Nunca digas adiós Al amor
img img Nunca digas adiós Al amor img Capítulo 3 Julieta
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Capítulo 3 Julieta

Después de que los chicos se van, Alfredo se nos acerca y nos pregunta si lo conocemos, le decimos que no, lo cual es cierto. Dijo que tuviera cuidado con las caras bonitas que aparecen con buenas intenciones, no se puede confiar en todo el mundo. Volvimos a trabajar normalmente.

- Juré que aceptarías su invitación. - le digo a Melissa que me estaba ayudando con los bocadillos.

- Claro que no mi amigo, es guapo y todo. Pero no rueda. Oído lo que el Sr. ¿Alfredo habló? Asiento con la cabeza. - ¿después? Ahora pensé que su amigo sería más directo contigo, ya que no dejaba de mirarte.

- ya verás, es más cauteloso, no le gusta molestar.

- si es así, estos son los mejores, ¿confía en mí? Los de tiro, no se puede confiar tanto. Debe ser por eso que Alfredo nos dijo que tuviéramos cuidado.

- peor. Ahora vamos a trabajar, que los clientes no esperan.

- No me digas eso. Ella dice, rodando los ojos.

Pero tarde, cuando llego a casa, no encuentro a mi padre, normalmente está sentado en el sofá esperándome, doy la vuelta a la esquina de la casa y veo que no está. Voy a mi habitación y cierro la puerta sin llave, agarro algo de ropa limpia y mi toalla y voy al baño a darme una ducha. Abro la ducha y trato de acostumbrarme al agua caliente que sale.

Tomo un baño un poco largo, hoy estuvo bastante ocupado. Cuando termino me seco y me visto, salgo del baño y vuelvo a mi habitación, coloco la toalla colgada en el tendedero cerca de mi ventana. Voy a la cocina para ver si hay algo para cocinar o incluso para comer. Escucho la puerta abrirse y cerrarse y luego me esfuerzo para ver quién es, era mi padre, con una carpeta en la mano.

- ¿hija? ¿Ya llegó? - dice dirigiéndose a mí.

- ya son las 7 de la noche papá, hoy la demanda fue bastante intensa en la cafetería, terminé saliendo tarde. ¿Y estuvo tu día?

- se va a buscar trabajo, no soporto quedarme en casa dependiendo solo de ti, ya que eres mujer y necesitas comprar tus propias cosas. - Me da pena que Velo hable así, más cuando sé que es un buen hombre, solo se deja llevar por la tristeza.

- Me alegro de que hayas ido a buscar algo para ocupar tu mente, papá. No ha sido fácil para los dos. Pero lo lograremos. - Tomo sus manos y por primera vez lo veo sonreír, nos abrazamos. - pero dime, ¿lo lograste? - Mueve un poco la boca, ya me imagino lo que dirá.

- que nada hija, las condiciones para encontrar trabajo ya no son como antes.

- pero está calificado en varias áreas, incluida la administración.

- sí, el mercado está eligiendo gente nueva para trabajar, tengo casi 50 años. Ni el cementerio no me quiere allí. - Logro, no reírme del drama de mi padre. Si algo tiene es drama.

- Ni siquiera digas que eres viejo, porque no lo eres.

- je, je, je mágica, solo una cola. Pero lo intentaré de nuevo mañana, y en cuanto a la propiedad que aún falta por negociar, encontrar un posible comprador para ella, el señor se interesó mucho en la propuesta.

¡Guau, papá, esto es maravilloso!

- sí, hija, parece que acaba de llegar aquí y necesita un lugar para encajar.

- hmmmm. Qué precio pusiste

- 160 mil dólares. - Estoy con la boca abierta.

- Esto es mucho dinero.

- sí, el lugar está en maravillosas buenas condiciones.

- Ya puedo ver que este hombre tiene mucho dinero. Espero que logres hacer negocios con él, necesitamos cambiar nuestras vidas, padre.

- sí, hija. Necesitamos vivir bien. Estamos mendigando en esta vida. Su madre estaría triste y decepcionada si me viera así, y viera a la única hija a la que cuidaba como una princesa, ahora siendo como un ama de casa.

- No me importa tener que trabajar y ayudarte papá. No nací en un palacio, sino en una casa.

- pero en buenas condiciones.

- No siempre se trata de dinero y lujo, papá. Lo que me entristece es el tema de pasar privaciones y rogar por lo que podríamos tener en abundancia.

- Entiendo.

- ojalá en dios que este señor compre nuestra vieja casa, así podamos estar tranquilos sin preocuparnos de que se nos acabe el dinero, y papá, nada de tragos, el dinero lo tienes que gastar en ellos, busca una escuela de rehabilitación.

- me recuerdas mucho a tu madre, muy directo en las palabras. Yo borracho, no te escucharía como estoy ahora. Ja, ja, ja

- por eso me estoy aprovechando de tu cordura, odio verte en un estado tan grave. Eres un hombre guapo, necesitas cuidarte.

- "Gracias por tratar de animarme".

- Sr. Sebastián, nada de que desanimarse a partir de ahora, ¿eh?

- Ja, ja, ja, está bien, señorita Julieta. ¿Y como estuvo tu día?

- normal, aparte del hecho de que hoy conocí a un chico, que supuestamente estaba flirteando conmigo mientras trabajaba.

- mira, mi hija llamando la atención.

- No exagere, padre.

- eres una hija hermosa, como tu madre. Sus ojos azules, tan profundos como el océano.

- los muchachos que he conocido son todos fútiles, padre, lamentablemente no he conocido a ninguno que haya sido capaz de llenar mi corazón de ternura y amor de verdad.

- Nunca es tarde para amar, hija. Amé a tu madre desde la primera vez que la vi. Un fuerte sentimiento que me dejó extasiado por ella.

- Vi cuánto se amaban, lucharon juntos en la dificultad. Por eso entiendo tu sufrimiento, padre. No sé qué haría yo en tu lugar. Eres un hombre fuerte, y yo también me considero uno.

- cuando tenga que ser, serás mi chica, seguirás viviendo un romance de película.

- ja, ja, ja, ¿podrías ser profeta, papá?

- no, pero considéralo una profecía. Tu padre entiende bien lo que es amar.

- ¿Estás pensando en conocer a alguien que no sea mamá?"

- No sé, solo espero que algún día, cuando conozca a esa persona, sea tan increíble como lo era su madre.

- cada persona es diferente de la otra, padre, de nada sirve tratar de hacer comparaciones con una persona que supo ser única. Me mira de reojo y asiente.

- usted tiene razón. Parece que tienes más experiencia en el amor que yo. - nos reímos.

- a ver qué de comer, me muero de hambre.

- Hice algunos extras hoy. Quieres comer una pizza? - No quería tener que usar el dinero que posiblemente usará, como boleto mañana.

- hagámoslo así, lo compro con mi tarjeta y cuando lo recibo pago, y ese dinero te lo quedas para el boleto de mañana.

- ¿está seguro? Niego con la cabeza que sí.

Tomo mi celular y ordeno en ifood. En menos de 30 minutos llega la pizza y nos la comemos con un jugo que he hecho de naranjas, de la fruta.

Después de que termino de comer, lavo los platos y mi padre pone la mesa. Aquí dividimos las tareas por tiempos. Nos decimos buenas noches y nos despedimos. Nos retiramos cada uno a su habitación. Saco el edredón que cubre mi cama y me acuesto. Sigo pensando en el chico de hoy. ¡Qué guapo es! ¿Podré volver a verlo? He aquí, solo el destino puede darme la respuesta.

            
            

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