Capítulo 5 V

El apoyo de los subalternos es vital, Ángela debe aprender todo lo necesario para conducir la empresa, es un trabajo en equipo. Necesita dominar, en muy poco tiempo, lo debido. Así, llama a una importante reunión del consejo de administración y convoca a todos los directores de departamento.

Se prepara, con mucho esfuerzo, para la ocasión y cuando hace su entrada a la elegante sala vestida como una ejecutiva. Se percata que más de la mitad de los directores no acudieron, mostrando tal indiferencia a la convocatoria que ni siquiera se molestaron en presentar sus excusas.

Tal comportamiento le causa tristeza y se contiene para no estallar. No puede permitirse perder los estribos y quedar en evidencia ante todos. Sería una muestra de debilidad e inmadurez que no puede permitirse.

-Buenos días, señores. Hago de su conocimiento de que, no obstante la actitud asumida por los algunos de ustedes, agradezco a los que se han presentado.

Inicia la reunión e indica a los asistentes que hay un único punto a tratar. Mirándolos con frialdad y sin prestarles demasiada atención, continúa.

Sabemos que la repentina pérdida que he sufrido me deja al frente de mi familia. Y, aunque en el pasado me limité a estar en la casa para apoyar a los míos, me veo obligada a continuar con el legado de mi difunto esposo. Quien hasta el momento de su muerte se desempeñó como director ejecutivo del grupo del cual formamos parte.

Tengo algo muy importante que transmitirles y espero que estén de acuerdo con el planteamiento que sigue.

He decidido traspasar a mi nombre las acciones que pertenecían a Ivo, las cuales me corresponden por ser su esposa. En ese orden de ideas, la empresa no puede quedar acéfala.

Me toca proteger sus inversiones y coadyuvar para que el esfuerzo de los accionistas no decaiga. Así él lo hubiese querido.

-Me propongo ante ustedes como la nueva Directora Ejecutiva del Grupo Ivo.

Los presentes, desconcertados, se miran a la cara. No pueden creer lo que están oyendo y murmuran: «No tiene ni pies ni cabeza lo que dice aquella mujer».

-Les pido que indiquen con la señal de costumbre, quienes están a favor de mi planteamiento.

En la sala se produce un silencio total, nadie emite comentarios al respecto. Ni levantan la mano derecha en señal de aceptación. En sus rostros se ve desprecio e incredulidad. Lo que produce desconcierto en la joven viuda que está dando lo mejor de sí para salir adelante.

Cuando parece que ninguno va a reaccionar ante su propuesta. Dos de los directores, los más leales a Ivo, levantan su mano en señal de aprobación.

Ángela, complacida, los mira a los ojos y asiente con su cabeza. Agradece desde el fondo de su alma el gesto de lealtad que acaban de mostrar y procede a continuar con el discurso, ignorando a los traidores.

-Por consiguiente, les comunico mi decisión de designarme Directora Ejecutiva del Grupo Ivo.

Gracias, con su apoyo lo vamos a lograr -dice, dirigiéndose a los que votaron a favor de la propuesta.

Tal y como supone, la noticia no es bien recibida. A sus espaldas escucha risas y comentarios hirientes a los cuales no presta la menor atención.

-Aprobado el punto. Quedan, en este acto, notificados de la novedad.

De seguido, da por terminada la reunión y se retira de la sala. Dejando el recinto en un hervidero de comentarios en su contra.

Camina a la oficina para firmar algunos documentos pendientes. Se siente mucho mejor, quizás producto de la adrenalina del momento. Y, dejando todo en orden, se toma un descanso para llamar a sus hijos.

-¿Cómo han pasado el día?, su madre ha avanzado mucho. Ha sido un día complicado.

-Bien, Jorge, aún duerme y yo sigo preparando el almuerzo. Estoy orgullosa de ti, mami.

-Gracias, Laura. Ya he terminado lo que tengo pendiente. Dentro de poco voy de regreso. Me siento agotada y necesito ir a casa a descansar.

Sale al estacionamiento y conduce la imponente camioneta de su marido. Le cuesta encontrar algunos mandos en el tablero, es la primera vez que la maneja. Por lo que anda despacio y muy atenta a la carretera.

Atraviesa la ciudad con mucha calma, hasta llegar a la lujosa urbanización donde se encuentra ubicada su casa. Anda por las estrechas curvas en ascenso por la montaña que la conduce a la parte más alta y le parece que alguien la sigue. Mira por los espejos y no consigue ver a nadie.

Asume que es producto del cansancio y de los nervios que le atacan de pronto.

Estaciona algo atravesada y se baja para ingresar a la vivienda. Cuando está a punto de cruzar la puerta principal, siente que alguien la observa entre los aromáticos pinos sembrados hace tantos años en el jardín exterior. Voltea y se queda mirando entre sus ramas sin poder ver a nadie y confundida decide entrar.

Segundos después, un hombre sale de la esquina donde se encuentra oculto. Es Ivo que no ha aguantado el deseo de ver de nuevo a sus seres queridos. Y quien ahora se desempeña como Director Ejecutivo del Grupo Cromo.

Se ha acercado a su hogar, quiere verles, aunque sea de lejos, los extraña. Ángela no ha conseguido descubrirlo. De cualquier modo, ya no tiene el rostro del hombre con el que se casó, es otra persona.

Cuando se siente satisfecho se retira y se da vueltas para marcharse a su nueva vida.

En ese momento los niños se encuentran en la cocina a punto de almorzar y se emocionan de ver a su madre.

-Mami, ven a comer con nosotros.

Ángela se acerca y le besa a cada uno acariciando con suavidad su cabello.

-Los amo, hijos, nunca lo olviden. Vamos a salir bien de esta situación, ya lo verán. Hoy ha sido un día duro, pero conforme el tiempo pase me voy a sentir más segura.

-Nosotros te amamos, ve lo que he preparado. Milanesa a la parmesana, el plato favorito de papá, ¿lo recuerdas?

Se ponía tan feliz cuando le cocinabas la receta. Me hace mucha falta, nunca lo voy a olvidar.