Dity Game
img img Dity Game img Capítulo 9 ¿Esto es jugar sucio
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Capítulo 11 Las cartas sobre la mesa img
Capítulo 12 La cumbre del placer es de adorar en ambos img
Capítulo 13 Una simple promesa img
Capítulo 14 Bendito sea el sexo... img
Capítulo 15 ¿Qué tan malo puede ser img
Capítulo 16 Nuestra última vez... img
Capítulo 17 El punto final de un capítulo. img
Capítulo 18 El día de la boda img
Capítulo 19 Capricho img
Capítulo 20 Sí, acepto img
Capítulo 21 Hombre casado img
Capítulo 22 ¿Amigos img
Capítulo 23 El sexo arde img
Capítulo 24 Vaya día img
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Capítulo 9 ¿Esto es jugar sucio

Una ventaja de ser dueño del club y de que su prometida fuera de mente tan abierta como la suya, es que cada nueva bailarina o dama de compañia, Gustavo era el encargado de ver a las nuevas chicas saber que tan buenas eran, en todo sentido...

- Soy Amber – sonrió una rubia – Me contrató su prometida señor Gustavo.

- Amber – Gustavo la tomó de la mano y le dio una vuelta – Eres una hermosura – se acercó a ella y acarició su mejilla – Preciosa – la chica se sonrojo – Vaya tu sonrojo te hace mas deseable aun – miro a una de sus chicas - ¡Lizie! – la chica llegó – Observala y dime que opinas.

- Es hermosa – dijo Lizie – Buen culo, buen cuerpo – suspiro – Es hermosa.

- ¿Verdad que sí? – sonrió Gustavo – Es hermosa, rostro de ángel y el cuerpo del pecado – la acercó a él - ¿Será verdad eso?

- Compruebelo señor – sonrió la rubia.

- Claro que lo haré – Gustavo se acercó y la beso tiernamente - Vamos nena – la tomó de la mano y se fueron a la segunda planta, abrieron la primera habitación y entraron, cerrando la puerta - ¿Qué tan sucio puedes jugar amor? – tomo a la chica de la barbilla – Porque vamos a jugar muy sucio.

Gustavo se quitó el cinturón bajo la atenta mirada de Amber, se sentó en la orilla de la cama, la miró y palmeó su pierna. La chica se acercó, dudosa pero se acerco quedando frente a él, Gustavo le saco la ropa de un tirón, bajando su tanga, le sonrió, le dio la vuelta y la puso sobre su pierna. La chica levantó el culo, sabiendo que le esperaba, Gustavo sonrió, le gusta que sean sumisas.

Tomó su cinturón, dio una suave caricia con sus manos antes de darle el primer azote con su cinturón, la chica se tensó y gimió de dolor.

- Relájate, esto será más placentero si te relajas – susurro a su oído.

La chica se relajó y fue cuando Gustavo dio el segundo azote, la misma fuerza, pero en vez de dolor sintió un cosquilleo en su entrepierna.

Gustavo noto esa reacción en su cuerpo, una pequeña sonrisa se asomó en sus labios, continuó con sus azotes hasta que algunas marcas comenzaban a salirle sangre. Acercó su boca y dando suaves besos húmedos relajó el músculo de la chica, saboreando el sabor de su sangre.

La levantó, se puso de pie y con una sola mirada hizo que la chica se doblegara.

- De rodillas princesa – sonrió y la chica obedeció – Sabes que hacer.

Bajo su atenta mirada, la chica se deshizo de su pantalón y ropa interior, con sus manos comenzó a masturbar el miembro de Gustavo el cual comenzaba a despertar poco a poco, su boca se encargó de hacer el resto. No debió ni embestirla, la chica solo hacia el trabajo tratando de tragar el pene de Gustavo, atragantándose y dando una que otra arcada pero demostrando su capacidad.

Gustavo solo disfrutaba de la increíble mamada que le hacía, si de comparar se tratase, su chica sigue en primer lugar y Jack estaría en el segundo. Haga lo que haga, su chica estará siempre en primer lugar... Al menos por ahora.

La chica se atragantaba con el pene de Gustavo cuando este se corrió por completo en su boca, la chica se tragó todo su semen. Los dos disfrutando de la sensación del orgasmo.

Sacó su miembro de la boca de la chica junto con un hilo de saliva.

- Te quiero sobre la cama – la chica aturdida hizo lo que le indicó, Gustavo tomó un par de esposas y se acercó a ella, se esposo una mano y después se esposo con la chica, repitió el proceso con su otra mano – Déjate llevar nena – susurro antes de besarla.

Se acomodo entre sus piernas y poco a poco la penetró, cuando estuvo dentro de ella, entrelazaron sus manos para no lastimarse tanto con las esposas y comenzó a embestirla profundo y fuerte.

Los gemidos de ambos y el golpeteo de sus cuerpos era el mejor sonido de su habitación. Las caderas de Amber se movían al ritmo que las embestidas de Gustavo, había una sincronía como al iniciar un baile, pero no todos llegan a ser buenos en esa pieza de baile.

La chica en dado momento, tomó fuerza y empujó a Gustavo para quedar sobre él, sin lastimar tanto sus muñecas, para sorpresa de Gustavo comenzó a embestirla al compás que ella daba saltitos.

Sus cuerpos estaban en sincronía, al poco rato los dos se corrieron alcanzando casi la cumbre del placer.

Jadeando y aun en un solo cuerpo, Gustavo tomó las llaves y se desesposo junto con la chica, salió de ella y la miro.

- Pasaste la prueba amor – le sonrio, tomo una bata color negro – Espera aquí, debo ordenar algo.

La chica solo asintió, estaba agotada.

Gustavo salió de la habitación, bajo a la primer planta, sabiendo que ese dia no habia mucho movimiento, además era el puto jefe podía hacer lo que fuese, cuando su mirada se encontró con una muy familiar.

- Rusell – sonrió de lado.

- Gustavo – dijo Jack mirando de arriba abajo - ¿Dónde estabas?

- Probando una chica - suspiro pasando su lengua sobre sus labios - ¿Y tú?

- Quería verte – suspiro – Pero estás ocupado.

- Puedes venir – lo miro - ¿Quiere jugar Jack?

Jack mostró algo de sorpresa, cada palabra que salía de Gustavo era una sorpresa para él, sonrió divertido y ladeo la cabeza. Gustavo tomó su mano y lo guio a la segunda planta, entrando a la habitación donde estaba Amber recostada jugando ella sola con un vibrador.

- Parece que alguien se adelantó – dijo Jack sorprendiendo a Amber que se doblegó al ver a dos hombres.

- Así me gustas nena – le sonrió Gustavo, tomó su mentón y la miro – Quiero que hagas llegar a este hombre hasta la cumbre del placer.

- Sí señor.

- Tú solo déjate llevar – dijo Gustavo comenzando a desabotonar su camisa mientras Amber se encargaba de quitarle el pantalón y ropa interior – Hace maravillas con la boca – le sonrío – Pero no tan buenas como yo las se hacer – susurro a su oído Jack soltó un gruñido al sentir como Amber comenzaba a chuparlo – Gozalo Daddy – le sonrió, Jack lo miro y lo atrajo para besarlo, mientras una de sus manos viajaba al miembro de Gustavo que poco a poco despertó con el tacto de su hombre.

- Déjate llevar Gustavin – susurro contra sus labios mientras con su mano lo masturbaba, los dos gimiendo en el beso cada uno recibiendo el mismo placer.

Jack estaba apunto de llegar cuando sacó su miembro de la boca de la chica.

- Somos tuyos Jack, ¿Qué quieres hacer? – sonrió Gustavo.

- Te quiero en cuatro – dijo Jack mirando a Amber – Mientras se la chupas a mi hombre – sonrieron los dos.

- Sí señor.

Gustavo se acomodo frente a la chica mientras que Jack abría su culo y poco a poco entraba en ella, la chica soltó un fuerte gemido pero trato de aguantar el dolor mientras comenzaba a chupársela a Gustavo.

- Realmente te gusta jugar sucio – sonrió Jack acercando a Gustavo lo que provocaba que su pene llegara más profundo a la garganta de Amber.

- Mucho – sonrió antes de que se besaran, tratando de quitarse el aliento. Jack mordió el labio de Gustavo hasta sentir el sabor de su sangre, provocándole un gemido a Gustavo. Necesitaban oxígeno pero ellos no se separaban y bueno, no solo ellos necesitaban oxígeno, Amber estaba atragantándose con el pene de Gustavo.

Se separaron, Jack salió de Amber y puso a Gustavo en su lugar, lo recostó y abrió sus piernas, indico a Amber que se pusiera sobre Gustavo para que él ahora la degustara a ella.

Gustavo comenzó a gemir alto pero no podía escucharse ya que estaba ocupado con Amber, Jack tomó a Amber de la nuca y comenzó a besarla apasionadamente, sin dejar de penetrar a Gustavo y sin que Amber moviera sus caderas sobre la cara de Gustavo.

Al poco rato los tres se corrieron, llegando a la cumbre del placer. Se dejaron caer sobre la cama, jadeando y tratando de recuperar el aliento.

- ¿Qué te pareció Amber? – dijo Gustavo mirando a Jack.

- Buena chica, la verdad, sumisa antes todo – lo miro - ¿Es nueva?

- Si, la contrató Nat y dijo que la probara – los tres sonrieron – Es muy buena.

- Puedo confirmarlo – le sonrió.

- Listo Amber, bienvenida al club – le sonrió.

- Gracias señor Gustavo.

- Soy solo Gustavo, de ahora en adelante – le dio un corto beso en los labios – Bueno señores, si ustedes quieren seguir haciendo algo, haganlo debo checar cosas de la tercera planta – les dio un guiño.

Jack no desaprovecho la oportunidad y siguió divirtiéndose con la chica.

{...}

- ¿Qué te parece?

- Fantástico – sonrió Gustavo – Es increíble cómo van a quedar.

- Al estilo del señor de los anillos – le sonrió – Estará listo en unas semanas, te aseguro que le gustaran.

- Somos fans de esa saga, por eso lo hice – le sonrió – Gracias Frank, los anillos serán la mayor obra.

- Bueno, era necesario – lo miró – El anillo de ella es único, no habrá otro en el mundo – suspiro – Sus anillos deben ser lo mismo – le sonrió – Felicidades de nuevo Gus, te deseo la felicidad que te mereces.

- Muchas gracias Frank, por todo – le sonrió – Nos vemos cuando estén listos.

- Aquí estaré guapo – los dos rieron y Gustavo se fue.

Subió a su auto y condujo de vuelta a Manchester, debía pasar por Jack si es que quería irse con él.

- ¡Hey super verga ardiente!

- ¿Qué demonios? – Jack estaba por sacar la porra cuando vio de quien se trataba, se acercó a su auto y lo miro - ¿Qué coño haces anormal?

- Gozando la vista – le sonrió.

- Anormal – le sonrió - ¿De dónde vienes?

- Jersey – suspiro – Iré de vuelta en unas horas a ver a mi diseñador ¿vas a venir?

- ¿A qué hora?

- Unas tres horas más o menos – lo miro – Anda vamos, quiero llevarte a algunos lugares haya, sin mencionar que hacerlo sobre el capó del auto en Jersey es de buena suerte – le sonrió.

- Está bien, pasa por mi cuando te vayas a ir – le sonrió – No hagas nada malo, al menos no sin mi.

- Para eso los dos Daddy – le sonrió – Vengo por ti en unas horas.

- Cuida ese culo dirty boy.

- Cabron – sonrió Gustavo cuando se alejó de él – Bien Gustavo – se dijo a sí mismo – Esto se acabará pronto, debes disfrutarlo porque serás papa casada en poco tiempo, a gozar al máximo con quien se pueda y como se pueda...

            
            

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