Las Cronicas de Madisson Tammi
img img Las Cronicas de Madisson Tammi img Capítulo 4 Controlate Tammi
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Capítulo 6 El abismo en tus ojos img
Capítulo 7 Montana y Tu img
Capítulo 8 Cruda verdad img
Capítulo 9 Mito y realidad img
Capítulo 10 La Culpa img
Capítulo 11 Estas advertido, guapo. img
Capítulo 12 Necesito que seas mia img
Capítulo 13 Hagámoslo ahora... img
Capítulo 14 Vinculos img
Capítulo 15 Todo esta bien, por ahora. img
Capítulo 16 No quiero un dia mas, lejos de ti. img
Capítulo 17 Mi vida esta en tus manos, siempre img
Capítulo 18 Alguien te observa img
Capítulo 19 El principio del fin img
Capítulo 20 Descendencia img
Capítulo 21 Apuestas del deseo img
Capítulo 22 Recompensa o maldición. img
Capítulo 23 El te hace sentir lo que yo no puedo. img
Capítulo 24 Lo que sientes solo conmigo. img
Capítulo 25 Ella sabe que me amas a mi img
Capítulo 26 Daria mi vida por ella img
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Capítulo 4 Controlate Tammi

Capítulo 4

Contrólate, Tammi...

Julián entra precipitadamente a la habitacion, - debes levantarte, es un hermoso dia -, pero Madisson se cubre la cabeza y se rehúsa a levantarse, pronto viene a su mente lo que Elizabeth le había dicho la noche anterior, el edifico Monclova, recuerda.

Salta de la cama, asustando a Julián, -preparare el desayuno Madisson, no tardes -, Madisson entra a la ducha y deja correr el agua fría, el alcohol en su sistema había hecho lo suyo y la resaca hacia que la cabeza se sintiera como en un bote a la deriva en la peor tormenta. El olor a café recorre los pasillos, Madisson se apresura al corredor, con el cabello húmedo y sus mejillas descoloridas, - deberías asolearte en estos días niña, pareces enferma -, dijo Julián, - tal vez lo estoy -, responde Madisson, sin dejar que esos pensamientos le embargaran más, Madisson termina su café y prepara sus cosas, sube a su camioneta y acelera rumbo al edificio.

Cuando atraviesa la enorme puerta, una hermosa mujer la recibe, -bienvenida señorita Tammi, acompáñeme por favor -, Madisson la sigue por el elevador, unos pisos arriba, el lugar es elegante y pulcro, demasiado blanco, como en todos los sitios dedicados a la ciencia.

La mujer la conduce hasta una gran oficina, detrás de los enormes cristales puede ver a Elizabeth analizando un par de documentos, concentrada. La mujer le interrumpe y anuncia la llegada de Madisson.

Elizabeth se levanta entusiasmada, - sabría que vendrías, ¿has pensado en mi propuesta? -, dice ansiosa, Madisson cruza la pierna y mueve su rompa, con el fin de retirar las arrugas de su falda, - de hecho, me gustaría saber más de su compañía y lo que hacen, así podre evaluar correctamente nuestra sociedad -, dice, tratando de sonar a una mujer de negocios, Elizabeth sonríe, - bien, ¿por dónde te gustaría empezar? -, le pregunta, Madisson trata de ser astuta, - bien, ese hombre, el que le acompañaba, ¿quién es? ¿es su esposo? -, Elizabeth deja escapar una carcajada, - si no conociera su trabajo, señorita Tammi juraría que trata de averiguar información sobre Alexander, lo cual es muy tierno -, Madisson se sonroja, - no, claro que no, ese no es el objetivo, solo me gusta conocer a las personas con las que trabajare o participaran de alguna manera del proyecto -, Elizabeth suspira, - Alexander es mi hermano, en realidad él no tiene mucho que ver en esto, salvo el hecho que es accionista de la compañía, y seguramente le corresponderá una parte de nuestro proyecto -, responde Elizabeth.

El corazón de Madisson late con fuerza, "es su hermano, no tiene nada que ver con la exuberante rubia" -, se repite constantemente, y aunque trata de mantenerse objetiva la idea de ver por ahí al dios griego le encanta.

Después de un rato de charla Elizabeth le ofrece visitar sus laboratorios, ubicados a las afueras de la ciudad de Virginia, - te encantaran las instalaciones, tenemos de todo, y seguro te sentirás muy cómoda, hare que vayan por ti mañana por la mañana -, advierte Elizabeth. Madisson abandona la oficina y mientras camina por el pasillo de regreso, el aroma de aquel dios griego que la hizo arder, se disemina por los pasillos, "Alexander" resopla. Wolfgang camina seductoramente por el pasillo y sus miradas se cruzan, - ¡Tammi!, qué bueno verte por aquí, no imaginas lo entusiasmada que mi hermana estaba pensando que vendrías pronto -, ella solo sonríe, noqueada por el abrumador golpe de su imponente presencia.

Alexander la acompaña hasta el elevador, y la despide con un agradable beso en la mejilla, la dopamina regada en su cuerpo la emborracha de pasión y su corazón late con fuerza, "contrólate Tammi, tu madre se avergonzaría", se dice castigándose.

Sube a su vehículo y conduce hacia el centro médico en el que cuidan a su madre, cuando llega, toma su magnífico y brillante estatuilla del premio nobel y lo lleva consigo, cuando entra a la habitacion de su madre, la desgarradora escena de una mujer desganada y sin fuerza le golpea en la cara, -¿por qué esta sedada? -, pregunta Madisson, - su madre tuvo algunas complicaciones por la mañana, no se siente bien, así que le sedamos para que pudiera descansar -, las cejas de Madisson se arquean, suavemente besa la frente de su madre y coloca su estatuilla sobre la mesa de noche, la mira con lastima, su madre está muriendo y aun siendo una de las mejores mentes de la época, Madisson no puede hacer nada, lo que la lleva a pensar en Elizabeth y lo que puede lograr con sus contactos y recursos.

            
            

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