Te robé el corazón
img img Te robé el corazón img Capítulo 3 Hermano de Annabel
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Capítulo 6 El escape img
Capítulo 7 Lucía, un nuevo personaje img
Capítulo 8 Un acosador desconocido img
Capítulo 9 Otro Comienzo img
Capítulo 10 Erick Quinn img
Capítulo 11 Una rutina en el trabajo img
Capítulo 12 Desconocido img
Capítulo 13 La rutina img
Capítulo 14 Este idiota img
Capítulo 15 Secretos de Familia img
Capítulo 16 Pesadillas de Annabel img
Capítulo 17 La visita a mi familia img
Capítulo 18 Otro momento con Erick img
Capítulo 19 Sebastián Blair img
Capítulo 20 ¿Una cita con un chico img
Capítulo 21 Los secretos de Daniel img
Capítulo 22 La distancia de mi padre img
Capítulo 23 ¡Otra vez mi acosador! img
Capítulo 24 Sospechas de Annabel img
Capítulo 25 Te quiero, Sebastián img
Capítulo 26 Sebastián y Erick, rivales de amor img
Capítulo 27 Decisiones img
Capítulo 28 Llegadas Inesperadas img
Capítulo 29 El novio de Sarah img
Capítulo 30 Efectos de la droga img
Capítulo 31 Nuestro escape del mundo img
Capítulo 32 Casablanca img
Capítulo 33 Los cambios de Sarah img
Capítulo 34 Cita Doble img
Capítulo 35 Luego de la tormenta, viene la calma img
Capítulo 36 Mi idiota favorito img
Capítulo 37 ¿Cuál será la verdad img
Capítulo 38 Sofía, la mala img
Capítulo 39 Recuerdos img
Capítulo 40 Mi idiota molesto img
Capítulo 41 ¿Quieres ser mi novia img
Capítulo 42 Un nuevo rival img
Capítulo 43 Lo siento, Erick img
Capítulo 44 Los motivos de Sarah img
Capítulo 45 Pelea por un hombre img
Capítulo 46 Explicaciones img
Capítulo 47 Pequeño encuentro img
Capítulo 48 Locura con amor img
Capítulo 49 Vannesa img
Capítulo 50 Otro tipo de ambiente laboral img
Capítulo 51 Seducción y casi algo img
Capítulo 52 Promesa Fuerte img
Capítulo 53 La doble cara de Erick img
Capítulo 54 Secuestro de Annabel img
Capítulo 55 No te puedo amar img
Capítulo 56 Muerte Inesperada img
Capítulo 57 Estrategias del Enemigo img
Capítulo 58 Peligro con la mafia img
Capítulo 59 Nos tenemos que cuidar del enemigo img
Capítulo 60 Sospecha de los aliados img
Capítulo 61 Nueva enemiga img
Capítulo 62 Sexo img
Capítulo 63 Mi primera vez img
Capítulo 64 Nosotros en la cama img
Capítulo 65 Problemas en el paraíso img
Capítulo 66 Equivocación img
Capítulo 67 Familia img
Capítulo 68 Aliados Ocultos img
Capítulo 69 El papá de Annabel img
Capítulo 70 Prueba de Embarazo img
Capítulo 71 Una pequeña despedida img
Capítulo 72 Motivos de Sebastián img
Capítulo 73 El sexto sentido de Sofía img
Capítulo 74 Las palabras de Vannesa img
Capítulo 75 Ataque Inesperado img
Capítulo 76 Fuerte lazo de amor img
Capítulo 77 Hermanos img
Capítulo 78 Sofía y Vannesa enamoradas img
Capítulo 79 El ajedrez de Casablanca img
Capítulo 80 Manipulación de Sarah img
Capítulo 81 Pequeña sorpresa img
Capítulo 82 Mi hijo img
Capítulo 83 La novia de Daniel img
Capítulo 84 Tamara Jackson img
Capítulo 85 El futuro matrimonio de Daniel y Lucía img
Capítulo 86 Decisiones Importantes img
Capítulo 87 La muerte de Sebastián img
Capítulo 88 Algo Inesperado img
Capítulo 89 Una mejor compañía img
Capítulo 90 Nuevo rumbo img
Capítulo 91 Universidad img
Capítulo 92 Otro ataque de Erick img
Capítulo 93 La familia de Annabel img
Capítulo 94 Las intenciones oscuras de Sofía img
Capítulo 95 Las Vegas img
Capítulo 96 Nathan, el hijo de Annabel y Sebastián img
Capítulo 97 El cliente de Sofía img
Capítulo 98 Tres años después img
Capítulo 99 Una razón para amarte img
Capítulo 100 Recuerdos img
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Capítulo 3 Hermano de Annabel

Abrí la puerta y notó las luces apagadas, al menos de alguien esté en casa, pero está vacía. Así que primero enciendo la luz en la sala y luego en la cocina.

-Hola, ¿Alguien vivo?- preguntó mientras sentía los aires de silencio.

Así que abrí la nevera, están las frutas de mi mamá, algunas bebidas alcohólicas de papá en un pequeño lugar atrás, pero al frente vi los pastelitos de pollo de mi hermano.

-¡Aquí tienes mi venganza, Abel!-murmuró para mí.

Agarré varios de los pastelitos más rellenos y empecé a comer ahí parada, mientras que en el otro extremo llené un vaso de agua. Intenté masticar más lento y después limpié todo, para no dejar ninguna evidencia, para asegurarme bien pasé un pequeño paño por el suelo mientras pongo mi bebida en la mesa sin prestarle mucha atención.

Luego subí las escaleras para ir a mi habitación, entré en el baño que compartía con mi hermano Daniel, se ubica antes del cuarto de mis padres, justo al frente. En realidad fue compartido entre los dos porque Abel tiene su cuarto propio.

Tiré mi bolso en el suelo, entro directo al baño donde me quito toda la ropa, una vez en la ducha me empecé a limpiar mi cuerpo incluido el pie con un pequeño jabón.

Una vez que terminé fui al armario donde me cambié poniéndome una ropa interior rosada con figuras de gatos junto a mi camisa naranja favorita y un short negro.

Después de intentar peinar mi cabello, me tiré en la cama donde miro todo alrededor. Tengo un desorden horrible en mi habitación, los libros en el suelo abiertos, el dinero de mis pasajes para el trabajo encima de mi ropa.

Pero a pesar de que no estudio, el trabajo me agota más con los clientes dónde la mayoría no me cae bien.

Me imagino aquellas personas que estudian una carrera universitaria y trabajan a mitad de tiempo. Sin duda un reto, pero si haces lo que te apasiona no tienes límites.

Cerré los ojos meditando que hoy fue un buen día por qué comparado con otros días, a veces tengo problemas cuando me toca organizar la mayoría de las cuentas para ayudar a Katheryn.

Me desperté temprano escuchando unos ruidos abajo, enseguida pongo mi almohada encima intentando dormir de nuevo.

A los minutos escuchó el mismo sonido de unas pisadas fuertes. Y de nuevo, otra vez, no creo que sea un ladrón, podría ser alguien de la casa o una visita de mi madre.

Casi siempre vienen en la tarde las señoras de la sociedad de nuestra urbanización. Son tan aburridas y discuten acerca de la religión o mejor aún lo que pasa a diario con sus vidas.

Una vez fui a esas reuniones obligadas por mi mamá dónde una de las ancianas me habló para proponerme matrimonio a su hijo de 50 años, teniendo yo 22 años, a partir de ahí, decidí ocultar esas malvadas abuelas.

Me levanté cansada de escuchar eso para dirigirme a la cocina con mis convers negros debajo de la cama. Cuando entre, para mi sorpresa, me encuentro con mi hermano mayor Daniel. Tiene su pelo más oscuro que el mío, su camisa de unas rayas azules donde mostró un poco más de sus músculos, pero a la vez aquellos pantalones que le hacían un buen juego a su figura. Y aquellos zapatos de marca Adidas deportivos algo gastados de un color marrón.

-Hola. Pensé que te habías olvidado de tu propia familia, viviendo feliz con esa chica-le comenté, apenas lo veo.

Daniel se volteó y me vio de abajo hacia arriba con una completa sonrisa en su rostro.

-Hermanita, yo jamás me olvidaría de ustedes, mi familia-dijo contento.

Desde que Daniel se fue de la casa por pelear con mi padre, hizo su vida junto a su novia Lucía, intento olvidarse de nosotros. Algunos creerán que mi pregunta fue egoísta, pero no lo era para mí, queriendo lo que necesitas, olvidando a tu familia y luego aparecerá de la nada.

-¿Qué haces aquí? ¡No entiendes que más nadie te quiere ver!-le grité así por su actitud, pero daba lo mismo.

-Los extraño, solamente quiero saber cómo están ¿Y mis padres? ¿Abel?- preguntó evadiendo ese tema.

-Quiero que te largues!-le respondí abriéndole paso con mi dedo, señalando el lugar para que se fuera sin retorno.

-Ni lo supongas. De verdad necesito ver a nuestra familia.

-Nadie te quiere, lo mejor fue olvidarnos de ti. Lo arruinado todo, ni siquiera mereces estar aquí presente y para que lo entiendas nadie se lamentó por ti-le dije soltando todo sin ocultar nada-Debiste creer muy bien las cosas hace dos años.

-Annabel lo que hice fue buscar algo diferente. Mi libertad, estaba atado en este sitio, como tú lo estás en este momento. Además de ser el novio de Lucía en este momento. Y tenía mucho miedo si ellos no la iban a aceptar. Me comporté como un cobarde, estoy feliz ahora ¿Y tú?-me respondió Daniel.

Iba a responder, pero justo en ese momento llegan nuestros padres con muchas bolsas de mercado. Mi mamá notó la mirada triste de Daniel, mientras que Abel permaneció un pie de mi papá.

-Daniel-dijo mi madre sorprendida.

-Mi hijo, has vuelto-hablo papá, quien anda con su camisa marrón informal y su pantalón oscuro que combina con sus zapatos viejos de color blanco.

Mi madre enseguida fue a abrazarlo, ella viste su conjunto tradicional moderno, un vestido largo de color azul con sus sandalias blancas.

-Nunca supimos nada de ti en estos años-responde ella aún sorprendida.

-Mamá, también los, extrañe. Hace poco, pude vivir solo con Lucía. Nada más esperó que la conozcan pronto-responde Daniel, más calmado hace un momento.

-Hermano, ¿Todavía no tienes bebés?-pregunta Abel, interviniendo por primera vez e impresionando a todos.

Todos nos sorprendimos mucho más con la pregunta del más pequeño de la familia. Pero a Daniel no lo tomó por sorpresa. Si no se agachó a la altura de Abel para darle una respuesta.

-Primero debes conocerla, luego viene la boda. Y los bebés pueden esperar, ¿no crees?-le responde con mucha dulzura para qué intenté comprender.

-Vale, si tienes razón-comentó mi hermanito, quién viste una camisa de multicolor con unos estampados de una serie infantil, su pequeño mono de color azul en el costado, unas rayas negras.

Inconscientemente, se me salieron pequeñas lágrimas en el rostro por la emoción, otra vez éramos una familia completa porque Daniel se había convertido en una gran persona.

Después se fue junto a mis padres seguidos por detrás del pequeño Abel a la sala. Daniel se sentó al lado de mi mamá en unos de los sofás, mientras que yo me quedé en la cocina observando todo desde la distancia. Mi hermano les relato a mis padres un breve resumen de estos dos años.

Según él, cuando se fue, estuvo un tiempo viviendo con la familia de Lucía, mientras que iba a muchas entrevistas de trabajo. Hasta que encontré empleo en una inmobiliaria pequeña. Hace poco, pudo ingresar en la universidad donde estudia Biología. Reciente compró una pequeña casa, mientras que su novia termina sus estudios de enfermería.

-¿Y cuándo la vamos a conocer?-dijo mi madre, interrumpiendo a alguien.

-Muy pronto. Es una chica dulce, encantadora y muy cariñosa. Aunque no lo creas, a mí me atrapo desde que la vi por primera vez.

Yo supe que se conocieron cuando Daniel tuvo un pequeño accidente en la casa, tuvo que ir a un hospital mientras ella, realizó sus pasantías y se conocieron mientras Lucía le reviso su herida. Más adelante, en su primera cita, mi hermano se besó con ella y en poco tiempo se formó su relación. Aún la sigo odiando más cuando mi hermano se fue por su culpa, pero quizás fue un error mío.

Yo enseguida me fui a mi habitación, pero Daniel se despidió de todos. Mientras sigo caminó, pero enseguida él me atrapó con sus manos. Yo al principio me resiste un poco, pero entendí que Daniel me quería decir algo antes de irse. Me llevó a la puerta de la casa, mientras mi mamá fue la cocina, papá a su cuarto y Abel juega con sus juguetes.

-Espero que un día, me perdones en ningún quiero tener un problema contigo, comprende que todo está mal. Y no lastimes a Lucía, se puede convertir en una gran amiga para ti.

-No actúes así. Únicamente digo lo que sentí ese día, ella tiene la culpa de todo. No inventes nada del otro mundo, quiero estar con mi orgullo. En mi corazón siempre va a tener la culpa y listo-le reclamé, aun sabiendo que juzgue a Lucía sin conocerla.

-Vamos Annabel en algún momento te vas a enamorar y lucharás por todo para estar con esa persona. Y te vas a dar cuenta de que todo esto no sirve.

Mi hermano se marchó desapareciendo de mi vista. Reflexioné mucho sobre las palabras de Daniel, aunque no lo quería aceptar por qué nunca iba a aceptar la manipulación de su novia.

Yo seré la chica obediente de las reglas, aunque mis padres siempre han tenido miedo de que algún momento se destruyan.

Extra III

El acosador.

Por los iluminados pasillos de uno de los grandes almacenes de la ciudad, caminaba un joven con vestimenta oscura con un carrito de compras. Buscando artículos de ferretería como cables y unos bombillos, mientras que su compañero lo espera afuera.

Al llegar a la caja, se negó a esperar detrás de las personas para qué llegará su turno. Así que solo saco su pequeño revolver y con mucha facilidad dijo: "A un lado".

El chico influía miedo sobre los demás. Se llama Harry y tiene bastante tiempo en este negocio, lleva mucha experiencia en los robos y violaciones de muchas mujeres, eso lo excitaba mucho. Jamás la policía lo pudo atrapar, además de ser muy ágil y silencioso con este tipo de actos.

La joven cajera pasaba los productos de su cliente. Pero algo sucedió inesperadamente.

-Lo siento, chico. Este producto no puede ser vendido porque aún no hemos registrado su precio, debe ser reciente o...-ni siquiera la dejó terminar de hablar.

-Espera un momento. ¿Me estás diciendo que no puedo llevar esto a mi casa?-le preguntó aquel muchacho con un tono amenazante.

Tomó el rollo del cable que se niega con mucha fuerza, intentó tirarlo, pero se le ocurrieron otras ideas más brillantes.

-Perdón, pero aún no hemos registrado este producto, ¿Con qué precio se lo voy a vender?-respondió la chica, con un solo de curiosidad.

Justo cuando la situación se calentaba, él pretendía sacar de nueva su pistola, sucedió algo más inesperado. Unos de sus compañeros fieles se acercaron. Es otro joven más apuesto y mejor vestido de la nada, para calmar los humos.

-¡Eh! ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué la tardanza?-dijo otra persona llegando a la caja.

-Esta muchacha no me quiere vender el maldito rollo de cable que tomé de la exhibición-dijo su compañero furioso.

-Ya le dije que se tiene que registrar primero, si quiere pasar mañana y le haremos un descuento-respondió esa cajera en su defensa.

Pero el recién llegado intercesor ya no estaba en la caja y tampoco en el supermercado, ni siquiera en la ciudad. Exclusivamente plantado en otro mundo mientras observa los ojos de la chica que tiene frente a él, contemplando cada cabello, cada pestaña, su única forma... -¡Erick!-le

gritó su compañero.

El interpelado despertó de su ensueño y ve una hermosa chica que despierta, sus más bajos instintos humanos y sus deseos más salvajes.

Parpadeó y volvió en sí, para encontrar una solución al problema presente para darle una respuesta a su compañero Harry.

-Disculpe, preciosa-dijo este hacia la chica con una mirada penetrante y una diabólica sonrisa, que desencajaba por completo con su voz caballerosa.

-¿Cuánto crees que cueste está rollo para mañana?-le preguntó Erick a la chica en ese momento.

La chica confundida por la actitud de quien tiene en frente, sin suponerle aún que le iba a pagar.

-Quizás 800 dólares o más.

-Perfecto-exclamó Erick.

El chico sacó 1000 dólares de su bolsillo y los puso en el mostrador con la mayor facilidad del mundo, sin ocultar nada de nadie.

-Esto cubrirá por completo el posible costo del rollo y quédate con el cambio. Disculpa el mal genio de mi compañero. Pero es que tenemos urgencia de este material-le respondió Erick, aun sin perder sus ojos verdes sobre ella.

Minutos después, los jóvenes caminaban fuera del supermercado hasta la camioneta negra que guardaba por ellos. Uno muy molesto, el otro hipnotizado. Ese vehículo es del año 2012, comprado en una subasta por los jefes de la mafia más reconocidos de la ciudad.

Pero en breve, lo compró Erick jugando sucio con unos de los socios.

-Esto nos pasa por ineptos o estúpidos. Nosotros nunca vamos tiendas, departamentos, supermercados a comprar cosas. Todo esto porque la organización fue aislada de proveedores. Que asqueroso pasar el ridículo delante de tantos gusanos. No podemos volver a caer tan bajo, de esta manera-mencionó al compañero de Erick.

Mientras que...

El verdadero protagonista de esta historia siguió grabando la imagen de la cajera que daba vueltas en su cabeza. Cada segundo se encapricha más con esa persona que removía, deseos que ni el mismo conocía y lo conducían a un sentimiento característico de su personalidad, llamado obsesión.

-Mi hermosa y pura víctima. Deberías ser mía-dijo en sus concentrados pensamientos-Y de nadie más. Juro que te tendré.

En el camino hacia su destino conocido para ellos. Mientras uno se quedó viendo el paisaje, él otro imaginó la forma de atraerla hacia él de muchas formas.

-¿Qué te pasa?-le preguntó Harry, lleno de curiosidad.

-Sabes, lo que piensa Casablanca. Erick no nos podemos enamorar, es algo prohibido. Recuerda que una vez que se entra estamos bajo su ley-le respondió su compañero mientras iba al volante del carro.

No opinó en eso, sino que se imaginó cada pedazo de su piel, tan perfecto pero a la vez tan dulce. Con la sonrisa en la mirada de esa chica, dibujando aquellos ojos grises en su mente.

-Sin duda, ella es mi alma gemela. Anya que se le acerque lo voy a matar-repitió bajo para él mismo.

Se volvió loco, por cosas simples, quizás inútiles para los demás. Pero, sin embargo, para nosotros es alcanzar el cielo con la mano de Dios. Sugiriendo que el amor es unos pecados, te hace hacer las cosas más estúpidas en tu vida, pero también te pone una prueba de pies a cabeza.

            
            

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