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Soy Regina Méndez, una joven chica emprendedora... Siempre quiero más de lo que puedo tener, por mi actitud visionaria es que estoy donde estoy. Mi madre siempre fue de clase baja, no me podía dar mis lujos, por ende tuve que hacer muchas cosas para lograr subir los escalones sociales y codearme con personas cuya economía era superior a los sueldos que podría imaginar tener, en la secundaria fue más difícil lograr eso, pero en la universidad...
En la universidad fue que conocí a mi primera víctima, lo malo es que al no ser una chica con grandes atributos naturales como el busto o mis glúteos, es difícil mantener a un hombre con mucho dinero enamorado de tu físico.
Mi meta siempre fue tener lujos, mucho dinero y lo logré usando a cada ex novio con dinero, o inclusive chantajeando a cuando imbécil casado caía en mis garras... Sin embargo esos chantajes no duraban mucho. Yo necesito una fuente de ingreso segura.
Muchos me dirán caza fortuna, pero yo digo que prefiero el término "oportunista" porque sé tomar las oportunidades justo cuando me las pone el destino en mi camino.
En una discoteca de la alta sociedad visualice a mi víctima perfecta, caballeroso, atento, todo un adonis, no se le niega que encima de podrido en dinero está buenísimo.
Diego fue mi salvavidas... Salvó el día de hoy, que acaba de arruinar todos mis planes ¿Cómo se le ocurre pensar que a una joven de veintiséis años como yo un embarazo es algo deseado? Estoy a penas disfrutando de su dinero, logré clavarle los dientes hasta el fondo con esto de ser alegre y atrevida... Gracias a su dinero pude operarme mis senos y ahora tener mucha más oferta. También gracias a él conocí muchos países extravagantes, no soy ni la mitad de lo que era antes de conocerlo, gasto dinero todos los días sin preguntar el precio. ¿Una maravilla? Totalmente.
Pero joder... ¡Que ganas de arruinarme la vida tienes, Diego!
Regina luego de complacer sexualmente a Diego el cual estaba destellando felicidad cuál fuego artificial por la noticia de su futuro cercano, ella solo pensaba toda la madrugada qué haría ahora. No podía creer que todo estaba a punto de caer, tenía que inventar un plan, algo que la saqué de apuros, al lograr dormirse solo tuvo pesadillas, sueños dónde no solo tenía el vientre inflado como globo enorme, si no que en sus brazos cargaba a dos bebes al mismo tiempo, estos solo lloraban y lloraban sin parar, el verdadero infierno para ella.
Despertó bañada en sudor, respiración acelerada y el corazón corriendo a millón.
Diego, por supuesto no estaba, un hombre muy ocupado con sus negocios, caminatas de ejercicio rutinarias y muy activo desde temprano.
Regina con un dolor de cabeza estresante, se levanta de la enorme cama Queen, con sábanas color melón de seda fina traída directo desde Egipto, petición de ella misma. Se dirige al baño y busca su celular para invitar a comer a su mejor amiga igual de mala y caza fortuna que ella llamada Flor.
-tengo una emergencia.
-¿Qué tan fuerte es? Tengo a un chico en mi cama justo ahora.
-¡Pues mándalo a volar! Te necesito en el café de siempre. A las dos, no llegues tarde, bye.
Regina cuelga aún temblando un poco de nervios.
Baja hasta la inmensa cocina y ve a su esposo Diego tomar un jugo de naranja, leyendo un libro para concebir con éxito a un primogénito.
-¿"veinte formas para tener un primogénito"?- pregunta Regina con disgusto.
-Cariño, despertaste al fin, si... Es como un manual para prepararme cuando el día llegué. ¿Quieres desayunar algo?
Regina negó con la cabeza, poniendo los ojos en blanco sin que Diego la viera.
-pues deberás cambiar tu alimentación cuando estés embarazada, cariño ¿Lo sabes?
Respiro profundo y giró su cabeza hasta donde Diego para darle una sonrisa amable y de esposa comprometida y feliz por su futuro embarazo.
-claro cariño, es solo que la comida de ayer me hizo daño... En un rato comeré.
Le dió un beso en la mejilla a Diego y volvió a subir a su habitación.
Se miró en el espejo que abarcaba media pared enfrente de la cama, detallo su pijama de seda fina, color rosa con encaje negro, es una bata corta que con el mínimo movimiento deja ver sus partes íntimas, casi nunca usaba ropa interior; le gustaba provocar a Diego ya que este la saciaba de una manera magistral.
«¿Cómo piensa Diego que yo dejaré este estilo de vida por un capricho? Esto es imposible, yo amo vestirme sensual y con una panza jamás seré sensual» pensaba mientras acariciaba de manera continúa su cuerpo, sus caderas, sus senos, al invertir tanto dinero en su físico lo veía como una perdida de dinero importante si llega a quedar embarazada.
Se metió en la ducha, con agua tibia para bañarse y alistarse, tenía una cita pendiente con su mejor amiga. Diego entro al baño para despedirse de su esposa, ya que su rutina también es pasar por sus negocios para supervisar.
-adios amor, nos vemos esta noche ¿Quieres comer afuera hoy?- mientras le acariciaba la espalda
Regina se cubre con una toalla para salir del baño.
-esta bien... Ten un lindo día amor.
Se dan un beso y luego se retira del baño dejándola en privacidad.
Regina no solo tenía ropa muy costosa, de marcas muy reconocidas, si no que a demás tenía autos de últimos modelos esperando por ella, en diferentes colores.
Se montó en un auto de color rosa, para que combinara con su atuendo del día, un vestido primaveral blanco, con flores rosas, unos tacones bajos con brillos, por supuesto perfume y un maquillaje suave para la ocasión, pero detallando sus ojos con rimel y sobras color rosa.
Llegando al café donde siempre se encontraba con su amiga, está la esperaba en la mesa más cercana a la entrada, ella la saludo con besos en ambas mejillas.
-¿Qué tal?- preguntó Flor.
-horrible, amiga... Te tengo la súper bomba de último minuto.
-¿Qué?- con curiosidad
-bueno, Diego quiere...- respira hondo- ¡Que me embarace!
-¡no puede ser!- grita Flor.
Todos los demás que estaban en ese café giraron con asombro y susto a ver la mesa de ambas.
-shhhh- suena Regina haciéndola callar- no grites, tonta... Esto es algo que solo sabes tú y no quiero hacer un espaviento por eso.
-lo siento... Es que, Dios ¿Un embarazo? Están muy jóvenes aún.
-¡Lo sé! No puedo arruinar mi increíble cuerpo con eso...
-¿Qué has pensado hacer? Es decir... Diego es un hombre perfecto, algo tenía que tener mal.
-¡nada! No he pensado nada, es decir... He pensado muchas cosas pero nada que pueda salvarme.
-¡Ay! Amiga. Es un problema muy grande.- dice dando un sorbo de café.
Regina comenzó a masajear suavemente su cien, regresaron los dolores de cabeza a causa del estrés.
-ojala no tuviese útero o algo así.- dice Regina con desaire.
-¡Espera! Eso es...
-¿Qué cosa?- pregunta desconcertada.
-¡eso! Toma anticonceptivos sin que él lo sepa...
-idiota, ya eso lo hago. Él puede sospechar. Hablo de un plan infalible con el que él desista de la idea de tener un bebé.
-entonces... Pagarle a un doctor que te haga un informe falso sobre tus óvulos, que digan que estás infértil o algo así.
Regina salta en su lugar emocionada.
-¡Esa es una excelente idea Flor!
Regina solo tenía que encontrar a un doctor que aceptara sobornos para hacer esa clase de "chequeos". No lo haría inmediatamente, primero tenía que hacer que Diego dudara sobre el tiempo que les lleva tener un embarazo.
-ojalá te funcione amiga, de todas maneras tienes que formar un plan súper creíble para que puedas mantener tu estilo de vida de reina...- dice Flor mientras continúa dándole sorbos a su café.
Flor tenía el aparato de "T de cobre" lo que le facilitaba mentirle a los hombres al decirle que es estéril, evitarse está clase de problemas siempre ha sido su meta, le pasó una vez; Carlos Mcfly.
Un hombre de casi cincuenta años que quería a toda costa un heredero, Flor una joven ex modelo de veintidós le parecía una gran candidata para llevar a su pequeño primogénito.
Entre aceptar el proceso y perder para siempre su individualidad, prefirió marcharse sin más, perdiendo toda posibilidad de sacarle más dinero al señor Carlos.
-Ser mamá jamás a estado en mis planes, pero alejarme de la fortuna cada vez que un idiota millonario lo sugiere tampoco es la idea.- continua explicando Flor- te dije que usarás mi método.
- sabes que odio esa clase de métodos. Me cuidaba con pastillas, es mucho mas fácil y más práctico. Bueno, me iré entonces para comenzar mi gran plan... De todas maneras no es como si los embarazos sucedan así como así.
-oye, dame créditos mujer.
Regina sonríe y se despide de la misma manera que llegó, dándole un beso en ambas mejillas.
Lo que diferenciaba a Flor de Regina es que Flor sabe dónde parar, conoce sus límites, sigue siendo humana. Por causas de su infancia con bajos recursos decidió ser una "oportunista", el mundo del modelaje le abrió muchas ofertas con hombres de dinero que solo la veían como una mujer de momento. Flor no dudó ni un momento, por el bien de su madre y sus hermanos, en aceptar dinero de desconocidos por compañía sexual o incluso por ser amante ocasional de hombres con vidas rutinarias.
Regina es despiadada, desde chantajear con fotos, vídeos y de más a esposas preocupadas. Eso es abusar de lo que más puedes tener. Flor jamás hizo eso, sabía cuándo y dónde detenerse.
Regina aspiraba a ser pronto la señora y dueña de la mayoría de las cosas de Diego, incluso quería todo, lo quería todo.
¿Un caso de mujer que puede matar por dinero? Muy probable...