Deja Que El Amor Crezca
img img Deja Que El Amor Crezca img Capítulo 10 Hablando con la familia
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Capítulo 16 Casamentera img
Capítulo 17 Hay una chica desnuda cruzando la calle img
Capítulo 18 La fábrica era como nuestro hogar img
Capítulo 19 ¿Crees que esos tipos malos eran caballeros img
Capítulo 20 La relación img
Capítulo 21 Eres un problema img
Capítulo 22 La nueva tienda img
Capítulo 23 Solo tenía los ojos puestos en Caroline img
Capítulo 24 ¡No es de tu incumbencia! img
Capítulo 25 Quiero que seas mi novia img
Capítulo 26 Tragarse un recuerdo inolvidable img
Capítulo 27 Lo hiciste a propósito img
Capítulo 28 No soy lo suficientemente buena para Edwin img
Capítulo 29 No te enamores de mí img
Capítulo 30 Entrenadoras de gimnasio img
Capítulo 31 Es hora de que pidas img
Capítulo 32 La prima de Grey img
Capítulo 33 Golpe inesperado img
Capítulo 34 Déjame abrazarte img
Capítulo 35 Enamorada img
Capítulo 36 Distinguir el bien del mal img
Capítulo 37 Asustada img
Capítulo 38 No hay lugar para estudiar img
Capítulo 39 Sonia, la novia de Edwin img
Capítulo 40 Crueldad img
Capítulo 41 Una auténtica pareja img
Capítulo 42 La habitación 509 img
Capítulo 43 Un chico travieso img
Capítulo 44 Un beso imperfecto img
Capítulo 45 Una camelia al florecer img
Capítulo 46 Estofado img
Capítulo 47 Un león y un antílope img
Capítulo 48 Doscientos dólares img
Capítulo 49 Té de toronja img
Capítulo 50 Coches de policía img
Capítulo 51 Una huella de zapato img
Capítulo 52 ¿Qué sucede contigo img
Capítulo 53 Fe img
Capítulo 54 Agua caliente img
Capítulo 55 ¿Acaso es el bello durmiente img
Capítulo 56 Hemorragia nasal img
Capítulo 57 El bar img
Capítulo 58 Unidad de Cuidados Intensivos img
Capítulo 59 Recompensa img
Capítulo 60 Un disco img
Capítulo 61 Una buena impresión img
Capítulo 62 La feria de empleo img
Capítulo 63 El teléfono de Caroline img
Capítulo 64 Perfectamente compatibles img
Capítulo 65 Peligro img
Capítulo 66 Quitarse los pantalones img
Capítulo 67 Comprar zapatos img
Capítulo 68 Número equivocado img
Capítulo 69 Año Nuevo img
Capítulo 70 Muñecos de nieve img
Capítulo 71 Un yerno rico img
Capítulo 72 Un nuevo trabajo img
Capítulo 73 Siempre sabré quién eres img
Capítulo 74 Golden Age Karaoke img
Capítulo 75 Borrachera img
Capítulo 76 La tienda online img
Capítulo 77 Voluntad img
Capítulo 78 El buffet img
Capítulo 79 La muerte img
Capítulo 80 Cariñosos img
Capítulo 81 Enfrentarte a tus debilidades img
Capítulo 82 Deseo img
Capítulo 83 Aura peligrosa img
Capítulo 84 Una reunión img
Capítulo 85 Caminando por las nubes img
Capítulo 86 Una persona que debería estar muerta img
Capítulo 87 Vamos al cine img
Capítulo 88 Desinfección img
Capítulo 89 Una situación en la que todos ganan img
Capítulo 90 Productos hechos a la medida img
Capítulo 91 Una persona desaparecida img
Capítulo 92 Un ataque al corazón img
Capítulo 93 El parque de atracciones img
Capítulo 94 Te escucharé img
Capítulo 95 Dispuesto a sufrir el dolor img
Capítulo 96 Esperando tener un hijo img
Capítulo 97 La llave img
Capítulo 98 La voluntad es la felicidad img
Capítulo 99 El final de nuestra historia img
Capítulo 100 Una cálida sonrisa img
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Capítulo 10 Hablando con la familia

Al oír esto, Jenna inmediatamente se olvidó de la dote que había ahorrado y le contó a su hija todas las cosas divertidas de su compañera de clase.

Mientras escuchaba, el corazón de Caroline empezó a latir más rápidamente. En secreto, había sacado ciento cincuenta mil dólares del depósito bancario de su madre para invertir el dinero en acciones. Si su madre se enteraba, todo se iría a pique.

Su madre era una persona descuidada y generalmente no comprobaba nunca el saldo del depósito. Su padre siempre dejaba las cosas en manos de su madre, de modo que si su madre no volvía a pensar en el depósito, estaría a salvo por el momento.

En cuanto a la dote, se sentía conmovida pero no le importaba porque ya había vivido un matrimonio plagado de malos recuerdos.

En su vida anterior, cuando se casó, Edwin solo aceptó la nueva colcha que había hecho Jenna y compró todo lo demás él mismo. Tras recibir el salario del primer mes, Edwin le pidió a su madre una cantidad considerable de dinero. Después, llevó a Caroline al supermercado. Él se ocupó de empujar el carrito de la compra mientras ella iba poniendo los artículos en su interior. En ese momento, ella estaba embarazada, por lo que no podía levantar nada pesado; de lo contrario, habría comprado muchas más cosas.

Incluso ahora, Caroline recordaba a la perfección un par de tazas particularmente exquisitas que había comprado. No se acordaba de qué marca eran, pero la imagen del dragón y fénix que aparecían grabados en las tazas se había fijado en su mente. ¡Las dos tazas le habían costado a Edwin el salario de un mes! Si por aquel entonces hubiera sabido lo importante que era ahorrar dinero, no habría hecho unas compras tan poco realistas. ¿Pero por qué no la había detenido Edwin? ¡Él debía saber que no hay que desperdiciar el dinero!

Entonces Caroline decidió que si llegaba a casarse en esta vida, no volvería a ser tan descuidada con el dinero, sino que planificaría sus gastos y viviría dentro de sus posibilidades.

El mismo día, Edwin volvió a casa. Era la primera vez que regresaba después de decidirse a conseguir el título de doctor. Cuando su madre, Kayla Zhang, abrió la puerta y vio a su atractivo hijo en la puerta, no pudo evitar llorar de felicidad.

Temblando de emoción, tomó la mano de su hijo y dijo: "¡Por fin estás en casa! Date prisa, entra. Vamos a cenar juntos".

Edwin esbozó una sonrisa y la siguió al interior de la casa.

Finnley Han, el padre de Edwin, estaba sentado en el sofá leyendo el periódico. Cuando vio a su hijo, enarcó las cejas y dijo con indiferencia: "¡Qué sorpresa! ¿Qué estás haciendo aquí, doctor Han?".

"¿Pero qué dices?", preguntó la madre, regañando a su esposo, "¡No tienes que hablar solo para demostrar que puedes!".

Finnley Han miraba fijamente a su esposa: "Tú no sabes nada, así que ve a la cocina y comprueba si la cena está lista".

Kayla Zhang resopló y volvió a la cocina para pedirle a la sirvienta que preparara más platos. Dado que su hijo había vuelto, debían celebrarlo.

Edwin se acercó al sofá que estaba situado frente a su padre.

Este miró a su hijo y dijo con frialdad: "¿Por qué has vuelto a casa de repente? ¿Acaso te has quedado sin dinero?".

Edwin estaba a punto de sentarse y, al oír las palabras de su padre, sonrió. No se trataba de su habitual sonrisa fría, sino que su expresión reflejaba calidez desde el fondo de su corazón.

Finnley Han se quedó atónito cuando vio la cara de su hijo. Era raro que él sonriera, especialmente de forma sincera como ahora. Entonces, ¿por qué estaba sonriendo?

Edwin se puso de pie y se inclinó profundamente con las manos cruzadas frente a él, luego dijo con respeto: "Padre, gracias por tu amor y tu apoyo".

Finnley Han se quedó sin habla.

Después de decir esto, el hijo se sentó en el sofá. Seguía sonriendo porque estaba particularmente satisfecho con la reacción de su padre. Recordaba que, una vez, cuando tenía un ataque de ira, esa chica traviesa se había inclinado ante él de esta manera para pedir perdón. En aquel entonces se quedó tan desconcertado que no supo si debía seguir regañando a la chica o sonreírle. Ahora parecía que este truco también había funcionado con su padre.

A continuación, Edwin miró a su padre con una expresión seria y empezó a hablar: "Papá, todavía tengo mucho dinero. He vuelto porque hay algo que quiero comentar contigo".

Finnley Han recuperó la compostura y resopló. "Hum, ¡qué raro! ¿Tienes algo que comentar conmigo? ¿De verdad?", preguntó sarcásticamente.

Impertérrito ante la reacción de su padre, Edwin preguntó: "Papá, ¿de verdad crees que puedes conseguir un ascenso a finales de este año?".

Una vez más, Finnley Han se sorprendió. Antes su hijo nunca se había preocupado por su carrera. '¿Por qué me pregunta algo así de repente?', pensó. Entrecerró los ojos y miró a su hijo de la cabeza a los pies, observando detenidamente cada detalle.

La apariencia de su hijo no revelaba ningún cambio. Edwin siempre había sido un joven atractivo con finas facciones, ya que había heredado los mejores rasgos de su padre y su madre. No obstante, Finnley Han sentía que su hijo había cambiado.

Hacía solo unos meses, Edwin aún tenía una actitud ligeramente infantil y se mostraba ansioso por obtener su aprobación, aunque también le gustaba rebelarse ante su autoridad.

Sin embargo hoy, a pesar de que Finnley Han le había hablado con crudeza, él había actuado como si no hubiera pasado nada. Padre e hijo se miraron en silencio. La cara de Edwin reflejaba una tranquilidad y serenidad sorprendente, además de una ligera sonrisa. El padre no conseguía adivinar en qué estaba pensando su hijo.

Se preguntó: '¿Es este chico realmente mi hijo? ¿Cómo ha cambiado tanto en solo unos meses?'.

Al final, decidió dejar de andarse por las ramas porque pensó que sería un poco inmaduro por su parte en estas circunstancias. Así que dejó el periódico que tenía en la mano y le preguntó: "Dime, ¿por qué has vuelto a casa?".

Justo en ese momento la madre salió de la cocina. Al escuchar la pregunta de su esposo, hizo una mueca de tristeza y dijo: "¿Acaso necesita nuestro hijo una razón para volver a casa? No creo que tenga que decir por qué está aquí".

Tanto el padre como el hijo actuaron como si no hubieran oído a Kayla Zhang.

Entonces, Edwin dijo: "Papá, he vuelto a casa para hablar contigo sobre el gobernador provincial".

Después de dudar unos segundos, su padre se puso de pie y caminó hacia el estudio. Edwin lo siguió sin prisa. Aunque Kayla Zhang no recibió ninguna respuesta de su esposo e hijo, no le importó. Lo único que sabía era que los dos habían ido al estudio para hablar de negocios.

Finnley Han tenía 48 años y se encontraba en un momento crítico de su carrera. Si conseguía un ascenso ahora tendría más éxito, pero si no lo lograba, su carrera se estancaría. Cada vez que necesitaba hablar de asuntos serios de trabajo en casa, él llevaba a su interlocutor al estudio para tener más privacidad, y hoy había llevado a su hijo allí. ¿Qué significaba eso?

La familia de Edwin vivía en la zona residencial del gobierno municipal. Tenían un apartamento dúplex de 200 metros cuadrados y una empleada doméstica que se encargaba de limpiar la casa todos los días. Gracias a su agradable y elegante diseño interior, la casa parecía más bonita. También había algunas antigüedades expuestas en vitrinas, pero nadie sabía si eran auténticas o solo se trataba de reproducciones.

El estudio de Finnley Han estaba en el piso de arriba y el dormitorio de Edwin estaba abajo. Mientras el padre y el hijo hablaban arriba, Kayla Zhang se sentó en la habitación de su hijo y miró su álbum de fotos.

El regreso de su hijo la había llenado de felicidad.

En la habitación de Edwin había una gran cama de madera y una estantería llena de libros. El espacio debajo de la cama estaba lleno de cajas y más libros. Su armario era muy alto, pero estaba casi vacío. La decoración del dormitorio era sencilla y agradable. Él había elegido personalmente las sábanas con un estampado azul y blanco, unas cortinas de color celeste y los muebles blancos. Si Kayla Zhang no hubiera detenido a Edwin, su habitación sería totalmente blanca.

La madre y el hijo habían tenido ideas diferentes sobre la decoración del dormitorio. Kayla Zhang quería que la habitación de su hijo fuera alegre y bonita, pero él solo quería una habitación sencilla.

Una hora más tarde, la comida se había enfriado y era necesario volver a calentarla. Finalmente, padre e hijo salieron del estudio uno detrás de otro. Aunque Kayla Zhang vio que su esposo se dirigía a la mesa del comedor con el ceño fruncido, no estaba nerviosa. Sabía que su expresión no significaba que estuviera de mal humor, sino que estaba pensando en algo. Por otro lado, el rostro de Edwin seguía estando tranquilo y nadie podía decir lo que se le pasaba por la mente.

"Vamos a comer", dijo Kayla Zhang, agarrando la mano de su hijo.

Durante la comida, el padre guardó silencio y comió tranquilamente. La madre puso más comida en el plato de su hijo.

"Me alegra que hayas tenido una buena conversación con tu padre", dijo. "Tu padre tiene sus propias razones para no querer que obtengas el título de doctor".

En lugar de responder, Edwin asintió con la cabeza.

Al ver su reacción, Kayla Zhang sonrió aliviada, porque pensó que su hijo realmente había madurado y había empezado a comprender a sus padres.

Mientras comía, Finnley Han preguntó de repente: "¿Por qué no me dijiste eso hace medio año?".

Entonces, la madre hizo una pausa y los miró a los dos confundida: "¿Qué?".

Una vez más, padre e hijo actuaron como si ella no estuviera allí.

"Caroline dijo que debería hablar abiertamente con mi familia", respondió Edwin.

Antes de que el padre pudiera preguntar nada más, Kayla Zhang reaccionó al punto clave con su aguda intuición. "¿Caroline?". Ella tomó la mano de su hijo con entusiasmo y dijo: "¡No te había oído mencionar ese nombre antes!".

"Hace poco que nos conocemos", explicó Edwin.

El padre enarcó una ceja y preguntó: "¿Se conocen desde hace poco y ya le has hablado sobre nuestros asuntos familiares?".

Pero Kayla Zhang esbozó una sonrisa comprensiva y preguntó a su hijo: "Caroline es el nombre de una chica, ¿verdad?".

            
            

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