Te Tengo Conmigo Cada Amanecer
img img Te Tengo Conmigo Cada Amanecer img Capítulo 9 No le dejaba otra opción
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Capítulo 16 No necesito explicarle nada a nadie img
Capítulo 17 Un hombre capaz de acaparar toda la atención img
Capítulo 18 ¿Te lastimaste img
Capítulo 19 El derecho a una entrevista exclusiva img
Capítulo 20 Es completamente cierto img
Capítulo 21 Todo el mundo es agresivo img
Capítulo 22 Ser narcisista es una enfermedad img
Capítulo 23 Sin palabras por un instante img
Capítulo 24 El fuego que ardía en sus ojos img
Capítulo 25 El corazón de Wendy dio un vuelco img
Capítulo 26 Su apellido es Gu img
Capítulo 27 Adivina lo que quiero hacer ahora img
Capítulo 28 Sentimientos complicados img
Capítulo 29 Ella lo hizo a propósito img
Capítulo 30 Su corazón estaba a punto de salirse del pecho img
Capítulo 31 Advertencia img
Capítulo 32 No era tan simple img
Capítulo 33 No te pases de la raya img
Capítulo 34 Preocupada por él img
Capítulo 35 Una herida de bala img
Capítulo 36 ¿Son bonitos los botones de esta camisa img
Capítulo 37 Perdón por asustarte img
Capítulo 38 Enamorada img
Capítulo 39 Piénsalo img
Capítulo 40 Enemigos declarados img
Capítulo 41 Infección img
Capítulo 42 Coopera conmigo esta noche img
Capítulo 43 La fiesta img
Capítulo 44 Espera y verás img
Capítulo 45 ¿Me extrañaste img
Capítulo 46 Las cosas han cambiado img
Capítulo 47 ¿Finalmente había llegado el momento img
Capítulo 48 Vayamos a las termas img
Capítulo 49 ¿Sabe dónde está ella img
Capítulo 50 Algo sospechoso img
Capítulo 51 Ejecuta el plan img
Capítulo 52 Una bofetada img
Capítulo 53 Los caníbales img
Capítulo 54 No tengas miedo img
Capítulo 55 Peligro al acecho img
Capítulo 56 Condiciones img
Capítulo 57 La sopa img
Capítulo 58 Tiroteo img
Capítulo 59 El nuevo presidente img
Capítulo 60 Una tribu diferente img
Capítulo 61 Escape de la jungla img
Capítulo 62 De un problema al otro img
Capítulo 63 Extrañamente familiar img
Capítulo 64 El hombre misterioso img
Capítulo 65 Desayuno casero img
Capítulo 66 El hombre perfecto img
Capítulo 67 Desplazado img
Capítulo 68 Provocación deliberada img
Capítulo 69 El culpable img
Capítulo 70 Entrevistadora inesperada img
Capítulo 71 ¿Puedo quedarme img
Capítulo 72 La verdad img
Capítulo 73 Degradado img
Capítulo 74 Cayendo desde la cima img
Capítulo 75 Su objetivo era Wendy img
Capítulo 76 Una nueva exclusiva img
Capítulo 77 Día de San Valentín img
Capítulo 78 Buen gusto img
Capítulo 79 Una decisión difícil img
Capítulo 80 Perder para ganar img
Capítulo 81 Nadie mejor para compartir un secreto img
Capítulo 82 Entrevista con Ace img
Capítulo 83 Disponible para la venta img
Capítulo 84 ¿Satisfecho con la entrevista img
Capítulo 85 El bambú roto img
Capítulo 86 Castigo img
Capítulo 87 La casa queda pequeña img
Capítulo 88 Quiero que lo investigues img
Capítulo 89 Señor Huo img
Capítulo 90 Derrotado img
Capítulo 91 Choque múltiple img
Capítulo 92 Dispuesto a dar la vida img
Capítulo 93 Dolorosos recuerdos img
Capítulo 94 No tienes padres img
Capítulo 95 Te amo img
Capítulo 96 Los sentimientos de Nyla img
Capítulo 97 Comunidad Alwen img
Capítulo 98 Empecinado img
Capítulo 99 Celebración img
Capítulo 100 Plan de secuestro img
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Capítulo 9 No le dejaba otra opción

Wendy bajó las escaleras hacia su dormitorio.

Antes de llegar, pasó por la habitación de Alex, quien casualmente, estaba apoyado en el marco de su puerta. Al verla, enarcó las cejas y le dijo: "Muy bien, justo a tiempo. Estaba esperándote".

Wendy, al escucharlo, trajo a su memoria aquel momento en que él la arrastró dentro de su habitación y la mordió bruscamente; mirándolo fijamente le dijo: "¿Esperándome para qué? ¿Quieres hablar conmigo?".

"Ven, pasa adelante", le dijo mientras se hacía a un lado, dándole paso e invitándola a entrar.

Sin titubeos, ella se negó de inmediato: "Señor Alex, ¿no tiene nada mejor que hacer con su tiempo?".

Él se mantuvo en silencio.

La joven continuó: "En este momento no tengo tiempo para hablar contigo ni mucho menos para entrar en tu habitación; se me está haciendo tarde. Además, ¿con qué intención quieres que entre allí? ¿Quieres ver la luna y contar las estrellas conmigo? ¿O solo quieres charlar y relajarte un poco? De igual forma, cualquiera cosa que te pase por la mente y que desees que hagamos juntos, lamentablemente no va a suceder".

"En realidad, está muy lejos de importarme si te gusta o no hablar conmigo; para mí es más significativo lo que se materialice ante mis ojos". Diciendo esto, Alex la agarró fuertemente; luego la abrazó y le susurró al oído con picardía: "Quiero que hagamos lo que hicimos la última vez. ¡Quiero estrecharte contra mi cuerpo, besarte y tal vez llegar a algo más!".

Acorralada por el calor de su aliento, Wendy miró a su alrededor. Estaban parados en pleno pasillo en una situación comprometedora; sus cuerpos se encontraban en una proximidad muy íntima. Si por casualidad, alguien los llegaba a encontrar en ese momento, sería imposible explicar tal situación.

"Alex, tú...", Wendy intentó hablar, pero él la interrumpió.

"Honestamente, a mí no me importa lo que los demás piensen de mí". "¿Y qué pasa si Ace nos ve?", dijo ella al fin. "No le temo a nadie", respondió con seguridad. Luego, le levantó la barbilla con delicadeza y siguió insistiendo: "Quiero que entres a mi habitación, porque tengo algo para ti".

En varias ocasiones, Alex había dejado muy claro que no le tenía miedo a nadie, todo lo contrario de Wendy, que siempre temía ser juzgada o incomprendida por los demás.

Entonces, en lugar de arrastrarla directamente a su cuarto, ¿decidió darle importancia a sus sentimientos y preguntarle amablemente primero?

¿Y qué debería hacer ella? ¿Estar agradecida por su consideración? ¡No le dejaba otra opción!

Después de todo, Wendy, aún con reticencia, entró en la habitación. Inmediatamente luego de entrar, Alex le entregó una delicada caja que la dejó incluso más confundida. "¿Qué es esto?", le preguntó.

"Ábrelo, es para ti", señaló él. Se lo puso en la mano y le dijo: "Es un regalo para celebrar que conseguiste un empleo".

El corazón de Wendy golpeaba con fuerza dentro de su pecho queriendo salir y unas sensaciones desconocidas invadieron todo su cuerpo.

Ella jamás se esperó que el primer regalo que recibiría después de comenzar a trabajar fuera precisamente de ese hombre.

En ese momento, siendo honesta, Alex parecía un hombre distinto; incluso hasta comprensivo.

Sin embargo, también sintió lo peligroso que él podría llegar ser. Estaba claro que, siempre que él quisiese ganarse a alguien, eso sería pan comido. ¡Seguro que debe ser así!

Sus gestos dominantes la estremecieron, y la forma en que se interesaba por ella hizo que se sintiera atraída por él.

"¿Estás emocionada?", le dijo Alex mientras se reía con discreción.

Ella se controló y rápidamente apartó de sus pensamientos sus deseos absurdos. Cuando abrió la caja y vio lo que había dentro, se sorprendió con extrañeza: "¿Es una pluma?", preguntó.

"¿Qué? ¿Te parece algo tan común y corriente que ni te emocionas?". Después de decir eso, fue hasta la despensa, tomó una botella de vino tinto y dos copas de cristal.

"No realmente", dijo Wendy negando con la cabeza sin dejar de mirarlo. "Muchas gracias", continuó.

Él le entregó una copa llena y le preguntó: "Por lo menos, ¿te gustaría compartir una copa de vino conmigo?".

Wendy pensó que, al tener ese detalle desde su noble corazón, podía aceptar, pero vaciló un poco antes de decidirse a tomar la copa. "Aunque no aceptaré el regalo, no puedo ser desagradecida", dijo.

Mientras Alex balanceaba la copa, el vino tinto se agitaba en el interior. "Pero si es solo una pluma... ¿Qué pasará si, en otra ocasión, te doy algo más? ¿Tal vez un anillo?", preguntó.

Lo dicho por él la dejó tan atónita, que de los nervios, la joven derramó el vino tinto manchando la camisa de Alex. Inmediatamente, y de forma natural, intentó limpiarle la camisa y sin darse cuenta le tocó el pecho con las yemas de los dedos. El estremecimiento que él experimentó con ese solo roce oscureció su semblante.

La tomó de la mano y

el toque de su piel dejó a Wendy turbada. Sus largas y rizadas pestañas parpadearon cuando él posó su mirada sobre ella. Lentamente, sintió cómo el rostro de Alex se acercaba al de ella y su cálido aliento resoplaba en sus mejillas.

Su corazón comenzó a latir cada vez más rápido y tenía

el deseo de huir. "Alex... detente. No deberíamos hacer esto", dijo ella temblando.

"Wendy, estás enamorada de mí ¿o no?". Con esa energía dominante, Alex la abrazó con más fuerza e impidió que escapara.

La situación en la que ella se encontraba era tan intensa que se sentía asfixiada.

Finalmente, un sonido repentino los interrumpió. Era el ruido de un teléfono sonando y

luego, este sonido fue seguido por un golpe rápido en una puerta, acompañado por la ira de Ace. "¿Wendy, estás ahí? ¡Responde!", gruñó iracundo el otro hombre.

Las habitaciones de ellos estaban conectadas todas por el mismo pasillo y justo la de Ace estaba al otro lado de la de Wendy. Cuando entró a la habitación de ella, sin permiso, no la vio; y cuando fue a la otra, tampoco estaba. Miró fijamente la puerta de la habitación de Alex cerrada y comenzó a sospechar.

El teléfono de Wendy seguía sonando dentro del cuarto, tal como Ace había imaginado, pero

debido a la insonorización de la habitación, no podía oírlo con total claridad.

"¡Wendy y Alex, salgan de ahí ya!".

Los gritos alertaron a Joy y a los sirvientes.

Wendy estaba petrificada. No importaba si él tenía otra mujer o no, siempre que no se cancelara el compromiso, ella no quería que le pasara nada escandaloso.

Obviamente, Alex notó el nerviosismo de Wendy. Después de echar un vistazo a la puerta, que estaba a punto de ser derribada por los golpes de Ace, agarró a la joven de la mano y corrieron hacia el balcón.

Ella estaba aterrada y le preguntó: "¿Qué haces?".

El viento silbaba en sus oídos cuando él, con toda tranquilidad, le dijo: "¿Confías en mí?".

En ese preciso momento, las palabras de Alex no tenían ningún tipo de sentido para ella.

Pero antes de que pudiera tan siquiera responder, él saltó al vacío desde el segundo piso, llevándola consigo.

Mientras descendían, Wendy, aterrada, le gritaba: "¡Alex estás loco! ¿Qué hiciste?".

"Considéralo como nuestra primera aventura", respondió él. Mientras ella estaba presa del pánico, él estaba tranquilo y sereno. "¿No es excitante?", le susurró al oído.

Tan pronto como dijo eso, llegaron ambos al piso.

Sorprendida de estar ilesos, Wendy notó, solo en ese preciso momento, que Alex tenía un paraguas en sus manos, pero no uno común; extrañamente era diferente a cualquier otro. "¿Qué se supone que es eso?", preguntó intrigada.

"Un paraguas bastante especial. Con él puedes saltar de un lugar alto y frena tu caída sin problemas. Además, puedes aterrizar con firmeza, por lo que no hay riesgo de salir herido". Con mucha habilidad, Alex guardó el paraguas y caminó con Wendy hasta el auto.

Todo lo sucedido y lo que él hizo fue tan increíblemente rápido que ella aún no podía seguir el ritmo. Verlo detenidamente la dejó aún más confundida. "¿Por qué tengo la leve impresión de que a menudo estás envuelto en situaciones en las que debes escapar?", le preguntó sin dudar.

Al escucharla, esa mirada sombría de Alex se posó nuevamente sobre ella.

Su expresión tan peligrosa y despiadada horrorizó a Wendy. De hecho, en Alex siempre había un cerco de misterio. Ese semblante desalmado que dejó entrever, desapareció en un instante y dejando a un lado sus emociones, le dijo: "Eso es parte del pasado. ¡Ahora ya nadie puede hacerme daño!".

"¿Te... ocurrió algo en el pasado?", preguntó Wendy con verdadero interés.

Los ojos de Alex se entrecerraron mientras la miraba. "¿Eres curiosa no?", le dijo.

Ella asintió.

Él le esquivó la mirada y respondió: "Te contaré esa historia en otro momento, cuando tengamos la oportunidad".

Por su parte, cuando Ace y Joy lograron entrar en la habitación de Alex, ya no estaban por ningún lado. Joy lo miró con fastidio y le dijo: "Ace, ¿otra vez te equivocaste? Aquí no está Wendy".

Él, furioso, buscó por todos los rincones y no halló ningún rastro de ellos. Se sentía frustrado. "¡Es imposible! Estoy seguro de que escuché sonar su teléfono aquí dentro hace un minuto. ¿Cómo es posible que desaparecieran como fantasmas?".

Joy, con extrañeza, fue hacia el balcón, se asomó en el borde y dijo: "¿Es probable que sintieran tanto miedo de que los encontraras juntos que se escaparon por aquí?".

Ace corrió hasta el balcón, se asomó al vacío y dijo: "Pero es muy alto. Alex podría sobrevivir a una caída como esta, pero Wendy lo dudo mucho. ¿Cómo podría ella no lastimarse con esa caída?".

Sea lo que sea, aún no lograba encontrarlos, no tuvo más remedio que rendirse. Lleno de impotencia, y con los puños cerrados, dijo: "Estoy seguro de que la relación de Alex y Wendy no es lo que parece ser".

El rostro de Joy se nubló por completo. A pesar de que no le gustaba para nada su futura nuera, y que tenía muchas ganas de echarla, eso no significaba que estaba de acuerdo con el hecho de que Wendy fuera deseada por otro hombre, especialmente siendo el único hombre que quería competir con su hijo por el poder y el dinero. De solo pensarlo, fue suficiente para enfurecerla, sin embargo, meditó con paciencia, entrecerró los ojos y le dijo: "Quizás todo esto no sea algo malo".

Él reaccionó de inmediato, la miró y le preguntó: "¿Estás pensando en sacar provecho de la relación entre Alex y Wendy?".

            
            

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