El rol del asesino
img img El rol del asesino img Capítulo 4 EL SABUESO
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Capítulo 7 FAMA Y FORTUNA img
Capítulo 8 PREMEDITADO img
Capítulo 9 LA CENA img
Capítulo 10 EL ASESINO SERIAL img
Capítulo 11 LA EMPATÍA img
Capítulo 12 EL SUPERHOMBRE img
Capítulo 13 IDIOTA, PERO NO ASESINO img
Capítulo 14 EN LA BOCA DEL LOBO... img
Capítulo 15 ...VOLUNTARIAMENTE img
Capítulo 16 A PUÑO Y LETRA img
Capítulo 17 PLAN B img
Capítulo 18 AMIGOS img
Capítulo 19 CONFESIÓN img
Capítulo 20 SOCIÓPATA img
Capítulo 21 LA PROPUESTA img
Capítulo 22 PACIENTEMENTE img
Capítulo 23 DESORDENADO img
Capítulo 24 ASESINATOS MÚLTIPLES img
Capítulo 25 CARTAS img
Capítulo 26 PREMIERE img
Capítulo 27 LA ESTAFADORA img
Capítulo 28 CONFIANZA img
Capítulo 29 NUEVA ESCENA DEL CRIMEN img
Capítulo 30 DE NUEVO... img
Capítulo 31 CULPABLE E INOCENTE img
Capítulo 32 TRAYECTO FINAL img
Capítulo 33 ESPOSADO img
Capítulo 34 NOTA DE AUTOR img
Capítulo 35 EXTRA: EL SUEÑO HÚMEDO DE SIENA img
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Capítulo 4 EL SABUESO

Siena estaba en la escena del crimen haciendo su trabajo. La víctima se encontraba sentada frente al escritorio de su oficina, con un revólver en su mano y un tiro en la frente.

-Todavía debemos descartar homicidio -decía su jefe, Liam.

-El lugar de la herida es totalmente accesible. El orificio de entrada fue la frente y la bala salió limpiamente por aquí -señaló Siena, mientras fotografiaba la herida.

-Busca residuos de pólvora en la mano -pidió Liam.

Siena continuó fotografiando al cadáver, mientras Liam gritaba órdenes a los recién llegados.

-¡Etiqueta bien esa evidencia! No quiero problemas como con el caso anterior. Novatos... -dijo Liam-. ¡Oye! ¿Dónde están tus guantes? -Liam caminó hacia los novatos recién llegados a la escena del crimen para reprenderlos.

Siena rio para sus adentros cuando notó un papel con letra manuscrita.

-Jefe -llamó-. Mira esto. Creo que esto determina que fue suicidio -dijo, abriendo el papel doblado en dos con una pinza.

Liam se acercó y observó.

-Una nota de suicidio -dijo-. De acuerdo, habrá que analizarla. ¿Tienes suficientes fotografías?

Siena asintió.

-Bien. Etiquétalo y salgamos de aquí. Tengo cosas más interesantes para hacer el día de hoy.

Siena suspiró y puso la tapa al lente de su cámara. Ya había tomado suficientes fotografías. Dejó la memoria de la cámara etiquetada como evidencia y se retiró de la escena del crimen, saliendo hacia su coche.

Ya era tarde y se dirigió a su casa, cansada. Había estado todo el día en el recinto policial. Cuando abrió la puerta de su apartamento la recibió su gato, Mittens, quien maulló contento y se restregó por sus piernas.

-Hola, Mittens, yo también te he extrañado mucho -saludó acariciándolo-. No veía la hora de volver a casa.

Su apartamento era pequeño, pero cómodo y funcional. Sólo de una habitación. Servía para las funciones básicas: comer, asearse, dormir, y recibir ocasionalmente a algún compañero sexual si fuera necesario. Su gato detestaba esa parte.

Llenó su tarro de comida y Mittens corrió a comer. Luego abrió la nevera y tomó una bandeja de comida, que puso a calentar en el microondas. Mientras esperaba que estuviera lista, se dispuso a seleccionar en la plataforma prepaga la película que vería ese día. Al escuchar el pitido proveniente del microondas, tomó la bandeja y se acomodó en el sofá. Inmediatamente Mittens se acomodó en su regazo y se acurrucó allí, ronroneando.

Comenzó a disfrutar de la película y de la comida recalentada como si de un manjar se tratase, cuando sonó su móvil. Puso los ojos en blanco y suspiró. Alcanzó su móvil, que había quedado aplastado entre el sofá y el bolsillo trasero de sus jeans y miró la pantalla antes de atender. Era Liam. Lo maldijo hacia sus adentros.

-¿Sí?

-Siena, necesito que regreses al trabajo.

-No jodas. Acabo de llegar a casa. He comido dos bocados de mi cena, y creo que es lo único sólido que he probado en todo el día.

-Estoy en una maldita escena del crimen, Siena.

-Mierda.

-Sí, me dicen que se trata de una tal Lola, actriz que suele trabajar con el director Marco Rossi. Ni idea.

-Si, sé quién es. Lola es su nombre artístico. Su nombre real es Ana Müller.

-Ven inmediatamente. Te estoy enviando la dirección al móvil.

-Enseguida -dijo Siena, colgando.

Dejó el móvil en el sofá y suspiró.

-¿Puedes creerlo, Mittens? No podemos tener un momento en paz -le dijo a su gato, tomándolo en sus brazos y besándolo.

Dejó su comida nuevamente en la nevera, tomó su abrigo y su arma reglamentaria, volvió a guardar su móvil en su bolsillo y, antes de salir, acarició a Mittens, quien cerró los ojos y ronroneó.

Siena se dirigió al hotel que le había indicado Liam. Aparcó dentro, mostrando su identificación policial y no fue difícil saber a dónde tenía que dirigirse, pues sólo tenía que seguir el alboroto y el cuchicheo de la gente.

Liam se encontraba en la puerta de la habitación delimitada por la zona acordonada, hablando por su móvil. Cuando vio a Siena acercarse, le hizo una seña con la mano para que ingresara a la habitación.

Siena entró, tomó un par de guantes de látex que estaban dispuestos en la entrada de la habitación y se los colocó. A simple vista nada parecía fuera de lugar, pero si había sido un asesinato, lo descubrirían. Cuando entró al baño de la habitación el cuerpo ya había sido movido.

-¿Por qué movieron el cuerpo de lugar antes de que yo llegara? -se molestó Siena.

-No podíamos esperarte eternamente, querida -dijo Oliver, su compañero, quien se encontraba agachado observando el cuerpo-. Te has tardado y necesitábamos observar la herida.

Siena le hizo burla, molesta, y continuó observando.

-¿Alguien puede mostrarme una fotografía de cómo fue encontrada la víctima? -preguntó Siena.

-Aquí -dijo Oliver levantándose.

Oliver le mostró la pantalla de una réflex, pasando las fotografías con sus manos enguantadas en látex, donde se observaba el cuerpo de Ana, sin vida.

-¿Sabías que había tenido un amorío con Marco Rossi? -comentó Siena.

-No, no es que me interesen esas cosas -dijo Oliver.

-A mí tampoco, pero salió en las noticias hace tiempo. A pesar de ser un maldito mujeriego es un buen director de cine y televisión.

Liam interrumpió la charla. Al parecer había finalizado su llamada telefónica.

-¿Te refieres al mismo Marco que hace dos días llenaba las noticias con ese escándalo sobre una actriz... no recuerdo su nombre, que lo acusaba de violación? -preguntó Liam.

-El mismo -dijo Siena-. La actriz se llama Anastasia Taylor.

-Qué te parece. Maldito degenerado. Quizá esta pobre mujer sabía algo y la quiso acallar. Investiga eso, Siena. A primera hora de la mañana te quiero en la oficina de ese malnacido -dijo Liam, caminando de nuevo hacia el pasillo.

Siena suspiro.

-De acuerdo, jefe.

Liam giró sobre sus talones y regresó hacia ellos.

-¿Cómo es que recuerdas todos esos nombres, Siena? Maldita sea -preguntó Liam.

Siena se encogió de hombros.

-No lo sé, sólo los recuerdo.

Liam sacudió la cabeza.

-Oliver, tú ve a preguntar si alguien ha visto algo dentro del hotel y los alrededores.

-De inmediato -dijo Oliver, haciendo un saludo militar llevando su mano derecha a la sien, con la palma hacia abajo, en un ángulo de cuarenta y cinco grados.

-Déjate de idioteces, Oliver.

***

A primera hora de la mañana, Siena entró por la puerta vidriada de la productora de Marco Rossi. Acomodó su arma reglamentaria y su abrigo sobre ella, y bebió un sorbo de café, y miró el mostrador donde se encontraba la recepcionista del lugar. Se dirigió allí caminando con paso firme, cuando un hombre, compenetrado en sus cosas, se cruzó en su camino y chocó contra ella. El café se Siena cayó al piso, manchando sus zapatos y el libreto que tenía en las manos el hombre.

-Discúlpame -dijo el hombre-. No te había visto. Es que voy apurado.

-Tu eres el hijo de Marco -dijo Siena, reconociéndolo de inmediato.

-Si, lo soy -dijo él, no muy contento por haber sido reconocido-. Emil Rossi -agregó extendiendo su mano para estrechar la de Siena.

-No pareces muy complacido -dijo Siena, estrechando su mano de vuelta.

-Pues, no lo estoy -contestó, levantando el café y el libreto.

-¿Podrás leer eso con las manchas de café?

-No te preocupes, conseguiré otro -dijo él, acercándose a un cesto y arrojando dentro el vaso de café y el libreto.

-Oye, estoy aquí para hablar con tu padre. ¿Podrías indicarme hacia dónde tengo que ir? -preguntó Siena, aprovechando la situación, para no tener que anunciarse en el mostrador.

-Cuarto piso -dijo Emil, señalando con el dedo los elevadores a la derecha de donde se encontraban-. Encontrarás fácilmente su oficina.

-Gracias.

Siena se dirigió hacia los elevadores y subió. Observó el pasillo del cuarto piso, y reconoció la oficina de Marco, que tenía un cartel con su nombre en la puerta. Golpeó y esperó.

Marco abrió la puerta y la observó.

-Hola, ¿quién eres tú? No tengo ninguna cita agendada para esta hora -dijo Marco.

-Siena Conti, policía -dijo, mostrando su placa.

Marco se asombró ante las palabras de Siena.

-¿Policía?

-Detective de homicidios, para ser exactos. Vengo a hacerle algunas preguntas con respecto a Ana Müller. Fue encontrada muerta anoche en la habitación de su hotel.

-Mira, niña, no tengo nada que decir al respecto. No he visto a Ana en los últimos días y no sé qué le ha pasado.

-¿No hay nada que pueda comentarme sobre ella?

-Nada que decir al respecto. En todo caso debería conseguirme un abogado, ¿no es así?

En ese momento se acercó a ellos otro hombre que salió de una de las oficinas de ese mismo pasillo.

-Hola, mi nombre es Oscar -se presentó, estrechando su mano.

-Hola, Siena Conti.

-Marco -dijo Oscar-, creo que deberías colaborar con la señorita. Ella está haciendo una investigación policial. No la has invitado a entrar en tu oficina. Por favor, pasa -dijo, dirigiéndose a Siena.

Los tres ingresaron en la oficina de Marco y Oscar le indicó que se sentara.

-No quieres ser sospechoso de un asesinato, ¿no, Marco? -dijo Oscar, por lo bajo, cuando pasó cerca de Marco, para sentarse en el sofá de dos cuerpos que había en la oficina.

-Ana fue encontrada anoche en su habitación, luego de haber sido vista con dos jóvenes en un restaurante. Aunque ingresó sola al hotel. ¿Han sabido algo de ella últimamente?

-Si, claro -dijo Oscar-. Yo he estado con ella en los últimos días. Ayer, o el día anterior, si no recuerdo mal. Debes disculparme, pero aquí a veces los días se suceden continuados sin ver la luz del sol. Ana nos visitó porque estamos por comenzar a rodar una nueva película.

-¿Mencionó algo? ¿Estaba preocupada por alguna cosa?

-No. De hecho, estaba muy alegre por su participación en la película -dijo Oscar.

-¿Ella iba a protagonizar la película?

-Ah, iba a ser un papel secundario -interfirió Marco-. Nada tan importante. A Ana le gusta exagerar.

-¿Es verdad que entre ustedes había habido algo? -preguntó Siena, mirando a los ojos a Marco.

Marco la miró, disgustado.

-Contesta Marco, está investigando, necesita saber -sugirió Oscar.

-¿Es eso realmente necesario para tu investigación? -preguntó Marco bruscamente.

-Sino, no lo preguntaría -contestó Siena sin inmutarse ante la mirada inquisidora de Marco.

-Ha habido algo hace mucho tiempo. No ahora. ¿Hemos terminado? Tengo cosas que hacer.

-Si, hemos terminado por ahora. Muchas gracias por su tiempo -volteó para mirar a Oscar-. Si recuerda algo, llámeme -agregó, entregándole su tarjeta.

            
            

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