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You've been on my mind
I grow fonder every day
Lose myself in time
Just thinking of your face
God only knows
Why it's taken me so long to let my doubts go
El respeto y el amor se ganan, se construyen con el tiempo y con los recuerdos que le puedes instruir a una persona, no se presionan, ni se imponen.
- ¿Lo has visto?-Me asusto al ver a Mara frente a mí, de cuclillas delante de mi pupitre. Ella sonríe pícaramente.
Sostiene mis manos y ambas giramos la mirada, Logan aparta la mirada muy rápido. Niego con la cabeza.
-Logan no deja de mirarte-Susurra sonriendo.
-Claro que no- Desvió la mirada y observo el pizarrón, cualquiera en el instituto podría saber que ese chico me detesta. Mara bufa frustrada y regresa a su sitio.
Me hace señas para que gire la mirada, pero prefiero ignorarla. Sonrió desviando la mirada ante sus palabras. Se que el no me mira de esa manera, aunque el hecho de pensarlo es lindo.
-Listo jóvenes, nos vemos el día miércoles, recuerden colocar las asignaciones que se les pidió para el día de hoy en mi pupitre, nuestra delegada estará recogiéndolos -Me coloco de pie dejando mi mochila sobre mi asiento, la risa de algunas chicas detrás de mí me hacen suspirar agotada.
-Esas tipas me están hartando, debería de...-sostengo de las manos a mi mejor amiga y la regreso a su asiento.
-No harás nada, solo buscan atención, no haremos ello-Mara suspira enojada y cruza los brazos, sonrió ante su molestia, no se que haría si ella no estuviera a mi lado.-Recuerda que debemos estudiar mas tarde, mas bien ¿me esperas en la salida?, mis hermanos vendrán a recogerme-Asiento guiñándome un ojo, rió ante su picardía.
-Lo olvidaba, necesito alguien que la ayude con los cuadernos del día de hoy-Indica el profesor Francisco, bajo la mirada muy segura de que otra vez nadie levantara la mano, es lo normal, Mara alza su mano pero es la voz del profesor francisco la que me toma por sorpresa.-Gracias Smith, no demoren demasiado, jóvenes la clase ha finalizado-Alzo la mirada confundida, Logan baja la mirada ante la sonrisa de Alex.
-¿Aun crees que no le gustas?-Mara sale corriendo por el pasillo principal después de susurrarme aquello. Alzo la mirada observando al castaño y el me observa en silencio.
¿Podría ser que si?
-Hey recógelo, ¿No?-Salgo de mi pensamiento al escuchar esa voz, sonrió sarcástica cuando siento que una de las chicas que me desagrada, es decir, Jazmín y su grupito, lanza su asignación al piso. La detengo del brazo, haciendo que el resto me observe en silencio.
-Recógelo, ahora-Respondo firme sin dejar de observarla, quizás no soy muy querida entre mis compañeras pero tampoco dejare que nadie me intimide.
-Ese es tu trabajo, por algo eres la gata del profesor-Sus amigas ríen ante el comentarios de Jazmín, sonrió de lado conteniendo mi enojo.
- ¿La gata del profesor?-Digo soltándola bruscamente, haciendo que ella caiga sobre sus amigas-Ahora se les dice así a las personas que si estudian, con razón tú tienes un apodo muy peculiar, ¿Quieres que lo haga público?-Respondo observando a mis compañeros, no suelo ser pleitista ni me agrada llamar la atención, pero por alguna razón se que desconozco ella me detesta y esta haciendo que comparte ese sentimiento.
-Ahí lo tienes, estás loca-Indica Jazmín recogiendo su asignación y la coloca sobre el escritorio del profesor retirándose furiosa del salón, bufo frustrada.
Logan me observa en silencio, le hago de ademán con las manos para que traiga los cuadernos, él asiente en silencio y el resto termina por retirarse. Ambos seguimos caminando por el pasillo del primer piso del instituto, por momentos me observa, lo cual me hace sonreír desviando la mirada. Mi enojo disminuye ante el silencio.
Las palabras de Mara resuenan en mi mente, lo que me dijo temprano me deja pensando.
¿De verdad me detesta?
¿Entonces por qué actúa así y después simplemente me ignora?
Sin darme cuenta lo he dejado atrás, me detengo por unos minutos fingiendo atar mis agujetas, él acomoda su uniforme colocándose a mi lado.
Ingresamos a la sala de profesores, no hay nadie.
Dejamos los libros en silencio, me pierdo en la decoración y en lo lindo que se observa el paisaje a lo lejos cerca del parque a afueras del instituto desde la ventana.
-No es necesario que lo esperemos juntos, debes ir a casa, él suele tardar en llegar-Le digo aun observando el paisaje, Logan sigue en silencio. Escucho pasos recurrentes, la puerta abrirse muy despacio, cierro los ojos. Los minutos transcurren, giro la mirada muy segura de que se ha retirado.
Pero no es así.
- ¿Es muy hermoso?-Me pregunta de la nada, lo observo confundida-Quiero decir, en realidad-Ladeo la cabeza en silencio, inhala profundamente.
- ¿El paisaje?-Pregunto sonriendo, asiente levemente-Sí que lo es, el verde del campo y las flores de distintos colores adornan el parque-Indico jugando con mis manos, lo observo sonreír, pero al darse cuenta de que tengo su atención me evita.
-Muy tierno-Susurro sonriendo.
-Mil disculpas jóvenes, agradezco su gentileza-Sonrió caminando hacia el escritorio del profesor Francisco.
-No se preocupe, aquí está todo listo, profesor debo retirarme por lo que le comente en el recreo-indico bajando la mirada, el profesor sonríe asintiendo-Muchas gracias, me disculpo otra vez, por mi falta en el ingreso, no volverá a ocurrir.
-No se disculpe, señorita Ventura, debió ser muy difícil para usted el tener que llegar tarde-Indica. Sí que lo fue, pero era necesario-No tiene que firmar ningún reporte, todo está bien, ambos recuerden que los exámenes serán en unos días, ya pueden retirarse-Asiento alisando mi uniforme, desvió la mirada y Logan ya no estaba.
Cierro con cuidado la puerta detrás de mí, retiro mis audífonos del bolsillo de mi mochila, pero la silueta de cierto chico muy cerca de las escaleras, posiblemente esperándome, me hace sonreír. Ambos bajamos las escaleras en silencio, me observa de reojo y finjo desinterés, lo observo sonreír y jugar con sus bolsillos.
Él es muy guapo, incluso ahora que lleva el uniforme del instituto. Aunque parece no darse cuenta de lo atractivo que es, aunque el resto de chicas lo haga, siempre ha sido popular en ese ámbito. Sin darme cuenta llegamos a la entrada del instituto, observo el suelo, empapado por la lluvia, las nubes grises y el fuerte viento, hiela mis manos, pero aún sigue lloviendo.
Muchos alumnos corren tratando de evitar empaparse en el trayecto a sus casas, otros abren sus paraguas y los comparten con la persona que se ubique a su lado. Alzo la mirada observando a Logan, él rebusca algo en su mochila, bajo la mirada sonriendo.
No he traído un paraguas, el pronóstico del tiempo indicaba que sería un día soleado.
-Qué hermoso-Susurro al observar la lluvia, me encanta cuando puedo observar estos escenarios tan anómalos en mi ciudad.
-Sí... hermoso-Susurra, ambos nos observamos por unos segundos-Me refiero a la lluvia-Baja la mirada, sonrío ante su nerviosismo. Sus orejas se sonrojan y eso me hace sonreír como tonta.
-Eso quiere decir ¿Qué no soy hermosa?-Pregunto con diversión, ni se como puedo ser sarcástica algunas veces.
-No dije eso, solo... el ambiente es frío, pero a la vez, hermoso y singular-Indica, lo observo confundida, él observa un punto que no logro encontrar, cierra los ojos aun frotando sus manos-La lluvia que empapa las calles, las flores que brillan, sus colores destellan más, cosas extrañas y algo singulares-De alguna manera sus palabras me hacen soñar, es extraño.
-Singular, eh-Indico llamando su atención, sonrió acomodando mi cabello. Pero el tintineo de mi celular me distrae.
-Déjenme que yo hable-Me sobresalto cuando escucho a mi hermano mayor gritar.
-Pulga, ¿sigues ahí?-Me alejo avergonzada sin dejar de sonreír al escuchar ese apodo.
-¡Amiga estoy aquí!-Enarco una ceja al escuchar el grito de Mara.
Pero aún logro escuchar claramente por los gritos y algunos insultos que mis hermanos y mi padre se dicen en la otra línea.
- ¡Cállense de una vez!-Exclamo molesta, desvió la mirada, Logan me observa, pero al instante niega con la cabeza.-No estoy enojada, tampoco estoy empapada, vale, pero estaré muy molesta, si siguen charlando tan amenamente, colgaré, debo volver a casa, silencio-Eso último lo susurro agobiada.
-Perdón yo...-Me quedo en silencio al observar que Logan hace señas con sus manos observando hacia la puerta de salida, Alex y a Noa, sus mejores amigos, le hacen señas.
-Si tienes que irte ve, al parecer la lluvia no cesara y probablemente vengan por mí-digo extendiendo mis manos para sentir las gotas de lluvia sobre mis dedos.
Otra vez el tintineo en mi celular mostrándome otra llamada entrante, esta vez por Gabriel, mi otro hermano, hace que observe a mí alrededor.
- ¿Qué? No estoy conversando con... Nadie-indico al encontrarme sola, sonrió acomodando mi mochila, pero al sentirla más pesada, bajo la mirada, un suéter que se me hace familiar descansa sobre este.
Veo forcejear a mis hermanos mientras que mi padre me sonríe desde el retrovisor, levanto el pulgar indicando de que estoy excelente. Los tres descienden del auto, cada uno con sus respectivos paraguas, haciendo que muchas de las alumnas que también se retiraran los observen descaradamente y murmuren muy cerca de mí.
-Dejen de hacer eso-susurro avergonzada, cuando están frente a mí.
Dejo caer mi mochila en el asiento trasero, haciendo que Gabriel se queje.
- ¡Oye, ten cuidada pulga!-exclama observándome molesto.
-Deja de llamarme así-indico molesta.
- ¿Por qué debería de hacerlo pulga?-pregunta con diversión.
-Ay, para ya, Saúl dile algo-me quejo colocándome el suéter que estaba sobre mi mochila, un aroma diferente se hace presente, no es muy fuerte, de alguna manera es... Cálido.
-Si Gabo, deja de molestar a la pulga-indica estallando en risas Saúl.
- ¡Papá!-me quejo mientras que mi padre comienza a manejar, mis hermanos siguen riendo burlándose de mí. Detiene el auto por unos segundos y deja pequeños golpes en sus hombros y sonrió satisfecha, pero lo siguiente que dice me hace sentir más enojada.
-Paren ustedes dos insolentes, dejen en paz a nuestra pulguita-exclama apretando mis mejillas, me quejo molesta, los tres ríen y termino riéndome como niña pequeña.
-Mara te llevaremos a casa primero, debes tener hambre-Mi mejor amiga y yo sonríe cuando ella hace un puchero.
-Vaya, estos adolescentes de ahora, solo saben alardear de sus supuestos atributos, ¿Qué le ven a ese espantapájaros?-Alzo la mirada al escuchar las palabras de mi hermano Saúl, la rubia también observa la ventana.
- ¿Qué ocurre?-Pregunto confundida.
-No es atractivo, pero por la gran cantidad de chicas a su alrededor, debe ser el típico chico que no se decide con quien de todas estar-Indica Gabriel, mi confusión es evidente, Saúl me hace señas para que me siente con ellos, le hago caso. Me siento en la piernas de mi mejor amiga que se queja haciéndome reír.
Con cuidado y con el auto en espera por el cambio de semáforo, aprovecho el instante y me siento a lado de ambos.
-Observa hermanita, ese tipo de chicos son los que debes descartar para una relación estable- Gabriel señala a un grupo de chicas que no dejan de sonreír mientras rodean a tres chicos. Me acerco más hacia el retrovisor porque de alguna manera se me hacen familiares y la curiosidad puede más.
Entre risas les sigo la corriente, pero la sonrisa se me borra del rostro cuando reconozco a cierto castaño que no deja de sonreír, mientras que algunas chicas los tocan descaradamente e intentan entregarles un paraguas. Mara me observa y ambas desviamos la mirada incomodas.
-Logan, Alex y Noa-susurro bajando la mirada, un pequeño dolor en el pecho se hace presente.
- ¿Los conoces Pulga?-me pregunta Gabriel, niego con la cabeza.
-Por supuesto que no los conoce-Saúl desordena mi cabello sonriendo. - ¿Cierto?-pregunta sin dejar de observarme, un silencio incómodo se hace presente.
-Por supuesto que no-digo entre risas, regresando a mi sitio.
-Para nada-Remata Mara, me doy un golpecito en la frente.
-Ya dejemos es tema, su hermana está concentrada en sus estudios, deberían ser como ella, no la incomoden más-Mi padre prosigue manejando mientras sostiene mi mano, asiento y él sonríe.
-Por supuesto, la pulga es todo un genio, estoy seguro de que pronto conseguirás esa beca que tanto sueñas futura Doctora-Asiento animándome mientras juego con mis manos molestando a mi hermano Gabriel.
-Tienes razón, tiene la inteligencia familiar-Saúl y Gabriel chocan los puños observándome, choco mi puño en broma.
-Oh lo olvidaba-Los tres dejamos de reír, al observar a mi padre preocupado-No prepare el almuerzo-Los tres nos quejamos en broma-Calma, no se exasperen, pedimos comida y listo-Aplaudimos de manera escandalosa-Bien pónganse de acuerdo, que ya casi llegamos a casa. luego de dejar a Mara en su casa, retomamos el camino hacia la nuestra, pero las dispuestas por elegir algo de comer no se hicieron esperar.
Aunque me coloco en medio de mis dos hermanos, me siento muy pequeña, sin darme cuenta comencé a discutir con ellos sin razón. Brinco intentando llamar su atención, pero nada.
Mi padre ingresa a la casa y sale minutos después, no recuerdo cuantas veces lo hace, lo observo hablar por teléfono muy despreocupado, pero segundos después los separa entregándoles algo en sus manos, incluyéndome a mí.
-Listo, ya llegaron-Indica, los tres giramos la mirada confundidos. Vemos tres motorizados que se estacionan delante de nosotros, cada uno de un color diferente y recién somos conscientes que mientras discutíamos, papá pidió el pedido para cada uno.
- ¿Qué están esperando, reciban sus pedidos?-Los tres asentimos como niños pequeños y minutos después ingresamos a casa con nuestras comidas.
Entre risas papá nos comenta lo gracioso que fue vernos discutir mientras que él pedía todo para sorprendernos, pero olvido pedir el suyo, terminamos compartiendo un poco de todo.
La tarde recién inicia y las bromas estarán a la orden del día, pero por alguna razón aquella escena fuera del instituto aún sigue en mi mente.
Qué contradictorio eres, Logan Smith.
Terminamos nuestros alimentos y luego de lavarme los dientes y de cambiarme de ropa por algo más casual, ingreso a la pequeña biblioteca que mi padre instalo para nosotros cuando éramos muy pequeños.
Me subo encima de una de las sillas de madera que suele haber cerca a uno de los libreros blancos y amplios mientras busco la asignatura de medicina. Sonrió al ver muchos libros ordenados por orden y año de publicación.
Aun recuerdo que hace tres años le comente a mi padre que deseaba estudiar la carrera de medicina general. Desde niña me gustaba cuidar a mis hermanos y fui yo quien inicio la idea de tener un botiquín de seguridad en casi toda la casa.
Él se alegró por mi decisión y prometió apoyarme en todo lo que necesitara.
En ese tiempo un conocido de mi padre recién inauguraba su clínica particular y necesitaba practicantes en enfermería o medicina. Él me conoce desde que soy una niña y cuando le pedí que me aceptara como una alumna libre accedió. Incluso comenzó a pagarme por las horas que lo apoyaba.
El tiempo que lo apoye y lo mucho que aprendí hicieron que no tuviera duras sobre lo que quería dedicarme el resto de mi vida. Como suele decir mi hermano Saúl, desperté mi vocación
El profesor Francisco, que tiene como segunda carrera la medicina, me recomendó algunos libros que entre mis pagos en la clínica logre juntar por esos tres años, pude comprarme muchos libros y otros que la biblioteca del instituto me prestaba.
Me siento en la silla mientras comienzo a ojear la sexta edición del atlas de la anatomía humana. Me gusta leer desde que he sido una niña. Pero cuando hay que estudiar debo concentrarme. Me coloco mis lentes de lectura y comienzo a tomar apuntes.
-¡Pulga, es hora de cenar!-Observó hacia mi ventana cerrando el libro. Casi estaba anocheciendo y yo llevaba horas aquí, suele pasarme cuando me inundo entre libros.
-¡Ya voy Saúl!-Exclame. Observó la alfombra y rio al ver como diez libros me rodean. Comienzo a guardarlos en su orden exacto. El último libro me estaba costando trabajo, se encontraba en la estantería más alta.
Ni recuerdo cómo logré sacarlo hace horas. Subo con cuidado en mi silla y colocándome de puntillas logró colocarlo, pero por tratar de no resbalarme terminó sosteniendo de otro libro y segundos después caigo sobre el sofá. Me quejo entre risas alisando mi ropa.
-¿Oh?-Exclamó al ver ese libro, el título en él me hizo sonreír ante un recuerdo-Literatura medieval -Leí regresándolo a su sitio.
Abrí la puerta de la biblioteca, pero el recuerdo de cierto chico de cabello castaño que no deja de anotar en su cuaderno me hace sonreír.
Él se esfuerza.