hacia Margaret para reprenderla:

"Se supone que eres la mamá de Caspar y él estaba a punto de ser golpeado. ¿Por qué estabas ahí parada sin hacer...". Cuando vio la marca roja en su rostro, no pudo continuar con lo que quería decir y se le hizo un nudo en la garganta.

"Mamá, primero llévate al niño al auto", dijo Esteban con un tono frío de voz.

La señora no quería dejarlos solos tan fácilmente porque temía que Monique les jugara alguna mala pasada, pero pensó que tampoco había nada que pudiera hacer al quedarse ahí. Por eso, se llevó a Caspar a su auto.

Tan pronto como su madre se fue con el niño, Esteban volvió la mirada hacia Margaret, cuya cabeza había estado agachada todo el tiempo.

"¿Así que te echaron de tu casa porque estabas embarazada de mi hijo?", preguntó él. Lo había escuchado todo claramente hacía unos segundos, así que sabía la respuesta.

Pero ella no le respondió nada y continuó mirando al suelo.

El hombre estaba muy confundido, pues esperaba encontrarse con una mujer más valiente y decidida. Después de todo, hacía poco tiempo, ella había sido lo suficientemente atrevida como para arruinar su compromiso, sin embargo, ahora parecía tan tímida. ¿Seguía siendo la misma mujer que hizo un escándalo en la fiesta de compromiso de aquel entonces? Esteban tenía sus dudas, pero las dejó pasar. En seguida, se volvió hacia Monique, y le preguntó: "¿Crees que el hecho de que haya quedado embarazada de mi hijo es una vergüenza para la familia An?", dijo él con un tono de voz tan gélido como el hielo.

            
            

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