Capítulo 3 Llamada Misteriosa

Una palabra sombría y oscura que nadie se atrevía a pronuncia en voz alta, hacerlo era como perder cualquier esperanza, no hacía falta ser un genio para conocer las implicaciones de que aquel susurro condenado fuera una declaración certera de tragedia, decir que alguien estaba desaparecido era una de las peores cosas en las que se podía incurrir, dejo caer los bombones y las flores mientras controlaba su corazón.

-Tranquilo Jackson, seguro esta con una amiga o tal vez fue ocuparse de alguna diligencia -Habló la dama tratando de esquivar la realidad.

-¿De noche? ¿Sin avisarle a nadie? ¿Con su auto? Lo lamento, pero es una teoría tan rara que me es imposible creerla -Comentó tratando de recoger las cosas.

-Déjame ayudarte, vamos a llevarlas para adentro -Ofreció la señora con amabilidad, cuyos ojos ya empezaban a lucir llorosos.

Entraron a la morada, quedando con un silenció incomodo cuando terminaron de dejar cada cosa en su, la señora tenia café montado y el varón escucho como gruñía su estómago, pero no tenía hambre, una profunda ansiedad lo rodeaba por completo, privándole de cualquier otro sentimiento, por muy urgente o necesario que fuera, le dio la caliente bebida y este la tomo con serenidad.

-Ni siquiera creo que me esté siendo infiel -Comunicó este con dolor en su semblante -Estoy seguro que si lo hiciera me enteraría, me llamaría, algo, pero joder, esto, es que tuvo que ocurrir un problema -Afirmó empezando a desesperarse.

-Viajar ¿Qué tal si está viajando para algún lado? Se llevó su automóvil, seguro que pensaba dirigirse para un sitio -Expresó la mujer con optimismo.

-Sí, venia para acá, el hecho de que no esté con usted en este momento solo significa una cosa para mí, alguien le hizo algo, la detuvieron, de alguna forma está en problemas, lo presiento y lo peor es que su teléfono está apagado, no podrán localizarla con eso -Mencionó como un manojo de nervios, siendo consolado por la señora.

-Descuida cariño, ella aparecerá pronto y ustedes podrán resolver este malentendido, solo cálmate, a lo mejor me está preparando una sorpresa o a sus hermanos, seguro que vendrá en la tarde, cuando estos lleguen de sus labores -Garantizó dándole unas palmadas en la espalda.

-Supongo que no tengo otra opción, igual debo esperarla -Se encogió este de hombros como si estuviera totalmente derrotado, el tiempo era demasiado escaso como para considerarlo una desaparición y la señora no estaba del todo equivocada, además si ella escapo para estar con otro hombre, seguro notificaría a su madre, al final, si la relación entre ellos se había acabado, Johana sería incapaz de dejar a su familia a la deriva.

Era una mujer excelente, siempre entrego muchísimo cariño a todo el mundo, de hecho, era imposible que le fuera infiel, si ya no lo quería y amaba a otro se lo diría, pues jamás actuaria con cobardía, aceptaría sus gritos y suplicas, incluso si se tratara únicamente de respeto por la relación maravillosa que alguna vez tuvieron, suspiro aire y se concentró en otras cosas, tratando de olvidarse de los problemas.

Vio televisión, videos, escucho música, salió al patio e incluso hizo labores hogareñas, como limpiar el techo de las hojas o podar el jardín, cualquier cosa que lo aislara de su profunda ansiedad, cuando ingreso en la casa ya era tarde, por lo que acepto comer, aunque faltara el apetito, a mitad de su platillo escucho un golpe en la puerta, por lo que se puso de pie y salió corriendo, al abrirla la persona que estaba afuera le decepciono, de hecho, eran dos, los hermanos de su amada.

-¡Jackson! -Exclamó el menor abrazándolo con cariño, desde que perdió a su padre, este joven lo veía como una figura muy importante.

-Hola tonto -Saludó la mayor con un rostro de burla, alejándose de él, en el fondo no entendía su actitud, pero ahora que conocía las tristezas de su amada, pues yo no era algo que le resultara sorpresivo. Seguro que sería su confidente y ya tendría conocimiento de lo fría que la relación se volvió entre ambos.

-¡Hola campeón! ¿Cómo te va en la escuela? -Dudó ignorando a la mujer y centrándose en el muchacho.

-Muy bien, he mejorado mi promedio -Habló este con orgullo -Tengo que mostrárselo a Johana ¿Dónde está? -Cuestionó el joven viendo para todas partes.

-Si ¿Dónde está mi hermana? Tengo que molestarla, hace mucho que no lo hago -Suspiró esta con serenidad.

-Bueno... -Antes de que pudiera decir nada, una voz le salvo.

-¡Arthur! ¡María! ¡Vengan a comer! ¡El almuerzo está listo! -Gritó la señora desde la cocina.

-¡Si comida! -Exclamó el chico.

-Muero de hambre -Denotó la señorita, arreglándose el cabello y dirigiéndose al sitió, aunque deteniéndose un segundo, aprovechando que estaban solos para dirigirles unas palabras al hombre -Oye... No creas que no sé lo que ocurre entre ustedes -Apuntó con su dedo de forma inquisitiva.

-¿De qué hablas? -Quiso hacerse el desentendido para no entrar en discusiones que sabía estaban fuera de lugar.

-Se de lo que hablo idiota, crees que el dinero lo es todo en la vida y no es así, solo porque nos des no significa que puedas tratar a mi hermana como un objeto del cual ya te cansaste, si no quieres seguir teniendo algo con ella déjala en paz, pero no te atrevas a desplazarla, por favor, ella es una muy buena mujer y la relación que tienen siempre me pareció inspiradora, dense una segunda oportunidad o terminen con esto, no se hagan daño -Pidió esta con gran educación, sin duda una chica muy bien criada.

-Lo hare, lo prometo -Inclinó la cabeza con respeto, notando que esta le daba un abrazo.

-Eso espero Jackson -Sonrió dándole un último voto de confianza al varón.

Las alegrías se acabaron cuando al terminar de comer y preguntar por Johana los dos adultos tuvieron que revelar lo que pasaba, la ausencia de esta causo que el menor se sintiera muy nervioso y la hermana un tanto iracunda, sabía que de alguna manera su cuñado estaba relacionado, sea cual sea el destino de su hermana tendría que contactarla.

Pero fue inútil, ni llamadas, ni mensajes, ningún tipo de comunicación, solo silencio, que la chica se fuera sin dejar siquiera una nota era imposible y que hiciera un viaje tan largo sin dejar el carro apoyaba a la teoría de que alguien debió de importunarla, cuando la noche llego, los nervios eran tan altos que nadie podría dormir, hasta que el teléfono de la sala comenzó a sonar. María se apuró y lo tomo, colocándolo en alta voz.

// -¿Johana? -Dudó con desespero en la línea.

-Solo quiero darle las gracias, nos costó muchísimo encontrar alguien que fuera lo suficientemente digno, en nombre de mi gente, les agradezco por haber engendrado y cuidado tan perfecta mujer, lamento en demasía y entiendo vuestro dolor, pero gracias a su entrega, cuando la noche estelar llegue, serán salvados y recompensados -Musitó una voz con sutileza.

-¿¡Quién demonios eres!? ¿¡Dónde está mi esposa!? -Gritó el CEO perdiendo el control, pero ya era tarde, la llamada se había colgado. //

-Vamos a la policía, encontremos a mi hija -Afirmó la madre sorbiendo fuertemente por su nariz. Su amada bebé, estaba perdida.

            
            

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