Como En Los Tiempos De Antes
img img Como En Los Tiempos De Antes img Capítulo 9 Renuncia Segunda parte
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Capítulo 31 No me siento bien img
Capítulo 32 La actividad de padres e hijos img
Capítulo 33 Parecen padre e hijo (Primera parte) img
Capítulo 34 Parecen padre e hijo (Segunda parte) img
Capítulo 35 Interacción entre padre e hijo img
Capítulo 36 Una secretaria irresponsable img
Capítulo 37 Hace seis años (Primera parte) img
Capítulo 38 Hace seis años (Segunda parte) img
Capítulo 39 No me dejes (Primera parte) img
Capítulo 40 No me dejes (Segunda parte) img
Capítulo 41 No me dejes (Tercera parte) img
Capítulo 42 No seré su novia img
Capítulo 43 Prueba de paternidad (Primera parte) img
Capítulo 44 Prueba de paternidad (Segunda parte) img
Capítulo 45 No soy su "nena" img
Capítulo 46 Te envidio img
Capítulo 47 Déjame recordarte img
Capítulo 48 Pueden continuar img
Capítulo 49 Chismes de oficina img
Capítulo 50 No sé si me echarás la culpa img
Capítulo 51 Con el corazón partido img
Capítulo 52 Su condición está empeorando img
Capítulo 53 Todo estará bien img
Capítulo 54 Llámame papá img
Capítulo 55 ¿Soy compatible img
Capítulo 56 Chismes sobre Jessica img
Capítulo 57 Un trato con su hijo img
Capítulo 58 Un día juntos img
Capítulo 59 ¡Ella desapareció! img
Capítulo 60 Se necesita una operación inmediata img
Capítulo 61 Una segunda cirugía img
Capítulo 62 Relación poco clara img
Capítulo 63 Cuida de mi hijo img
Capítulo 64 Bonito img
Capítulo 65 No te dejes llevar por el placer img
Capítulo 66 ¿Quién sabe qué pasará en el futuro img
Capítulo 67 Ustedes realmente se aman img
Capítulo 68 ¿Me extrañaste img
Capítulo 69 Soy la secretaria de Michael img
Capítulo 70 No me amas img
Capítulo 71 Tan decepcionada img
Capítulo 72 Encuentro inesperado img
Capítulo 73 No es asunto mío img
Capítulo 74 Encuentro casual en la tienda de pianos img
Capítulo 75 Eres su padre img
Capítulo 76 La famosa diseñadora Anna img
Capítulo 77 Despertando el espíritu de lucha img
Capítulo 78 ¿Todavía recuerdas que tienes un hijo img
Capítulo 79 El abuelo de Mike img
Capítulo 80 En problemas img
Capítulo 81 La familia img
Capítulo 82 ¿De verdad no entiendes img
Capítulo 83 ¿Qué tal la noche img
Capítulo 84 Enemigo número uno img
Capítulo 85 Competencia entre adultos img
Capítulo 86 Creo en ti img
Capítulo 87 El pasado (Primera parte) img
Capítulo 88 El pasado (Segunda parte) img
Capítulo 89 El pasado (Tercera parte) img
Capítulo 90 Estaré a tu lado img
Capítulo 91 Ella tiene un hijo img
Capítulo 92 ¿Esto es un juego para ti img
Capítulo 93 Eres mucho mejor que ellos img
Capítulo 94 Una actuación inesperada img
Capítulo 95 Se anuncia al ganador img
Capítulo 96 La pregunta enloquecedora img
Capítulo 97 Incapaz de amar img
Capítulo 98 Caen las acciones img
Capítulo 99 Será mejor que se comporte img
Capítulo 100 Hacer algo por Claire img
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Capítulo 9 Renuncia Segunda parte

A Michael no le quedó más remedio que dejar el arreglo de la corbata en manos de Marina y mientras ella lo ayudaba con mucha agilidad, él solo la miraba en silencio. Luego de terminar, ella dio un paso atrás y, sonrojándose, le dijo: "Señor Michael, me da curiosidad, pero... ¿alguna vez la señorita Shen lo ayudó a arreglarse la corbata?".

Ahora, Michael miraba a la mujer que tenía al frente con otros ojos. Él jamás había conseguido ponerse una corbata correctamente. Siempre que asistía a reuniones importantes, perdía mucho tiempo tratando de lograr que la corbata se viera lo más decente posible y al final, siempre se daba por vencido.

"Después de mi madre, eres la única mujer que me ha ayudado a ponerme una corbata con éxito. Así que a partir de ahora puedes ocuparte de eso también", le respondió sin vacilar.

Marina se sorprendió al escucharlo. ¿Qué estaba sucediendo ahora? ¡Ella estaba allí para renunciar, no para arreglarle la corbata! Además, aun cuando siguiera en el puesto de secretaria, ella no estaba allí para ayudarlo a vestirse todos los días. Eso que había pasado hace un momento era algo muy íntimo.

"Señor Michael, no olvide que vine aquí para recuperar mi bolso y renunciar. Ahora para su tranquilidad, no tendrá que regañarme ni lidiar con mi estupidez todos los días. Es evidente que no soy de su agrado; así que, si está de acuerdo, es mejor que me vaya pronto", dijo ella amablemente.

"A ver Marina, solo quieres renunciar por unas simples palabras inofensivas que te dije ayer. ¿No crees que te das por vencida muy rápido?", dijo Michael observándola con curiosidad.

Marina era una mujer muy terca. Una vez que estaba decidida, no había vuelta atrás. La única razón por la que ella seguía allí hablando con él era porque su bolso seguía estando encerrado dentro de la oficina y, obviamente, sin la llave no había manera de recuperarlo.

"Nunca dije que aguantaría algo como lo sucedido. Además, una vez que renuncie a esta empresa, de seguro podré encontrar otro trabajo", dijo desafiante.

"Tengo una duda", le dijo Michael con malicia: "¿Cuál es tu salario mensual en esta empresa?".

"Doce mil dólares", le respondió ella de inmediato.

"¿Y sabes lo que te espera si rompes un contrato de trabajo como este?".

Marina asintió y le dijo: "Por supuesto que sé; tendré que pagar nueve meses de salario como penalización por rescindir del contrato".

"Excelente, conoces las cláusulas muy bien. Y... aun así, ¿estás segura de que quieres renunciar?", preguntó Michael fríamente.

El salario de Marina por nueve meses superaba los 108.000 dólares. ¡Con todo ese dinero, podría incluso pagar las costosas lecciones de piano de Mike durante años! Y aunque tenía algo de dinero ahorrado, estaba negada a perder 108.000 dólares solo por renunciar a ese trabajo. Después de pensarlo con cabeza fría, decidió que debía quedarse.

Mientras Michael, al ver que ella no estaba muy segura, pensó: 'Por lo visto, son más de 100.000 dólares lo que le tocaría pagar; y viéndola bien, no parece una persona que le sobre el dinero. Estoy completamente seguro de que terminará quedándose, no es casualidad que el dinero siga dominando el mundo'.

"¿Está seguro de que podrá lograr que reconsidere mi renuncia?", le preguntó ella. Marina, aun cuando ya había tomado su decisión, no quería dar su brazo a torcer ante él con tanta facilidad.

Michael respondió muy seguro: "La verdad creo que definitivamente lo pensarás dos veces, después de todo, es mucho dinero en juego".

"Aunque no lo crea, puedo darme el lujo de perder esa cantidad de dinero", replicó Marina con orgullo. "Pero lo que no quiero es derrocharlo en algo tan innecesario. En fin, puedo seguir trabajando para usted, pero obviamente con algunas condiciones. Si se compromete a respetar mis peticiones, no renunciaré".

Michael puso cara de fastidio y le dijo: "¿Crees que tienes derecho a ponerme condiciones a mí?".

"Es posible que no, pero entonces... ¿Por qué tiene tanto interés en que me quede aquí?". Esta era la pregunta que realmente rondaba en la mente de Marina. A juzgar por la actitud de Michael ayer, él debería estar feliz de que ella dejara el puesto de secretaria lo más pronto.

"Porque...". Después de una pausa, Michael continuó: "Has despertado mi interés y quiero ver todo de lo que eres capaz. Como ya sabrás, M Group se diferencia por contratar personas altamente competentes. Ayer, pude darme cuenta de que, antes de marcharte furiosa, ya tenías las copias de los documentos preparadas a tiempo y ese es el tipo de ética laboral que valoro en una persona".

Marina asintió con aprobación y le dijo: "Eso está muy bien, pero si no está de acuerdo con mis términos, renunciaré lo antes posible".

"¿Tan deseosa estás por dejar esta empresa?". Michael la miró con intriga.

"¿Y existe alguna razón por la que debería quedarme? De hecho, para convencerme debería empezar por disculparse por todo lo que me dijo ayer, y además tener presente que no puede llamarme idiota nunca más".

Michael asintió de inmediato y dijo: "Está bien, lamento haberte llamado idiota. ¿Puedes empezar a trabajar ahora, Marina?".

"¿Cómo podría entrar a la oficina sin la llave?", respondió ella con ironía. Por lo visto, sus habilidades lograron el objetivo, ella ya había logrado tomar la delantera.

"Enseguida le pediré a alguien que abra la puerta. Yo no creo que tenga mucho trabajo por hacer hoy, así que te invitaré a cenar esta noche en modo de disculpa. Creo que deberías permitirme tener ese detalle contigo, Marina".

"Señor Michael, será mejor que sea otro día. Ya tengo un compromiso esta misma noche".

Marina tenía pensado dedicarle más tiempo a Mike, así que había planeado ver una película esa noche con su hijo. Daba la impresión de que estos últimos días, no podía cumplir ninguna de las promesas que le había hecho al pequeño. Definitivamente, si no cumplía hoy, de seguro el niño se enojaría mucho con ella.

Para su agradable sorpresa, Michael aceptó la excusa tranquilamente. "No hay problema, otro día será. Por lo pronto, necesito que hagas unas nuevas copias para la reunión de hoy. Y recuerda siempre que no me gusta comer sushi ni tomar café negro al mediodía. Por lo demás, ya la puerta está abierta, puedes continuar con tu trabajo a partir de ahora".

Marina asintió y se fue a su oficina. Ella seguía sin saber si Michael era el padre de Mike, no podía obviar que ambos se parecían mucho e incluso tenían un carácter similar. A pesar de que Marina se había esforzado mucho, aún se sentía incómoda cada vez que pensaba en que en su primer día de trabajo la habían llamado idiota. Sin embargo, estaba tranquila de no haber renunciado. No podía pasar por alto la apuesta que había hecho con su hijo y estaba decidida a demostrarle que podía mantener un trabajo durante más de tres meses.

Mientras estaba haciendo las copias de los documentos, Marina miró su teléfono y vio varias llamadas perdidas. Una era de la madrina de Mike, Dahlia Pei y aparte de esa, hubo varias llamadas de Albert. Se prometió que cuando tuviese tiempo le devolvería las llamadas.

Marina pudo preparar los documentos y otros materiales que Michael necesitaba con anticipación. Cuando terminó, comprobó la hora y descubrió que ya era mediodía. Ella había estado tan ocupada toda la mañana que se olvidó de comer y ahora estaba muerta de hambre. '¿Mike ya habrá comido? ¿Por qué no me ha llamado hoy?', se preguntaba con preocupación.

Justo en ese momento, sonó su teléfono y al ver que era Mike, respondió rápidamente. Antes de que ella pudiera preguntarle si ya había comido, lo escuchó decir: "Mami, ¿cómo te fue con tu renuncia?".

Naturalmente, le afectó escuchar eso. "Bueno, a decir verdad, ya no seré una vagabunda; aún tengo el empleo y continúo trabajando aquí, así que nuestra apuesta sigue en pie", le dijo conmovida.

Mientras hablaba con Mike, sonó el teléfono de la otra oficina y la voz fría de Michael retumbó: "Marina, ven a mi oficina ahora".

Marina tenía que cortar rápidamente así que le dijo a su hijo: "Cariño, hablaré contigo una vez que llegue a casa. Estoy muy ocupada ahora".

Al escuchar de boca de Marina la palabra "cariño", Michael frunció el ceño. '¿Está hablando con su novio ahora mismo en horario laboral?'.

Mientras se preguntaba eso, casualmente escuchó a Marina decir: "Sí, señor".

Apareciendo de inmediato en su oficina con los documentos. "Señor Michael, ya hice todo lo que me pidió. ¿Hay algo más que pueda hacer por usted?".

"No, creo que estás lista por hoy. Solo una cosa más: será mejor que no recibas ninguna llamada personal durante tu jornada laboral".

Los hombros de Marina se hundieron levemente, y aunque le parecía algo sin sentido, solo le dijo: "Bien".

Saliéndose una vez más con la suya, Michael se puso de pie, se desperezó y le dijo: "Es muy raro para mí tener tanto tiempo libre; así que bajemos a almorzar".

"Está bien", dijo Marina mientras dejaba los documentos sobre el escritorio y luego acompañó a Michael bajar al restaurante.

Era una situación incómoda compartir el mismo ascensor con el director ejecutivo de M Group. La tensión entre ellos la hizo sentir sofocada.

Ella había ido esa mañana con la decisión de renunciar definitivamente y ahora había caído en la trampa de Michael. Si había algo que odiaba en el mundo era que la llamaran idiota. Pero después de pensarlo con serenidad, supo que quedarse en esa empresa no era algo tan grave. Al menos, tenía bastante trabajo por hacer.

            
            

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