Capítulo 5 No podía ser Melissa

Al día siguiente, todo el lugar estalló en un gran alboroto por la llegada de Melly.

"Me siento feliz por trabajar en este hospital. ¡Será un gran honor formar equipo con la doctora Sherman!".

"Escuché que ella no solo es una profesional excepcional, sino que también es una mujer hermosa. ¡No puedo esperar para conocerla!".

Mientras escuchaba los comentarios entre el personal médico, Arielle resopló con disgusto. Independientemente de lo bella que fuera esa mujer, no se comparaba con ella en lo absoluto. Después de todo, era una de las jóvenes de la alta sociedad más importantes de Andeport. Una simple doctora mediocre como esa no era nada para ella.

Además, Arielle no podía evitar preguntarse si, siendo esa mujer tan joven y hermosa, habría conseguido ese trabajo por medios turbios. Entonces, decidió que averiguaría más sobre ella en un futuro.

En ese momento, un grito de agitación la sacó de sus pensamientos. Miró hacia la puerta y vio a la mujer que todos estaban esperando muy emocionados. Sus ojos se abrieron horrorizados cuando vio de quién se trataba.

¡Era Melissa Sherman!

No podía estar equivocada. ¡Sin duda era esa perra!

Everett también se fijó en ella, y mientras la miraba, su rostro se ensombreció.

La ira comenzó a arder poco a poco en su corazón.

'¿Cómo se atreve a volver?', pensó para sí.

Antes de que él perdiera los estribos, Arielle se lanzó hacia Melissa y levantó una mano para abofetearla, pero ella agarró su muñeca. Luego miró a los ojos a la mujer que odiaba con todas sus fuerzas.

"¿Qué hace?", le espetó, apretando su agarre.

"¡Maldita perra! ¿Cómo rayos te atreves a volver? ¡Everett te prohibió que regresaras a Andeport! ¿Cómo pudiste desobedecerlo? ¿Acaso quieres morir?", gritó Arielle.

Sin previo aviso, Melissa aflojó su agarre. Debido a esto, la mujer perdió el equilibrio y cayó al suelo.

Enseguida, Arielle se volvió hacia Everett y lloró exageradamente.

"Cariño, ¿viste lo que me hizo? ¡Hace cinco años esta mujer provocó mi aborto! ¡Ahora quiere lastimarme de nuevo! ¡No sé por qué me odia tanto! ¿No puede estar tranquila sin verme sufrir? ¡Ya perdí a mi bebé! Y ahora estoy enferma y muriendo...".

Everett inmediatamente se llenó de ira. Caminó hacia adelante y miró a Melissa a los ojos.

"¿Qué rayos haces aquí? ¿Quién diablos te dijo que podías volver?".

Ella se burló de él.

Durante los últimos años, Melissa no pudo regresar porque ese hombre le había prohibido volver a poner un pie en Andeport. Hacía cinco años, nadie estaba dispuesto a acogerla. Ni siquiera encontraba una manera de ganarse la vida y sobrevivir allí. Tuvo que vivir debajo de un puente con sus bebés y casi muere. Sin embargo, ahora la vida la había cambiado. Ya no era la persona tímida y sumisa que solía ser.

Melissa respiró profundo y preguntó: "¿Qué dice? No entiendo".

Mientras tanto, el director del hospital y parte del personal médico se apresuraron a intervenir. Miraron a Everett y a Melissa y se dieron cuenta de que algo andaba mal entre ellos.

El director dio un paso adelante y los presentó: "Señor Mayfield, le presento a Melly Sherman. Será la doctora tratante de la señorita Arielle Sherman".

Arielle estaba estupefacta. Su rostro enrojeció de ira.

"¿Qué?".

El director los miró y se sintió confundido.

"¿Hay algún malentendido aquí? La doctora Sherman es una especialista con mucha experiencia y nuestro hospital ha decidido contratarla. Estudió varios años en el extranjero y esta es la primera vez que visita nuestra ciudad".

Everett miró a la doctora con incredulidad.

¡Esa mujer se parecía muchísimo a Melissa! Sin embargo, su personalidad era totalmente diferente.

La Melissa que él recordaba siempre fue débil y muy tímida. Ni siquiera se atrevía a levantar la voz cuando él estaba cerca.

Ahora, la mujer frente a él estaba vestida con un traje sobrio, pero exudaba elegancia, confianza y mucha arrogancia.

No podía ser ella.

"Encantada de conocerlo. Mi nombre es Melly Sherman. ¿Puedo saber con quién me confundieron ustedes dos?", preguntó inexpresivamente.