Capítulo 4 ★Esperanza perdida★

Todas mis esperanzas desaparecen cuando el otro chico que me aventó al piso se abre pasó entre mis piernas y baja mis pants junto con mi ropa interior, escucho como las costuras de mi ropa se desgarran, ¿Que les pasa, por qué la trozan?

Por mis mejillas ruedan espesas lágrimas, nunca imaginé que así perdería mi virginidad y probablemente también mi vida.

Si tan solo hubiera seguido las órdenes de mi mamá de regresar a casa en cuanto saliera de la iglesia, pero si ella no hiciera ese tipo de cosas a escondidas yo jamás hubiera ido a verificar si de verdad estaba en la casa hogar.

Ahora mientras ella hecha pasión, yo estoy siendo abusada.

Cuántas veces he leído en las noticias de todas las chicas abusadas y asesinadas, ahora mi historia será una más, mañana seré primera plana en las noticias.

Siento el aliento del hombre en mi zona íntima, siento náuseas.

En mis pensamientos le ruego a Dios que me ayude -ayudame se que me he alejado pero no me dejes sola en este momento, te necesito.

Apenas termino mis palabras, cuando una gran luz aparece, no logro entender de dónde salió, pero, pronto siento un viento en mi cara como si me echarán aire.

El hombre que sostenía mis manos me libera y el otro se tira de culo en el piso y se empieza a mover hacia atrás con un rostro horrorizado.

No logro distinguir lo que sucede ante mis ojos, por qué la luz me dejó completamente encandilada, incluso me provocó un dolor de cabeza.

Siento un aleteo muy grande cerca de mi, Dios un animal está cerca de mí, será una águila o un gavilán.

Poco a poco la luz se a ido opacando y mi mirada también se va acostumbrando ya la estoy recuperando.

Busco a mi alrededor y ya no veo a los chicos que estuvieron a punto de abusar de mi.

Logro ubicar una sombra a mi lado, es un hombre estoy segura la silueta es demasiado alta.

La persona que está a mi lado se da cuenta que lo estoy viendo con una voz muy profunda, varonil y sexi me dice -te llevaré a casa.

No puedo permitir que eso suceda estoy desnuda de la cintura para abajo. Eso sería muy vergonzoso y traumático.

-No es necesario.

-Mi tarea es llevarte a casa sana y salva Zuleyka. - que como sabe mi nombre.

-¿Quien eres y como sabes mi nombre?

-Eso es lo de menos - intenta quitarle importancia al hecho de que me salvó y que sabe mi nombre.

-Quiza para ti no tiene importancia pero ahora mismo me has llamado por mi nombre, tu voz se escucha molesta y a eso súmale que estoy semidesnuda.

-No te preocupes Zuleyka yo no te veo y no podría verte como mujer - Auch sus palabras han herido mi orgullo -No llenes tu cabeza de pensamientos impuros, no puedo verte como mujer no porque no seas hermosa es por el hecho que te conozco desde que naciste.

-¡me estás asustando! ¿eres un acosador?

Se escucha una risita que sale de sus labios -De verdad no tienes que preocuparte, te conozco desde que naciste, por el hecho que soy tu ángel de la guarda....

-¡¿Que?! - quiero pensar que no escuché bien lo que acaba de decir. -¿Mi ángel de la guarda?

-Así es Zuleyka, estuviste dos años sin creer en mi incluso dijiste que no volverías a creer en mí a menos de que me vieras, pues aquí estoy presente y te salve debo aceptar que no quería venir a ayudarte pues durante dos años no te dignaste a regalarme ni una sola oración.

-Yo... No lo puedo creer...

-Dijiste que cuando me vieras creerías en mi. Pues aquí estoy.

Poco a poco su silueta se va iluminando cada una de las partes de su cuerpo se van tornando de un color dorado cómo si fuera una estatua hecha de oro, pero está vez no daña mis ojos.

Tienes unas alas hermosas, tan grandes como el incluso están rozando el piso, sus plumas son blancas como la nieve pero tiene destellos dorados que las hace ver aún más hermosas.

Estoy sorprendida, en este momento no puedo negar lo que mis ojos ven es más que obvio que si es mi ángel de la guarda, ahora me siento terriblemente avergonzada por aver dudado de su existencia.

-Conozco cada uno de tus pensamientos, no tienes que sentirte avergonzada, ustedes los humanos siempre dudan incluso le temen a lo desconocido o a lo que no pueden ver o tocar.

Sus palabras me tranquilizan, pero de un momento a otro me vuelvo a poner nerviosa cuando recuerdo el hecho de que aún estoy desnuda.

-¡Quiero ir a casa!

-vamos, por cierto has desobedecido a tu madre, eso es pecado.

-Debes saber las razones por las cuales lo hice.

-No existe justificación válida para deshonrar a tu madre. Sí perfectamente qué has descubierto un engaño pero si no hubieras desobedecido las órdenes que se te dieron nada de los hechos que pasaron esta noche hubieran sucedido.

-No te hubiera conocido.

-No tenías que conocerme

-¿siempre tienes una respuesta?

-se lo que vas a decir, incluso antes de que lo pienses.

-mi angel de la guarda es tan narcisista.

-y tu eres tan desobediente.

-¿Dónde está mi ropa?

-ellos la trozaron

-¿como llegare a casa?

-Viajaras en mi espalda.

-¿De verdad?

-Si tendrás boleto vip así que aprovecha el viaje y disfruta las vistas.

Ni siquiera me doy cuenta en qué momento se acerca tanto a mí, solo reacciono cuando siento que jala mi mano y me sube a su espalda.

Sus alas se abren y asciende hacia el cielo.

Siento el aire en mis piernas.

La sensación de volar es increíble.

Cierro los ojos un segundo y cuando los abro ya puedo ver la terraza de mi habitación, el viaje fue muy corto pero ha sido una experiencia que no olvidaré.

Entramos a mi habitación por la terraza -mi mamá me va a matar.

-No te preocupes aún no llega.

¿Acaso existe algo que no conozca este ser sobrenatural?

Me bajo de su espalda, busco una sabana que enredo en mi cintura para cubrirme y prendo la luz de mi habitación, ahora esque lo puedo ver bien y mi mandíbula cae hasta el piso. De verdad es un ser hermoso, probablemente mis pensamientos estén llenos de pecado, pero este ángel es tan bello.

-Puedes dejar de tener esos pensamientos tan impuros.

-Lo siento.

-Ve a ducharte y no pienses en mi mientras lo haces.

-Entiendo.

Creo que a mi ángel le molestó que lo viera como hombre. Pero claro que se tiene que molestar si él es un espíritu de luz.

Mis mejillas se tornan de un rojo carmesí y en mi frente puedo sentir una ligera capa de sudor.

-Solo ve a ducharte y ya no pienses en nada, tus pensamientos me incomodan y aún debo hablar contigo, date prisa - me dice mi ángel pero está vez su tono de voz es autoritaria.