-No puedes irte, quedamos en ir a qué te revisen- le dijo luego de haber ingresado al elevador-
-No tiene caso, tu tienes tus propios intereses y no creo que un bebé entre en tu mundo, ya veré yo cómo resolver todo
-Me perdí de algo, cuál es el problema...
-Mi problema, tengo 21 años, estoy embarazada de un tipo que le preocupa más un contrato, que darle un hogar a su hijo en camino y si eso no es suficiente, estoy apunto de quedarme sin hogar y debe buscar donde mudarme para poder estar tranquila con el embarazo.... En Serio me preguntas cuál es el problema.
-No siquiera se si es mío, eso es lo que tú dices, y disculpa que te lo diga, pero tú palabra no tiene mucha validez... te acostaste con un hombre que acabas de ver, le entregaste tu primera vez, de ese mismo modo pudiste estar con cualquiera.
-Perfecto, Señor James disculpe las molestias ocasionadas... está cualquiera no volverá a molestarlo.
Sin más Alice salió del elevador, y camino hacía la salida, con los ojos llenos de lágrimas y con tanto coraje que tenía ganas de gritar para sacar un poco de la frustración...
Se cuestionaba el hecho de haber ido hasta ese lugar, cómo a él ocurrió que ese hombre le creería sólo, vino a que la tratarán como una cualquiera....
Salió y caminó sin saber a dónde ir tenía muchas cosas en su cabeza, sus padres, el bebé, buscar un lugar sin mudarse y un trabajo para mantenerse.
Marcus por su parte la vio marcharse, sintió un poco de frustración, no quiso ofenderla, pero su actuar esa noche dejó mucho que desear, el solo fue honesto, pero ella se sintió herida, él no podía solo dejarla irse, si ese bebé está suyo él debía hacerse cargo, no podía dejarlo a la suerte y más si su madre no tenía dónde ir, suspiro profundo pasó una mano por su cabello, se subió a su auto y trato de buscarla.
-Excelente Marcus no sabes dónde vive y mucho menos su número telefónico, ahora como vas a encontrarla -dió varias vueltas pero no vio por ninguna parte- ahora que harás, y encima de todo la cena de esta noche, carajos en que lío me viene a meter.
Mientras Alice había tomado un taxi y fue directo a casa, estaría sola, sus padres volverían hasta la noche y ella no tenía ganas de ver a nadie, durante todo el camino a casa , no dejó de reprenderse, por no haber pensado las cosas, ahora estaba sola con todo esto, se había hecho muchas esperanzas, creía que Marcus la ayudaría, pero todo salió al revés.
Al llegar Alondra la estaba esperando, ella le había mandado un mensaje citando.
-tan mal te fue- le dijo Alondra al ver sus ojos rojos, se notaba que había estado aguantando el llanto-
-No debí ir, él no cree que sea suyo, dice que mi comportamiento da mucho que pensar, me sentía tan mal, me llamó cualquiera en pocas palabras.
-Tranquila no llores, tienes que calmarte.. entonces qué harás
-buscar un trabajo y un lugar para mudarme, debo tener todo listo para cuando deba irme de aquí, debo aprovechar que no se nota aún el embarazo... no le quedó de otra, tengo que salir adelante con el bebé.
-Estás bien, no eres la primera que pasa por esto, yo te ayudaré en lo que pueda, ya no llores- le dijo mientra la abrazaba.
Hablaron durante un rato, hasta que Alice se quedó dormida, Alondra se marchó dejándola sola, ella debía descansar, además aprovecharía que estaba disponible para averiguar algunos departamentos, económicos, en los cuales ella pudiera mudarse, Alice era como una hermana para ella, ella tenía 25 años era mayor, Alice era como su hermana menor y también se sentía culpable por todo lo que estaba pasando, si ella no la hubiera llevado a ese bar, las cosas no estarían así ahora.
Por otro lado Marcus había conseguido a dirección de Alice, con los datos que ella había dado en recepción, y sus recursos, sin pensarlo salió a buscarla, lo había meditado y Ethan tenía razón, era demasiada responsabilidad para ella sola, y tampoco era justo dejarla pasar por todo eso....
Llegó al lugar, tocó la puerta la cual fue abierta por un señor mayor, por sus rasgos podía ver lo estricto que era.
-Buenas noches, disculpe la molestia se encuentra Alice- Marcus con todo y si estatus y su porte que irradiaba poder y control, se comporte de manera educada, y respetuosa.
-Alice, que tiene usted que ver con mi hija, de dónde la conoce.
-No quiero ser grosero pero necesito verla urgente.
-Mi hija es una joven decente no sé qué tenga que hablar con usted- dijo el padre de Alice algo molesto, mientras le pedía a su esposa ir por su hija.
-Alice tienes que bajar ahora, un hombre está preguntando por ti y ya sabes cómo está tu padre
- Un hombre, quien es mamá.
-No lo sé, baja ya te darás que dar muchas explicaciones.
Alice sin ganas fue a ver de quién se trataba.
-Ya estoy aquí papá, qué sucede
-Explicame quien es este hombre- le dijo mientras señalaba a Marcus.
Alice al verlo empezó a sentir terror, que debía decir, y además como había llegado hasta aquí.
-Soy Marcus James y soy un pretendiente de su hija, vine por ella para invitarla a una cena con unos familiares... podría usted permitirle acompañarme.
Alice lo miró anonadada, porque tenía que decir eso, su padre iba a matarla
-Pretendiente, está equivocado, mi hija está comprometida.
-Papa, basta con eso, no voy a casarme con él, y Marcus solo me está invitando a una cena familiar, no creo que tengas problema con eso... volveré temprano.
El padre de Alice, estaba un poco indeciso, pero el hombre se veía serio y educado, además siempre soñó con alguien respetable para su hija... Le permitió a Alice salir,pero antes le dió varias indicaciones, Marcus lo escuchaba y no dejaba de reprenderse, no podía creer que este señor lo tratara como a un niño, dando indicaciones como si fuera un adolescente, todo por no fijarse bien antes de hacer las cosas.
Alice subo se puso un vestido, se hizo unas trenzas y salió lo más rápido posible, si padre está interrogando a Marcus y no quería que esté hablara de más, está sería una noche larga, sabia bien motivo de Marcus al venir a buscarla, y también sabía que su padre la estaría esperando para indagarla y sermonear, por la aparición de este hombre, solo hace días le había confesado lo de Jacob, de este regaño no la salvaría nadie