Lía, lo miró con los ojos abiertos como dos tazas de porcelana. Sonrío, y asintió euforicamente.
-Me encantaría. -Pero después se dio cuenta de que había sonado muy entusiasmada. Bajó la vista, y se aporta un poco de Julián.
-¿Qué edad tienes..? -le pregunto de repente, mientras atravesaban un edificio de química.
-Tengo 23 años -dijo ella y el observa con curiosidad.
-Yo tengo 18.
-Te llevo muchos años -dijo ella apenada.
-Sí, pero creo que nunca es tarde para estudiar.
-Soy técnica en seguridad e higiene, pero está un poco complicado conseguir trabajo así que preferí seguir estudiando una ingeniería -dijo con sinceridad.
-No pareces de esa edad, la verdad es que pareces más de mi edad.
-¿Por qué me diste esos papeles con los nombres de los pretendientes y los números? -pregunto de repente y el observó.
-Porque me obligaron -dijo divertido, y se adelantó caminando enfrente de ella.
-Está bien, no te preocupes.
-.Ya llegamos.
El salón como era bastante extenso. Grandes ventanales adornaban la parte exterior.
Ella no le prestó demasiado atención a la decoración, simplemente ingreso y el bullicio de la gente la invadió.
-Si quieres nos podemos sentar en esa mesa, no hay nadie.
-¡Vamos rápido! así no nos ganan el lugar.
-Yo buscaré los dos menús.
Él se alejo, mientras que ella sentía que era como una especie de cita.
-Ojalá tuviera una vela, y se vería todo tan romántico -apuntó con entusiasmo.
Y pues algunos minutos, él se volvió a acercar, o las dos bandejas entre sus manos con dos menus.
-Que rápido -dijo ella un poco sorprendida.
-Aquí tienes una gaseosa para ti y una para mí.
-Eres muy tierno -dijo ella.
"Mi corazón brincó", pensó.
Julián la observó, pero no dijo nada.
-Lo sé -dijo divertido.
Lía confeso:
-También... eres lindo -comentó de repente, sin poder creerlo que había mencionado.
-N-nunca... me habían dicho que era lindo pero gracias -dijo sonrojado bajando la vista, y empezando a comer.
-Pero sí lo eres. Tal vez porque aún eres joven Pero eres lindo -dijo divertida.
-Lia -dijo.
-¿Sí..? - pregunto ella mientras comenzaba a comer un trozo de pastel.
-Me parecías linda, pero no pude poner mi número porque me dio vergüenza.
-¿T-tú hubieras puesto tu número ahí..?- pregunto ella con los ojos abiertos como platos..
-Si lo hubiera puesto ¿Tú acaso Me hubieras llamado..? Por lo que se coma no les has mandado mensaje a ninguno de mis amigos.
-No lo hice -dijo lía divertida y después añadió:- en parte pensé que era una broma, nunca había tenido tantos pretendientes.
-Mis amigos son así, cuando le gusta una chica van directo.
-Menos tus al parecer.
-No, yo soy más bien del tipo que le gusta y conociendo las personas. Hace poco estuve de novia por 4 años así que no conozco muchas mujeres.
-Lo siento ¿Y qué pasó..?
-Me dejaron por otro chico -dijo apenado, empezando a comer.
-Puede ser una ciega comas tú eres un chico encantador, Yo creo que...
-Tienes muchos halagos para decirme cómo así me hace sentir bien -dijo y se rió.
- Pues en este momento creo que soy un tomate, porque siento mucha vergüenza a pesar de que no lo demuestre.
-Si eres un lindo tomate rojo.
- Oye, tú también estás un poco sonrojado así que no me digas lo contrario -dijo burlona, el río divertido