La entereza de Darío
img img La entereza de Darío img Capítulo 3 Dédalo
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Capítulo 6 Ataque. img
Capítulo 7 El viaje a Arcadia img
Capítulo 8 Licaon img
Capítulo 9 Esclavos y Principes img
Capítulo 10 ¿Lealtad img
Capítulo 11 Seguimos leales img
Capítulo 12 Un poco de ti img
Capítulo 13 Empieza la fiesta. img
Capítulo 14 ¿El nuevo rey img
Capítulo 15 Mi familia. img
Capítulo 16 A casa. img
Capítulo 17 Mis tres hijos, mis tres orgullo. img
Capítulo 18 Auge y caida. img
Capítulo 19 Castigo. img
Capítulo 20 Y así fue. img
Capítulo 21 ¿Volvemos img
Capítulo 22 Defendiendo nuestro hogar. img
Capítulo 23 Y sin querer volvimos al poder... img
Capítulo 24 Tu no. img
Capítulo 25 Viaje a Creta img
Capítulo 26 En familia y a solas img
Capítulo 27 Charla entre amigos, charla entre hermanos img
Capítulo 28 Dario y Fernando img
Capítulo 29 Solos img
Capítulo 30 Dédalo img
Capítulo 31 Darío vs Dédalo img
Capítulo 32 Ayúdame img
Capítulo 33 Viajando con Dédalo img
Capítulo 34 Karenina img
Capítulo 35 Mar de emociones img
Capítulo 36 Cuando nos conocimos img
Capítulo 37 Domado img
Capítulo 38 Y si, ¿Si.. img
Capítulo 39 Eres de mi hermano img
Capítulo 40 Perdiendo la entereza img
Capítulo 41 ¿Dónde estás   img
Capítulo 42 Mi bestia. img
Capítulo 43 Talio img
Capítulo 44 Atando cabos img
Capítulo 45 Tu esencia, mi calma img
Capítulo 46 Hermanos img
Capítulo 47 Dime la verdad img
Capítulo 48 Calma img
Capítulo 49 Por mi familia part 1. img
Capítulo 50 Por mi familia part 2 img
Capítulo 51 Decisiones img
Capítulo 52 Epílogo img
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Capítulo 3 Dédalo

Capítulo 3

Dédalo

Han pasado cinco meses desde que Darío se separó de sus hermanos, llegando a la ciudad estado de Esparta, en cuanto llegó se fue a enlistar en el ejército haciéndose pasar por espartano de nacimiento huérfano, donde fue aceptado pues tenía la fuerza para levantar una espada y una lanza, pero no estaba con los espartanos de nacimiento ya que ellos empezaban su formación militar a los siete años, primero se verificaron sus datos y de Darío pasó a ser Artemis.

Rápido aprendió que en el ejército no hay cabida para los cobardes, los mejores guerreros eran ellos, desde niños son instruidos en la violencia y esa violencia incrementó más su fuerza lobuna tanto así que en la primera luna llena mató a casi la mitad de los niños, causando miedo en los espartanos, hizo que los más grandes le dieran caza al monstruo que acabó con los niños y aquellos que quedaron vivos dijeron que había sido un lobo, pero no cualquier lobo pues era más grande de lo normal, y así empezó la cacería, los niños sobrevivientes él los mató a plena luz del día. En la segunda luna llena dentro del ejército ya no hubo matanzas, no, aprendió a controlar su transformación, pero no su instinto asesino y no pudo evitar matar a dos adultos. El entrenamiento fue duro fue intenso, le forjaron a fuego y sangre, le enseñaron a no demostrar dolor, cansancio, fatiga a ser ingenioso, a asesinar sin remordimiento, que el pulso no le debía flaquear ser furioso como la naturaleza, sin duda Esparta tenía el mejor ejército. Al no ser espartano de nacimiento Darío tuvo que esforzarse el doble aunque no lo necesitaba pues gracias a su lado lobuno era más fuerte y ágil que el resto de los niños con el tiempo todo rastro de el niño mimado quedo borrado cinco años en las filas espartanas fueron más que suficiente para hacer de Darío un hombre, aunque era de los mejores soldados nunca lo demostró o se delataría ya a sus quince años alcanzo una envergadura de un metro con noventa centímetros superando con mucho a varios espartanos, ya con un cuerpo de hombre tan bien definido tenía el cuerpo que se podía estudiar fragmento por fragmento, de cabellos largos negro, ojos negros, nariz recta, labios delgados pero carnosos delineado natural, una cicatriz en la mejilla derecha, de voz gruesa sin duda era un jovencito guapo que levantaba suspiro entre las chicas del lugar y de uno que otro superior.

Se llega la noche, fue reemplazado en la guardia nocturna, así varios compañeros van a descansar, pero él no, él se escapa de su celda para ir con los sanadores pues algo más que pelear le llamó sumamente la atención ¿Cómo ayudar a los heridos? Oculto por la oscuridad llega al hospital.

_ Muchacho donde te encuentren aquí te darán muerte.

_ Lo dudo mucho. ¿Cómo ayudo?

_ A hervir esa agua para hacer una infusión y una pasta.

_ Si señor- sigue las instrucciones-

_ Quiero saber algo Artemis.

_ Usted dirá.

_ ¿Por qué te interesa mi arte y no la guerra?

_ Vine aquí a aprender a pelear, al ser huérfano tengo mucha desventaja, escuché que aquí estaban los mejores guerreros, pero luego te vi a ti y a tus sanadores.

_ Si que lo están, lo mejor de lo mejor. Tu formación militar aún no termina.

_ Lo sé, me faltan seis años – empezando a hacer la pasta- me interesa saber qué pasa aquí con ustedes los sanadores.

_ No mucho, te lo puedo asegurar.

_ Yo no diría eso. Saber cómo regresar a la vida eso sí es mágico.

_ Gracias muchacho, ya deberías irte, debes descansar un soldado cansado no rinde igual.

_ En una semana me toca licencia, quiero ir con usted al templo de Apolo.

_ Las Apolonias no son para los hombres.

_ Juro que ninguna sacerdotisa me llama la atención, no es que no sean bellas, pero prefiero aprender de ellas. – sonríe al ver pasar a Selene una esclava con cabellos de oro-

_ Solicitare al rey una escolta daré tu nombre así no habrá problema y podrás aprender.

_ Muy bien hasta entonces Pericles. – sigiloso regresa a su celda no sin antes buscar a la dueña de su corazón –

_ - Una fuerte mano jala a la rubia- Si te descubren te van a matar.

_ Vale la pena – le hace una caricia en el rostro-

_ Para mí no pues me quedaría sin ti.

_ Si lo pones de esa manera – se inclina lo suficiente para dar un beso en los labios- sígueme.

_ ¿A dónde me llevas?

_ Ya verás – la toma en los brazos hace gala de su destreza física salta hasta llegar al techo de la villa-

_ Nunca había estado tan alto.

_ Aquí no nos verán.

_ Eso puedo ver.

_ Ve a la celda mañana en la noche, te estaré esperando.

_ Ahí estaré – él la abraza, ella responde- tú eres libre, yo no.

_ Cuando termine esto vámonos de aquí huyamos juntos lejos.

_ Suena bien.

_ Soy fuerte, se cultivar, carpintería puedo darte un hogar.

_ Esperare con ansias el día que partamos de aquí.

_ Unos años más. Vámonos – la toma en brazos de un salto llega al piso-

Llega a su celda donde su compañero lo espera despierto.

_ Quiero pensar que fuiste en busca de compañía femenina.

_ No es de tu incumbencia.

_ Si que lo es, mínimo quiero saber a dónde vas ya que si te descubren a mí también me van a castigar por tu culpa.

_ Está bien, si fui en busca de compañía femenina ¿Contento?

_ ¡No! no me llevaste. - indignado-

_- Se acuesta en su cama y se queda viendo el techo- ¿Eres feliz siendo soldado?

_ Lo soy, como mi abuelo, como mi padre supongo que tú también.

_ ¿Qué tan bueno eres para guardar un secreto?

_ - se coloca de lado viendo a Darío- Muy bueno ¡Que! ¿Eres un príncipe de un reino muy, muy lejano?

_ Si y me quieren matar junto a mis hermanos para no subir al trono. – dice serio- aunque para ser sincero no recuerdo mucho, solo a mis hermanos mayores.

_ ¿En verdad eres un príncipe? – sorprendido-

_ No, pero si tengo hermanos dos hombres y una mujer, pero no sé en qué momento me quede solo.

_ En seis años seremos libres de la escuela podemos dar búsqueda a tus hermanos ¿recuerdas sus nombres?

_ Los tengo tatuados en el corazón – se golpea leve el lado izquierdo- Elián, Ciro y Lucrecia.

_ ¿Cómo son ellos? Tus hermanos. Mi hermana es fea como el pecado.

_ ¡Ja... jajaja! Mi hermana es bella creo yo, su piel es blanca, de ojos café claros, su cabello castaño largo, le gusta traerlo trenzado, siempre huele a flores.

_ Hablas tan bonito de ella que quiero conocerla.

_ Te va a caer bien, me quiere mucho.

_ ¿Qué hay de ellos, tus hermanos?

_ Pues ellos – su semblante serio pasa a ser enojado- son unos infelices, se la pasan peleando, no hacen caso, pero es Ciro quien por lo regular gana en los golpes, pero nunca confíes en la lengua de Elián.

_ ¿Por qué? ¿Es hechicero?

_ Que yo sepa no, pero si te descuidas te enreda con sus palabras, su lengua, su labia salvo de muchas a Ciro.

_ ¿En verdad?

_ Una vez Ciro robó fruta de un mercader fue a la cárcel el mercader.

_ Si los llego a conocer no le voy a hablar a tu hermano

_ ¡Mucho ruido en las celdas! – grita un guardia-

_ Hasta mañana Artemis.

_ Hasta mañana Heraclio.

Cierran los ojos para dar paso al sueño sin embargo murmullos incluso gritos no dejaron conciliar el sueño a Darío por lo contrario se puso en alerta, a su olfato llegó un olor uno que ya conocía vio a su compañero que era tan solo un año menor, gracias a lo poco aprendido por los sanadores llevó a la inconciencia a su amigo, sale de su celda, se deja guiar por su olfato hasta dar con varios compañeros de el de más rango y edad.

_ ¿Qué está pasando? ¿Por qué ese alboroto?

_ Dicen que Cerbero salió del Hades y nos está matando.

_ ¿Has dicho Cerbero?

_ Si – dice un recién llegado- es muy grande, los ojos rojos como sangre y sus fauces son temibles.

_ ¿Qué tan grande? – pregunta serio-

_ Dos metros.

_ Vayan a sus celdas y no salgan ese perro no es Cerbero es algo peor.

_ ¿Y tú?

_ También iré a resguardarme.

_ Es una vergüenza, ni un espartano debe esconderse es morir o vivir.

_ Si en la guerra no contra la mascota de un Dios.

_ En ese caso iré yo – dice serio Darío-

_ Voy contigo.

_ No, ustedes deben quedarse por si yo fallo.

_ Lo que dice Artemis es verdad. Ve soldado aquí haremos guardia.

_- Asiente, sale del lugar armadura en mano, ve la luna- Aún no cuerpo mío, aún no.

Darío se coloca su armadura deja el complejo para adentrarse en el bosque en busca de esa criatura salida del Hades, al llegar a un claro se retira su pesada armadura, ve a la luna llena sus ojos negros se tornan blancos y el entra en una especie de trance dejándose llevar por su amante celeste, una sonrisa ladina se dibuja en sus labios, escucha los aullidos aquellos que venían del inframundo se termina de desnudar, se coloca en cuatro empieza a correr con cada paso su cuerpo humano "cae" a pedazos dando paso a el pelaje de lobo, a pesar de ir corriendo va escuchando el origen de los aullidos, después de unos minutos da con ellos frena en seco al ver toda una manada de hombres lobos que está acabando con un campamento completo de soldados espartanos vuelve a su forma humana para intentar contar a los agresores, observa que están bien estructurados, a la distancia puede observar al líder, sabe que si derrota al líder los demás se van a rendir, gruñe, se transforma en lobo una vez más, aúlla retando al alfa, el campamento en llamas, él llega ante todos, un atrevido lo ataca y ese atrevido pierde la vida casi en el acto, vuelve a aullar no queda más remedio que aceptar el reto, los humanos que han quedado con vida o heridos asombrados se quedan a ver el extraño duelo.

El campamento está iluminado por las fogatas por la destrucción de diferentes tiendas, algunos sobrevivientes se ayudan entre sí para salir del lugar sin embargo los lobos no los dejan marcharse obligándolos a retroceder, algunos de los heridos que están siendo iluminados por la luz de la luna empiezan a cambiar, y esos recién cambiados se unen a los ya ahí presentes.

Cara a cara los dos se gruñen ni uno de los dos se mueven, no es hasta que el oponente le brinca a Darío que inicia la pelea, el lobo pardo muerde la pata trasera derecha de Darío este aúlla de dolor, pero no se deja amedrentar por una simple mordida respondiendo dando una mordida en el costado derecho, prepara embiste de frente a su "enemigo" golpeándolo varias veces haciéndolo llorar, el pardo se está viendo superado por la destreza de Darío al ver eso da una orden, los demás lobos tacan a matar al pequeño de los Licaón con lo que nadie contaba fue que se puso en dos patas dejo de ser un lobo para ser un humanoide de casi dos metros que su cabeza conservaba muy bien las facciones lobunas incluso el hocico, sus dedos terminaban en garras bien afiladas, erguido en dos piernas sin su cola y con esa ventaja dio muerte a todos los lobos incluso a los recién nacidos, uno de los sobrevivientes le hiere el costado derecho con una lanza de bronce, la arranca del lugar se acerca peligrosamente a su agresor sin embargo su raciocinio lo detiene y huye del lugar asustado, da con un rio se mete en el aunque la luna está llena, baña todo su cuerpo, se lleva las manos a la cabeza poco a poco vuelve a ser hombre sale del rio aun bañado de sangre se deja caer la fina a arena. Abre los ojos viendo a todas direcciones pues el aroma que le lleva un fino viento lo asusta.

_ Vaya, vaya, en todos mis años en esta tierra es la primera vez que veo hombres como tú.

_ ¿Quién eres? – se pone en guardia _ ¡Mmm! Y eres guapo – una espigada figura aparece ante él- muy guapo, aunque eres un niño.

_ Soy un hombre – dice fuerte tratando de ahuyentar al indeseable-

_ Eso veo – ve la entrepierna de Darío- Y dime "hombre" ¿Cómo te llamas?

_ Aunque sepas mi nombre nunca seré tu esclavo, soy hombre libre. – señala el cabello largo*-

_ Igual que yo. Me presento así nos tranquilizamos ¿te parece? Me llamo Dédalo hijo de Lilith.

_ ¿Por qué el nombre de tu madre primero?

_ ¿Y por qué no? – ve la herida del joven- será mejor que no te muevas mucho o no dejaras de sangrar. Pero si tanto te importa Dédalo hijo de Adán.

_ Darío hijo de Eleuter hijo de Licaón.

_ Rey maldito – dice sin dejar de curar al menor- Ven te ayudare a bañarte debemos limpiar o se infectara.

_ No moriré si eso es lo que te preocupa.

_ Eso no quiere decir que no sea doloroso para ti ¿Cierto?

_ Agradezco. Dime ¿Por qué me ayudas?

_ Soy un buen samaritano. – alza la mirada y los azules ojos se clavan en los negros-

_ Creo que nunca había conocido hombre como tú.

_ Créeme no hay hombres iguales a mí, ni siquiera mi hermano Cy.

_ También tengo hermanos, tres para ser exactos.

_ ¿Y por qué no estás con ellos?

_ Quiero saber cuál es mi camino además que debía ser fuerte por ellos, no todo el tiempo iba a ser su hermano menor y llorar en su regazo.

_ Así que decidiste viajar a Esparta y convertirte en hombre.

_ Me fue difícil hacerme pasar por uno de ellos, pero he demostrado ser bueno soldado.

_ Si, son racistas con los foráneos – da un fuerte apretón al vendaje haciendo gruñir al menor- lo siento. Hueles dulce, tu sangre es dulce.

_ No lo sé, nunca lo he probado. – entre platica y platica el sol empieza a salir-

_ Se me hizo tarde debo irme – Darío lo sujeta fuerte-

_ No te vayas por favor.

_ El sol.

_ ¿Qué pasa con él?

_ No debe verme o moriré. – su voz suena preocupada-

_ - El menor le retira la capucha, las finas facciones del mayor quedan expuestas, así como sus colmillos de vampiro, se pone de pie totalmente, lo toma en brazos y lo cubre con la capucha- Así el sol no te verá.

_ - Sorprendido por el gesto el mayor esconde su rostro en el pecho del jovencito- Gracias.

_- Después de un buen rato caminando entra a una cueva- Aquí Apolo no te verá así no morirás.

_ Gracias por tu ayuda joven arcadio.

_ ¿Estarás bien si te dejo solo?

_ Desde luego – ya se iba a ir el menor, pero es detenido, lo jala a él para darle un beso en los labios- ¿Y si te pido que te quedes?

_Aunque no sea de ese tipo.

_ Y aun así sabes de lo que hablo – lo toma de la mano entrelazan dedos, el menor se le queda viendo de tal manera que las piernas del mayor flaquean- sí, si sabes de lo que hablo.

_ Si que lo sé, es obligación mientras estoy en formación militar pero fuera de ella es una aberración.

_ Entonces ¿alguna chica ya ganó tu fiero corazón? – pregunta al tiempo que pasa la mano derecha por el bien torneado abdomen del joven-

_ Hay alguien sí, pero no estoy a su altura.

_ Eres un príncipe ¿Por qué no estarías a su altura?

_ Porque es esclava – es él quien da una caricia en el rostro-

_ ¡Oh! Una esclava, dame su nombre y en la noche prometo hacerla libre para ti.

_ ¿Dónde está el truco? – le sujeta la mano derecha con fuerza-

_ No hay truco, bueno sí un poco – sonríe con malicia-

_ Dime algo ¿Qué eres tú? – pasa su mano izquierda por la fina cintura del mayor, lo jala a él quedando casi a la misma altura-

_ Soy hijo de la noche, algo como tu condenado a vagar por toda la eternidad bebiendo la sangre de mis hermanos.

_ Eso quiere decir que Zeus también te maldijo.

_ No fue tu Dios, fue el mío. ¿Entonces, qué dices? Una "noche" por tu esclava.

_ Se llama Selene, tiene el cabello dorado, ojos azules, es la que va a mi celda todas las noches.

_ Esta noche iré por ella, la traeré aquí.

El mayor no perdió más el tiempo comiéndose a besos al menor y pronto los gemidos de placer inundaron la cueva. Dédalo estaba arriba de Darío cuando una gota de sangre cayó sobre el rostro del menor, eso lo hace detenerse.

_ Disculpa – se limpia rápido manchando el resto de su rostro-

_ - Busca a tientas la capucha del mayor- Deja de moverte – limpia con esmero- ¿Por qué sangras?

_ No he comido, anoche lo iba hacer, pero esos lobos llegaron a hacer esa masacre, yo solo bebo para no morir de hambre, nunca demás.

_ Bebes su sangre para mantenerte vivo ¿Cierto?

_ Si. – se recarga en el pecho de menor-

_ Bebe de la mía.

_ ¿Hm? No sé si deba, nunca he bebido de un lobo.

_ No soy cualquier lobo – le da un beso en la frente- soy un hombre lobo, príncipe, aunque no heredero a la corona.

_ Sangre azul – ve la yugular que salta bombeando sangre, se lame los labios- por favor, amante mío disculpa el dolor que te voy a causar.

_ Sabes que soy fuerte – se ven a los ojos, le sonríe al mayor, este abre la boca sus colmillos sobresalen los clava en el menor, esté cierra los puños del dolor-

_- se retira del menor traga su sangre al hacerlo fue orgásmico al tiempo que embriagante a tal grado que Darío lo tienen que sostener- Tranquilo Dédalo yo te cuido.

_ ¿Qué clase de sangre fluye por tus venas?

_ De un hombre lobo – le retira unos cabellos de su rostro, besa sus labios- de un príncipe.

_ Tengo mucho sueño.

_ Duerme tranquilo, cuidare de ti, tienes mi palabra. Ahora duerme.

El mayor se deja guiar por el menor, no se da cuenta cuando lo deja solo en la cueva, para cuando abre los ojos ya es de noche nuevamente, una fogata alumbra la cueva, la luna está ya por salir.

_ Marcharas a cazar. – pregunta aún mareado Dédalo-

_ Debo de finalizar lo que inicie matar a los que me hicieron falta, no puedo permitir que se esparza este mal.

_ Te entiendo perfectamente. – se pone de pie niega con la cabeza como acomodando las ideas- tengo que cumplir con mi palabra e ir por tu mujer.

_ Aun no es mía.

_ Pero lo será.

_ No sé si me acepte cuando le diga lo que soy, un monstruo.

_ - Dédalo abraza al chico por la espalda- Somos monstros, no significa que no tengamos corazón – da un beso en el omoplato derecho- sabes algo, soy casado.

_ ¿En verdad?

_ Así es, él está en Atenas esperando por mí.

_ ¿Él? ¿Es un él?

_ El mortal más hermoso que estos ojos han visto, su piel bronceada, sus ojos llenos de vida, sabes que es lo mejor.

_ No, dime.

_ Que me ama a pesar de ser un monstruo come hombres.

_ ¿Y ese él, es como tú?

_ Si, por desgracia llegó un momento que lo tuve que hacer como yo.

_ ¿Te lo perdono?

_ Con el tiempo lo hizo, ahora dice que no puede vivir sin mí.

_ ¿Y tú sin él?

_ No puedo estar lejos de mi Ramsés. – suelta el abrazo- iré por tu chica, sugiero que se vayan lejos, más allá del Egeo, se feliz con ella mientras tenga vida o decidas hacerla como tú.

_ - Dicho eso el mayor desaparece de la cueva, el menor sale a bañarse con los rayos de luna- Mi mujer para toda la eternidad.

Esa noche no cambio a lobo, se quedó esperando a su "amante" casi al amanecer llegó con ella y algunos objetos personales del menor.

_ Artemis. No le creí a este hombre que tú lo habías enviado por mí.

_ Sabes lo que siento por ti. – la abraza- vámonos lejos donde seamos libres los dos.

_ Si me permiten. En dos días sale un barco para Atenas, en el marcharé, sugiero lo mismo.

_ ¿Qué dices Selene? ¿Nos vamos?

_Seré una mujer libre a tu lado. – rompe los brazaletes de esclava-

            
            

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