Capítulo 4 Una competición

Al percibir el sarcasmo de Alex, Wendy, en un principio, quiso explicarse, pero decidió no hacerlo y exponer brevemente: "Es asunto mío".

Después de todo, él era solo un desconocido. ¿Por qué le importaría su opinión?

Tras salir del hotel, sacó el celular para llamar a su mejor amiga. Habían pasado años desde la última vez que se habían visto y era hora de quedar con ella. Ya era tarde cuando regresó a la residencia de la familia Tang.

Era bueno que todos estuvieran dormidos, así nadie la molestaría.

Al entrar a su dormitorio, se dio una ducha y luego se fue directamente a la cama, pero no podía conciliar el sueño. La imagen del hombre y del beso que habían compartido no salía de su mente...

Dándose cuenta de que hacía horas se había dado su primer beso, presionó sus labios sintiéndose molesta.

Ya era medianoche cuando se quedó dormida, aunque se despertó temprano al día siguiente como de costumbre. Como consecuencia, no descansó lo suficiente y estaba cansada.

Después de lavarse, la chica bajó y se encontró a Barry, a quien saludó educadamente: "Buenos días, tío Barry".

"Buenos días", respondió él mientras la saludaba con la mano. "Wendy, ven a desayunar conmigo".

"¡Voy!", exclamó ella sentándose a la mesa.

La chica no había visto a Ace por ningún lado. Parecía como si no hubiera vuelto a casa la noche anterior.

De hecho, Joy tampoco estaba por allí.

El desayuno de la familia Tang siempre era delicioso y variado. Tras beber un poco de leche, el hombre le dijo a la chica: "Bueno, me gustaría que conocieras a alguien. Pensé que no volvería hasta dentro de unos días. El caso es que anoche me dijo que tenía que encargarse de algo y no regresó".

Wendy se quedó atónita.

Con una sonrisa emocionada, Barry agregó: "Por suerte, me llamó hace un momento para decirme que no va a tardar en llegar".

Afuera se abrió la puerta dorada y entraron dos autos en fila, uno negro y otro blanco. Parecían estar compitiendo.

Alex se bajó de uno de ellos. El traje oscuro de buena calidad resaltaba su figura alta y musculosa. Su camisa, también oscura, estaba desabotonada en la parte superior y su cuerpo se veía fuerte e imponente. Tenía una apariencia madura, los rasgos bien definidos y sus delgados labios fuertemente fruncidos. Transmitía una autoridad y bravuconearía que nadie se atrevía a desafiar.

Mientras tanto, a través de la ventanilla del coche, Joy dijo: "Ace, hace años que Alex no viene a la Ciudad A. Esta vez regresó para desafiarte por el derecho a convertirse en el heredero de la familia Tang. No es alguien a quien puedas derrotar fácilmente". Aunque su voz era suave, su voz emitía resentimiento.

A juzgar por sus puños cerrados, Ace estaba visiblemente insatisfecho. ¡Hasta hace poco no sabía que tenía un hermano mayor!

'¡Pf! ¿Qué ironía es esta?'.

Él entrecerró los ojos y respondió: "Mamá, no te preocupes. ¡Nadie puede quitarme lo que me pertenece!".

"Cuidado con cómo manejas esto", le recordó la mujer a su hijo. "Si puede establecer su negocio en el extranjero, debe ser una persona competente".

"¡A pesar de ser alguien a quien le gusta divertirse, no quiere decir que sea estúpido!", soltó él con desdén. "Lo de anoche fue a propósito. En el momento en que subestime a su competidor, está obligado a bajar la guardia y condenado a perder".

Ace cerró de golpe la puerta del vehículo y avanzó a grandes zancadas, deteniéndose frente a Alex.

"¡Detente, Alex Mu!".

"Fuera de mi camino", contestó este con voz fría. Esas simples palabras tenían mucho poder.

Pero, obviamente, no fueron suficiente para que Ace se apartara. Cuando estaba a punto de responder, se escuchó una voz detrás de él que lo hizo voltearse. Era su padre, Barry, seguido de Wendy y el mayordomo.

"Ace, él es tu hermano mayor. ¿Cómo te atreves a hablarle de esa forma? Es muy descortés de tu parte".

Tan pronto como Barry terminó de hablar, la chica llegó a la puerta.

Al ver quién era, se quedó petrificada.

"Te he ayudado, ¿cómo me vas a recompensar?".

"¿No querrás convertirte en mi mujer?".

"Ya que me los regalaste, ¿no te gustaría usarlos conmigo?".

"¿Por qué tienes miedo? Eres como un conejito que lucha por escapar...".

Ellos se conocieron de una manera muy coqueta. Su respiración salvaje y masculina se sentía familiar, pero extraña y peligrosa al mismo tiempo. Ella estaba en shock. Entonces, recordó el intenso y prolongado beso... Cada rincón de su memoria golpeó su psique. Se sentía tan avergonzada que casi no podía respirar.

Wendy se tapó la boca con la mano inconscientemente. Él era miembro legítimo de la familia Tang y el hermano mayor de Ace.

Joy, por su parte, presenció su exagerada reacción y entrecerró los ojos, confundida.

"¿Mi hermano mayor?". Estaba claro que Ace no iba a aceptar a un "hermano mayor" que acababa de salir de la nada. Sin el debido respeto hacia su padre, manifestó con desdén: "Papá, yo solo tengo dos hermanas. No tengo ningún hermano mayor de mierda. Así ha sido mi vida y así será siempre".

Ese comentario enojó un poco a su padre. "Ace, deja de decir tonterías. Es tu hermano mayor y pertenece a nuestra familia. Deberían llevarse bien. De lo contrario, la gente se burlará de ustedes".

"¿Crees que estoy bromeando?", continuó diciendo el hijo alzando la voz. "Lo repito, no tengo ningún hermano mayor. Él es un niño bastardo y no merece ser mi hermano. ¡Sencillamente, no se lo merece!", agregó.

"Ace, creo que 'bastardo' encaja más contigo", intervino Alex. Su actitud tranquila contrastaba con la impulsividad e irritabilidad de Ace. Sus ojos negros eran grandes, estrechos, profundos y fríos.

La expresión del último cambió de repente, al mismo tiempo que señalaba a su hermano y le preguntaba: "¿Qué has dicho?".

"¿Quién es mayor? ¿Tú o yo? Hasta una persona promedio podría deducir nuestra edad. ¿Tan estúpido eres que no lo pillas? Es fácil adivinar quién nació de una relación extramatrimonial. ¿Te cuesta entender algo tan sencillo?".

"Tú...". Ace se quedó sin habla. Después le lanzó una mirada resentida a Joy, que estaba a su lado, y se volvió hacia Alex de nuevo. "Da igual qué tipo de persona te crees que eres, no eres bienvenido en la familia Tang, de modo que será mejor que te vayas de aquí...".

"¡Cállate!".

Antes de terminar sus palabras, Barry le mandó callar. Luego lo miró fijamente y añadió: "Teniendo en cuenta que sabes el nombre de tu hermano mayor, intuyo que tu madre te ha hablado de él. Alex es mi hijo y forma parte de la familia Tang. Ya sea que te guste o no, es de tu misma sangre. Ese hecho es irrefutable".

Tras pronunciar esas palabras, le lanzó una mirada penetrante a Joy y una advertencia: "Alex no creció conmigo y, por eso, no sabe lo que es el amor de un padre. Tú conoces el motivo. Él ha decidido regresar y ayudarme a administrar el Tang Group. A partir de mañana será el nuevo presidente. En esta ocasión, nadie podrá impedir que le transmita mi puesto. ¡Ni siquiera tú!".

La expresión de la mujer cambió drásticamente.

Esa revelación enfureció a Ace. "Papá, ¿de qué estás hablando? ¿De verdad vas a dejar que él se haga cargo del Tang Group? ¿Por qué tiene que ser él?".

"Porque es tu hermano mayor y mi hijo".

"¿Pero qué hay de mí? ¿Acaso no soy tu hijo también?".

Barry suspiró, le dio unas palmaditas en el hombro y luego miró a Alex. "Alex, haré todo lo posible para compensar lo que te debía".

Este, por su parte, permaneció en silencio.

Era obvio que Ace quería pronunciarse al respecto, pero su madre lo detuvo. Ella lo consoló con una mirada con el fin de tranquilizarlo, haciéndole entender que ya lo habían visto venir y que lo resolverían más adelante. Apretando los puños una vez más, él acabó conteniendo su rabia.

Su padre, por otro lado, condujo a su hijo mayor a la villa; cada vez se acercaban más a Wendy.

Es más, a medida que lo hacían, el corazón de la chica latía más fuerte.

Y sin razón aparente, comenzó a entrar en pánico.