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-Bueno, tengo entendido que es una boda falsa. Si quieres puedo reunirnos con Kevin o no sé si lo quieres pensar más.
-Edward... ¿Por qué a mí?
-Eh... Eres perfecta, inteligente, graciosa y... Eres una única que conozco que reune todos esos requisitos.
Ela calló un momento. Eran tiernas palabras pero al mismo tiempo la hacían sentir como parte de un paquete de promoción.
-Cariño, los millonarios tienen formas extrañas de solucionar sus problemas, solo espero que no te enredes en ese huracán de extravagancias.
-Ese es el problema mamá, solo lo haría por mi universidad, no hay nada que me motive más que graduarme y poder ayudarte a ti y mi padre a conseguir una vida mejor.
-Dulzura, las comodidades son relativas, yo estoy cómoda solo contigo y tu padre... Al final el hogar no es cuatro paredes, si no la familia.
Ela sonreía y le acariciaba el rostro dulce de su madre. Una mujer que le dedicó la vida entera a su esposo e hija, trabajo desde muy joven, y a penas se enteró que estaba embarazada de Ela decidió casarse con su padre y ambos luchar por un futuro mejor.
-Aun no he tomado ninguna decisión, pero creo que es hora de conocer a la persona que necesita que finja ser su esposa.
-Bueno, yo confío en ti. Solo hay que mantener este tema en secreto de tu padre... Ya sabes cómo es él.
Ela asiente con la cabeza, le da otro abrazo y sube a su recamara, para hablar con Edward y concretar una reunión.
Kevin por su parte, ese día no había hablado con nadie, paso la tarde en su penthouse, en silencio, sentado en el sofá, mirando hacia el techo, teniendo pequeños flashbacks de cuando sufrió una sobredosis en el extranjero y casi pierde la vida. Kevin estaba deprimido, sentía que su madre solo lo atacaba, pero aún así solo esperaba que su amigo Edward lo ayudará.
Sonó el teléfono.
-¿Qué pasa amigo?
Era Edward, se habían citado en un lugar diferente del bar, la idea era que Ela sintiera que estaba haciendo un trato justo con personas serias, así que el bar de siempre no era un lugar para la situación. Se citaron en un restaurante, obviamente pagado por Edward.
Ela había llegado sola por su parte. Se sentó en la mesa reservada, se imagino por un momento su vida como una mujer millonaria, comiendo en lugares de lujos y solo preocupandose por ir bien en la universidad. En eso observa que llega Edward junto con otro apuesto chico, alto, cabello negro, ojos verdes, vestido tan elegante, corpulento, es decir... Edward también era alto, pero cabello castaño claro, ojos marrones claros y un poco menos clásico al vestir.
No sabía hacía dónde mirar . ¿Esos eran los bombones que se sentarían es su mesa? Era afortunada, soltó carcajadas en su mente mientras mantenía la compostura fuera.
Edward saluda a Ela y le presenta a Kevin, los saluda y todos toman asiento.
-¿Ya ordenaste algo?-Pregunta amablemente Edward a Ela.
-Eh no, gracias yo estoy bien.
-Yo si quiero una champán.-Comenta Kevin siendo de lo más presumido, le hace señas al camarero.
-Kevin, no. Estamos hablando de algo importante. Deja eso.-regaña Edward.
Kevin asiente y fastidiado cancela la orden.
Ela observa de reojo que Kevin era un chico problema, un cliché andante de niño rico.
-Edward, pensé mucho todo esto, y no estoy decidida aún. Solo quería conocer a la persona en cuestión.-Mirando con desagrado a Kevin.
-Oh ok, lo entiendo. Se que es algo difícil pero como te dije, el pago no será problema.
-No soy tan malo como parezco, solo que mi madre es un poco estricta con ciertos comportamientos míos y exige una esposa para darme mi parte del dinero, yo también te pagaré a penas tenga mi herencia.-Le explica Kevin a Ela.
Ela les pregunta cómo se presentará todo ante la madre de Kevin ¿Cómo la convencerán?
Kevin comenzó explicando que la madre tal vez haga una cita para conocer a la "feliz pareja", tenemos que inventar una historia creíble pero falsa sobre nuestra corta y precisa relación falsa y también asistir a unos cuantos eventos de al alta sociedad, luego casarnos formalmente y al cabo de un tiempo corto, el divorcio, obviamente luego de que la herencia ya sea entregada a mi.
-¿Nos casaremos en serio? -Pregunta sorprendida Ela.
Edward se sorprende igual.
-¡Pues claro!, Pero no inmediatamente, primero le tenemos que hacer creer a mi mamá que estamos enamorados y que somos una pareja estable. ¿Estás de acuerdo?
Ela hiperventila un poco mientras dice.
-Eso es más complejo de lo que imaginé, no vale el precio de la universidad.
-Te pagaremos mucho. ¿Que quieres un departamento? ¿La universidad completa pagada? ¿Un auto?-Pregunta Kevin.-Todo el mundo tiene un precio. ¿Cuál es el tuyo?
Ela se indigna muchísimo por ese comentario tan bajo de Kevin.
-¿Saben que? Yo mejor me voy.
-Espera, Ela, no te vayas ... Disculpa a Kevin, él no tiene idea de lo que dice, solo esta desesperado.
-Bueno, si decido hacerlo quiero todo lo que mencionó. Un apartamento cómodo, un auto, y obviamente mi universidad pagada. Si me tengo que casar realmente con alguien como él, quiero estar cómoda al menos.
Ela estaba furiosa por la actitud de Kevin. Era todo un patán. Edward acepta, le toma la mano y le ruega que no se enoje, que acepte la oferta .
Ela acepta, y Edward la toma en sus brazos y abraza muy fuerte.
-No sabes lo feliz que me haces.
Kevin se acerca también pidiendo disculpas. Y le estrecha la mano.
-Comencemos de nuevo ¿Te parece?
Ela ya más calmada con ese cálido abrazo de Edward decide tomarle la palabra.
-Todavia hay muchas cosas por hablar y planear sobre todo esto...-Agrega Ela.
-Se irá hablando durante todo el proceso, tampoco es que tengamos una idea clara, ya tenemos lo más importante, la chica.-Dice Edward.
-La decisión esta tomada. Me casare con Kevin por un corto tiempo. Espero que me den mis cosas lo más pronto posible. Lo necesito.-Comenta Ela poniendo firmeza ante sus peticiones.
Edward y Kevin asintieron.